Me llamó la atención la foto que ilustra la tapa de la excelente revista Living Jazz (abajo, y al final, la dirección de la revista online). Siempre me parecieron algo caricaturizantes las fotos de Louis Armstrong, y comentando el tema con Berenice Corti, estudiosa local del género, me envió las reflexiones que reproduzco a continuación.
Quienes estén familiarizados con el blog saben que siempre enfatizo que las representaciones -dibujos, fotos- sobre la cultura negra y sus creadores deben ser sometidas a un constante escrutinio crítico. Durante demasiado tiempo se reprodujeron imágenes infantilizantes, bestializantes o exotizantes de los afroamericanos de distintas latitudes que sólo contribuyeron a mantener estereotipos. Aunque esto sucede con menor frecuencia, hay que estar atento para no reproducirlo.

Señala Berenice Corti:
Los estilos estéticos en las fotos de jazz dependen en gran medida de quién sacaba las fotos y a quién estaban dirigidas. Por ejemplo, en el caso de Louis Armstrong, habría que señalar que prácticamente fue el primer músico negro en los Estados Unidos en ser considerado una estrella masiva, por lo que puede pensarse que su imagen debía sufrir un proceso de construcción y reforzamiento estereotípico para que pudiera ser distribuida y vendida en la industria cultural.


También hay que tener en cuenta que los rostros se desfiguran cuando tocan instrumentos, en especial los de viento. La posición de la boca y los ojos hacia arriba son índices de esto, y pueden parecer hasta ridículos cuando en realidad son consecuencia de las necesidades de interpretación musical. La decisión de la imagen está entonces en quién saca la foto y qué momento se elige, como parece indicar el ejemplo de esta foto artística, tomada en un momento de descanso.

Otra imagen clásica de Armstrong es su conocida sonrisa, tan criticada por Miles Davis por su supuesta afinidad con el estilo “Tío Tom”. Pero ahora bien, ¿quién toma las decisiones en una compañía discográfica? ¿Quién elige qué foto usar?




Un quiebre muy importante sucede en las décadas del cincuenta y el sesenta con la creación del sello Blue Note, dirigido por Alfred Lion, quien contó con el trabajo del fotógrafo Francis Wolff. Ambos eran judíos alemanes por lo que su mirada sobre los músicos negros de jazz presumiblemente era distinta a la de los norteamericanos.
Aquí se ven a músicos en actitudes poco complacientes, plenos de personalidad y estilos particulares, integrados en diseños modernos, sugerentes y poco convencionales para la época y menos aún para protagonistas negros.


También podemos destacar aquellas fotografías producidas por los mismos artistas, en donde son muy relevantes las relacionadas a temáticas de derechos civiles. Al respecto ya habíamos visto más arriba la cubierta de Art Blakey para su disco Free for All. En el caso siguiente, vemos la tapa de la suite Freedom Now! del baterista Max Roach, en donde los músicos, en actitud desafiante, se encuentran acodados en la barra de una lechería que está atendida por un empleado blanco.

Estas imágenes son útiles para observar cómo se construyen los estereotipos raciales, y hasta qué punto éstos suelen estar naturalizados e incorporados en las distintas esferas de la cultura.
Revista Living Jazz: http://www.livingjazz.net/magazine/