viernes, 31 de enero de 2014

Iemanjá vandalizada: La precaria situación de las religiones de origen afro


Varias veces sostuve que la fiesta a Iemanjá era la mejor carta de presentación de las religiones afro en sociedades como las nuestras en que son injustamente miradas con desconfianza y mal comprendidas. 
Las estatuas de Iemanjá que se levantan a lo largo de la costa de Brasil, llegando hasta el Río de la Plata, dan cuenta de lo mucho que se ha progresado desde que estas religiones eran perseguidas como hechicería a principios del siglo XX pero también de lo mucho que resta por hacer. La instalación de imágenes nuevas encuentra resistencias -disfrazadas ahora de objeciones que intentan ser no religiosas- y las antiguas sufren, con mayor frecuencia de lo que sabemos, ataques y vandalismos. 
La bella y significativa imagen de Iemanjá en Montevideo, cercana a la playa Ramírez, donde miles y miles de uruguayos ofrendarán este domingo, ha sufrido varias agresiones este año.
Transcribo el texto que al respecto acaba de redactar la mãe Susana (Andrade) de Oxum. Sin duda que acierta al exigir medidas reparatorias (efectivas y simbólicas) del gobierno, y en pedir el acompañamiento de organismos de derechos humanos y civiles, que no suelen prestarle atención a esta problemática.


¿Qué pasa con Iemanjá?

Por Susana (Andrade) de Oxum.

Nuevamente agredieron la imagen de la Orixá Iemanjá ubicada en rambla de playa Ramírez. Denunciamos y deploramos los ultrajes de que ha sido objeto el monumento a la Reina del Mar en Montevideo. Nuestro símbolo máximo femenino integrante del panteón yoruba, devoción africana que representa la fuerza de las aguas en los cultos afro y religión Umbanda, fue ensuciada adrede vilmente volcándole un tacho de pintura arriba, además de hurtarle parte de sus elementos y placas.
Sin ser la única vez, han arreciado los ataques en frecuencia e intensidad. El año pasado fue a fin de año y en estos últimos quince días de enero ¡dos veces!! ¿Los fieles vamos a tener que limpiarla todos los días por la perturbación emocional de algunos violentos?
Siempre cercanos al 2 de febrero fecha de su celebración aunque cada vez más sin tiempo previsible, surgen estos atentados irracionales y cobardes que denotan una intolerancia religiosa aguda focalizada en la comunidad espiritual afroumbandista. Esto sucede en un país que consagra constitucionalmente la libertad de cultos, protegida en nuestro orden jurídico con leyes penales previstas ante los delitos de odio e incitación al odio en razón de la fe.
Nos sentimos impotentes. Sobre todo porque a estar por los hechos reiterados, no se trata de un agresor aislado, sino de grupos organizados con el fin de destruir las manifestaciones de los cultos afro. Un ataque racista y sistemático en definitiva, que podría tener origen en la prédica fundamentalista y demonizadora contra la religiosidad africana, que llevan adelante noche a noche año tras año hace décadas por televisión, los integrantes de la Iglesia Universal- Pare de Sufrir, mensajes de intolerancia y desprecio directamente dirigidos a las comunidades pertenecientes a las creencias de matriz afro y sus prácticas.
NECESITAMOS:
1- QUE EL MINISTERIO DE CULTURA PROMUEVA UN ACTO DE DESAGRAVIO A IEMANJÁ Y A LOS AFROUMBANDISTAS POR LOS REITERADOS ATENTADOS QUE HA SUFRIDO SU MONUMENTO PÚBLICO.
2- QUE LOS ORGANISMOS COMPETENTES -MINISTERIO DEL INTERIOR, INTENDENCIA- IMPLEMENTEN EN FORMA URGENTE POSIBLES MEDIDAS DE SEGURIDAD PARA EVITAR FUTUROS ATAQUES.
3- QUE LOS COLECTIVOS DE DERECHOS HUMANOS DE LA SOCIEDAD CIVIL URUGUAYA, SE CONDUELAN PÚBLICAMENTE Y NOS ACOMPAÑEN EN ESTA SITUACIÓN TAN DESGRACIADA DONDE NOS VEMOS COARTADOS DE EJERCER LIBREMENTE NUESTRO DERECHO DE CULTO.
SUSANA ANDRADE – JULIO KRONBERG
IFA DEL URUGUAY
ATABAQUE: Por un país sin exclusiones
099215451-22006821

viernes, 24 de enero de 2014

Duerme negrito / Drume mobila


Encontré esta algo antigua nota de Página 12 que relata cómo Atahualpa Yupanqui recopiló la famosa canción de cuna "Duerme negrito" -y luego el video donde Don Ata lo cuenta, personalmente, antes de cantarla. Las semejanzas con "Drume Mobila", cantada por Bola de Nieve (más allá de las increíbles diferencias interpretativas, ver el video más abajo) son notables....

Duerme, duerme, negrito,

que tu mama está en el campo,
negrito.
Duerme, duerme, negrito,
que tu mama está en el campo,
negrito.
Te va a traer codornices para ti,
te va a traer mucha cosa para ti,
te va a traer carne de cerdo para ti,
te va a traer mucha cosa para ti.
Y si negro no se duerme
viene el diablo blanco
y ¡zas!
le come la patita.
Duerme, duerme, negrito,
que tu mama está en el campo,
negrito.
Trabajando, trabajando duramente,
trabajando sí,
trabajando y no le pagan,
trabajando sí,
trabajando y va tosiendo,
trabajando sí,
trabajando y va de luto,
trabajando sí,
pa’l negrito chiquitito,
trabajando sí,
no le pagan sí,
duramente sí,
va tosiendo sí,
va de luto sí.
Duerme, duerme, negrito,
que tu mama está en el campo,
negrito.


Dijo Atahualpa Yupanqui sobre la canción: “Estos acordes pertenecen a una vieja canción tradicional que allá, hace muchos años, encontré en la zona Caribe, en la frontera de Venezuela y Colombia. La cantaba una mujer de color. La aprendí, me encantó y la caminé por el mundo. Mucha gente me la adjudica. Honor hubiera sido para mí que fuera mía, pero no lo es. Es mía en cuanto a lo que tenga de sensibilidad mi corazón de cosas receptivas. Es un tema anónimo, plural, folklórico. El tema es la madre que deja a su niño porque se va al cafetal a trabajar, y deja a su niño en manos de una mujer, de una vecina, hermana de ella en el color, en el destino, en la vida. Y entonces le dice que se duerma, le pide que se duerma al niño la vecina, y le ofrece, le promete, que la madre ha de traerle cosas que todo niño negro quisiera gustar, comer, probar. Pero de a dónde; a veces no se puede, la vida tiene otras letras, otra condición”.
Hay quienes adjudican a las similitudes de esta canción con “Drume, mobila”, de Bola de Nieve, un posible origen en común.

martes, 21 de enero de 2014

Iemanjá 2014 viene con todo....

Además de los miles de templos que ofrendarán de manera más o menos individual en las distintas playas argentinas, algunas iniciativas colectivas muestran la visibilidad y legitimidad creciente de la fiesta de Iemanjá en ambas márgenes del Río de la Plata.


Como ya anuncié en este blog, la celebración que organiza el Babá Hugo de Iemanjá en Mar del Plata, junto con su familia religiosa extensa y otros pais y maes amig@s, cumple treinta años y será registrada en un documental del que tengo la satisfacción de participar. La fiesta ya fue declarada Interés Turístico por el EMTUR de Mar del Plata, de Interés Cultural  por la Secretaría de Cultura del Partido de Gral. Pueyrredón y de Interés Turístico por la Secretaría de Turismo de la Provincia de Buenos Aires.

La fiesta  que organiza ASRAU en la ribera de Quilmes  -de la cual participan concurrentemente centenares de templos- fue declarada este año de Interés Municipal por la Intendencia local.


En Uruguay, la fiesta de Iemanjá tendrá un aditamento extra, ya que además de las multitudinarias ofrendas en la playa Ramírez y otras de la ciudad de Montevideo, se realizará una celebración en el "Caserío de los Negros", lugar "donde habría estado el mayor depósito de africanos en tránsito para ser vendidos durante la trata, espacio de cuarentena para ser curados, engordados, marcados y comercializados junto a cueros, aguardiente y otras “mercancías” " -según afirma la mãe  Susana de Andrade, principal promotora del evento.



Como he señalado numerosas veces, la fiesta de Iemanjá continúa siendo la mejor carta de presentación en sociedad y de visibilización de una religión injustamente estigmatizada....

domingo, 19 de enero de 2014

"El neoliberalismo es un apartheid"



Sistema ecónomico y racialidad, en la Sudafrica post-apartheid -aunque la reflexión vale también para estas tierras... 
Interesante reportaje al académico sudafricano PremeshLalu, quien hace poco estuvo en el país invitado por la Unsam:

Por Natalia Aruguete

Las primeras elecciones multirraciales en Sudáfrica pusieron punto final a casi cincuenta años de apartheid (1948-1994). Con más del 60 por ciento de los votos, el Congreso Nacional Africano (ANC) ganó los comicios y designó a Nelson Mandela como presidente. La gran negociación iniciada entonces se concentró en la modalidad de la democracia, la unificación de Sudáfrica y la desracialización de la sociedad. Sobre ese piso legal, la Comisión por la Verdad y la Reconciliación actuó como una justicia restaurativa, contra las violaciones a los derechos humanos. La utopía de Mandela era alcanzar la reconciliación nacional: que Sudáfrica perteneciera a todos los que allí viven, negros y blancos. Sin embargo, hay problemas profundos que el postapartheid no logró resolver. La gran negociación intentó “satisfacer a la sociedad, pero sin molestar al capital”, señaló Premesh Lalu en una entrevista con Cash. Invitado por el Programa de Estudios Sur Global de la Universidad de General San Martín (Unsam), el director del Centro de Investigación en Humanidades de la Universidad de la Provincia Occidental del Cabo hizo fuertes críticas al postapartheid y advirtió sobre las cuestiones estructurales que quedaron pendientes. Fundamentalmente, la consolidación de la racialización en el ámbito económico y la falta de un debate público tendiente a politizar a una gran parte de la población, que manifiesta una profunda frustración.

¿Qué cuestiones cree que han quedado pendientes de resolución en Sudáfrica, particularmente en el ámbito económico, después del apartheid?
–El apartheid fue pensado como un proyecto económico que definía la distribución del trabajo a lo largo de diversos sectores de la economía. La explotación minera en Sudáfrica siempre dependió del sistema de trabajo migrante. No sólo migración de las zonas rurales hacia las urbanas dentro de Sudáfrica, sino que desde la región Sur de Africa venían personas a trabajar a las minas de oro. Hubo, además, momentos de industrialización masiva e industrialización secundaria. Incluso, la urbanización masiva previa y posterior a la Segunda Guerra Mundial funcionó a la par del desarrollo del sector industrial en Sudáfrica. La agricultura, por su parte, fue históricamente un ámbito de reclamo sobre la distribución del trabajo. Cuando se piensa en la historia de Sudáfrica, se piensa en cómo el apartheid funcionó como un mecanismo económico. Sin embargo, las luchas en contra del apartheid no se enfocaron en el problema de la economía.

Sigue en:


jueves, 16 de enero de 2014

Iemanjá: Nuestra Gran Madre -la película

Primer afiche del documental, realizado a partir de una fotografía de la fiesta del año 2012, tomada por Rocío Frigerio y luego intervenida por Darío La Vega.

Comenzó el rodaje del documental "Iemanjá, Nuestra Gran Madre" que finalizará el 2 de febrero de 2014 en la 30º Fiesta Homenaje del Orixa Iemanjá, a realizarse en Playa Popular de la Ciudad de Mar del Plata. La película se propone rescatar la historia de la fiesta, su enraizamiento en la ciudad costera, y las diversas instancias de su desarrollo, hasta convertirse en una de las más importantes celebraciones de su tipo en el Cono Sur.


Más información en:

viernes, 10 de enero de 2014

Entrevista a Marisa Pineau


El diario Z entrevistó a la historiadora Marisa Pineau:

Marisa Pineau: “Se piensa que acá la esclavitud fue benevolente”
Por  Diego Sasturain

Experta en la historia de los afroamericanos, Marisa Pineau afirma que desde el Estado hubo una política deliberada para invisibilizar la presencia y la historia de los negros en el Río de la Plata así como desconocer su legado cultural.


En abril de 2013 el Congreso sancionó una ley que estableció el 8 de noviembre como Día Nacional de los Afroargentinos y de la Cultura Afro. Fue un primer reconocimiento del Estado argentino a una parte de la población -la afrodescendiente- que durante décadas trató de negar o invisibilizar. La ley, además, obliga a incorporar los temas vinculados a la historia y a la impronta de la cultura afrodescendiente en los programas escolares. Para la historiadora y especialista en temas africanos Marisa Pineau, este logro es más un punto de partida que de llegada. La investigadora conversó sobre la herencia afro con Diario Z en el patio del Museo Etnográfico Ambrosetti – en un pequeño oasis verde en el microcentro porteño– donde tiene su oficina.

Se suele decir que los africanos o sus descendientes murieron por la fiebre amarilla o en la Guerra contra el Paraguay, ¿es cierto?
Hubo una operación política e historiográfica de no dar cuenta de la presencia africana en nuestra cultura. Y quiero aclarar que esa presencia no necesariamente se nota en el color de la piel. Hubo toda la otra invisibilización, vinculada a la historia de los africanos aquí. Hay una larga historia de los africanos en el territorio que hoy es la Argentina, y que está vinculada a varias diásporas. Una primera es la del tráfico de esclavos. Que funcionó a partir del puerto de Buenos Aires y a partir de los puertos de Colonia y Montevideo, que era donde llegaban los africanos. Esos africanos también fueron después a muchos lugares del interior, muchos no se quedaban en la pequeña villa que era la ciudad de Buenos Aires en el siglo XVII y XVIII. Lo vemos por las pinturas, los relatos de los viajeros, y porque lo dicen los censos coloniales y de los primeros años de la vida independiente.

¿De qué parte llegaron?
Fundamentalmente, de la zona al sur del Ecuador, Angola, Congo y Mozambique, del sudeste de África. Hablaban lenguas de tronco bantú, que es a Africa como el tronco cultural indoeuropeo es a Europa.

Entonces, los africanos estuvieron en Buenos Aires desde siempre.
Pasa algo bastante particular, y es que hay varias capas africanas, unas sobre otras. No hay una única herencia afro. Una de las primeras tiene que ver con la esclavitud. Esta fue una sociedad donde hubo esclavos, y en la que los esclavos eran la base o una de las bases de su funcionamiento.

¿Eso es lo que se tendió a borrar?
Sí, de varias maneras. Hay una idea de que la esclavitud acá fue benevolente, que los trataban bien, que convivían con los dueños, como un paternalismo amable. En el único momento en que se muestra a los africanos en nuestra historia es en los aniversarios del 25 de Mayo o en la época colonial. Y se los muestra como menores, tutelados por los mayores, que son los blancos. Hay un ocultamiento de las relaciones sociales esclavistas que fueron fundantes de esta sociedad. También se borra cómo esa población de origen africano fue integrada a los ejércitos de las guerras de independencia como trabajadores y soldados.

¿Y las otras oleadas?
Una segunda diáspora está vinculada a la inmigración de Cabo Verde entre 1920 y 1950. Se asentaron fuera de la ciudad de Buenos Aires, en Dock Sud y Ensenada, porque estaban ligados a la actividad portuaria. Y es una comunidad que vive junta, que tiene una representación vecinal y una identidad complicada, a veces más portuguesa, a veces más africana, pero hay un fenotipo más visible. Y hubo una recuperación cultural en la década del 60 y de los 70, bailes, asociaciones de grupos que se reunían en Casa Suiza, en el subsuelo, donde la comunidad afroargentina organizaba bailes semanales. La dictadura es un corte en todo esto. Una tercera oleada comenzó a partir de la década de 1990, con la llegada de subsaharianos, especialmente de Senegal, de Nigeria y otros países del África Occidental y también de afroamericanos de otros países americanos, del Caribe y de Brasil. Hay algo así como una reafricanización.

¿Era importante el tráfico de esclavos para la economía de la colonia?
Era significativo, y las grandes familias participaban de la trata. Ahí dividiría los negocios, o la riqueza surgida de los negocios de la trata y los negocios surgidos del trabajo esclavo. Son dos cosas distintas. La trata era un negocio floreciente. En general, los africanos que llegaban ya estaban vendidos. No hay documentación que diga que haya habido un mercado de esclavos. Este era un puerto donde quedaban esclavos pero además pasaban para el interior, a Córdoba y el camino hacia Potosí. Iban a las minas y como cargadores.

¿Cuándo se empieza a perder esta presencia?
En el siglo XIX ya se empieza a perder el rastro. La ciudadanía política recién se consagrará con la Constitución de 1853. Hasta ese momento se establecía que un hombre para votar tenía que ser hijo de un hombre libre, por ejemplo. Otra cosa interesante del siglo XIX es que hacia 1870, más o menos, había muchas organizaciones afro. Estamos hablando ya de ciudadanos argentinos que se expresaban a través de la prensa, que se reconocían como descendientes de africanos y estaban reclamando por sus derechos. Encontramos sujetos orgullosos de lo que son, trabajando, haciendo cosas interesantes y pensándose como argentinos. Hay otras experiencias, en otros lugares de América, donde los afrodescendientes empiezan a pensar en la vuelta a África. Acá, en cambio, se piensan integrados.

¿Y qué pasó después?
A partir de la llegada de la enorme inmigración europea la población afro, que podía ser más o menos importante, pierde peso numérico. Por otro lado empieza a haber situaciones de mestizaje, casamientos entre miembros de distintas comunidades, que también es una característica propia de Buenos Aires.

¿Y el sistema educativo qué decía?
Desde la escuela se sostuvo con mucha fuerza que la Argentina era una sociedad blanca y homogénea. Quienes podían pasar por blancos, lo hacían, para no sufrir discriminación. Entonces, cuando el fenotipo no es tan marcado podía ser menos visible a los ojos de la sociedad.

¿Qué marcas quedan específicas de los afroargentinos?
Los lugares que quedan son dos o tres. El Parque Lezama, donde llegaban los esclavos en el siglo XVIII. Está bien poner un recordatorio por el día del afroargentino y de la cultura afro en ese lugar. Otro lugar es la Plaza San Martín, donde había una casona que funcionó como depósito y mercado de esclavos. Primero la alquiló la Compañía Francesa de Guinea y, hacia 1712, la South Sea Company, que traficaban con esclavos africanos. Eso le dio el nombre al lugar, “el retiro de los africanos”. También están documentadas las casas de afroargentinos en la calle Bolívar, a las que también se les pasó por encima en los procesos de modernización. Son dos herencias que están y que no están.

¿Cuánta gente se reconoce como afro hoy?
Hay una prueba piloto que se hizo en 2005 y se están haciendo censos donde se incorpora la pregunta étnica. La categoría es la de afrodescendiente (una persona que reconoce que tiene algún ancestro africano) y para el caso argentino es muy útil y por eso los movimientos afro la aceptaron y la usan. Se hizo una prueba piloto en Santa Fe y en la Ciudad de Buenos Aires, donde dio un porcentaje de más o menos un 5% de la población, que coincide con pruebas anónimas que se hicieron en hospitales públicos de la Ciudad de Buenos Aires. Lo hizo Francisco Carnese, que es profesor de Antropología biológica de la facultad, y le dio entre un 4 y un 5 por ciento con genes afro. En 2010 se incorporó en algunas zonas la pregunta sobre si “usted y su familia se reconocían como afrodescendientes” y hubo 150.000 personas que contestaron que sí. Es claramente una minoría, pero es como un puntapié para pensar nuevas cosas en el futuro.

¿Y por dónde pasa la Buenos Aires afro hoy?
Hay bares, algunos restaurantes. Pero yo creo que donde más se ve es en la movida cultural de las llamadas, en los tambores en San Telmo. Las llamadas y las llamadas no oficiales o contra-llamadas que se hacen. Hay un movimiento fuerte en ese sentido, y también ligado a la práctica de capoeira. Hay mucha gente que lo practica. Quizás estamos buscando a gente con todas las características raciales. Las poblaciones que se reconocen a sí mismas como negras no necesariamente son de piel oscura o mestiza, sino que se comparten ciertos valores culturales, formas de pensar la organización social y familiar, y formas musicales. El proyecto homogeneizador del Estado argentino fue sumamente exitoso en términos de invisibilización de la negritud y de los indígenas. Quizás haya sido el proyecto más exitoso que conocemos, porque nos convencieron de que somos europeos y de que éste es un país de blancos. Todos lo repetimos, nos lo repitieron en la escuela y lo seguimos reproduciendo.

¿Hay ganas de ocultar o de asumir esa herencia?
Yo creo que el orgullo afro tiene que estar ligado a cosas positivas. Si ser negro significa ser pobre, como en general es lo que pasa aquí, si la palabra “negro” es una palabra peyorativa y que equivale a ser pobre, entonces, reivindicarse como negro es más complicado. Me parece que puede ser una reivindicación de tipo política y aglutinadora.


Perfil de Marisa Pineau
Egresada de la carrera de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, Marisa Pineau realizó sus estudios de posgrado en El Colegio de México, donde obtuvo el título de Master en Estudios de África.
Es profesora titular de las cátedras “Historia de Asia y África Contemporánea” e “Historia de la Colonización y la Descolonización” de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Además coordina la Sección Interdisciplinaria de Estudios de Asia y África, en el Museo Etnográfico Juan B. Ambrosetti de la Universidad de Buenos Aires (http/museoetnografico.filo.uba.ar) y dirige el proyecto de investigación “África y su diáspora. Historia y realidades actuales” dentro de la Programación científica de la UBA.
Pineau es autora de Ruta del esclavo en el Río de la Plata y Huellas y legados de la esclavitud en las Américas, ambos editados por la Universidad Nacional de 3 de Febrero.

lunes, 6 de enero de 2014

6 de enero: San Baltazar -la vigencia de una devoción


En enero de 2012, publiqué en el blog esta imagen de San Baltazar, que pertenece desde hace varias generaciones a la familia de Darío La Vega.

Cosas de internet, hace poco apareció dando vueltas en Facebook, ilustrando una estampita en honor al santo, aparentemente elaborada en la ciudad de Fernando de la Mora, ubicada en las afueras de Asunción en Paraguay:


La devoción a San Baltazar/Baltasar y sus festividades están experimentando actualmente un vigoroso renacer, de la mano de la familia Caballero, en Corrientes capital, pero nunca dejó de formar parte de nuestras prácticas y creencias religiosas.

Algunos ejemplos interesantes de esta continuada vigencia, rescatados en estos días por amig@s en Facebook:

revista Anteojito, 1989 (click en la imagen para agrandarla)



Milonga candombe de Manzi y Piana, ejecutada por la orquesta de Aníbal Troilo, cantada por Rodolfo Fiorentino y con recitado introductorio de Julián Centeya (grabada en 1942). 
(no remite a la devoción (religiosa) por el santo popular, sino más bien al Rey Mago, pero muestra su lugar en el imaginario social local)

Y no puedo dejar de colocar esta bella pintura de Rubén Vispo, artista que vivió en Corrientes (1917-2008):

"San Baltazar" (1952)

Agradezco a Darío La Vega (imagen SB), Silvina Agnelli (Anteojito) y Ariel Prat (video).
Cuadro de Vispo de: http://museovidalctes.es.tl/RUBEN-VISPO-.--Pinturas.htm

sábado, 4 de enero de 2014

El Choque Urbano festeja el pasajero 8 millones de Aerolíneas Argentinas



Candombe, breakdance y hasta malambo en el flash-mob ideado por El Choque Urbano para festejar al pasajero número 8 millones de Aerolíneas Argentinas....

¿El futuro de la percusión?