sábado, 28 de diciembre de 2013

La (interesada) santificación de Mandela


Nelson Mandela fue muchas cosas a lo largo de su dilatada y fructífera vida. Según los requerimientos del contexto social fue -primero y durante mucho más tiempo- un luchador y luego también un conciliador. La progresiva santificación de su imagen -que a la hora de su muerte eclosionó para transformarlo en un ícono moral global- nos dice mucho más sobre quienes la llevaron a cabo, que sobre su figura.


En su muerte, los medios parecen haber convertido a Mandela en “El Gran Perdonador”, el estadista que perdonó a sus enemigos (y encarceladores) en aras de la unión de la nación sudafricana. El foco en la “reconciliación” y en la “unión” parece eclipsar sus décadas de lucha -no siempre ni principalmente, pacífica- contra el apartheid y el racismo. Sobre todo, este énfasis encubre la maligna persistencia de este último, tanto en Sudafrica como en la totalidad de las naciones donde se venera a nuestro nuevo héroe posmoderno. Acabar con el apartheid no necesariamente implica terminar con el racismo -apenas (aunque no es poco, claro) con su forma más explícita, brutalmente estructural y evidente. ........

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