domingo, 29 de enero de 2012

“Los únicos tambores que suenan en Africa son los uruguayos”

(Jaime Roos dixit...)


Resulta que Jaime Roos y su hijo fueron al Mundial de Sudafrica (se acuerdan?) y luego hicieron una película que se está mostrando con gran éxito actualmente en Uruguay. "Tres millones" (número de la población oriental) es una mezcla de documental sobre la realidad sudafricana, buddy movie entre padre e hijo y testimonio futbolero. 
La frase (que justifica por sí sola la entrada del blog) fue anotada en el diario de viaje de Roos la noche que Uruguay dejó fuera de la copa a Ghana, el único equipo africano que había llegado a los octavos de final.

En la nota de Radar de hoy, el periodista Mariano del Mazo lo cuenta así:
"El primer plano sobre el Loco Abreu lo muestra tranquilo, seguro. Es una caminata de unos cuarenta metros. Tiene que patear el penal que puede representar el broche de uno de los partidos más emocionantes de la historia de los mundiales: Uruguay-Ghana. Millones de espectadores del Río de la Plata que lo conocen bien piensan: “La pica”. Va Abreu. La toma es espectacular. La cámara lo enfoca al ras del campo de juego. En la tribuna se ven sus padres y su pequeña hija; esos rostros humildes, ajenos a los gestos mediatizados del fútbol de elite, trasmiten angustia. El inconsciente colectivo insiste: “La pica, el Loco la pica”. Apoya la pelota en el círculo del penal. Tras la eliminación del local Sudáfrica por parte de Uruguay, todo el continente africano (el relator dirá: “El continente negro”) se encolumnó tras Ghana. Va Abreu. Los segundos parecen eternos. Toma carrera. Si mete el penal, Uruguay pasa a cuartos de final. Es el equipo sudamericano mejor ubicado. Corre. La pica, el Loco la pica. La pica, la pica. La picó. Locura. Le dio con la punta del botín de su pie izquierdo justo donde pelota y pasto se tocan. La pelota entra bombeada, mansamente, por el medio del arco. Su hija llora en la tribuna, se abraza a los abuelos. Uruguay jugará frente a Holanda. Hay candombe hasta la madrugada. Los relatores se relamen en palabras fuertes: hablan de batallas, de épica, de historia, de fiesta. Jaime Roos también. Esa noche escribe en su cuaderno de viaje: “Los únicos tambores que suenan en Africa son los uruguayos”.

La nota completa, en:

sábado, 28 de enero de 2012

Civilización y Barbarie, de nuevo...

Abro la edición online de La Nación de hoy, y me sorprende encontrar, entre las principales notas, un dibujo de la cara de un hombre negro, sobre el título "un violador en serie aterroriza a París".


La nota brinda la impresión de un pequeño pánico social: 200 policías movilizados, identikit, colaboración de la población para identificarlo, etc.


La foto se agranda, como si pudiera servir para identificar al posible violador desde Argentina.
Me pregunto, más allá de los terribles hechos puntuales, cuántos de los miles de africanos que viven en Paris -principalmente en sus suburbios- serán considerados sospechosos, y cómo este episodio servirá para estigmatizar a esta población inmigrante en el futuro.
Peor, según el diario "los investigadores dieron a conocer (...) que el hombre se expresa en un francés casi perfecto". ¿Pensaban que se podían civilizar e integrar a la sociedad francesa? Pues hasta quien  habla un francés casi perfecto puede ser un violador...


Leo los comentarios -un mix que me sorprende ya que no sólo incluye los usuales comentarios racistas, sino también varios lamentando la sospecha social/racial que se está creando. Uno señala que en los diarios franceses no parecen haberle dado tanta relevancia al caso. 
Me fijo en tres diarios parisinos qué noticias publican hoy sobre africanos.
Lo que encuentro en sus ediciones online:

 Le Monde

 Le Figaro

 Le Parisien

Miro en El Mundo de España, que es de donde aparentemente sacó la información el diario argentino, para ver qué noticias trae sobre africanos.

El Mundo

No digo que La Nación esté mintiendo -seguro que no. Probablemente El Mundo sacó la nota ayer, o antes de ayer. Y los diarios franceses pueden haber hablado del tema antes, o quizás den origen a un pánico social en los próximos días.
Pero la relevancia que el diario argentino le dio al tema refleja sin duda una preocupación y sorpresa local: que un individuo negro (posiblemente africano) esté (posiblemente) violando mujeres blancas en (lo que para nosotros es) el centro de la civilización europea.
Aún los diarios de los países afectados por el probable delincuente muestran -en el mismo día de hoy- otras facetas de la vida en el continente africano: elecciones en Senegal, revueltas ciudadanas, una muestra en British Museum que despliega y permite entender mejor la cultura islámica.
Mientras tanto, en Buenos Aires, Africa sigue siendo sólo un identikit de un violador que atemoriza a una ciudad europea.


Comentario de Silvina Testa:
(para saber acerca de la magnitud del posible pánico en París, le escribí a Silvina Testa, antropóloga amiga que allí reside -transcribo su respuesta)
"Hola! Acabo de leer tu nota y me entero por vos que hay un violador negro suelto por ahi.... jajaja! lo cual confirma lo pertinente de tu analisis, es decir lo que le interesa a La Nacion remarcar. Hice una rapida busqueda en internet y encontré algunos articulos, te mando los links para que los veas vos mismo...."
(son todos de diarios poco importantes, el único que menciona un "pánico en Paris" es un periódico regional, de Toulouse)

miércoles, 25 de enero de 2012

Misión comercial a Angola (2)

En la entrada anterior subí el artículo de La Nación que se refiere, de manera algo ligera, a la posibilidad de incrementar el comercio con Angola -con caricatura de Moreno "africanizado" incluída. 
En las líneas que siguen, el antropólogo argentino Nicolás Fernández Bravo, que conoce esas tierras de primera mano, reflexiona sobre los resabios decimonónicos subyacentes a las perspectivas innecesariamente críticas sobre la posibilidad de acceder a "nuevos mercados" africanos.



¿Qué tiene de "heterodoxo" comerciar con Angola?
Por Nicolás Fernández Bravo


Cuando en el año 2008 viajé a Angola, mi sensación fue ambigua. Luego de más de 10 años de haber estado allí por primera vez, las escenas bélicas de tanquetas y jeeps militares habían sido reemplazadas por un bullicioso tránsito civil. Esto se explicaba especialmente por la exuberante fauna de voluminosas camionetas 4x4 –producto de la bonanza petrolera y la perdurabilidad de los acuerdos de paz– mientras que en las afueras (y en los interiores) la miseria continuaba a la orden del día. La bonanza no había llegado aún al famoso mercado Roque Santeiro, una gigantesca feria de calles de tierra (la más grande del continente, según dicen) donde era posible conseguir los elementos necesarios para un feitiço completo, pasando por armamento ruso para llevar a cabo un modesto golpe de Estado, sillones indios de pana artificial para decorar una sede diplomática, la más variada colección de música africana (en formatos cuya informalidad difícilmente penetraría mercados puritanos), o galletitas Terrabusi para atemperar la nostalgia rioplatense. Pero la bonanza sí había llegado a los barrios nuevos de Luanda Sul, donde una pujante clase acomodada crecía a ojos vista en condominios privados desarrollados por firmas portuguesas y sudafricanas. Como una ironía de la historia, el despegue angoleño lucía sobre un conjunto fresco ainda, de símbolos que hasta hace poco colisionaban entre sí. Los impresionantes cambios por los que está atravesando la economía mundial impactan en las sociedades africanas de un modo que aún es difícil diagnosticar. Estas transformaciones tienen la particularidad de coexistir entre tradiciones y modernidades. O, para ser más precisos, entre aquello que fuera de África se caracteriza como “tradición” y se distingue de aquello que cae imprecisamente bajo el rótulo de “modernidad” – ideas que poco explican las vibrantes dinámicas de la economía política de sociedades como la angoleña, donde las rutas transatlánticas siempre han vinculado memorias, utopías y presentes.


En este contexto no resulta extraño que una nueva misión comercial de Argentina tenga por destino Angola. Después de todo, el idioma portugués ofrece una cercanía lingüística y cultural bastante única, y las conexiones no se presentan del todo desfavorables. De hecho, se trata de una ruta que tiene una incómoda y antiquísima historia. Por ella cruzaron muchos de los barcos negreros que trajeron personas esclavizadas hacia el continente Americano. Pero eso es “historia”. Sucede que el mundo continúa transformándose, y el presente deslumbra con nuevas alternativas. Por estos y otros motivos es preocupante que una iniciativa comercial de este tipo lleve el mote de “heterodoxa”, según la caracterizó recientemente un artículo firmado por Alfredo Sainz en un matutino porteño. ¿Será que el comercio “ortodoxo” se conserva en una ruta prefijada? ¿Quiénes definen lo que es ortodoxo en la economía mundial, y quienes son sus portavoces? La relación entre la ortodoxia y la heterodoxia se parece bastante a la que define a la tradición y a la modernidad: segrega a los significados en compartimentos estancos y los vuelve manipulables. Es de esperar que las personas del mundo contemporáneo, que no viven en el mundo de las ideas de la época de la trata esclavista, comprenden el hecho de que la economía mundial se está volviendo cada vez más compleja y que el lugar que ocupan en ella los prejuicios es visto cada vez de un modo más anacrónico. Estas preocupaciones pueden llegar al extremo de la irritación cuando las notas periodísticas son acompañadas –como la del señor Sainz, aunque en este blog nos hemos cansado de señalar otros ejemplos– por caricaturas ofensivas en donde se retrata a “los africanos” a partir de los mismos estereotipos con los que la economía colonial ubicó a las sociedades africanas en los márgenes de los sistemas de intercambio.
Existen en la Argentina un conjunto de iniciativas sumamente dignas destinadas a comprender mejor nuestra relación con África, los africanos y el legado de los Afrodescendientes. Algunas de ellas han incluido el desplazamiento de argentinos para que conozcan distintas sociedades africanas, como las impulsadas por Mafila Kouyate, Víctor Bille o Santiago Michaël, casi sin ningún apoyo oficial y sin la parafernalia que caracteriza acciones semejantes en el lucrativo y desigual mundo de las ONGs. El intercambio comercial necesariamente tiene que ocupar un lugar en este debate, el cual se presenta como un espejo al otro lado del Océano Atlántico. Tal como me lo refirió recientemente Mário de Paiva, un intelectual independiente interesado en la  novela de Pola Oloixarac “Las Teorías Salvajes” (¡!), los angoleños también tienen curiosidad por comprender mejor el lugar de América Latina en el intercambio global de mercancías, símbolos e ideas. No cabe la menor duda que el desafío de establecer nuevas rutas de intercambio presentará problemas; también es cierto que en la Argentina existe una frágil experiencia para llevar a buen puerto este tipo de empresas; nunca está de más la prudencia ante escenarios cuya racionalidad se desconoce. Pero todo ello no es razón suficiente para desestimarlas burlonamente con ese tono afropesimista que tanto recuerda a las formas contemporáneas del racismo. Quienes afirman que Argentina debe aferrarse a sus mercados “tradicionales”, bien harían en revisar la consistencia de sus argumentos. Tal vez notarían que el mundo ya no es el del siglo XIX.

martes, 24 de enero de 2012

Misión comercial a Angola -según La Nación....

Nota en la página 1 del suplemento Economía - La Nación, lunes 23 de enero de 2012

La nota -con numerosos comentarios vergonzosos, como siempre- en:
http://www.lanacion.com.ar/1442626-moreno-busca-negocios-en-africa

Agradezco a NFB

lunes, 23 de enero de 2012

Llamadas por todos lados....

En el último número de la revista online Quilombo!, la antropóloga Eva Lamborghini repasa los numerosos eventos relacionados con el candombe (mayormente afro-uruguayo, pero también afro-argentino) que acontecieron en las últimas semanas del año pasado, y primeras de éste...
Buenos Aires, ciudad candombera....


Temporada alta para el candombe en Buenos Aires
Por Eva Lamborghini
Los últimos dos meses del año que se fue y los primeros días de este, mostraron la vitalidad de la cada vez más extensa movida candombera de Buenos Aires. La ciudad estuvo colmada de llamadas, encuentros y muestras de talleres de tambores y danza. Tanto que, en diversas oportunidades, hubo que optar por una en detrimento de otras.

Se puede leer en:


Fotos: Llamada Lindo Quilombo: La Yapa -en Barracas (11/12/2011)

sábado, 21 de enero de 2012

[Indoamericanas] Cristina y los shamanes (peruanos)

Foto EFE

(Tarde, pero no pierde actualidad)
El último día del año pasado, en algunos diarios argentinos apareció esta foto de unos shamanes peruanos realizando rituales por la salud de varios mandatarios latinoamericanos, entre ellos nuestra presidenta.
Al verla, me pregunté qué posibilidades habría de que existiera una foto similar, pero con shamanes indígenas argentinos y, de hacerlo, que fuera publicada en los medios locales.
Mi respuesta ante mi propio interrogante sería que las posibilidades de existencia de esta hipotética foto serían escasas o nulas.
Pero por qué? ¿Acaso no hay shamanes indígenas argentinos? Claro que sí. 
¿No intentarían los shamanes locales interceder por la salud de la presidente? Habida cuenta de la poca atención dispensada por el gobierno nacional a los Qom cuando acamparon durante un tiempo prolongando en la avenida 9 de julio reclamando por la represión que sufrieron a manos del gobernador de Formosa, una respuesta positiva podría estar en duda. Pero supongamos que los shamanes indígenas al ser personas espiritualmente avanzadas si estarían dispuestos a pagar la indiferencia política con ayuda mágico-religiosa.
Lo que más conspiraría contra la posibilidad de una fotografía similar local sería nuestra imagen ideal de la sociedad argentina como moderna, europea, blanca y racional (y, para algunos, católica). En esta imagen idealizada de cómo somos los argentinos, sustentada durante años por una particular narrativa dominante de la nación, los indígenas contemporáneos casi no existen, o si lo hacen se cree que no poseen ya determinadas características propias de su cultura (especialistas religiosos shamánicos, por ejemplo).
Aún cuando se creyera, en algún tipo de reivindicación multicultural, que las anteriores dos condiciones sí son posibles, la conjunción especialista religioso indígena – primer mandatario(a) argentino sería particularmente improbable. 
Desde una perspectiva “conservadora”, se pensaría que sólo un especialista de la iglesia católica podría interceder por el(la) presidente(a), y desde una “progresista”, que ningún especialista mágico-religioso debería –ya que creer en esas cosas sería una muestra de ignorancia y atraso o, si fuera un sacerdote católico, de intervención indebida de la iglesia en asuntos de Estado. Los hipotéticos “progres” quizás verían con simpatía que los shamanes bolivianos bendigan a Evo Morales, pero porque es su cultura. Nunca podría ser la nuestra, porque en la nuestra –aún para sectores que no se presumen conservadores- estas expresiones no tienen cabida. Aún cuando haya más argentinos pertenecientes a pueblos originarios que, por ejemplo, en Brasil. O cuando miles de compatriotas consulten diariamente a adivinas, curanderos, etc. Pero eso no es lo que somos.

Foto tomada de:
La misma, más pequeña, en la nota de Página 12:

jueves, 19 de enero de 2012

Remedios del Valle - la nueva heroína (afro)argentina

Retrato de María Remedios del Valle realizado por la artista afroargentina María Gabriela Perez -foto TELAM

La atención que está recibiendo la figura de María Remedios del Valle no deja de asombrar. Fue probablemente la nota de tapa de la revista XXIII de octubre de 2008 –con una foto de la activista afro-argentina Miriam Gomez en uniforme militar de la época, acompañada del gran título “ La Madre de la Patria”- la que la lanzó a la atención general. A partir de allí, varios blogs reprodujeron la información  y recibió homenajes de legisladores y hasta funcionarios del Estado. Como señala el artículo de Pigna reproducido un par de días atrás en este blog, un proyecto de ley de las legisladoras Victoria Donda y Paula Merchan  propuso, en octubre de 2010, la realización de un monumento a su memoria. En el Día Internacional de la Mujer de 2011 la entonces diputada por Buenos Aires Raquel Satragno (Pinky) la hizo el centro de su discurso conmemorativo. En junio los chocolates Aguila la incluyeron en una serie de homenaje a cuatro "mujeres de mayo". En noviembre, en un curioso doblete celebratorio, los ministros de Justicia, Julio Alak, y de Educación, Alberto Sileoni, celebraron el 60 aniversario del primer voto femenino con un reconocimiento a las comunidades afrodescendientes en Argentina bajo la consigna de seguir "profundizando cada vez más" los derechos para todos. Durante el acto se descubrió un cuadro con la figura de María Remedios del Valle (foto) realizado por la artista afroargentina María Gabriela Pérez.

Foto: Eugenio Fernández

Todo lo anterior sugiere que María Remedios está rápidamente convirtiéndose en la contraparte femenina de Falucho –o quizás superándolo?- como icono de la presencia negra en el pasado argentino. Resulta interesante, por lo tanto, pensar –más allá de los indudables méritos de la figura histórica- qué es lo que esta nueva mitologización añade a nuestra comprensión del pasado y presente de nuestra sociedad. 
En primer lugar, claro, visibiliza de  manera absolutamente necesaria a las afroargentinas. Aún los más denodados esfuerzos por rescatar afroargentin@s lograban individualizar pocas –poquísimas- mujeres negras. En segundo lugar, al contrario de Falucho, no parecen haber dudas de que María Remedios realmente existió. Su figura parece particularmente apropiada para homenajear en este específico momento histórico “porque era negra, porque era mujer, porque era pobre y porque hemos sido unos miserables” (Pinky dixit en su discurso). Esta ultima consideración de la ex-legisladora porteña señala, creo, una vía de comprensión interesante que merece ser analizada. 
El rescate de María Remedios en esta clave parece alinearse así con una contra-narrativa de la nación argentina que enfatiza el maltrato y el genocidio de los afroargentinos en oposición a la narrativa dominante que sostiene el buen trato (de los amos hacia los esclavos), el aprecio (del que habrían gozado los afroargentinos) y la fidelidad y lealtad de estos últimos sirviendo en el ejército. Lo que en  una versión es agradecimiento y lealtad, en otra es genocidio. En lo que ambas, la narrativa dominante y la contra-narrativa -digamos, revisionista- parecen coincidir es en que l@s afroargentin@s habrían desaparecido.

Foto: Eugenio Fernández

La actual mitologización de María Remedios, con su triste final como pordiosera no reconocida por el Estado que ayudó a construir –pese a los esfuerzos de algunos hombres de buena voluntad de la época por torcer este destino- apoya, de manera que hay que cuestionar, la visión de que l@s afro-argentin@s desparecieron a fines del siglo XIX. 
Es cierto que muchos fueron marginados y relegados a los últimos escalones de la jerarquía social –ésta es una historia importante que hay que contar. Pero también hay que reconocer la persistencia de familias, de un colectivo social con distintas formas y grados de comunalización y de integración a la sociedad argentina que persistió durante el siglo XX. Y que aún lo hace, con diferencias internas de todo tipo, en pleno siglo XXI. 
La recepción acrítica de la nueva mitologización de la figura de María Remedios –especialmente cuando vista como algo del pasado exclusivamente sin relevancia para el presente- puede ayudar a ocultar esta realidad. En todo caso, retomando el discurso de la legisladora, no “hemos sido unos miserables” sino que seguimos siéndolo…


Sobre el tema, ver también: