martes, 1 de junio de 2010

El Bicentenario y los afrodescendientes

Festejos del Bicentenario: Acerca de los discursos y las inscripciones de la nación
Por Viviana Parody (texto y fotos)

Bajo la consigna “Viví el Bicentenario. Entrá en la Historia”, en los distintos dispositivos y montajes festivos de la celebración del Bicentenario, se pudieron observar permanentemente distintas inscripciones -párrafos enteros y/o citas- de distintas figuras emblemáticas latinoamericanas, en su gran mayoría próceres.
De haber podido cuantificarlas en los carteles luminosos en el inferior de los escenarios, creo que podríamos afirmar –realizando un ranking- que “los más citados” fueron Eva Perón y el Che Guevara.



Sin embargo, lo que podría resultar tendencioso, resultó un despliegue muy rico de significados respecto de la Nación y del Proyecto Nacional, al menos en lo que respecta al discurso de la Nación. Y eso no es poco si podemos tener en cuenta que somos “el” país latinoamericano caracterizado por el más alto grado de efectividad en el blanqueamiento y la europeización, producto de los procesos de homogeinización en pos de la construcción de nuestro Ser Nacional (blanco, europeo, racional, secular). Luego de más de un siglo de políticas desarrolladas a partir de los proyectos de personajes históricos como Roca o Sarmiento , frente a las consignas de “civilización o barbarie” que aún operan en el imaginario colectivo, frente a las “bases” ideadas por Alberdi y frente a todos los fundamentos que idearon el proyecto homogeneizador de Nación que aún respiran firmes en el imaginario nacional ; tanto en los escenarios como en los inmensos paneles del recorrido principal por Av. 9 de Julio, pudieron observarse legitimados los “otros discursos”, breves retóricas-pasacalles de Bolívar, San Martín, Moreno, Yrigoyen. (ver fotografías adjuntas).
Ahora bien, los festejos estuvieron centralizados casi en un 90% en la Av. 9 de Julio de la Capital Federal, a la cual se trasladaron en forma magna comunidades y colectividades de todas las Provincias y países para estar representadas y tener presencia …y poder “entrar en la historia”!!. (¿o salir en la foto y al menos quedar en el recuerdo?...del Proyecto Federal centrado en la Capital).
La pregunta es entonces….¿De qué modo entran hoy en la Historia y en la esfera de la Nación todos aquellos pueblos/colectivos de sujetos , que eran considerados “bárbaros” para las políticas blanqueadoras? Si bien no es poco ser nombrados , si bien no es poco hablar de diversidad cultural como emblema de la educación argentina hoy, estar incluídos en el plano del discurso no implica necesariamente dejar de ser excluídos , en el sentido más amplio y complejo del término.


La invitación al cumple la recibieron todos…¿Cuál fue –ya que es NOMBRE de éste blog- la presencia/las presencias de los colectivos afrodescendientes en los Bicentenarios?. Para ésta oportunidad quedaron nuevamente de manifiesto algunas lógicas de funcionamiento del colectivo afro en Argentina (entiéndase un importante número de organizaciones legitimadas).La presencia performática fue impresionantemente afroamericana (en términos de Estados-Nación), ya que además de la presencia musical han resaltado la diversidad y la riqueza cultural de una América que necesita de todas sus “presencias” ( “América india, América negra, América nueva” hubiera sonado en la voz de Mercedes Sosa…) artistas como Toto La Montposina, Gilberto Gil, y tantos otros artistas afro (ninguno argentino, pero corríjanme si me equivoco) en “Los grandes escenarios” del Bicentenario.


Las Rodas de Capoeira, integradas por argentinos y grupos brasileros, también estuvieron presentes, en las inmediaciones de la Av. 9 de Julio. “Devorados” por el gigante despliegue (mega evento), algunos pueblos originarios desfilaron también en el Bicentenario Oficial, bajo el título de colectividad boliviana en algunos casos (nombrados desde el Estado-Nación), y otros en el desfile “federal” como parte de las provincias. La televisión pudo hacer lupa de todo lo que “entraba en la programación”. Pero igual de “devorados” y no televisados (nos costaba visibilizarlos, encontrarnos, a pesar de las insignias y estandartes de cada organización) marcharon dentro del Bicentenario Oficial los afrodescendientes de CASI todas las organizaciones afro de Bs.As., citos en 9 de Julio y Av. Belgrano, convocados por la Sra. Miriam Gómes (Sociedad Caboverdeana de D. Sud). En éste caso, podemos decir, “entro en la historia lo que entró en la televisión”.


Respecto de la presencia del CANDOMBE en el evento, que es una práctica históricamente visibilizadora de la cultura afro en Bs.As., hubo una gran ausencia. En el desfile estuvieron incluídos Las Lonjas de San Telmo (comparsa de ésta orilla) y el extraordinario Canela con su comparsa montevideana, ambos como colectividad Uruguaya (estábamos hablando de la presencia afro en las dimensiones de nuestra Nación). Otros grupos/comparsas en principio participaban también como colectividad uruguaya (finalmente no asistieron), y estaba programada la presencia del grupo artístico de Freda Montaño , también entendidos como colectividad (afroecuatoriana). La presencia-ausencia-visibilización-invisibilización de la agrupación “Negros Argentinos” fue ya comentada por Pablo Cirio (ver éste mismo blog). Algunos referentes mayores afrodescendientes que participaron del Desfile de Carrozas del Día 25 debieron “pasar un casting actoral”…¿para actuar de si mismos en la época de la colonia?!!...


Aún así, con éstas participaciones, para quienes nadaban en el mar de gente de 9 de Julio o para quienes “lo miraron por tv”, visibilizar el colectivo afro era realmente complicado.
Entiendo que las disidencias internas existen, hubo incluso un gran contra-bicentenario llevado adelante por los Pueblos Originarios y grupos originarios minoritarios participando del Bicentenario Oficial o de ambos. Pero en el caso del colectivo afro, el nivel de fragmentación y de falta de alianza o unión debilita la presencia y retrasa realmente los procesos de empoderamiento. Citando o recordando la intervención de A. Frigerio en alguno de los tantos debates de algún 20 de Noviembre, Día de la Conciencia Negra: la espectacularización, el otorgamiento de derechos meramente culturales y no sociales (y políticas culturales y no políticas sociales tampoco) y la falta de presencia estatal o gubernamental , son factores de exclusión determinantes. Pero hay un rol de los propios afrodescendientes en el proceso de invisibilización que es necesario interpelar (“auto-espectacularización, auto-exotización, auto-folklorización, falta de unión para actuar y de acción conjunta”). En tanto se sostienen y acrecientan los niveles de rivalidad , se reproducen los mecanismos y lógicas excluyentes y esclavistas hacia el interior de las organizaciones, es decir en tanto no se modifiquen los factores de exclusión internos del colectivo afrodescendiente, seguirá el fortalecimiento y el empoderamiento siendo una utopía (“ los devoran los de afuera”).

La presencia real posible
Resulta interesante entonces pensar en las “presencias de la alteridad” dentro de ésta dimensión inclusiva de la Nación en pleno 2010, que por supuesto es presencia en el plano de las representaciones de un festejo, pero que también –y aún como representación- es presencia material , ya que para muchos de éstos colectivos “minoritarios/subalternos” , sostener esa presencia en tanto no llegaba el “paradigma de la diversidad” implicó históricamente primero haber sobrevivido a distintos tipos de genocidios (llámese Campaña al Desierto, llámese haber muerto en las guerras por la Independencia de la misma Nación que los excluía, llámese marginalidad y pobreza y sus consecuencias). No podemos dejar de observar que tanto los pueblos originarios como los afrodescendientes han anclado en los márgenes socioeconómicos de la sociedad, y sostener una presencia por lo tanto también implicó sostener su capital cultural en situaciones de vulnerabilidad y sin un marco legitimador (reconocimiento, status, capital simbólico).
Que hoy puedan reivindicar sus derechos, “ser reconocidos” , claro que no es poco. Y es producto de éstas luchas de las últimas décadas que en Latinoamérica pueden aparecer en la esfera de la Nación otros discursos, más allá de las condiciones mundialmente favorecedoras. Pero no es suficiente. Nos debe ocupar transversalmente la condición social sin excepción, para lo cual hay dos rutas posibles, ambas bastante transitadas depende el ejercicio político y el discernimiento que cada comunidad haya podido alcanzar, incluso en su propio proceso de “comunalización” (de conformarse como grupidad superando la propia fragmentación interna, es decir la falta de capital social, condición para el desarrollo y sostenimiento de la cultura y las microeconomías) .

Estos pueblos, en pos de una inclusión en una Nación que promete, quedan muchas veces entrampados en la participación superficial dentro de los órdenes del clientelismo político-que asistencializa en vez de empoderar y acrecienta los niveles de pobreza- o marginados a pesar de los intentos viendo que ya no hay intersticios/fracturas por donde “entrar en la historia”, y en el caso de los colectivos políticamente más radicalizados han optado muchas veces por la condición separatista / “auto marginados” por no sentir que ninguna de las propuestas de Nación los incluye realmente (ni siquiera en el plano simbólico).En ésta dimensión de análisis estaríamos pensando cuáles son las posibles presencias según los espacios que genera el Estado/las Políticas de Estado (como podría ser el de las políticas afirmativas), y también estaríamos pensando en las dialécticas que permiten la construcción identitaria de los colectivos “étnicos”.


De hecho, hubieron 2 bicentenarios paralelos, ya que el 80% de las líneas de los Pueblos Originarios “celebraron” con Asambleas/Debates/charlas/encuentros y otras actividades. El otro Bicentenario, el de los pueblos, tuvo cobertura periodística solo el primer día, por medio de lo cual pudo visualizarse que algunos líderes fueron recibidos y acercaron sus petitorios al Gobierno Nacional. Este hecho sería cotidiano si los Pueblos Originarios (y lo mismo para afrodescendientes) tuvieran 3 bancas en el Congreso y el Senado, y pudieran presentar sus proyectos y a su vez asesorar y participar de todos los debates y proyectos de ley que atañen y ocupan a La Nación. El colectivo afrodescendiente disidente se alineó en éste Bicentenario de los Pueblos (sería interesante detallar en una nota aparte las construcciones retóricas del Movimiento Afrocultural respecto del debate sobre la Nación, a cargo de Diego Bonga Martínez).


En síntesis, “para entrar en la historia”, y más allá de lo que hubiera por festejar, el Bicentenario en la Argentina nos pone frente a una cantidad mínima de desafíos. En primer lugar, la visibilización que pueda materializarse en parte mínimamente en el Censo 2010. Seguidamente, la superación de la situación de vulnerabilidad de muchos de éstos grupos “étnicos”. Pero por sobre todas las cosas, un Proyecto Nacional que pueda plasmar una educación inclusiva real. Difícilmente sin un plan educativo tan eficiente como lo fue el de la escuela homogeinizadora podamos rotar el imaginario blanco-europeo – racional-secular (producto de ese proyecto tan eficiente y exitoso) desde el cual opera aún hoy la sociedad nacional.