lunes, 22 de abril de 2013

Chuck Berry, Peter Tosh, Cidade Negra: Los caminos de Johnny B. Goode

Johnny B. Goode, escrita en 1958, es uno de los mayores éxitos de Chuck Berry. Está ranqueada número 7 entre las 500 mejores canciones de todos los tiempos y número 1 en la lista de las 100 canciones de guitarra más grandes de todos los tiempos, según la revista Rolling Stones (Wikipedia dixit, y acá al menos debemos creerle). 
Pero además, ha tenido versiones reggae que ya son clásicos por derecho propio: la primera, adaptada y cantada por Peter Tosh, y luego, ya más cerca en el tiempo y el espacio, por el grupo brasilero Cidade Negra. 
Como testimonio de la continuidad, versatilidad y adaptabilidad de la cultura afroamericana, acá van todas ellas (al final, con mala calidad de imagen pero potente audio y performance en vivo, por Peter Tosh de nuevo):







Agradezco a Ana Wortman

Chuck Berry: El padre (afro) del rock' n' roll


La semana pasada el suplemento Radar de Página 12 le dedicó la tapa -y una larga nota- a Chuck Berry, el músico afro(norte)americano a quien muchos consideran el verdadero padre del rock and roll. La foto lo muestra haciendo su legendario "goose step" -en los videos que coloqué se lo ve en acción.
No transcribiré la nota en su totalidad, que se puede leer en el site del diario, sólo algunos testimonios que en ella figuran de (archi)reconocidos músicos que muestran su enorme y pionera influencia. 
Antes y más arriba de Elvis, el Rey blanco, Chuck Berry...


(el goose step, en el minuto 2.50)


Dijo Keith Richards:
“Para mí, Chuck Berry siempre fue el epítome del rhythm and blues, del rock and roll. Su forma de tocar era hermosa, sin esfuerzo, y su tempo era la perfección. Era el supremo del ritmo. Es el hombre que empezó todo. Yo le robé cada fraseo, cada lick que haya tocado. Cuando crecía, Chuck era mi hombre. Fue por quien dije ‘quiero tocar la guitarra’. Gracias a él supe lo que quería ser. Su sonido cambió mi vida. Yo no sé si Chuck se da cuenta de lo que hizo. La gente suele no saberlo. Probablemente Miguel Angel pensaba que sólo estaba pintando. El primer disco que escuché fue Johnny B. Goode. Supe entonces que eso era lo que quería hacer. No soñaba que iba a poder vivir de esto. Pero supe que quería tocar, aunque fuera como un hobby. Es el único tipo que me pegó una trompada y al que no se la devolví. Fue en New York, en un camarín –él estaba con una chica blanca–. Y cometí el error de tocarle el hombro y decirle: ‘Chuck, no te vayas sin saludar’. Nos conocíamos desde 1965. El se dio vuelta y me puso una piña en la cara, casi me voltea. Yo estoy orgulloso de no haberme ido al piso. Yo lo respeto y siempre voy a respetarlo por lo que hizo como músico. Lo amo, y amo a su familia, y no tengo forma de disgustarme con él aunque me dio más dolores de cabeza que Mick Jagger –y eso que trabajamos una sola vez juntos–.”


Dijo Mick Jagger:
“Keith y yo empezamos a tocar juntos cuando éramos adolescentes, ensayábamos algunas veces en casa de la tía de Dick, donde experimentábamos con toda clase de rock y rhythm and blues, sobre todo temas de Chuck Berry. Así es como realmente se aprende. Un buen día descubrí que también se podían obtener discos comprándolos directamente a la compañía discográfica Chess Records, en Chicago... Costaban una fortuna... Lo peor era que nunca sabíamos si nos iba a gustar el disco, no se podía escuchar con antelación. Decidir qué comprar era muy importante. Por supuesto, sabía que me gustaba Chuck Berry y me compré todos sus discos.”


Dijo John Lennon:
“Si intentaras darle otro nombre al rock’n’roll, podrías llamarlo Chuck Berry. En los ’50, una generación adoró su música y cuando se lo escucha tocar hoy, el pasado y el presente suceden al mismo tiempo y el mensaje es uno solo: viva el rock’n’roll. Cuando lo conocí le dije ‘Sos mi héroe’. No pude evitarlo, me salió. Influyó a todos, blancos y negros, pero sé que a nosotros, los chicos blancos, nos marcó Chuck Berry. Los Beatles, los Stones y todos los demás fuimos influidos por él. Sus letras eran muy inteligentes y en los ’50, cuando la gente cantaba virtualmente sobre nada, él hacía comentarios sociales y todo tipo de canciones con increíble métrica en las letras. Como letrista me influyó a mí, a Dylan y a muchísima otra gente. Realmente lo admiro mucho, es el más grande de los rockeros.”

(Johnny B. Goode, uno de sus grande éxitos. Es sólo audio, pero el tema y las fotos valen la pena)

Fuente de la nota y testimonios: