jueves, 12 de febrero de 2009

Libro online sobre desigualdades raciales en Uruguay

En diciembre pasado se presentó en Montevideo un valioso trabajo sobre la situación actual de la población afrodescendiente en Uruguay.
A continuación, la nota publicada en el periódico
La Diaria, reproducida en la página web del Programa Naciones Unidas para el Desarrollo.
El libro se puede bajar gratis de
http://www.undp.org.uy/showNews.asp?NewsId=617

La publicación Población afrodescendiente y desigualdades étnico-raciales en Uruguay, una investigación que se realizó con el apoyo y la participación del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Fondo de Población para las Naciones Unidas (UNFPA), el Instituto Nacional de Estadística (INE), el Parlamento Nacional, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM).
La investigación fue realizada por destacados investigadores, historiadores, sociólogos, demógrafos, economistas y psicólogos, que abordaron temas como la infancia, la educación, el mercado de trabajo y el racismo. Tal como lo explican los autores en un comunicado de prensa, el estudio contiene “datos actualizados sobre las condiciones de vida de la población afrouruguaya, los mecanismos y determinantes de su posición desfavorable en el conjunto de la sociedad, y el contexto histórico en el que esta realidad se ha configurado a lo largo del tiempo”.
La investigación parte de la base de que la población afrodescendiente no padece en forma homogénea la discriminación, por eso se incluyó una categoría analítica para visibilizar cuadros agravados de desigualdad racial. El estudio tiene un capítulo dedicado a la historia de los afrodescendientes en el país, que arranca con la llegada de esclavos a estas tierras en tiempos de la colonia y llega hasta la época de la dictadura, cuando se desalojaron los conventillos Medio Mundo, Ansina y Gaboto. La historiadora Ana Frega, Carla Chagas, Óscar Montaño y Natalia Stalla analizan el tráfico de esclavos en la zona, el modo en que éstos se las ingeniaron para preservar su cultura y cómo fueron discriminados durante el transcurso del siglo XX a contrapelo del modelo que se proponía instaurar la sociedad uruguaya.

Rubén Rada en la presentación del libro - Foto diario El País del 4/12/2008

La economista Marisa Bucheli y el sociólogo Rafael Porzecanski abordan el tema de la discriminación racial en relación a la desigualdad salarial. “Se partió de la base de que el ingreso laboral constituye el principal medio de sustento de las familias y uno de los factores explicativos más importantes de otras dimensiones de la desigualdad, tales como el acceso a la salud, la educación y la vivienda. De acuerdo con datos de 2006, la remuneración promedio de un hombre asalariado afrodescendiente es equivalente al 70% de la remuneración de un trabajador blanco. En el caso de las mujeres, la remuneración promedio de las afrodescendientes es equivalente al 72% de la remuneración de las trabajadoras blancas”. Entre las conclusiones a las que arriban los autores, figura que los afrodescendientes tienen menos oportunidades que los blancos para acceder a las ocupaciones mejor pagas, y que quienes más padecen esta forma de desigualdad son los hombres.
Wanda Cabella indaga en la infancia y la adolescencia de la comunidad afrouruguaya. La demógrafa observa que el 50% de los niños afrouruguayos se encuentra en el sector más desfavorecido de la sociedad y sólo el 3,2 % se ubica en el más favorecido.
Con un enfoque cualitativo, la psicóloga Susana Rudolf, Amanda Díaz, Javier Díaz, Carolina Ricarte y Óscar Rorra indagan en las condiciones de vida y la salud de los integrantes de esta comunidad, analizan sus sentimientos, reacciones, defensas y experiencias en instituciones educativas, laborales, espacios de socialización y el barrio, entre otros ámbitos.
“La primera conclusión que se deriva del análisis -se lee en un material de prensa- es que la sociedad uruguaya es discriminadora y que los afrodescendientes sufren esta discriminación en forma personal y directa, más allá de la segregación estructural que supone su condición de pobreza. Estas formas actuales de la discriminación se unen a la determinación siempre presente de un pasado de esclavitud que aún marca, en forma cualitativa y simbólica, la identidad. Las fuentes múltiples de discriminación colaboran en la construcción de una identidad autodesvalorizada, que se recorta a sí misma posibilidades de desarrollo”.
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