jueves, 7 de febrero de 2013

Fiesta de Iemanjá en Montevideo

Foto: Alejandra Naranjo G.


Este año fui a la fiesta de Iemanjá en Quilmes y en Mar del Plata, y por lo tanto, al carecer del don de la ubicuidad, no pude estar en la de Montevideo. 
Reproduzco, entonces, un texto de la mãe Susana (Andrade) de Oxum, ilustrado con fotos de Alejandra Naranjo (maestranda en antropología de FLACSO).
Como toda acción (social) tiene su reacción (social), la creciente y masiva popularidad de la fiesta de "la Virgen del mar" sirvió esta vez también de palco para la "protesta" de un reducido grupo de "defensores de los animales". La "campaña" contra el "sacrificio de animales" se inició en facebook, y causó preocupación entre algunos afroumbandistas, que solicitaron la presencia policial para evitar posibles actos violentos. Afortunadamente, Uruguay no es Argentina, y los (escasos veinte) manifestantes se limitaron a colocar un par de carteles del otro lado de la calle que linda con la playa Ramírez donde se realiza la fiesta (en Buenos Aires seguramente todo hubiera sido más confrontativo -ya tuvimos ejemplos). Como bien dijo la propia mãe Susana en facebook y en los medios ("¿porqué no van a protestar a las carnicerías?") preocuparse por el sacrificio de animales en las religiones afroamericanas -cuya actividad religiosa excede en mucho su ofrenda en algunos rituales- en países en los cuales el asado es la comida nacional parece, cuanto menos, un contrasentido (¿qué tal un escrache en las parrillas del Mercado del Puerto?). 
Pero afortunadamente, como señala el texto debajo, "Yemanjá pasó con buenas ondas"...

Foto: Alejandra Naranjo G.

Yemanjá pasó con buenas ondas
por (Mãe) Susana  Andrade (de Oxum) -ATABAQUE
Grande la fiesta del 2 de febrero en Uruguay.

Yemanjá se ha transformado definitivamente en punto de encuentro en la más amplia y positiva dimensión de la hermosa palabra. No es lirismo sino palpable realidad del verano uruguayo. El evento de multitudes, entre creyentes y observadores, es protagonizado por fieles de las religiones afroamericanas que veneran energías de la naturaleza en este caso el agua del mar, objeto de los ritos y ofrendas especialmente dedicados en esa jornada. Allí coinciden en forma espontánea diferentes personas de distintos estratos sociales, ámbitos laborales o profesionales, edades, etnias, opciones sexuales o político partidarias, nacionalidades, idiomas y una variedad tan variada que es casi imposible describir detalladamente.

Foto: Alejandra Naranjo G. (cliquear en las imágenes para agrandarlas)

Este año la particularidad, fue la presencia de efectivos de seguridad ciudadana policial y municipal, reforzados y coordinados para preservar la normalidad de una celebración tan masiva como tranquila desde siempre. Esto fue debido a brotes de intolerancia religiosa que amenazaron poner en riesgo el desenvolvimiento de la festividad a cielo abierto, y perturbar las acostumbradas ceremonias afroumbandistas.
Disfrutando hoy día de una democracia transparente y en proceso de mejoramiento, devenida de históricas luchas sociales colectivas, es maravilloso tener la posibilidad de manifestar públicamente por lo que sea.
Sin embargo; no hay derecho que ampare el imponer mis ideas a los demás argumentando que lo del otro está mal, es una porquería o en este caso: culto “satánico” que conduce al “infierno”. Eso fueron a gritarnos con pancartas a la propia playa Ramírez, la más concurrida y representativa.

Foto: Alejandra Naranjo G.

Esas concepciones son construcciones culturales eurocéntricas y su imposición a los pueblos esclavizados y despojados fue tristemente famosa durante la invasión colonialista. Argumentos reaccionarios para desprestigiar culturas a las que se buscó destruir, facilitando el apoderamiento de bienes y personas en provecho propio. Incluso la existencia del “diablo” como encarnación del mal, es ajena a la cosmogonía afroindígena. Y quien tanto lo nombra lo acercará, sin dudas. Inquisición moderna cuando se quiere obligar a los demás a creer en algo o sino: ¡destrucción!
Hoy podemos buscar nuestras raíces aunque hayan permanecido ocultas bajo el discurso hegemónico durante cinco siglos. Enfaticemos entonces confluencias en la libertad de expresión de las variadas maneras de sentir el mundo invisible. Autoritarismos de corte fascista nunca más. A menos que deseemos restablecer un ku klux clan versión 2013 y nos dediquemos a quemar y ajusticiar a quien piensa diferente.

Foto: Alejandra Naranjo G.

Pintadas, carteles y escraches contra Iemanjá durante el culto son violencia y perturbación además de acciones tipificadas como delito en el Código Penal Artículos 304 al 306, y leyes contra la discriminación hacia una creencia protegida por la Constitución de la República. Cualquier juez podría actuar de oficio.
Los ámbitos de intercambio y sana discusión son contrarios a la pancarta agresiva del estilo que se pudo ver en televisión contra los umbandistas: “Todas las religiones son malas. Sólo Cristo te puede salvar”, “Si tanto amás al demonio ofrecele tu sangre” ¿Qué es eso?!


Otra vez fueron cientos de miles alrededor de las playas de mares y ríos en todo el país entre fieles, curiosos, investigadores, familias que simplemente pasean, turistas, autoridades, delegaciones de agrupaciones sociales, y un sinfín de variedad de públicos entre actores y espectadores.
Lo dicho al principio; Yemanjá es punto de encuentro y viva muestra de armonía, respeto y convivencia. Expresión popular tradicional y pacífica por definición.
Por eso debemos cuidarla.

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