A muy pocos metros, doblando a la izquierda y en la vereda de enfrente, otra (ahora literalmente) inscripción religiosa en el espacio público. Solo que esta vez, evangélica.
La inscripción literal, más fácilmente comprensible –aunque seguro sin el mismo significado que le brinda la teología evangélica o pentecostal que guió la mano de la persona que la escribió- probablemente cause menos inquietud, aunque a muchos pueda enojar por afectar el espacio público o por ser considerada propaganda de religiones con las cuales se puede no estar de acuerdo.
Uno anunciando la buena nueva, la propicia.
El otro, ofrendando los elementos apropiados en el lugar apropiado, pretende conseguir el apoyo de las deidades a quienes invoca. Por el lugar (cruce de caminos) y los elementos (velas rojas, pipoca, papas asadas, naranja), probablemente Bará y Ogún.
Cosas que veo en la ciudad "secularizada"...
Agradezco a M.A., Òséfúnmi -los errores de interpretación son míos...