Fotos: Eva Lamborghini y Cecilia Galera
Como evaluación general, no caben dudas de que los festejos del Bicentenario fueron interesantes, exitosos y, como todos sabemos, contaron con una participación ciudadana masiva. Ahora bien, nos queda la misma pregunta que se hace Viviana Parody, en una entrada anterior de este blog, al ahondar un poco en la representación de la diversidad y preguntarnos –ya ni digamos por la posibilidad de que lo “cultural”/representacional tenga un correlato en la inclusión social- si todos los grupos “diversos” tuvieron iguales condiciones para representarse.
Con respecto al eje que nos convoca en este blog y que particularizó Viviana en la entrada anterior, agregaré unos sencillos comentarios sobre “la/s presencia/s de los colectivos afrodescendientes en el festejo del Bicentenario (oficial)” y las posibilidades de (re)presentarse y visibilizarse frente a una multitud de personas (presentes y/o que lo vieron por los medios) que ignora y desconoce su presencia, trayectorias de vida y también de lucha. A este respecto, lo primero que viene a mi mente son las sensaciones entre las que oscilé cuando circulé por los diferentes espacios del Paseo y observé los distintos espectáculos. A lo largo de esos cinco días, mis sentimientos alternaron guiados por dos pensamientos extremos: “lo afro: estuvo presente” - “lo afro: estuvo ausente”.
Con respecto al eje que nos convoca en este blog y que particularizó Viviana en la entrada anterior, agregaré unos sencillos comentarios sobre “la/s presencia/s de los colectivos afrodescendientes en el festejo del Bicentenario (oficial)” y las posibilidades de (re)presentarse y visibilizarse frente a una multitud de personas (presentes y/o que lo vieron por los medios) que ignora y desconoce su presencia, trayectorias de vida y también de lucha. A este respecto, lo primero que viene a mi mente son las sensaciones entre las que oscilé cuando circulé por los diferentes espacios del Paseo y observé los distintos espectáculos. A lo largo de esos cinco días, mis sentimientos alternaron guiados por dos pensamientos extremos: “lo afro: estuvo presente” - “lo afro: estuvo ausente”.
Resulta inevitable en este tipo de reflexiones traer a cuento el pensamiento de las elites económicas y políticas del país, en el período de su consolidación como estado- nación, con sus proyectos homogeneizadores y de “blaqueamiento” del “ser nacional”, cuyos efectos aún hoy nos inscriben como sociedad. Si hurgamos un poquito en los festejos del Centenario (1910), saltan a la vista algunas características que nos ayudan a pensar diferencialmente nuestro contexto actual y los festejos del Bicentenario que nos tocaron vivir.

Las colectividades extranjeras instalaron sus pabellones y participaron además obsequiando objetos “perdurables”, como el Monumentos de/a los Españoles, y otros grandes monumentos fueron inaugurados, como el del Ejército de los Andes. Se hicieron funciones teatrales de “alta cultura”, y las “bellas artes” tuvieron su lugar. En consonancia con el espíritu de la época se exaltó la industria, el comercio, las obras públicas y las comunicaciones, en congresos y pabellones especialmente armados para ello.

Hoy atravesamos un momento histórico (que trasciende lo local- nacional) en donde se afianza una narrativa multiculturalista de representación de la nación. Este cambio va de la mano del pasaje de un énfasis en lo “material”, pensemos en los monumentos de antaño, a la mayor valoración de lo “inmaterial” de las expresiones culturales de la gente, su “cultura”, sus comidas, trajes típicos (los estudios de antropología urbana han profundizado sobre estos cambios). No es que el discurso de la industria y el avance tecnológico no estuvieran presentes en los festejos del Bicentenario (de hecho se construyó una especie de pabellón al respecto), pero claramente el verdadero atractivo, y donde se pusieron todas las fichas, fueron los desfiles (más allá del clásico desfile militar) de “colectividades”, de carrozas históricas; los stands de comidas; los espacios dedicados a las provincias que destacaron sus patrimonios naturales y culturales; y los masivos recitales de música popular (principalmente).
Relacionado con esto último, veamos ahora el desfile “Artístico-histórico” que representó mediante diecinueve escenas la historia nacional. En este gigantesco evento, los afrodescendientes estuvieron representados como “parte” de la nación. La escena que contó con la convocatoria y participación explícita de afrodescendientes (como dice Viviana, actuando de afrodescendientes) fue uno de los primeros cuadros; el correspondiente al Éxodo Jujeño. Hay claras similitudes con el desfile de las Colectividades, en términos de las dificultades de visibilización de los afrodescendientes. La escena del Éxodo Jujeño no tenía la ventaja artística-tecnológica de ser realmente una “carroza” que lograra especial impacto y atracción de los espectadores.
Se puede comparar esto con la otra población subalternizada de la nación, los pueblos originarios, cuya escena atrajo la atención de la gente y de los medios. Porque el número dedicada a los Pueblos Originarios -con nula alusión al hecho de la conquista, cabe resaltar- contó con un despliegue de plumas coloridas –al estilo del “indio” (norte)americano- y de música (entre indígena y electrónica), todo en una gran carroza con escenarios que subían y bajaban. Frente a esta visión espectacularizada (e incluso teniendo en cuenta los problemas de banalización de este tipo de (re)presentaciones) pensemos la escena del Éxodo Jujeño: gente negra caminando entremezclada con mestizos, indígenas y militares (algunos mulatos), todo bajo un cierto alo de penuria propio de una situación de éxodo. Como si fuera poco, los afrodescendientes estaban reunidos a un lado del desfile con lo que, para la gente que estaba del otro lado, fueron básicamente imperceptibles.
Por último, aunque no menos importante, la presencia de afrodescendientes dentro de esta “escena” me lleva a pensar que, tal vez, más allá del acontecimiento histórico en sí, se intentó recrear la matriz poblacional del momento inmediatamente posterior al período colonial (1812). La inclusión dentro de la génesis de la nación es objeto de reconocimiento, a la vez que pone de relieve lo que Frigerio sostiene en diferentes trabajos, esto es; la reproducción de la narrativa dominante de la nación que ubica y mantiene a la población negra en el pasado.
Fotos de los festejos del Centenario. http://masaplus.blogspot.com/2008/10/fotos-viejas-de-buenos-aires.html
Fotos de los festejos del Centenario. http://masaplus.blogspot.com/2008/10/fotos-viejas-de-buenos-aires.html