lunes, 15 de septiembre de 2008

La(s) identidad(es) afro en cuestión (2)

Distintos niveles de análisis del concepto “identidad”

Para entender cómo se construyen las identidades (identificaciones) y sus características, es útil reconocer que hay 3 niveles de análisis distintos. Cada uno de éstos términos denota un fenómeno social (y un objeto de estudio) diferente -aunque ciertamente interrelacionados.
Siguiendo la pista de perspectivas actuales desarrolladas desde el estudio de movimientos sociales (Snow y McAdam 2000) sugiero que resulta fructífero distinguir entre la identidad: personal, social y colectiva. La importancia de esta distinción radica en que los mecanismos de interacción que se deben poner en movimiento para lograr transformaciones en estos distintos niveles de identidad no son los mismos; los esfuerzos por modificar la identidad personal de quienes se acercan a un grupo religioso no son los mismos ni transcurren en los mismos ámbitos que los realizados para construir una identidad colectiva. Como muestran los estudios de movimientos sociales, para lograr una efectiva movilización colectiva de sus miembros en pro de los objetivos que el movimiento propone, el grupo debe lograr un cierto grado de correspondencia entre la identidad personal del individuo y la identidad colectiva propuesta por el movimiento. Esta tarea de “correspondencia identitaria” (identity correspondence) supone esfuerzos adicionales y específicos (Snow y McAdam 2000: 47).

Resulta indispensable, por lo tanto, diferenciar entre la identidad personal de los individuos, sus identidades sociales y la identidad colectiva propuesta por el grupo. Cada uno de éstos términos denota un fenómeno social (y un objeto de estudio) diferente -aunque ciertamente interrelacionados.
La identidad personal sería " la conceptualización que la persona realiza de su continuidad como sujeto y de los atributos que la caracterizan y la diferencian en relación a otros seres humanos. Es el concepto que el individuo tiene de sí mismo como un ser físico, social, espiritual y moral" (Carozzi 1992 apud Goffman 1986: 56-57)
En este caso,
la identidad reclamada responde a la pregunta Quién soy yo? Y la respuesta sirve para diferenciar al individuo del resto de sus congéneres.
Qué es lo que a mí, Alejandro Frigerio, me hace distinto de otros antropólogos, argentinos, varones, de una cierta edad, etc. Quizás la suma y combinación de todos los rasgos que a mí me parecen relevantes y me hacen diferentes de otros individuos. Es lo que a veces se llama el self o el yo.
La identidad social sería "la categoría de persona adjudicada a un individuo mediante mecanismos de auto-atribución y atribución por otros, en el curso de la interacción. " (Carozzi 1992, mi énfasis) . Estas categorías deben ser sociales, es decir reconocidas por los miembros de una sociedad como agrupando a individuos con alguna/s característica/s similar/es (aunque no organizados para la acción colectiva) . Asimismo, que sean atribuídas principalmente -y que sean relevantes- durante las interacciones sociales .
La diferencia entre la identidad personal y la social es que la primera enfatiza habitualmente características que el individuo considera únicas y singulares, aunque su carácter social puede ser analíticamente establecido, como estilo, experiencias, señas físicas y la segunda se basa en categorías que se consideran comunes y con amplia aceptación social. Una diferencia más importante para este análisis es que la primera puede sostenerse en soledad, mientras que la segunda se da principalmente en interacciones sociales -son las identificaciones que el individuo propone en sus interacciones. Puede haber una separación radical -o, por el contrario, una correspondencia importante- entre ambos niveles.
Para el caso de las identidades sociales
la identidad reclamada responde a la pregunta Quien soy yo según me presento en esta situación social y según cómo me ven los otros?
En este nivel es donde adquieren mayor relevancia las identidades ètnicas, raciales, religiosas y donde existe una disputa entre los distintos individuos que participan de una situación social por reivindicarse para sí mismo o atribuir a los otros una determinada identidad.
Para el caso de identidades raciales una persona puede reivindicar la identidad social de negro y que no se vea validade en interacciones (en Argentina, si uno no es “negro negro” (tez oscura, rasgos que evidencian clara ascendencia africana) o “negro mota” no es realmente “negro”) o puede ser que no quiera reivindicar, presentar, una identificación como “negro” y la sociedad, a pesar de todo, por determinadas características físicas, se lo otorgue (EEUU, Brasil también dependiendo del status socio-económico). O uno puede querer reivindicar la identificación de “afrodescendiente” y siempre se le imponga la de “negro”.

El tercer nivel de identidad sería el de la identidad colectiva. En una reseña reciente, Snow (2001) señala que las discusiones acerca del mismo “sugieren que su esencia radica en un sentimiento compartido de “sentirse unido” (“one-ness”) o “sentirse un nosotros” (“we-ness”), arraigado en atributos o experiencias compartidas real o imaginariamente (…)”. Pero a la vez -continúa el autor- “inmerso en este sentimiento colectivo de nosotros hay un sentimiento correspondiente de agencia colectiva. Este sentido, que sería el componente de acción de la identidad colectiva, no sólo sugiere la posibilidad de la acción colectiva en la prosecución de intereses comunes, sino que invita a ejercerla. Por lo tanto, se puede sugerir que la identidad colectiva está constituída por un sentido compartido e interactivo de un nosotros y de agencia colectiva ” (Snow 2001).
Sentirse parte de un nosotros e intentar hacer colectivamente algo por ese nosotros).
La creación de una identidad colectiva definida en estos términos ha sido una de las características típicas asignadas a los movimientos sociales. Deben crear un “nosotros” que propicie a acciones colectivas que se dirijan a cambiar algún aspecto de la sociedad en beneficio de los fines del grupo
[1].

Es necesario recalcar que estos tres niveles de identidad no necesariamente convergen o resultan relevantes para todos los integrantes de una agrupación religiosa.
Un individuo puede o debe adoptar una identidad social sin que ésta forme, necesariamente, parte importante de su identidad personal y puede no reivindicar la pertenencia a una identidad colectiva (“Yo no soy o no me siento negro”). Esta situación se da para grupos raciales cuando el sistema de clasificación racial de la sociedad es lo suficientemente laxo como para que no en todas las interacciones sociales un individuo sea clasificado de la misma manera (Brasil, por ejemplo, que hay bastante flexibilidad de contexto en contexto social).
=>”Yo no me siento negro, porqué se empeñan en clasificarme así?”

Alternativamente, para un individuo la raza puede significar una parte relevante de su identidad personal (ser un converso) pero sin una clara conciencia de pertenecer a un colectivo social, sin llegar a formar una identidad colectiva (sentir que no puede o no debe hacer nada por “los negros”). No hay construcción de una identidad colectiva que lleve a la acción, a procurar por ejemplo un mejor reconocimiento del grupo étnico-racial en la sociedad argentina. No creen que es necesario o posible que quienes pertenecen a un determinado grupo racial o étnico se movilicen presionando sobre funcionarios, políticos o realizando manifestaciones públicas para acabar con la discriminación, etc.
=>”Sí, me reconozco negro o me siento negro o afrodescendiente pero no creo que se pueda o deba hacer algo por los demás como yo. No creo en la militancia “racial” “

Para un individuo una determinada identificación racial puede ser parte relevante de su identidad personal pero puede "pasar" (pretender que no es parte) de su identidad social (desenfatizar, en el trabajo, o en relaciones sentimentales, que es “negro” o “afrodescendiente”). No hacen pública, o no en todos los contextos, su identidad personal.
=>> “ me identifico como negro o afrodescendiente sólo en algunos ambientes”.

Visto en estos términos, y como para otros movimientos sociales (feministas, religiosos, de clase) la tarea es hacer que las tres identidades coincidan (o al menos dos, las más importantes en términos de movilización, la personal y la colectiva).
=>Que una persona se sienta negra, que se identifique como tal en todos lados (para quebrar la invisibilización) y que tenga voluntad de hacer algo por ese nosotros.

Ahora bién, cuál es ese nosotros? (“afroargentino”, “afrodescendiente”, “afroamericano”, “africano”, “de la diáspora”).

La historia del activismo negro local muestra una transición entre éstos términos, un pasaje de unos a otros, en busca de una identificación más inclusiva.

Referencias Bibliográficas

Carozzi, María Julia (1992) La Conversión a la Umbanda en el Gran Buenos Aires. Conicet: Informe Final no publicado
Goffman, Erving (1986). Stigma: notes on the management of spoiled identity. New York: Simon and Schuster.
McAdam, Doug y David Snow, eds. (1997) Social Movements: Readings on their emergence, mobilization and dyanmics. Roxbury.
Snow, David (2001) Collective Identity and Expressive Forms. In: Neil J. Smelser y Paul B. Baltes (orgs.). International Encyclopedia of the Social and Behavioral Sciences. Londres: Elsevier Science.
Snow, David y Doug McAdam (2000) Identity work processes in the context of social movements: Clarifying the identity/movement nexus. In: Sheldon Stryker, Timothy Owens y Robert White (orgs.) Self, Identity and Social Movements. Minneapolis: University of Minnesota Press. p 41-67.
Weigert, Andrew, J. Smith Teitge y Dennis Teitge (1986) Society and identity.


[1] En una reseña reciente, McAdam y Snow (1997: XVIII) han definido a un movimiento social como “una colectividad actuando con algún grado de organización y continuidad fuera de los canales institucionales para el propósito de promover o resistir cambio en la sociedad de la que forma parte”. Esta definición refleja bien las utilizadas dentro de la escuela norteamericana del estudio de movimientos sociales.