sábado, 11 de diciembre de 2010

El orden racial argentino...

 "Rubias al por mayor, bellas, miradas y sin sobresaltos, se paran de las butacas en un descanso entre dos tiempos de los ocho que tiene el juego"
Campeonato Argentino de Polo, según el diario Clarín de hoy (foto Lucía Merle)

Parque Indoamericano, en el Clarín de hoy (foto DyN )

viernes, 10 de diciembre de 2010

Fiesta de Oxum en Quilmes en diario Tiempo Argentino

Como digo en la pequeña columna que escribí para el diario, sólo la estigmatización y la incomprensión que sufren las religiones de origen afro en Argentna impiden que la entrega de presentes en la ribera de Quilmes sea reconocida como lo que ya es: una gran fiesta popular.
La creciente visibilidad de la fiesta de Iemanjá en Montevideo es desde hace rato un argumento poderoso utilizado por calificados referentes afroumbandistas de aquella ciudad para reivindicar la importante presencia de fieles en la sociedad uruguaya y la relevancia religiosa y cultural de sus prácticas.
Una mayor visibilidad de las bellas ceremonias que se realizan en las distintas playas bonaerenses (del río y del mar) durante el 8 de diciembre y el 2 de febrero ayudarían a sacar a estas religiones de las páginas de policiales, que es el único lugar donde suelen (injustificadamente) aparecer en los diarios.
Claro que después habría que preocuparse por la espectacularización, el circo mediático y religioso, etc. - pero bueno, cada cosa a su tiempo....

(doble click en las imágenes para agrandarlas y leerlas)


Fuente: Diario Tiempo Argentino del viernes 10 de diciembre de 2010.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Delta Blues - nuevo libro


La Nación, suplemento ADN Cultura, 3 de diciembre de 2010
Historia de una tristeza
Ted Gioia, reconocido historiador del jazz, explora en profundidad las raíces y desarrollo de otro género clave de Estados Unidos: el blues del delta
Por Rafael Rey - El País/GDA

En mayo de 1901, el arqueólogo Charles Peabody, llegó al estado de Mississippi, en busca de yacimientos arqueológicos de tribus indígenas que habían habitado la zona. Peabody desenterró vasijas, pipas de arcilla, puntas de flecha y huesos de los muertos que los indígenas enterraban en sus cementerios. Pero se interesó más con otro descubrimiento: un negro esclavo de una plantación vecina que tocaba la guitarra. Antes de redactar los resultados de la excavación, escribió un ensayo para el Journal of American Folklore , sobre lo que allí había escuchado. Peabody escribe sobre una música de tres acordes, melodías sencillas y alteraciones en la afinación, que el hombre cantaba acompañado únicamente de una guitarra, con letras que narraban "historias de amor y mala muerte", que para el arqueólogo no eran otra cosa que la necesidad de los negros de la zona "de librarse de sus penas convirtiéndolas en canciones".
Según apunta Ted Gioia en su Blues. La música del Delta del Mississippi , el texto de Peabody es "la primera investigación bien documentada sobre esta música". Si bien no será la última, la de Gioia (libro del año para el New York Times y The Economist ) es sin duda la mejor investigación que se haya hecho sobre el blues hasta la fecha.
Gioia no se limita a desenredar los imprecisos orígenes de esta música, sino que bucea en su devenir a través de las experiencias vitales de las principales figuras del blues . Desde el siglo XVII, los esclavos que arribaban al Nuevo Mundo traían consigo sus tradiciones musicales, y allí están, en las canciones religiosas o rituales de las tribus africanas, las raíces más profundas del género. Pero estas fueron mutando con el paso del tiempo, a medida que Estados Unidos iba tomando forma.


Como concluyó el investigador Samuel Charters en su libro The Roots of Blues: An African Search , el blues era "una nueva clase de canción que había nacido con la nueva vida en el sur de los Estados Unidos". Esta nueva clase de canción fue con la que se encontró el músico WC Handy en 1903, cuando vio tocar a un negro andrajoso, que apretaba un cuchillo contra las cuerdas de la guitarra (génesis del slide guitar , técnica que consiste en deslizar el dedo de un traste al otro para alterar el sonido de las notas), y escupía letras sobre trenes y cruces de caminos. El autor de "St. Louis Blues" pronto se dio cuenta de que esos cantantes, y en particular esa música, podían encontrarse a lo largo y ancho del delta. Y en ningún otro lugar. Handy incorporó algunas técnicas del blues que se tocaba en el Delta a las canciones que escribía para sus orquestas en Nueva York. Entonces, el género ya era una música relacionada con el desamor, la tristeza y la melancolía; sentirse blue ya era un estado de ánimo con características propias.


El éxito de cantantes como Mamie Smith, Ma Rainey y Bessie Smith, era, además, la contundente prueba de que el blues también era una música económicamente redituable. Pero el blues clásico que interpretaban estas cantantes, aun cuando habían nacido y se habían formado musicalmente en el sur, nada tenía que ver con el que en ese mismo momento se estaba desarrollando en el Delta, lejos de los teatros y el glamour .

Blind Lemon Jefferson

Hubo que esperar hasta 1926 para que el verdadero blues del delta llegara a un estudio de grabación, de la mano de Blind Lemon Jefferson, un hombre ciego, nacido en Dallas en 1893. Los discos se vendieron por miles. Las discográficas comprendieron que también este blues , más salvaje y más rústico, pero también más genuino, podía gustar a la gente. Algunos músicos no sólo llegaron a grabar, sino que pudieron disfrutar de cierto éxito, como Charley Patton y Son House.


Nacido en abril de 1891, Patton fue descubierto por Henry C. Speir, un cazatalentos que trabajaba en la zona, y que sería determinante en la historia del blues . El músico grabó siete discos, todos exitosos, al punto de que la compañía tuvo que editarlos bajo diferentes nombres, temerosa de saturar al público con un único artista. A la imponente voz de Patton, que contrastaba con su esmirriada figura, se le sumaba su cualidad de showman . Las eróticas performances que Jimi Hendrix popularizó a fines de los años sesenta, en las que simulaba copular con la guitarra, habían nacido en el Delta.

La leyenda del músico que vende el alma al diablo a cambio de aprender a tocar la guitarra, nació con el blues . Si bien no fueron pocos los músicos que en esa época alimentaron el mito, hubo uno que lo llevó al mismo nivel de popularidad que su música: Robert Johnson. No hay en la música estadounidense, un enigma tan grande como el que rodea a Johnson. Son pocas las certezas que se tienen sobre su vida. Vivió 27 años -entre 1911 y 1938-, grabó sólo 29 temas, y existen dos únicas fotografías suyas. Johnson se volcó de lleno a la música luego de que su mujer muriera durante el parto, junto con el niño que estaba dando a luz. A partir de ese momento se dedicó a seguir a músicos como Patton y House, ignorando las recomendaciones que estos le hacían de abandonar la guitarra, dada su escasa habilidad con las seis cuerdas. Fue entonces cuando desapareció. Al regresar, un año después, lo hizo tocando la guitarra y cantando como nadie lo había hecho antes en todo el delta. A juzgar por la evolución del joven guitarrista, el encuentro con el diablo sonaba convincente. Lo cierto es que había pasado todo ese tiempo con Ike Zinnerman, un ilustre desconocido que quizás haya sido el mentor musical del guitarrista más influyente del siglo XX. La versatilidad de Johnson para cantar y tocar la guitarra sentaría las bases del blues .
Muddy Waters

Cuando las cosechadoras de algodón mecánicas comenzaron a llegar a las plantaciones del sur, a mediados de los años cuarenta, la emigración hacia ciudades como Chicago y Detroit dejó de ser "una opción para transformarse en un imperativo". Cuando los negros emigraron, el blues lo hizo con ellos. Los cuatro bluseros más importantes de la segunda mitad del siglo (Muddy Waters, Howlin' Wolf, John Lee Hooker y B.B. King) conocieron el éxito en el norte del país, aun cuando todos están indisolublemente ligados al delta. Si bien electrificaron el delta blues , no se apartaron de su espíritu. B.B. King tampoco, pero su música fue un punto de inflexión que llevó el género a lugares impensados: llegó a tocar en el mismísimo Vaticano para el papa Juan Pablo II. Si bien Gioia le da un lugar destacado dentro del libro, la importancia de King, "la última superestrella del Delta", está en el hecho de haber llegado al público no blusero.

Son House

A mediados de la década del 60, los músicos de blues urbano eran leyendas vivientes. Todo el rock surgido en esa década estaba fuertemente influido por el blues. Pero salvo los coleccionistas y los músicos, ya nadie recordaba el blues del delta. Hasta que este revivió. "En los anales de la música norteamericana hay pocos acontecimientos tan sorprendentes como el resurgimiento del blues en la década del 60", afirma Gioia. Para ese entonces, nadie sabía si músicos como Son House, Skip James o Mississippi John Hurt estaban vivos o muertos. Con casi 70 años volvieron a presentarse en vivo, grabaron viejas y nuevas canciones, e incluso algunos llegaron a presentarse en Europa. Era la despedida. Hurt murió en 1966 y James en 1969. House siguió tocando hasta 1976 con la misma energía y la misma culpa con que lo hacía casi medio siglo antes. Murió en 1988. Algo similar ocurrió con John Lee Hooker, aunque llegó a tiempo para condecoraciones como el Paseo de las Estrellas de Hollywood Boulevard.
Sobre el final, Gioia dedica unas páginas a la actualidad del delta blues . Saluda que el estado de Mississippi incluya al blues en su turismo oficial. "Sin embargo, esta incesante actividad superficial apenas puede ocultar el hecho de que los jóvenes afroamericanos del delta demuestran muy poco interés por esta tradición", se lamenta, sin perder la esperanza. "Muchos de los acontecimientos que contribuyeron al primer florecimiento del blues del Delta todavía están presentes, por desgracia, en muchos aspectos [?]. Nadie discutirá que el pueblo de esta región todavía tiene muchos motivos para conservar el sentimiento blue , ni que se han ganado el derecho de convertirlo en canciones".

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1329903

Sobre Robert Johnson y el diablo, ver
http://alejandrofrigerio.blogspot.com/2009/07/la-historia-de-robert-johnson-mas-bien.html
Fotos
Mamie Smith:
http://www.bluespower.com.ar/index.php/historia/artistas/306-mamie-smith
Blind Lemon Jefferson
http://www.nostalgic-radio.com/2009/05/18/blind-lemon-jefferson-black-snake-moan-1927.aspx
Charlie Patton:
http://mog.com/blog_posts/199473
Muddy Waters
http://sacredmonster.com.ar/blog/?tag=muddy-waters
Son House
http://dgamers.net/musica/78292-un-buen-guitarrista-es-aquel-que-solo-toca-bien-post1089058.html

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Ora Iê Iê ô



"Sus aguas refrescantes sanan
la madre de las aguas
Ella quita la infertilidad.
Lo que estaba infértil
se hinchará con sus aguas.
Lo que estaba pobre puede volverse rico.."
(Osé Meji, fragmento)


"Alaba a Oxum cuando estés cansado, y ella te dará vitalidad.
Llama al río cuando estés seco, y Ella te refrescará.
Cántale cuando estés sin recursos, y Ella te dará lo necesario.
Rézale cuando no puedas tener un hijo, y Ella te impregnará.
Adora a Oxum, y ella te renovará…"
Michael Atwood Mason, sacerdote de Regla de Ocha  y antropólogo

martes, 7 de diciembre de 2010

Carteles en las Llamadas

La creciente expansión (¿explosión?) del candombe de la Banda Oriental por nuestra ciudad y por varias del interior proporciona placer, entretenimiento y cultura pero despierta también preguntas acerca de la dirección que este desarrollo va tomando, y cuáles los sentidos que su práctica adquiere en estas tierras.
La necesidad de su práctica en el espacio público ha generado algunas tensiones con distintos actores sociales y la progresiva relevancia de las Llamadas anuales de San Telmo ha llevado a una mayor interlocución –no siempre en buenos términos- con el gobierno de turno de la ciudad.

Como casi todos saben, las diferentes posiciones respecto de lo que el gobierno podía/debía ofrecer para las comparsas que participan del desfile y sus miembros llevó a su división en dos; la Llamada "oficial" y la independiente.
Este año algunos grupos participaron de ambas.
Dos de ellos lo hicieron con carteles que mostraban una toma de posición frente al conflicto. En un caso (Bombelé, arriba) lamentando la división y restándole carácter de oficial a un desfile que no contaba con todas las agrupaciones.

El cartel, entero, en la Llamada independiente.

El mismo, en la Llamada oficial, con un pequeño añadido. Los funcionarios presentes se lo bancaron, aunque apuraron la salida para que el cartel no estuviera tanto tiempo en presencia de los medios.
¿Qué tal si en vez de verlo como una crítica específica piensan en su contenido?

En otro, La Lunera, criticando de manera sintética pero muy lúcida el hecho de que el candombe es bienvenido en su forma espectacularizada una vez por año, y olvidado -cuando no estigmatizado- cuando aparece en la calle el resto del tiempo.



La Candela, a su vez, desfiló con tres estandartes que alertaban sobre los derechos de pueblos originarios y afrodescendientes.


Por último, otro tipo de cartel hizo su aparición en estas Llamadas: el esponsoreo de un boliche de tango en las remeras de los tamboreros (antes habían aparecido algunos en carteles que precedían las comparsas, como sucede en Montevideo). ¿Tenía que estar en inglés?

Agradezco a Eva Lamborghini y a Eduardo Posternak por varias de las fotos

lunes, 6 de diciembre de 2010

Gramillero como los de antes...

Aunque mi corazón sin duda está con las Llamadas "independientes", hay que reconocer -nobleza obliga- que las "oficiales" tuvieron momentos de altos desempeños.


Hace un tiempo que vengo lamentando el nivel de los bailes que se ven en los desfiles de las comparsas en Montvideo (desde que ví las dos últimas, luego de varios años de no asistir). Las carencias performáticas se notan, particularmente, en quienes representan a los personajes "tradicionales" -que, aunque no lo sean tanto como se piensa, sí son parte importante de las mismas desde hace al menos un siglo-.


En varios momentos en que no estaban "regulando" la marcha (¿es posible no hacerlo?) los bailarines de la comparsa La Gozanegra de Paysandú mostraron su buena onda y su sapiencia, dándome la sensación de haber retrocedido en el tiempo (y de haberme desplazado en el espacio).


Entre tanto desganado "haciendo de viejo", tengo que resaltar al gramillero que aparece en estas fotos (luego supe que se llama Taranto ) que mostró un despliegue de movimientos que evidenciaban inequívocamente patrones estéticos afro-uruguayos.


Nada de actuar de "viejo" según los cánones teatrales occidentales, sino por medio de movimientos cortados y quebrados, y un uso del ángulo del eje corporal que remiten sin duda a otra tradición cultural. 


Sus interacciones con la mama vieja (Nellys Rodrigues), otras bailarinas y hasta con el público fueron un deleite para el corazón y mostraron cómo un desfile no es sólo pasear y caminar (a veces, con cara de "¿cúando termina?").


Como digo, el resto de los bailarines/as de la comparsa no se quedó atrás.
Gracias a tod@s por mostrar, en suelo porteño, cómo se hace ....



¡Chapeau!

domingo, 5 de diciembre de 2010

Las V Llamadas en los diarios de hoy...

Siempre resulta interesante ver cuánto, cómo y qué cubrieron los medios -si lo hicieron- de las llamadas de candombe oficiales en San Telmo.
Página 12 y Crónica no sacaron nada.

Clarín: Celebración española mata candombe

 
(doble click en las imágenes para agrandarlas y leerlas)


Popular: Gato con rabia mata candombe
 



 

La Nación: ¿Pasodoble y tango matan candombe? ¿Empate?


Clarín nota online:
La Nación nota online: