domingo, 12 de julio de 2009

Negreando a Obama (4)

Agradezco los comentarios de Pablo y Nicolás que permiten, como siempre, un debate que es parte del propósito del blog.
Sobre el comentario de Pablo, como dije en otras oportunidades, pienso que las “notas de color” son muy importantes en la construccion social y mediática de la realidad y el mantenimiento de los estereotipos. Justamente, por su carácter aparentemente innocuo y simpático, reafirman inequívocamente “lo que todos saben” sobre determinados grupos sociales. Como los chistes o los programas humorísticos, son editoriales sobre la realidad –que no pretenden serlo- y que nos golpean cuando menos preparados estamos; son sólo “diversión” –con un camión de ideología detrás.
Es cierto lo de Berlusconi (lo pensé de hecho) y sería interesante sin duda un estudio comparativo de la cobertura. Lo de Berlusconi, al menos, parece ser cierto. Y nadie sugirió a raíz del caso que los italianos son unos “latinos calentones”, como todos los latinos? –o “como todos los tanos”, diríamos nosotros… O no jugó con ese estereotipo.

Para el caso de Obama –como para todos los estudios de estereotipos- siempre es necesario mirar la serie –de notas, coberturas, fotos. Cada una se inserta en una serie de apreciaciones similares que dan vida a y mantienen, la imagen estereotipada. En este caso, me pregunto por qué una “foto de un equívoco” sale en la primera página de Clarín –ocupando casi la mitad de la misma- y en la segunda página de La Nación? Y por qué nadie dice nada de la (aparentemente al menos) mirada lasciva (o apreciativa) de Sarkozy? Hubiera pasado lo mismo con Bush? Quizás…. Pero como digo, ya hubo otras sugerencias similares con Obama, y el tipo que sepamos no se mandó ninguna fiestita ni hizo nada para merecer miradas suspicaces: su pecado, es, definitivamente, racial. Ya cuando asumió la prensa local se hizo preguntas acerca de la “sensualidad de la raza negra” –aunque por suerte la periodista tuvo la precaución de incluir algunas observaciones mías advirtiendo acerca de las estereotipaciones raciales y sexuales.


La observación de Nicolás, es sin duda válida. De hecho, reproduje la nota que menciona –sólo para no quedar como un frívolo que también le da más importancia a la fotito sexy que a un discurso importante….. :-)
De todas maneras debo reconocer que, no siendo experto en Africa, los discursos del tipo “blame the victim” no me caen del todo simpáticos. Si algún presidente primermundista viniera al conurbano bonaerense o a nuestra ciudad a sermonearnos sobre cómo estamos como estamos por la corrupción, el clientelismo y el populismo, bueno… no me caería muy bien -aún cuando el tipo fuera nieto de argentinos. Puede ser parte de la verdad, pero sin duda no lo es toda –y tampoco sé si es la que se debe resaltar. Pero, como dije, no soy experto en Africa y tampoco en esos temas más políticos…..

Fotos de los Obama en nota de Clarín 9/11/2008.


Comentario de Nicolás Fernández Bravo:
Creo que la virtud de la intervención de Obama en Accra fue, precisamente, señalar que se puede ser "algo más" que víctima. Sería muy complejo y extenso debatirlo en el blog, pero la inter-relación estatal actual es tan grande en África, que una alternativa es señalar lo que señala Obama: el futuro de África está en los africanos. Pero África hoy depende de la cooperación internacional. ¿Cómo se sale del dilema? Nadie más audible que él para señalar uno de los vértices de ese dilema: las elites cleptocráticas africanas.
Saludos, NFB
AF:
Wow! ¿Elite cleptocrática? .... qué fino! gostei ...

Negreando a Obama

Sin duda que ya tenemos una sección "negreando a Obama" en el blog -entendiendo, por "negrear" a "tratar de manera (generalmente despectiva) en que se trata a los negros" o quizás algo más sofisticadamente, "utilizando los estereotipos habituales respecto de los negros". El primer uso de la palabra se lo escuché a un militante afroargentino ("me estaba negreando").
Esta foto salió publicada ayer en la portada de Clarín, y en la página 2 de La Nación. Probablemente también en otros diarios locales, y también internacionales.
Si era un equívoco y Obama no esta mirando el booty de la brasilera (otro estereotipo: todas las brasileras son extremadamente sexies), cuál era el sentido de ponerlo en la portada? (y aún si lo hacía?). Monsieur Sarkozy al lado tiene más cara apreciativa todavía, y (equívoco o no) nadie dice nada.
Uno puede ser el presidente de la primera potencia del mundo y aún así los medios esperarán (o harán) que uno parezca un negro calentón -o un afrodescendiente hipersexualizado, para ponerlo más fino.. Ya otra "equívoca foto" en abril lo había mostrado saludando el booty de su señora ("algo para saludar" según el titular) -en este caso, una negra caliente -o una afrodescendiente hipersexual.
(Ver: http://alejandrofrigerio.blogspot.com/2009/04/negreando-michelle-obama.html)

Negreando a Obama (2)

Comentario de Pablo Cirio:
Hola Ale, personalmente no lo veo así. Sarkozy y Berlusconi -bien blanquitos que son- tuvieron sus serios problemas y reales hace un tiempo, y aún hoy resuenan los escandaletes de Berslusconi ya que de ambas correrías amoriles la prensa internacional hizo su bocadillo más vendible... y no era sólo "una mirada". Creo que la noticia está más allá de la negritud de Obama, aunque no deja de ser, paradójicamente, una nota de color.
Atte. Pablo Cirio

Negreando a Obama (3)

Comentario de Nicolás Fernández Bravo:
Si de destacar novedades en torno al impacto de las acciones de Barack Obama se trata, considero que junto a la "trascendental" pero incierta mirada, habría que destacar su inteligente presentación en Accra. Hay varias coberturas, pero la del Página/12 me pareció buena: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-128111-2009-07-12.html.
(NOTA DE AF: la reproduzco abajo)
¿No nos dice algo el hecho de darle importancia a una insignificante "mirada", cuando la novedad bien podría ser su intervención en Ghana?
Saludos, NFB

Obama en Africa

Página 12, domingo 12 de julio, sección El Mundo
Por qué el discurso de Obama fue histórico
El que dijo lo que nadie dice
Por Sergio Kiernan

Cuesta pensar en un presidente de cualquier nacionalidad que pueda dar un discurso como el que dio ayer Barack Obama ante el Parlamento de Ghana. Es que un presidente visitante es, por definición, un extranjero medio que obligado a portarse como en casa ajena. Y es por eso que no se critica, que los presidentes se limitan a destacar los lazos que existan, como hizo en España el hijo de españoles Raúl Alfonsín. Nostalgias, pedidos de ayuda, recuerdos. Nada de durezas o señalamientos.
Pero Obama es hijo de una nacionalidad dolorosa. Barack, el hijo del emigrante keniano, se para delante de un Parlamento africano y no se limita a la nostalgia. Lo que dijo ayer este presidente de Estados Unidos es algo que en Africa todos dicen sentados en el bar, pero nadie admite en la tribuna. Obama fue como un hermano porque fue crítico y les pidió a sus hermanos que se hicieran cargo de qué parte del desastre es culpa suya: “Tenemos que empezar por la simple premisa de que el futuro de Africa depende de los africanos. Digo esto conociendo muy bien el trágico pasado que tuvo esta parte del mundo. Es que yo tengo la sangre de Africa en mí y en mi familia..., la historia de mi propia familia abarca las tragedias y los triunfos de la historia africana”.
“Algunos de ustedes deben saber que mi abuelo era cocinero de los ingleses en Kenia y que aunque era un respetado anciano de su tribu, sus patrones le decían ‘chico’... El colonialismo no fue para él apenas la creación de fronteras antinaturales o injusticias económicas, era algo que se vivía personalmente, día a día, año a año. Mi padre creció cuidando cabras en una aldea ínfima, a una distancia imposible de las universidades norteamericanas donde un día iba a estudiar. El se hizo hombre en un momento de extraordinaria promesa para Africa. Las luchas de la generación de su padre darían vida a nuevas naciones, comenzando aquí mismo en Ghana...”
“En muchos lugares, las esperanzas de la generación de mi padre dejaron lugar al cinismo, hasta a la desesperanza. Es fácil señalar y culpar a otros por los problemas. Cierto, el mapa colonial que no tiene sentido ayuda a crear conflictos. Occidente muchas veces se aproximó a Africa como un patrón o como un donante, no como un socio. Pero Occidente no es responsable por la destrucción de la economía de Zimbabwe en los últimos diez años, o por las guerras donde se reclutan niños por la fuerza como soldados. En vida de mi padre, el tribalismo, el clientelismo y el nepotismo de una Kenia ya independiente arruinaron su carrera por muchos años, y sabemos que ese tipo de corrupción es un hecho cotidiano para demasiada gente...”
“Para realizar las promesas, tenemos que admitir una verdad fundamental que ustedes ya vieron en Ghana: que el desarrollo depende del buen gobierno. Que es el ingrediente que viene faltando en demasiados lugares. Que es el factor de cambio que puede liberar el potencial de Africa. Y que es una responsabilidad que sólo puede ser tomada por africanos...”
“Los gobiernos que respetan la voluntad de sus pueblos, que gobiernan por consenso y no por coerción son más prósperos, más estables y más exitosos que los gobierno represivos. Y se trata de algo más que de tener elecciones. También se trata de lo que ocurre entre elecciones. La represión puede tomar muchas formas y en muchas naciones, también entre las que tienen elecciones, hay problemas que condenan a los pueblos al hambre. Ningún país puede crear riqueza si sus líderes explotan la economía para enriquecerse. O si la policía puede ser comprada por los narcos. Ninguna empresa va a invertir en un país donde el gobierno le exige pagar el 20 por ciento, o donde el administrador de puertos es corrupto. Nadie quiere vivir en una sociedad donde el imperio de la ley cede ante la brutalidad y la coima. Eso no es una democracia, es una tiranía, aunque cada tanto tengan elecciones. Es hora de que termine este tipo de gobierno...”
“A lo largo de Africa vemos innúmeros ejemplos de pueblos que toman el control de sus vidas e introducen cambios desde abajo. En Kenia, la sociedad civil y los empresarios se unieron para sofocar la violencia postelectoral. En Sudáfrica, casi 80 por ciento de la población votó en las últimas elecciones, que fue la cuarta desde el fin del apartheid. Y en Zimbabwe, la Red de Apoyo Electoral desafió una represión brutal para sostener que el voto es un derecho sagrado. La historia está del lado de estos valientes africanos, no de los que dan golpes o cambian la Constitución para seguir en el poder. Africa no necesita caudillos, necesita instituciones...”
“Y aquí hay algo que ustedes necesitan recordar: el mundo será como ustedes lo hagan. Ustedes tienen el poder de pedir cuentas a sus líderes y de construir instituciones que sirvan al pueblo. Ustedes pueden servir a sus comunidades y canalizar sus energías para crear riqueza y conectarse con el mundo. Pueden vencer las enfermedades y terminar guerras, y pueden crear cambios desde abajo. Se puede, porque en este momento la historia se está moviendo.”