jueves, 7 de febrero de 2013

Fiesta de Iemanjá en Montevideo

Foto: Alejandra Naranjo G.


Este año fui a la fiesta de Iemanjá en Quilmes y en Mar del Plata, y por lo tanto, al carecer del don de la ubicuidad, no pude estar en la de Montevideo. 
Reproduzco, entonces, un texto de la mãe Susana (Andrade) de Oxum, ilustrado con fotos de Alejandra Naranjo (maestranda en antropología de FLACSO).
Como toda acción (social) tiene su reacción (social), la creciente y masiva popularidad de la fiesta de "la Virgen del mar" sirvió esta vez también de palco para la "protesta" de un reducido grupo de "defensores de los animales". La "campaña" contra el "sacrificio de animales" se inició en facebook, y causó preocupación entre algunos afroumbandistas, que solicitaron la presencia policial para evitar posibles actos violentos. Afortunadamente, Uruguay no es Argentina, y los (escasos veinte) manifestantes se limitaron a colocar un par de carteles del otro lado de la calle que linda con la playa Ramírez donde se realiza la fiesta (en Buenos Aires seguramente todo hubiera sido más confrontativo -ya tuvimos ejemplos). Como bien dijo la propia mãe Susana en facebook y en los medios ("¿porqué no van a protestar a las carnicerías?") preocuparse por el sacrificio de animales en las religiones afroamericanas -cuya actividad religiosa excede en mucho su ofrenda en algunos rituales- en países en los cuales el asado es la comida nacional parece, cuanto menos, un contrasentido (¿qué tal un escrache en las parrillas del Mercado del Puerto?). 
Pero afortunadamente, como señala el texto debajo, "Yemanjá pasó con buenas ondas"...

Foto: Alejandra Naranjo G.

Yemanjá pasó con buenas ondas
por (Mãe) Susana  Andrade (de Oxum) -ATABAQUE
Grande la fiesta del 2 de febrero en Uruguay.

Yemanjá se ha transformado definitivamente en punto de encuentro en la más amplia y positiva dimensión de la hermosa palabra. No es lirismo sino palpable realidad del verano uruguayo. El evento de multitudes, entre creyentes y observadores, es protagonizado por fieles de las religiones afroamericanas que veneran energías de la naturaleza en este caso el agua del mar, objeto de los ritos y ofrendas especialmente dedicados en esa jornada. Allí coinciden en forma espontánea diferentes personas de distintos estratos sociales, ámbitos laborales o profesionales, edades, etnias, opciones sexuales o político partidarias, nacionalidades, idiomas y una variedad tan variada que es casi imposible describir detalladamente.

Foto: Alejandra Naranjo G. (cliquear en las imágenes para agrandarlas)

Este año la particularidad, fue la presencia de efectivos de seguridad ciudadana policial y municipal, reforzados y coordinados para preservar la normalidad de una celebración tan masiva como tranquila desde siempre. Esto fue debido a brotes de intolerancia religiosa que amenazaron poner en riesgo el desenvolvimiento de la festividad a cielo abierto, y perturbar las acostumbradas ceremonias afroumbandistas.
Disfrutando hoy día de una democracia transparente y en proceso de mejoramiento, devenida de históricas luchas sociales colectivas, es maravilloso tener la posibilidad de manifestar públicamente por lo que sea.
Sin embargo; no hay derecho que ampare el imponer mis ideas a los demás argumentando que lo del otro está mal, es una porquería o en este caso: culto “satánico” que conduce al “infierno”. Eso fueron a gritarnos con pancartas a la propia playa Ramírez, la más concurrida y representativa.

Foto: Alejandra Naranjo G.

Esas concepciones son construcciones culturales eurocéntricas y su imposición a los pueblos esclavizados y despojados fue tristemente famosa durante la invasión colonialista. Argumentos reaccionarios para desprestigiar culturas a las que se buscó destruir, facilitando el apoderamiento de bienes y personas en provecho propio. Incluso la existencia del “diablo” como encarnación del mal, es ajena a la cosmogonía afroindígena. Y quien tanto lo nombra lo acercará, sin dudas. Inquisición moderna cuando se quiere obligar a los demás a creer en algo o sino: ¡destrucción!
Hoy podemos buscar nuestras raíces aunque hayan permanecido ocultas bajo el discurso hegemónico durante cinco siglos. Enfaticemos entonces confluencias en la libertad de expresión de las variadas maneras de sentir el mundo invisible. Autoritarismos de corte fascista nunca más. A menos que deseemos restablecer un ku klux clan versión 2013 y nos dediquemos a quemar y ajusticiar a quien piensa diferente.

Foto: Alejandra Naranjo G.

Pintadas, carteles y escraches contra Iemanjá durante el culto son violencia y perturbación además de acciones tipificadas como delito en el Código Penal Artículos 304 al 306, y leyes contra la discriminación hacia una creencia protegida por la Constitución de la República. Cualquier juez podría actuar de oficio.
Los ámbitos de intercambio y sana discusión son contrarios a la pancarta agresiva del estilo que se pudo ver en televisión contra los umbandistas: “Todas las religiones son malas. Sólo Cristo te puede salvar”, “Si tanto amás al demonio ofrecele tu sangre” ¿Qué es eso?!


Otra vez fueron cientos de miles alrededor de las playas de mares y ríos en todo el país entre fieles, curiosos, investigadores, familias que simplemente pasean, turistas, autoridades, delegaciones de agrupaciones sociales, y un sinfín de variedad de públicos entre actores y espectadores.
Lo dicho al principio; Yemanjá es punto de encuentro y viva muestra de armonía, respeto y convivencia. Expresión popular tradicional y pacífica por definición.
Por eso debemos cuidarla.

martes, 5 de febrero de 2013

Iemanjá - Celebración del INADI en Costa Salguero


Fotos y texto de la socióloga Cecilia Galera:
Una mañana calurosa me recibe en la Costanera porteña. Luego de varias vueltas logro acceder al lugar, en Costa Salguero, donde se realizará la celebración a Iemanja, organizada por el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI). Un evento que debería haber recibido más difusión del que tuvo -aparentemente, sólo a través de la página web de esta institución-  y que fue realizado en un lugar de difícil acceso -quizás esto explique la poca cantidad de gente congregada. En la orilla ya se encuentra la barca destinada a la Reina del Mar, "madre de todos los orixás" para las religiones de raíz africana. Tres mujeres umbandistas acomodan cuidadosamente las ofrendas mientras los pescadores, habitués del lugar, miran intrigados los preparativos.




El panorama algo desolador que me recibió, sin embargo, va cambiando poco a poco al llegar nuevos grupos para sumarse al festejo. Se saludan los referentes de los distintos templos que participan, algunos posan junto a la barcaza para tomarse fotografías, y entre todos colaboran con el armado de la ofrenda.  



Es el tercer año que el INADI organiza una celebración a Iemanjá. La primera fue en el mismo lugar, en el 2011, simultáneamente con el lanzamiento del Programa “Afrodescendientes contra la discriminación, la xenofobia y el racismo”. El año pasado este acto se trasladó a la Ribera de Quilmes donde se realiza el festejo popular y masivo -del cual se da cuenta en la entrada anterior del blog- convocado por ASRAU y atendido también por múltiples templos de manera autónoma.  Por motivos que desconozco, este año se volvió a Costa Salguero, para una celebración que debería haber sido más concurrida, y que parece tener connotaciones tanto políticas como religiosas.



Al llegar las autoridades del INADI se convoca a la carpa central en donde se llevará a cabo el acto formal. Lo preside el interventor de la institución, Pedro Mouratian, la directora de Promoción y Desarrollo de Prácticas contra la Discriminación Julia Contreras, Gonzalo Pérez- en representación del municipio de Quilmes- y la mãe Mameto Onira (Adriana Izquierdo) como coordinadora del Programa de Afrodescendientes del INADI. Los discursos suenan apremiantes y aluden a los avances del actual gobierno en la visibilización y reconocimiento de los afrodescendientes, destacando los esfuerzos hacia una mayor igualdad, e inclusión de la diversidad cultural y religiosa. Por otro lado, se marca una continuidad con los logros de la Asamblea del año XIII, cuyo bicentenario se conmemoró recientemente y que marca un comienzo hacia la abolición de la esclavitud.


Una vez finalizado el acto se invita a los presentes a completar las ofrendas y acompañar su entrega al río. La barca está colmada de frutas, flores, maíz, pipoca, perfumes, mensajes en papel, etc. Se comienzan a escuchan los cánticos devocionales guiados por un pai de santo y coreados por el resto. Un grupo de devotos carga en sus hombros la barcaza y se sumerge en las aguas –profundas en este sector- del Río de la Plata para depositarla y amarrarla al bote de Prefectura. Todos de frente, mirando la barca celeste que se aleja hacia el horizonte a medida que los cantos disminuyen. Algunos arrojan flores, otros aplauden, luego los representantes de INADI sueltan palomas pidiendo protección a la deidad africana y alguien a viva voz pide que ‘guíe a la presidenta’.



Más allá de este momento de gran efusividad, todo se desenvuelve en un clima respetuoso y algo circunspecto, con poco margen para demostraciones de fe más espontáneas,  como las que pueden observarse en el conurbano bonaerense. Para un observador externo, la sensación que prima es que se escenifica un rito -"exótico"?- en el marco de un acto político, en donde se nos invita a formar parte poniendo una flor y "pidiendo un deseo", como una "demostración" de aprecio hacia "otros" que no comparten la misma tradición cultural. Una escenificación,  cuyo corolario fueron la teatralización de danzas de orixás con percusión en vivo y unas cumbias afro-colombianas que desconcertaron a más de un religioso en la audiencia. Por otro lado, no se puede negar que fue interesante ver el rol activo que le cedieron al interventor del INADI en la ceremonia, quien invitó alegremente a depositar flores y arrojó perfumes junto a los ‘especialistas religiosos’ para abrir camino a la barcaza. 



Sin duda que es valioso el reconocimiento estatal y el espacio- aunque algo exiguo- que se le da a esta celebración tan importante para los afro-umbandistas y en donde se reivindican además, necesidades y derechos de las comunidades afrodescendientes en Argentina. Pero no deja de suscitar dudas la poca difusión que logró el evento, el lugar ‘escogido -en la Capital, pero a la vez algo oculto y de no tan fácil acceso-, la concurrencia que distó mucho de ser la posible o deseable, y los alcances reales de los cambios políticos que auguran los discursos. Con miles y miles de argentinos ofrendando en las playas bonaerenses de manera espontánea, quizás sería más interesante que el INADI se integre realmente a estos festejos, legitimándolos y difundiéndolos, en vez de intentar reproducirlos de manera algo independiente.

domingo, 3 de febrero de 2013

Iemanjá -en la ribera de Quilmes...


La fiesta de Iemanjá en Quilmes no deja de sorprenderme -y maravillarme. Es lo más cercano a una celebración auténticamente popular -con los riesgos y exageraciones que ambas palabras implican y con perdón de mis colegas que analizan las diversas construcciones y dimensiones de "lo popular"-. Reúne a una cantidad notable de individuos, muchos de ellos difícilmente pertenecientes al amplio espectro de la "clase media" -con perdón de otros colegas- en la devoción a una deidad afroamericana -"diosa" tampoco es una palabra correcta- que no pertenece al panteón de los seres espirituales socialmente legitimados. (¿A alguien le parece a esta altura que se volvió difícil hablar o escribir sobre determinados temas? -así es.....). 
La zona en que se realiza es un área del Gran Buenos Aires particularmente afectada por la pobreza -mucho menos que "residencial", probablemente ni siquiera un "barrio obrero", con sectores descampados y de "villa". Ciertamente carece de la belleza paisajística o del glamour exótico que caracteriza a otras fiestas "folklóricas" de renombre. Todavía no ha sido "descubierta" por los medios (que sólo en contadas ocasiones se han referido a ella) ni ha sido cooptada por políticos, funcionarios, etc. Hasta el momento, al menos, los concurrentes sólo van para quedar bien con Iemanjá -y con ningún poder terrenal...


Argumenté en otro lado, sin embargo, que la devoción a Iemanjá no sólo crece cuantitativamente y geográficamente, sino que también se muestra propensa a quebrar barreras sociales y que sin duda es la mejor carta de presentación que las religiones afroamericanas (en nuestro país, mayormente el batuque y la umbanda) tienen ante la sociedad mayor. Su carácter de "gran madre" espiritual (y material) resuena con otros arquetipos religiosos y la belleza de los rituales y ceremonias que se realizan en su honor son fácilmente apreciables aún por legos en la materia. La masiva y creciente asistencia a sus fiestas también son un poderoso argumento legitimador. Pero ya traté estas cuestiones, y espero que de manera mejor....


Volviendo a Quilmes y su ribera: la situación actual de lo que fue uno de los (el?) primeros balnearios del país dista de ser la ideal. Si, saliendo de la autopista a La Plata,  uno toma la avenida Rivera Indarte hacia el río, desembocará en el gran muelle y el club Pejerrey que cortan al balneario en dos mitades notablemente desiguales. Hacia la izquierda (mirando al río), una parte remozada, en mucho mejor estado, con un destacamento policial en su inicio. A la derecha, una zona mayor, mucho más deteriorada. Esta disparidad ambiental y material se verá reflejada en la fiesta.



La zona de la izquierda es donde ahora ASRAU (Agrupación Social, Cultural y Religiosa Africanista y Umbandista) realiza una celebración que reúne a decenas de templos -que incluye una procesión, una roda de batuque y entrega de las barcas-. En ese espacio probablemente también haya otros templos que no pertenecen a la entidad, que hacen sus propias -generalmente pequeñas- sesiones de umbanda. De este lado todo es más limpio, más organizado, las barcas son mayores y la ropa religiosa de los asistentes es más evidente, incluyendo las túnicas de batuque con los colores propios de los orixás  y sus versiones más africanas o africanizadas. La presencia sostenida y anunciada de esta organización en las celebraciones de la  ribera sin duda ha brindado un poderoso impulso a la masividad y dinámica que la fiesta ha adquirido -que tiene su contraparte casi gemela los días 8 de diciembre cuando se celebra, de manera casi idéntica pero con predominio del amarillo en vez del celeste, a Oxum.




En el sector hacia la derecha del muelle, otras decenas o quizás cientos de templos también hacen sus ofrendas de manera independiente. El panorama aquí es más caótico, con numerosas barcas  y altares/ofrendas para Iemanjá más pequeños entreverados con cientos de carpas de tela que se multiplican como hongos gigantes. No todos los presentes usan ropas blancas -mucho menos las de batuque o africanas- y resulta díficil a veces distinguir a los fieles umbandistas de los paseantes ocasionales del lugar. La ortodoxia y la etiqueta religiosa aparecen sin duda más relajadas. Sin embargo, la enorme diversidad de propuestas religiosas -y sus innumerables combinaciones con actividades y escenas profanas- le brindan un especial atractivo al sector. Un templo de Avellaneda siempre junta dos o tres micros como barrera y a su abrigo realiza, en la calle, una gran sesión de Umbanda. Como mini-satélites, varios más juntan a una decena de personas que cantan y giran en distintos rincones al ritmo de los tambores.




Las entidades espirituales favoritas parecen ser los africanos, quienes con sus sombreros de paja, grandes collares e infaltable botella de vino en la mano se pasean de a dos o de a tres, por toda la extensión de la ribera -uniendo las clases, las hetero y ortodoxias, y los espacios sociales. Vigilados por algún miembro de su templo, bromean con los paseantes, convidan vino, o cantan y bailan. Algunos van y vienen durante horas.



Las condiciones climáticas influyen mucho en el desarrollo y la magnitud de la celebración. Días apacibles se corresponden con más concurrencia (o al menos, durante más tiempo), una demorada permanencia  de las ofrendas en exhibición hasta su momento de ser llevadas al río, y un mayor uso de telas y velas en las barcas que aumenta su esplendor. Este año hubo un fuerte viento durante buena parte del día -que pareció amainar hacia la tardecita- que hizo que el río estuviera alto y con olas. Aún así, la profundidad no es mucha, descendidos los grandes escalones de cemento que bordean el río.



Lo que no varía, haga frío o calor, mayor o menor oleaje o fuerza del viento, es la entereza y la devoción con que los cientos de umbandistas (hombres y mujeres) se ponen las barcas al hombro y encaran hacia el río, llevando sus regalos y plegarias al orixá del mar. No deja de conmover, pese a haber presenciado la escena decenas de veces....

sábado, 2 de febrero de 2013

2 de febrero: Iemanjá en todos lados...


En Costa Salguero, CABA.

En la ribera de Quilmes

En Montevideo

En Mar del Plata (mañana domingo 3)

viernes, 1 de febrero de 2013

Celebración del Bicentenario de la Asamblea del Año 13: Inclusiones y exclusiones...

Foto: Alejandro Frigerio

Sentimientos muy encontrados respecto de la celebración por el Bicentenario de la Asamblea del Año 13 realizada ayer en Plaza de Mayo. Por un lado, me parece bien el nation-building que se hace a través de la conmemoración de hitos notables del pasado - una construcción ideológica, diría que necesaria... La imagen dominante de que "los argentinos descendimos de los barcos" parece a veces empezar  todo (lo que importa) a principios del siglo XX (como mucho, fines del XIX) y trae aparejada la imagen superpuesta o consecuente de la Argentina "blanca, europea y moderna". Nunca está demás, por lo tanto, darle un poco más de profundidad y densidad histórica a nuestro relato patrio y señalar la presencia, en el pasado y ahora en el presente, de colectivos indígenas y afrodescendientes que aportaron a nuestra historia y aún lo hacen a nuestra  sociedad y cultura. En esta línea, me pareció interesante el énfasis en las disposiciones de la Asamblea respecto de la esclavitud y cómo esto llevó a incluir a los afroargentinos y afrodescendientes en las actividades de la celebración. Principalmente a través de un stand alusivo (de unos 7 u 8 que había), de la participación de la Asociación Misibamba a través de su grupo de candombe porteño Bum Ke Bum y de la presencia de dos comparsas de candombe uruguayo (Escuela de Candombe Bonga e Irala). Me gustó y disfruté mucho del candombe uruguayo suelto por la Plaza de Mayo, y de ver al porteño con el Cabildo de fondo. 

Escuela de Candombe Bonga. Foto: Alejandro Frigerio

Escuela de Candombe Bonga. Foto: Alejandro Frigerio

Javier Bonga. Foto: Alejandro Frigerio

Sin embargo, no me gustó, y ya lo señalé en este blog, la visión demasiado simplista que se dio del tema, afirmando que la Asamblea "puso fin al tráfico de esclavos y estableció la libertad de vientres, garantizando la libertad e igualdad a todos los hijos de esclavas", llevando incluso a la exageración de funcionarios afirmando que "instituyó la abolición de la esclavitud en nuestro país"  (interventor del INADI dixit). 


Folleto oficial

De esta manera, la imagen dominante de la esclavitud en Argentina como más benéfica y de nuestro país como una especie de adelantado respecto de los derechos de los esclavizados es perpetuada y reafirmada ahora desde un gobierno que pretende tener y proponer una visión "progresista" de nuestra historia. Con matizar las afirmaciones y relativizar su alcance -con una frase o una oración- hubiera sido suficiente.

Lo Bueno: Bum Ke Bum frente al Cabildo. Foto: Alejandro Frigerio

La presencia de candombe porteño en el acto sin duda que se transforma en un hecho significativo, que hubiera adquirido la relevancia que se merece si,  en vez de tocar primeros a las 5 de la tarde para un auditorio de sillas vacías -aunque con público más "popular" detrás de ellas- lo hubieran hecho a las 20 o 21 hs, delante de esa platea llena de funcionarios y partisanos, con la plaza colmada y para las cámaras de televisión.

 Lo malo: Bum Ke Bum demasiado lejos de todo(s). Foto: Alejandro Frigerio

Ese es el efecto visibilizante que los afroargentinos se merecen y que un gobierno preocupado por el tema de manera mínimamente genuina podría/debería haber provisto. También, con una presencia de afroargentinos/as entre los convidados a sentarse en esa platea exclusiva - y no atrás de las vallas, vigilados por personal de seguridad cada dos metros, como si fueran o fuéramos potenciales invasores de espacios exclusivos.
Pero bueno, quizás, como dice el proverbio chino, un viaje de mil millas comienza con el primer paso... A estar atentos, y reclamar por los lugares merecidos....

miércoles, 30 de enero de 2013

Racismo cotidiano: ¿Qué hay en un título? - (inicialmente, "Cimarrones y Quilombolas según Pigna")

Originalmente, tenía pensado tan sólo incluir la nota de Pigna que salió hace un par de semanas en la revista Viva del diario Clarín (6/1/13), haciendo, en todo caso, una breve referencia a lo desafortunado del título: El instinto de libertad


¿Por qué una nota que habla del cimarronaje y los quilombos en Brasil -gestas de libertad si las hay- debe estar encuadrada (framed) interpretativamente con un énfasis en un supuesto instinto de libertad? ¿Es necesario utilizar esa palabra que ubica a los cimarrones y quilombolas mas cerca de los animales que de los hombres? ¿Acaso no era más apropiado y obvio hablar de "deseos" o "ansias"?
De esta manera, el encuadre brindado por el título -aún cuando no sea retomado en la nota- ayuda  a perpetuar las nociones de inferioridad y animalidad  (menos-que-humanidad) que pesan sobre los afrodescendientes y, quizás en medida mayor aún, sus antepasados esclavizados. Un status de inferioridad posibilitado por los regímenes esclavistas pero cuya influencia perniciosa llega hasta nuestros días, transformada y perpetuada por este tipo de pre-nociones y prejuicios que se filtran en los lugares menos pensados, con  una cotidianidad que a esta altura ya no asombra pero sí asusta.
Uno puede estar de acuerdo o no con las "visiones-Pigna" de la historia, cuestionar qué tan actualizado parece estar con la bibliografía contemporánea de los temas que trata -especialmente cuando espinosos y aún poco conocidos por fuera de un grupo de especialistas- pero no cabe duda del valor visibilizador que sus escritos adquieren para ciertas temáticas, sobre todo cuando aparecen en un medio de comunicación masivo de este porte.
Dada la dinámica y la peculiar forma que adquieren la construcción de noticias -en diarios y revistas- es probable que el título final no haya sido suyo, sino de algún redactor en jefe o encargado de sección de la revista. 
Poco importa, ya que el efecto pernicioso de construcción y repetición de una imagen animalizada de los "negros" cimarrones y quilombolas -y por ende de los "negros" actuales- se perpetúa a través de una nota que pretende ser educativa y de divulgación de la historia de nuestro continente.  Un buen intento, severamente desvirtuado por un título que atrasa casi doscientos años.


Como siempre digo, para este tipo de evaluaciones es importante tomar en cuenta el contexto -histórico, semántico, hasta mediático. Las representaciones de grupos étnico-raciales -y su subalternización- se forman a través de la repetición, en innumerables ocasiones y ámbitos de todo tipo, de determinadas imágenes, adjetivos y metáforas que se repiten o se complementan para lograr una concepción naturalizada de su inferioridad.
Es necesario entender, analizar críticamente, evidenciar y denunciar este tipo de mecanismos ya que hacen posible la reproducción del racismo cotidiano que tan sutilmente pero eficientemente afecta la vida de miles de personas a un lado y otro del Río de la Plata. 
En un momento particularmente sensibilizado ante la subsistencia de discriminaciones -en Uruguay por el ataque racista a Tania Ramírez y la campaña "Borremos el racismo dellenguaje", en Argentina por la celebración del Bicentenario de la Asamblea del Año 13 que supuestamente "puso fin al tráfico de esclavos y estableció la libertad de vientres, garantizando la libertad e igualdad a todos los hijos de esclavas que nacieran en adelante en el territorio de las Provincias Unidas " es particularmente importante -reitero- comprender y denunciar los mecanismos a través de los cuales estas "igualdades" permanecen promesas incumplidas. 

Fuente de la nota de Pigna: Revista Viva del diario Clarín, 6/1/13.

martes, 29 de enero de 2013

La Asamblea del Año 13 y la esclavitud

Es ya de público conocimiento que por Decreto 2435/2012, sancionado el 13 de diciembre pasado,  el año 2013 fue declarado como “Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813”.  Por ello, la ley Ley 26.840 estableció "por única vez feriado nacional" el día 31 de enero de 2013 en su conmemoración.


Entre los considerandos del decreto, se justifica esta celebración ya que:
"la Asamblea General Constituyente de 1813 marcó un hito trascendental en nuestra historia, no sólo por el rol soberano asumido por quienes la presidieron sino por su representatividad, albergando en su seno a todos los pueblos integrantes de las Provincias Unidas del Río de la Plata."
y que
"dicha Asamblea introdujo profundos cambios políticos y sociales que resultaron trascendentales para nuestra soberanía popular, y que han sido puestos de manifiesto a través de una incipiente tarea legislativa, ratificando su vocación de independencia, libertad e igualdad, plasmada en el dictado de numerosas disposiciones fundamentales."
 Entre las varias iniciativas mencionadas (apreciables en la imagen de arriba que reproduce el decreto) se señala que:
"puso fin al tráfico de esclavos y estableció la libertad de vientres, garantizando la libertad e igualdad a todos los hijos de esclavas que nacieran en adelante en el territorio de las Provincias Unidas."


Este énfasis despertó el entusiasmo de numerosos afrodescendientes de y en nuestro país, que asistirán al acto conmemorativo a realizarse el jueves en la plaza. Aparentemente estaría prevista hasta la presentación de candombe (en su modalidad local y uruguaya) en lo que podría ser un interesante golpe de visibilización de la cultura afro de ambas márgenes del Plata.
Si las celebraciones de hitos progresistas notables en nuestra historia son justificadas y bienvenidas, para no quedarnos en  una nueva versión Billiken de la misma  -especialmente en temas poco tratados y conocidos como la esclavitud en Argentina- es necesario indagar en qué fue realmente lo que pasó en esos años y en qué medida estas disposiciones y enunciaciones de buenas intenciones fueron llevadas o no a la práctica.
O sea, qué consecuencias tuvieron para la vida real de las personas (esclavizadas) de la época. 
De lo contrario, en vez de la pretendida lectura revisionista, corremos el peligro de reproducir las visiones tradicionales acerca de que la esclavitud en Argentina fue "mas benigna" que en otros países, o que fue abolida o "suavizada" mucho mas tempranamente de lo que en realidad fue.
Ciertamente la esclavitud en Argentina no es un tema en el que me especializo -sobre el que faltan, además mucho más estudios de los que hay- pero reproduzco abajo lo que ya hemos afirmado -en un trabajo conjunto con Eva Lamborghini- en base a análisis previos de historiadores locales.

Imagen tomada de www.elhistoriador.com.ar (ver al final)

Cito del trabajo (fuente y bibliografía abajo):
"La Asamblea General Constituyente de 1813 aprobó la ley de libertad de vientres, por la cual “los niños que nacen en todo el territorio de las Provincias Unidas del Río de la Plata [deben ser] considerados y tenidos por libres” (Goldberg, 1995: 545). Poco más tarde estableció que “Se declaren libres todos los esclavos que se introduzcan en el territorio de la Nación”.  Estas medidas no tuvieron, sin embargo, efectos inmediatos. Ante quejas de la corona portuguesa, posteriores disposiciones limitaron sus alcances para impedir la fuga de esclavos desde Brasil y para que quienes llegaran con esclavos propios (para uso personal y no para la venta) no los perdieran. 
El “Reglamento del Liberto” que reguló la ley de libertad de vientres estableció que “todos los niños de castas que nacieran libres deberían permanecer en casa de sus patrones hasta la edad de veinte años” (Goldberg, 1995: 546). La edad de emancipación de los libertos se fijó en los 16 años –o antes, si se casaban–. Sin embargo, estos límites no siempre se respetaron, y en la práctica el liberto funcionaba como un esclavo más y podía ser objeto de diferentes operaciones mercantiles, pudiendo incluso ser separado de la madre después de los dos años si esta era vendida (Rosal, 1994: 167). 

Imagen tomada de www.elhistoriador.com.ar (ver al final)

El tráfico de esclavos volvió a prohibirse en la Constitución de 1819, en el tratado con Gran Bretaña de 1825, en la Constitución de 1836, “en fin, demasiadas veces, lo que podría sugerir que el decreto de 1812 no se cumplía estrictamente”, como señala Rosal (1994: 167). Recién en 1840 se firmó un tratado con Gran Bretaña que logró la absoluta abolición del tráfico de esclavos (Goldberg, 1995: 538). La abolición de la esclavitud como institución, sin embargo, no llegó sino en 1853, al promulgarse la Constitución Nacional, y en Buenos Aires recién se concretó en 1862, cuando esta provincia se integró al resto del país.
De todas maneras, Andrews duda de que la abolición realmente se haya efectivizado. La Constitución de 1853 que liberaba a los esclavos también disponía la formación de comisiones para compensar económicamente a los dueños. Como estas comisiones no parecen haberse formado nunca, el autor suscribe a la posición de Leslie Rout Jr. (1976), quien afirma que “la esclavitud en Argentina nunca se abolió, simplemente falleció de edad avanzada” (Rout apud Andrews, 1980: 58)."

Bibliografia citada:
Andrews, George Reid. 1980. The Afro-Argentines of Buenos Aires 1800-1900.
Madison: University of Wisconsin Press.
Goldberg, Marta. 1995. “Los negros de Buenos Aires”. En: Luz M. Montiel
(Ed.). Presencia africana en Sudamérica. México DF: Consejo Nacional para la
Cultura y las Artes, CONACULTA.
Rosal, Miguel Ángel. 1994. “Negros y pardos en Buenos Aires, 1811-1860”.
Anuario de Estudios Americanos. Vol. 51, Nº 1: 165-184.
Rout Jr., Leslie B. 1976. The African Experience in Spanish America. Cambridge:
Cambridge University Press.

Fuente del artículo Frigerio-Lamborghini:

Fuente de las imágenes de las disposiciones de la Asamblea del Año 13: