domingo, 28 de junio de 2009

L'Oreal blanquea

(Beyoncé -derecha- según la propaganda de L'Oreal)

Clarín, El Mundo, 27 de junio de 2009
La suma es de 30 mil euros
L´Oréal, condenada a pagar una multa por discriminación
Por: María Laura Avignolo

L'Oréal, la empresa de cosmética francesa, fue condenada a pagar una multa de 30.000 euros por la justicia francesa por discriminación racial. Los jueces especificaron que, para la compañía, las mujeres árabes, asiáticas o negras no pueden promocionar o vender sus productos de belleza y champúes.

La Corte de Casación, el más alto tribunal francés, determinó que el grupo dio instrucciones a la agencia de reclutamiento Adecco para contratar solo vendedoras blancas o BBR (bleu blanc, rouge, los colores de la bandera francesa). Una expresión que para los reclutadores franceses es un código que significa empleados blancos de padres franceses blancos. Una decisión que automáticamente descalifica a 4 millones de personas de otras minorías francesas. Las contratadas debían vender el producto Fructis Style, realizado por Garnier, una de sus divisiones de belleza.

El tribunal consideró esta política completamente ilegal bajo la ley laboral francesa. La sentencia daña la reputación de L'Oréal, que ya había sido impugnada el año pasado, cuando la acusaron de aclarar la piel de la cantante negra Beyoncé Knowles para una campaña publicitaria. La agencia de reclutamiento Adecco también fue acusada de discriminación racial junto a Districom, su división reclutamiento. En una instancia anterior, la Cámara de Apelación había ordenado una multa de 30.000 euros para ellos y un adicional idéntico en pago por daños a SOS Racismo, el grupo antirracista que hizo la denuncia. L'Oréal expresó su disgusto ante la sentencia, que se debatió en Tribunales durante 3 años. Adecco no quiso comentarla. El grupo ha contratado para sus campañas a Claudia Schiffer, Penélope Cruz y Eva Longoria, entre otras estrellas.

Fuente de la nota:
http://www.clarin.com/diario/2009/06/27/elmundo/i-01947259.htm
Fuente de la foto:
http://estaralaultima.com/2008/08/beyonce-blanca-para-l%C2%B4oreal/

sábado, 27 de junio de 2009

Exú en Quilombo

Algo atrasado –aunque no creo que la revista digital Quilombo precise propaganda entre quienes puedan acercarse a este blog- recomiendo la producción radial online sobre Exú que acompaña a su última edición -número 48, del mes de junio. El micro, que combina textos literarios de Paula Picarel, entrevistas y diversos extractos de audio –siempre me encantó la voz profunda y aguardentosa que saluda “laroié” en el tema de Carlinhos Brown- está realmente muy bueno. El resto de la revista, como siempre, también. Parabéns.

Radio: Exú, el primero Entre sonidos de llaves
Ramiro Saénz, Dinah Schonhaut

Una presencia sonríe entre el humo y la noche. Promete y pide. Dice tener la llave

Entrevistas a Juan Batalla y Alejandro Frigerio

Textos: Paula Picarel
Extractos de audio de: Carlinhos Brown, Gotan Proyect, Ramiro Musotto, Baden Powell & Vinicius de Moraes, Carlinhos D`Oxum, Mariana Ingold, Nzinga Capoeria Angola, Ciudad de Dios soundtrack, Federico Aubele, Puente Celeste
Producción y edición: Quilombo! y La Colectiva

En: http://www.revistaquilombo.com.ar/revistas/48/q48.htm

viernes, 26 de junio de 2009

Moonwalker

Enttre los muchos motivos por los cuales la persona de Michael Jackson resulta interesante está, sin duda, la casi unánime indignación que siempre produjo en los medios locales su “blanqueamiento” (ya fuera provocado o inevitable, deseado o involuntario por parte de quien lo produjo o lo sufrió). Más que sobre la psiquis de Michael, este repudio nos revela bastante sobre los fantasmas acerca de lo racial vigentes en nuestra sociedad.
Antes de ir a estudiar a Estados Unidos, a comienzos de la década de 1980, yo también tenía la impresión de que Michael Jackson era un “negro vendido”, un “oreo” (negro por afuera, blanco por dentro). Me sorprendió bastante ver que –al menos entonces- los afro(norte)americanos tenían mucho amor y admiración para con el cantante. Para ellos no había dudas: Michael era negro -sin importar qué…. Un poco por la inevitabilidad de su ascendencia africana, y por otro –quizás más importante- por la pura excelencia de su performance afro. Su moonwalk era el patrón por el cual se medía a todos los otros. Según la versión absolutamente racializada de la realidad que impera en EEUU, el tipo no podía sino ser negro, de lo contrario era imposible que se moviera cómo lo hacía. Todo lo demás era superfluo.


En Argentina, por el contrario, la excelencia de su performance afro nunca fue lo suficientemente bien valorada –después de todo era sólo moverse como un monigote, algo para tomar a la joda-.
Aquí, propongo, lo que llamó la atención principalmente fue la osadía de su intento de quebrar barreras raciales. Este hecho, quizás no voluntario ni deseado –pero así percibido- resultaba indignante.
Sin pretender que entiendo del todo la complicada lógica de nuestras categorizaciones raciales–eso intento, sin embargo- pareciera que cae muy mal, en un país de miles y miles de afrodescendientes “invisibles”, que un negro (“negro negro”, “negro mota” -o sea, obvia e indudablemente negro, “de raza negra”) tenga la osadía de querer, en base a sus millones de dólares, pasarse al otro, a nuestro bando: que quiera blanquearse. No señor, no se puede, son dos estados diferentes del ser.
Como muestra, vaya un botón -una serie de fotos que sacó hoy el diario Clarín que muestran las “mutaciones” de Jackson:
(doble click en la imagen para agrandarla y verla mejor)
En este breve relato de sus “mutaciones” –y señalo de nuevo la palabra utilizada- hay varias frases interesantes. En primer lugar, se nota -como sostengo en algunos trabajos- la importancia asignada al “pelo mota” en la categorización racial. Se lo señala en la primera foto: “todavía tenía pelo mota”, mientras que en la última se resalta: “pelo planchado”. Más sorprendente es la frase que acompaña a la foto del medio: “bastante agresiva es su imagen decolorada”. ¿La “decoloración” resulta “agresiva”? ¿Por qué y para quién?. Sin duda para quienes encuentren inadmisible la (supuesta) pretensión de pasar o cruzar de raza. Finalmente, y acompañando al “pelo planchado” está la no menos curiosa frase “irreconocible a nivel raza”.
Este tipo de afirmaciones y, sobre todo, valoraciones, sólo tienen sentido dentro de un deterrminado esquema de clasificación racial en el que ciertos rasgos se asignan a razas específicas, y cualquier intento (de nuevo, supuesto o atribuído, no sabemos si era la intención del cantante) de cruzar de raza, es considerado inadmisible y condenable.

En una canción –que todavía no pude encontrar - recuerdo que Jackson cantaba : “I don’t want to spend the rest of my life being a color”. En la algo estrecha visión de los medios locales, esa frase podría ser, efectivamente, interpretada como “quiero cambiar de color”. En una perspectiva algo más comprensiva de las relaciones raciales, podría ser entendida como “no quiero que sea mi color lo que (principalmente) me defina por el resto de mi vida”.

Fuente de las fotos de las "mutaciones": diario Clarín del 26/6/09.

jueves, 25 de junio de 2009

Catriel al rescate...



Quizás inspirados por el dossier sobre Africa de la revista Ñ de esta semana, los editores de Caras incluyeron en el último número una larga serie de fotos sobre la "visita humanitaria" de Osvaldo Laport a un campamento de refugiados en la RD del Congo.
Si tienen un poco de suerte, en la próxima les mandamos al Diego... We are the (humanitarian) champions....

(se puede leer la versión abreviada de la nota "La visita humanitaria de Osvaldo Laport al África -por Osvaldo Laport" -aunque no es necesario, claro)

miércoles, 24 de junio de 2009

Estudios afroargentinos en Ñ (2)

Ningún 2.000.000
Por Norberto Pablo Cirio

Como señalé en un comentario en la entrada sobre el tema, el artículo está muy bien escrito y equilibrado, ya que buena parte de las voces de académicos y militantes de “lo afro” de/en la Argentina han sido ecuánimemente representadas. Con todo, una lectura más atenta del mismo me invita a reflexionar sobre algunos puntos.
El que más me preocupa es la confusión entre la población argentina y los modos de representarla, como por ejemplo mediante la estadística, ya que advierto disputas de sentido en torno a cuántos suman los afroargentinos y para lo cual Miriam Gomes realiza una lectura discutible sobre la validez de la Prueba Piloto de Afrodescendientes. No está demás repasar que esta se efectuó del 6 al 13 en abril de 2005 en los barrios de Montserrat (Buenos Aires) y Santa Rosa de Lima (Santa Fe) por la Universidad Nacional Tres de Febrero con el apoyo técnico del INDEC, el asesoramiento de organizaciones de africanos y de afrodescendientes de argentina y la financiación del Banco Mundial (y no por la Universidad Nacional Tres de Febrero y el INDEC, como señala Gomes). Una cuestión de formas, si se quiere, pero las cosas ocurrieron así y no de otra manera. La prueba dio que el 3% de los encuestados se consideran afrodescendientes (Stubbs y Reyes 2006: 24-26). Sin embargo, Gomes asegura que es el 5%, por lo que hay 2.000.000 de afrodescendientes. Nada más lejos de la realidad. Y no por negar la presencia negra, sino por sostener, con un mínimo juicio académico, que este tipo de aseveraciones, lejos de contribuir a la causa de la negritud, entorpece y confunde, y con justa razón Pigna dice lo que dice. Números absolutos y números relativos se confunden en un discurso confundido, pues no debemos perder el sentido crítico, cuestionador, e incluso el sometimiento a la vigilancia epistemológica de lo que significa realizar un estudio cuantitativo de una población humana. Digo esto porque considero que tales enfoques, en manos de periodistas, militantes y analistas tan entusiastas como poco reflexivos, el relumbre del “realismo estadístico” los conduce a conclusiones precipitadas (incluso presencié cómo en encendidos debates académicos algunos militantes sostenían que los afroargentinos son ¡el 10% y hasta el 50% de la población!). Pienso que tales aproximaciones no son la realidad sino un modelo para entender la realidad, ya que el objeto a ser enumerado no existe per se, previamente y por fuera de las estadísticas (Labbé, en López 2006: 268-269).

Al respecto, Laura Cecilia López (2006) propuso examinar las negociaciones y disputas de sentido por las categorías a ser usadas en los procesos de cuantificación de los afrodescendientes. Para López “Los censos hacen mucho más que simplemente reflejar una realidad social, juegan un papel clave en la construcción de esa realidad. Constituyen uno de los mecanismos de encuadramiento de las poblaciones que el poder público utiliza [… pues la] lucha por las clasificaciones [constituye …] una de las más duraderas formas de seleccionar, excluir e imaginar un ‘problema social’, los ‘nacionales’ y una nación” (p. 268-275).
Si nos atenemos al realismo matemático de la prueba piloto podríamos realizar una proyección a nivel nacional de ese 3% que se reconoce afrodescendiente, lo cual daría 1.087.803,9 habitantes (cálculo realizado en base a la población del país según al Censo 2001: 36.260.130 habitantes). Ningún 2.000.000, cifra que representa el 5,51% de la población (casi el doble de la estimada). Cabe recordar que esto no es más que una proyección, una estimación sobre una prueba piloto que concluyó que 268 personas, sobre un total de 4.412, se reconocen afrodescendientes, ¡vaya generosa proyección! Por lo expuesto, de implementarse la pregunta sobre la afrodescendencia en el Censo Nacional 2010, realmente no tenemos idea de qué cifra arrojaría ¿10.000, 5.000.000 de personas?, imposible pronosticarlo.
Por otra parte, no debemos olvidar que la desigual historia poblacional del país impedirá considerar por igual, por ejemplo, a Formosa que a Corrientes, Tierra del Fuego que a Buenos Aires. La estadística no es la realidad sino una manera, cuantitativa, de interpretarla. Recordemos que sobre ella Umberto Eco dijo “Si un hombre cenó dos pollos y otro se fue a dormir sin cenar, la estadística sirve para decir que cada uno cenó un pollo”, por lo cual los políticos y los expertos en hambruna tendrían un buen problema resuelto.
El segundo punto tiene que ver con la frase de la historiadora Marta Goldberg "Hay tres errores que siempre saltan cuando se habla sobre los negros en el país. Ni eran pocos, ni los tratábamos bien ni fueron libres a partir de 1813 como se cree". Ello es cierto, aunque agregaría una cuarta, “ni han desaparecido”. Es lógico que no la haya incluido, ya que no cree que existan, según asevera en sus artículos (Goldberg y Mallo 2000) a contracorriente de los investigadores del presente y de, incluso, la voz de los propios afroargentinos. Este tipo de aseveraciones suele ser común en los especialistas en el pasado. Por ejemplo, cualquier investigador que se precie incluirá entre sus joyas bibliográficas al indiscutido George Reid Andrews, el “antes y el después” de los estudios sobre los afroargentinos. Sin quitarle mérito a su trabajo, en un texto suyo de 2007 sobre las comparsas de negros en el carnaval en Uruguay a fin del siglo XIX encontramos una aseveración tan tajante como falsa: “Originalmente interpretado y danzado por africanos libres y esclavos en Montevideo, el candombe fue el predecesor y uno de los ingredientes del tango uruguayo y argentino; aunque a comienzos de los años 1900 ya había desaparecido de Argentina”. ¿Cómo se atreve? No sólo falta a la verdad dejando al descubierto su desconocimiento de la realidad actual del candombe argentino sino fuera porque se trata, nada más y nada menos, que de Andrews, de quien esperaríamos que nos ilumine sin par. Además, su sentencia entra en contradicción con la bibliografía más reciente sobre el tema, empezando por el ya clásico artículo de Frigerio de 1993 (vuelto a publicar en el 2000) ¡y que cita!, aunque evidentemente no lo leyó o no consideró válido que diga “Testimonios brindados por negros argentinos contemporáneos señalan que, hasta hace pocos años (y probablemente aún en nuestros días) miembros de la comunidad afroargentina tocaban y bailaban una música que reivindicaban como propia y a la que llamaban candombe” (p. 45). Evidentemente, este es uno de los precios a pagar por escribir a la distancia o por suponer que con googlear el trabajo de campo está hecho.
Por último, una aclaración sobre un comentario sobre mi persona que la periodista que me entrevistó no captó totalmente: no estudio el candombe en la Argentina, sino el candombe de la Argentina. Nuevamente una cuestión de forma, pero que dice mucho de cómo pensamos a nuestra cultura negra.

Bibliografía citada
Andrews, George Reid. 2007. Recordando África al inventar Uruguay: sociedades de negros en el carnaval de Montevideo, 1865-1930. Revista de Estudios Sociales 26: 85-104. Bogotá.
Frigerio, Alejandro 2000 Cultura negra en el Cono Sur: Representaciones en Conflicto. Buenos Aires: EDUCA.
Goldberg, Marta Beatriz y Silvia C. Mallo. 2000. Enfermedades y epidemias de los esclavos. Todo es Historia 393: 60-69. Buenos Aires.
López, Laura Cecilia. 2006. De transnacionalización y censos. Los “afrodescendientes” en Argentina. Revista de Antropología Iberoamericana.
www.aibr.org/antropologia/01v02/articulos/010203.php. Consultado el 6-ene-2009.
Stubbs, Josefina y Hiska N. Reyes (Eds.). 2006. Más allá de los promedios: Afrodescendientes en América Latina : Resultados de la Prueba Piloto de Captación en la Argentina. Buenos Aires: Universidad Nacional de Tres de Febrero.

martes, 23 de junio de 2009

Café doble en Panamá

(Bahía de Panamá: al frente, el Casco Viejo; detrás, la ciudad moderna)

Rememora Fabricio Origlio. director teatral
Suplemento Turismo de Clarín, 21 de junio de 2009.
La ciudad de Panamá es uno de mis lugares favoritos en el mundo. Mientras que para mucha gente resulta un punto de paso hacia otras playas -todas increíbles- del Caribe, yo elijo Panamá para descansar en mis vacaciones, y es un lugar al que suelo regresar.
Una tarde salí a recorrer la bahía de Panamá, que bordea la ciudad y une el casco histórico con la parte más moderna -donde abruman altísimas torres-, formando un largo paseo que invita a caminarlo.
Y fue justamente en el casco antiguo de Panamá, entre callecitas y casas centenarias, que decidí entrar en un bar pintoresco de una zona que está siendo promocionada para el turismo. Me senté solo a una mesa y pedí un café doble.
La camarera, una mujer muy joven y de color, apareció a los pocos minutos y, con total naturalidad, me sirvió dos cafés. Pensando que se había equivocado de mesa, le pregunté para quién eran aquellas tazas y ella me recordó que yo le había pedido café doble, que significa dos cafés para los panameños. Entonces se me ocurrió comentarle que estaba solo y que no tenía sentido pedir dos cafés. Su respuesta todavía me da escalofríos: "A veces uno invita a tomar algo a los espirítus presentes"...

lunes, 22 de junio de 2009

"Ordenando" el espacio público

Continúan los abusos en contra de vendedores ambulantes africanos y otros migrantes
Por COPADI -Colectivo para la Diversidad


La política del Gobierno de Macri sobre el espacio público, de prohibir las actividades callejeras de mera subsistencia como la venta ambulante y la prostitución, tiene como resultado que diariamente la policía, la fiscalía y la justicia de faltas de la ciudad controlan, identifican, requisan y detienen casi exclusivamente a personas migrantes latinoamericanas o africanas, o argentinas pobres, equiparables a estos grupos.
Contra esta política racista algunos vendedores ambulantes senegaleses presentaron en enero de este año un hábeas corpus, denunciando las humillaciones, arrestos, detenciones, procesamientos, “extravío” de documentación, secuestro de pertenencias, intimidación, uso abusivo de la fuerza, violación sistemática del derecho de defensa y de circulación que sufren en manos de la policía, la fiscalía y los órganos de control administrativo del Gobierno de la Ciudad.
El 10 de Junio se llevó a cabo ante el Tribunal Superior de la Ciudad una audiencia pública, en la que los vendedores presentaron su caso por primera vez en su idioma ante los jueces de la Ciudad. Allí, frente a 120 personas entre quienes se encontraban representantes del INADI, la Defensoría del Pueblo, el CELS, la Asociación de residentes Senegaleses, y otras organizaciones de derechos humanos, El Fiscal Luis Cevasco admitió que las actas contravencionales por artículo 83 constituyen aproximadamente el 60 % del trabajo del Ministerio Público de la Ciudad, y que salvo excepciones, estas actas se labran “en contra de personas excluidas”, y que “menos del 1 % de estas actas llega a audiencia”.
Las personas excluidas a las que se refirió Cevasco no eligen su actividad, la realizan porque se trata de las únicas alternativas que tienen para subsistir, ante la total falta de acceso al apoyo estatal y social. En estos casos la Constitución es tan clara que ni siquiera puede prohibirse robar si está en juego la subsistencia de una persona o su familia, es el caso del hurto famélico.
Sin embargo, desde enero han sido incesantes los reclamos recibidos en diversas organizaciones no gubernamentales y organismos publicos en contra de la policía y la fiscalía por abusos, detenciones arbitrarias, y actas contravencionales truchas, donde las afectadas denuncian además un trato diferencial: los procedimientos están dirigidos específicamente a personas negras o migrantes latinoamericanas, y no a otras personas que se encontraban realizando en la calle actividades comerciales manifiestamente prohibidas debido al gran porte de los puestos.
Lo que el código contravencional y el código de faltas prohiben es el lucro privado con un bien público, cuando una persona o una empresa montan un negocio usurpando el espacio público sin permiso y sin pagar por ello. Una persona que vende medias o baratijas o chancletas en un espacio apenas superior a un par de baldosas evidentemente no está haciendo un negocio. Sin embargo, la policía, la fiscalía y la justicia de faltas utilizan estas leyes para justificar su acoso a las personas pobres que sobreviven sólo de actividades en la calle. El año pasado el fiscal general de la Ciudad derogó una norma que ordenaba a los fiscales contratar un traductor para el caso de actas contra personas que no hablan español, y aprobó otra que ordena a la policía intervenir en caso de sospechar que puede estar por cometerse una contravención. En otras palabras, dio a la policía, la fiscalía y la justicia de faltas vía libre para actuar en base a criterios racistas, que están implícitos en las políticas, cosa que puede verse por su resultado.
Según las propias estadísticas del ministerio público para 2007, del total de personas imputadas en la Ciudad por contravención del art. 83, el 40 % son migrantes de América latina (especialmente Perú, Paraguay y Bolivia) y África (especialmente de Senegal), contra un 37 % de personas argentinas. El 100 % de las actas contravencionales labradas contra personas de Senegal son por art. 83[1]. Durante 2007 se imputó a 19 personas Senegalesas. Por el mismo artículo, mismo año, misma fuente, se imputó al 64% de las personas bolivianas acusadas de contraventoras, al 62% de las contraventoras chilenas, al 75% de las paraguayas, y al 61 % de las peruanas. De acuerdo a la misma fuente y por el mismo año, las personas dominicanas imputadas por el sistema contravencional lo son en un 100 % por el artículo 81 (oferta de sexo en la vía pública). Esta es la única comunidad imputada en más del 50% por dicho artículo.
Asimismo, es destacable que la mayor parte de los casos de art 83 -y 81- ingresan por acta, lo que indica intervención policial. Sin embargo, como dijimos, estos casos no evolucionan hasta el juicio. ¿Que pasa con ellos? se archivan, o bien pasan a faltas, por art 4.1.2 u otro (aunque en 2007 sólo hubo 7 faltas por este artículo según el MPF). El hecho que haya un gran grupo de personas migrantes pobres y de grupos vulnerables que tienen que interactuar con la policía cotidianamente indica un uso excesivo de la fuerza contrario a principios constitucionales que el Ministerio público y la policía deben respetar
Además, el Fiscal Cevasco admitió públicamente que no tienen desde el Ministerio público ningún control sobre las actividades policiales. Que la policía no informa a la fiscalía antes de labrar actas contravencionales y que las envían incluso días después de haber realizado los procedimientos. El Plan nacional contra la Discriminación, junto con diversos instrumentos de Derechos Humanos que forman parte de nuestras leyes, reconocen que las personas migrantes latinoamericanas, africanas, o las argentinas pobres son especialmente vulnerables a la violencia policial y al racismo institucional. Sostener prácticas que exponen cotidianamente a estos grupos vulnerables directamente a las instituciones que las violentan, como la aplicación del código contravencional y de faltas que hacen la policía, la fiscalía y el gobierno, es un hecho tan aberrante como haber dejado en libertad al cura grassi.
En este caso es nuevamente la Justicia, el tribunal Superior de la Ciudad, quien antes de mediados de Julio tiene la oportunidad de condenar las prácticas racistas, contribuyendo a erradicar su impunidad y revocando los privilegios de la fiscalía, la policía y el gobierno. Desde que se realizó la audiencia recibimos información sobre por lo menos cuatro intervenciones policiales que afectan a unas 20 personas africanas, en diferentes zonas de la ciudad. Además, recibimos denuncias de acoso policial a personas bolivianas, paraguayas y argentinas que viven del dinero que pueden juntar de actividades lícitas en la vía pública.