sábado, 14 de febrero de 2009

Candombe porteño en La Nación (edición online)

Sábado 14 de febrero de 2009 - diario La Nación (edición online)
Rituales de verano en la ciudad / Nota II
Al rescate del candombe afroporteño

Descendientes de esclavos traídos a la ciudad de Buenos Aires en la colonia decidieron hacer públicas la cultura, música y baile heredados de sus antepasados y demostrar que se trata de una práctica que continuó en la intimidad y que nunca desapareció
María Elena Lamadrid, afrodescendiente porteña Foto: lanacion.com
Por Silvana Santiago
De la Redacción de lanacion.com

Dicen que el sonido del tambor afroporteño no se apagó. Que la idea extendida de que el candombe que se practicaba en la ciudad de Buenos Aires se extinguió con la fiebre amarilla de 1870 y con la guerra del Paraguay que terminó ese mismo año, no es verdadera.
Cuentan que el tambor continuó tocando, retirado de las calles de la ciudad, en los livings de los descendientes de aquellos esclavos de la colonia. Primero, en los barrios de Flores, Floresta, San Telmo y Monserrat, y después, empujados con las sucesivas crisis del país, en distintas localidades del conurbano bonaerense.
"Hubo guerra del Paraguay, hubo fiebre amarilla, pero también hubo un mecanismo de invisibilización por parte del estado para blanquear a la Argentina y considerarnos a todos descendientes de los blancos", sostiene Pablo Cirio, antropólogo e investigador del Instituto Nacional de Musicología Carlos Vega.
Europa. El mecanismo se originó "desde un sector social que quiso armar un país a imagen de Europa. La idea fue borrar todo pasado que nos uniera con la etapa colonial", aseguró a lanacion.com Juan Suaqué, presidente de la asociación Misibamba, que agrupa a la comunidad afroargentina porteña.
Lo que sucedió, aseguran, es que el candombe, que en la colonia se escuchaba en el aquel entonces conocido como barrio del tambor (lo que hoy sería San Telmo y Montserrat), fue retirándose del espacio público hacia el espacio privado de las casas de las familias de descendientes de aquellos esclavos porteños.
"Nuestros antepasados mantuvieron la cultura en un ámbito privado. Esto, por un lado, le hizo el caldo gordo a ese discurso [europeísta], pero por otro, permitió la conservación de algunas lenguas africanas de la zona del Congo por ejemplo, el kikongo, los modos de organización interna de la comunidad y las comidas tradicionales", sostiene Suaqué.
Video:Al rescate del candombe afroporteño
"Por discriminación y por un montón de otras cosas que sucedieron a nivel social todo pasó a hacerse muy adentro [en la comunidad]. Pero se mantuvo en las fiestas íntimas de la familia. Yo recuerdo desde chica que en los cumpleaños siempre había tambores, cantos y música, aunque nunca en público como ahora estamos empezando a hacer", señala Flavia Fernández, quinta generación en Buenos Aires de descendientes de esclavos y secretaria en la
Asociación Misibamba .
Desde los primeros tiempos, en carnaval las comparsas de candombe siempre vincularon tambores, cantos y bailes. Pero se hicieron más conocidas las
uruguayas, ya que en los últimos años en Buenos Aires muchos de los emigrados en los setenta de la dictadura del vecino país, la cultivan en la mayoría de los barrios porteños.
Distinto. Pero "el candombe porteño es distinto y anterior al uruguayo", advierte Cirio. Ahora "casi nadie lo conoce pero [la comunidad] mantiene bastante de su vocabulario africano, tradiciones religiosas, literatura, aunque a un nivel de hermetismo tal que no lo muestran", señala.
Entre las diferencias, según explican, está la del sonido, que es más grave que el de los tambores uruguayos. También, están en el formato y estructura del tambor: el porteño, se construye ahuecando un tronco y el uruguayo, con duelas de madera. El sonido, además, en Uruguay se logra al batir el cuero en la combinación de un palo y la mano, mientras que en Buenos Aires, sólo se lo hace con las manos.
"Cuando empezó la vuelta del candombe en su versión uruguaya, como acá se tenía la certeza de que había desaparecido, nadie hablaba de candombe uruguayo o montevideano, se hablaba de candombe a secas. Pero de unos cinco años a esta parte, muy tímidamente y todavía de forma no totalmente resuelta dentro de la comunidad afroporteña, decidieron volver a tomar la palabra y volver a luchar por su identidad y mostrar su cultura", cuenta Cirio.
Resueltos a luchar contra el olvido, además de la actividad que desarrollan con la Asociación Misibamba hacia adentro de la comunidad afroporteña, crearon una comparsa (Negros argentinos) que ya participó del rodaje de la película Felicitas , a cargo de Teresa Constantini. El sábado próximo, además, fueron invitados a desfilar por el carnaval en el
A contramano que organiza el Centro Cultural Rojas en la avenida Corrientes.
Quienes están vinculados al sonido del tambor dicen que se trata de una expresión muy profunda, casi religiosa. En eso coinciden uruguayos y porteños, que definen el sonido del tambor como algo que va más allá. "Dice cosas", "dialoga", "llama"?
Y define Suaqué: "El carnaval es la forma en que se lo conoce en el espacio público, pero el tambor es un instrumento de una espiritualidad profunda. El candombe transforma a la gente. Se olvidan del callo, la hernia y el dolor de cabeza y bailan como si fueran jóvenes otra vez. La fuerza la sacan del tambor, que es lo que mantiene viva a nuestra comunidad."

Ver Video en:
http://videos.lanacion.com/video8290-al-rescate-del-candombe-afroporteno

Fuente texto y foto : http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1099258&pid=5838409&toi=6270
Rituales de verano en la ciudad / Nota II - Sábado 14 de febrero
El candombe afrouruguayo también se hizo porteño
El sonido del tambor originario de la otra orilla del Río de la Plata ahora se multiplica en decenas de comparsas desde La Boca hasta Lugano; reclaman que se oficialice un espacio para esta música en el Carnaval
Llegaron a Buenos Aires escapando de la dictadura de los setenta en Uruguay. Muchos eran afrodescendientes. Muchos trajeron su tambor.
Cuentan que también importaron su "toque" de candombe a esta ciudad del mismo modo que en la colonia los esclavos traídos de las distintas naciones de Africa conservaron el sonido que los identificaba con su pueblo.
Así, repitiendo el ritual del tambor, comenzaron a juntarse y a salir por las calles con el candombe los domingos, los carnavales y las fiestas. Pero ahora en Buenos Aires, en la otra orilla del río.
"¿Y eso qué es? ¿Es murga?", cuenta Andrés "Cocoa" Roselló
(Kumbabantu) . Y no. Es candombe. El mismo que aprendió otro músico, Fernando Longobardi (El Mondongo) de Artigas Martirena un uruguayo que había nacido en uno de los últimos conventillos demolidos en Montevideo, el del Medio Mundo.
Chico, repique y piano. Son los nombres de los tres tambores con los que los uruguayos "ensamblan" esta música. Para afinarlos, la tradición indica que debe realizarse con calor, es decir con un pequeño fuego. Sin embargo, en Buenos Aires "no hay cultura de tambores en la calle y menos del fuego", sostiene Fernando.
Son muchos los músicos que fueron corridos por la policía tanto por los fueguitos que iniciaron como por las denuncias de los vecinos sobre "ruidos molestos". A pesar de todo, las comparsas de candombe fueron creciendo en la ciudad de Buenos Aires, y ya casi en todos los barrios se puede encontrar una.
Aunque alejadas de la fecha de carnaval, en la ciudad ya se consiguieron organizar tres llamadas, la última con 25 comparsas y miles de asistentes. Todavía muy lejos de la enorme estructura desarrollada en Montevideo, aunque, según César Castro
(Atalakimbamba) , "allá se perdió la alegría."
Antes de que fueran demolidos los conventillos en la capital uruguaya "había dos o tres toques en otros tantos barrios. Escuchabas y sabías quién venía. Ahora están en cualquier barrio", explica Cocoa. Esta situación, sostienen, cambia la forma en que se toca el candombe. "La comunicación entre los tambores se pierde, se transforma en una cuestión comercial", dice Castro.
En Buenos Aires, en cambio, la situación es tan incipiente que el reclamo es por un permiso para formar parte del carnaval. "No podemos desfilar porque no existimos por eso estamos peleando para que se institucionalice un día para el candombe", sostiene Hector Priguetti (Lonjas de San Telmo).
Tal como sucede con el candombe porteño, cuyos herederos están luchando contra el olvido, los uruguayos defienden, como dice Cocoa, la necesidad que hay de "desenterrar esta cultura, porque a pesar de que se ocultó, es parte de la identidad. Estuvo y va a seguir estando".
Ver video en:
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1099259

jueves, 12 de febrero de 2009

Libro online sobre desigualdades raciales en Uruguay

En diciembre pasado se presentó en Montevideo un valioso trabajo sobre la situación actual de la población afrodescendiente en Uruguay.
A continuación, la nota publicada en el periódico
La Diaria, reproducida en la página web del Programa Naciones Unidas para el Desarrollo.
El libro se puede bajar gratis de
http://www.undp.org.uy/showNews.asp?NewsId=617

La publicación Población afrodescendiente y desigualdades étnico-raciales en Uruguay, una investigación que se realizó con el apoyo y la participación del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Fondo de Población para las Naciones Unidas (UNFPA), el Instituto Nacional de Estadística (INE), el Parlamento Nacional, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM).
La investigación fue realizada por destacados investigadores, historiadores, sociólogos, demógrafos, economistas y psicólogos, que abordaron temas como la infancia, la educación, el mercado de trabajo y el racismo. Tal como lo explican los autores en un comunicado de prensa, el estudio contiene “datos actualizados sobre las condiciones de vida de la población afrouruguaya, los mecanismos y determinantes de su posición desfavorable en el conjunto de la sociedad, y el contexto histórico en el que esta realidad se ha configurado a lo largo del tiempo”.
La investigación parte de la base de que la población afrodescendiente no padece en forma homogénea la discriminación, por eso se incluyó una categoría analítica para visibilizar cuadros agravados de desigualdad racial. El estudio tiene un capítulo dedicado a la historia de los afrodescendientes en el país, que arranca con la llegada de esclavos a estas tierras en tiempos de la colonia y llega hasta la época de la dictadura, cuando se desalojaron los conventillos Medio Mundo, Ansina y Gaboto. La historiadora Ana Frega, Carla Chagas, Óscar Montaño y Natalia Stalla analizan el tráfico de esclavos en la zona, el modo en que éstos se las ingeniaron para preservar su cultura y cómo fueron discriminados durante el transcurso del siglo XX a contrapelo del modelo que se proponía instaurar la sociedad uruguaya.

Rubén Rada en la presentación del libro - Foto diario El País del 4/12/2008

La economista Marisa Bucheli y el sociólogo Rafael Porzecanski abordan el tema de la discriminación racial en relación a la desigualdad salarial. “Se partió de la base de que el ingreso laboral constituye el principal medio de sustento de las familias y uno de los factores explicativos más importantes de otras dimensiones de la desigualdad, tales como el acceso a la salud, la educación y la vivienda. De acuerdo con datos de 2006, la remuneración promedio de un hombre asalariado afrodescendiente es equivalente al 70% de la remuneración de un trabajador blanco. En el caso de las mujeres, la remuneración promedio de las afrodescendientes es equivalente al 72% de la remuneración de las trabajadoras blancas”. Entre las conclusiones a las que arriban los autores, figura que los afrodescendientes tienen menos oportunidades que los blancos para acceder a las ocupaciones mejor pagas, y que quienes más padecen esta forma de desigualdad son los hombres.
Wanda Cabella indaga en la infancia y la adolescencia de la comunidad afrouruguaya. La demógrafa observa que el 50% de los niños afrouruguayos se encuentra en el sector más desfavorecido de la sociedad y sólo el 3,2 % se ubica en el más favorecido.
Con un enfoque cualitativo, la psicóloga Susana Rudolf, Amanda Díaz, Javier Díaz, Carolina Ricarte y Óscar Rorra indagan en las condiciones de vida y la salud de los integrantes de esta comunidad, analizan sus sentimientos, reacciones, defensas y experiencias en instituciones educativas, laborales, espacios de socialización y el barrio, entre otros ámbitos.
“La primera conclusión que se deriva del análisis -se lee en un material de prensa- es que la sociedad uruguaya es discriminadora y que los afrodescendientes sufren esta discriminación en forma personal y directa, más allá de la segregación estructural que supone su condición de pobreza. Estas formas actuales de la discriminación se unen a la determinación siempre presente de un pasado de esclavitud que aún marca, en forma cualitativa y simbólica, la identidad. Las fuentes múltiples de discriminación colaboran en la construcción de una identidad autodesvalorizada, que se recorta a sí misma posibilidades de desarrollo”.
Fuente del texto:
Fuente de la foto:

miércoles, 11 de febrero de 2009

¿Titulares que atrasan?

La tapa del diario Crítica de hoy trae este recuadro en el sector inferior izquierdo.
¿Un titular racista?
Como primera reacción, leyendo la información del copete sobre el suntuoso festejo que prepara el presidente de Zimbabwe (ver enlace a la nota abajo) uno podría pensar: "si, este tipo es un h. de p.".
Ahora bien, qué tiene que ver que el señor sea negro con que sea un h. de p.? Salvo que uno piense que su "ser negro" de alguna manera causa o afecta "ser un h. de p." (o las conductas que llevan a que uno así lo clasifique), la mención de su fenotipo en el titular está injustificada.
Es una provocación, claro, pero parece que alguien en el diario estuviera esperando una oportunidad (supuestamente) "políticamente correcta" para llenarse la boca (o la tapa) con el insulto.
Pulgares abajo para el recuadro .....
La tapa se puede apreciar en
http://www.criticadigital.com.ar/tapaedicion/tapa343.pdf

La nota, titulada:
Mugabe prepara su megafiesta de cumpleaños
Caviar y champagne en el reino de la pobreza
se puede ver en
http://www.criticadigital.com.ar/impresa/index.php?secc=nota&nid=19814

lunes, 9 de febrero de 2009

¿Imágenes que atrasan?

Esta imagen de un conocido café de Montevideo, ¿no es, cuando menos, algo "políticamente incorrecta" para los días que corren? La imagen de un negro, sirviente, infantilizado, refleja bien el estereotipo vigente en avisos desde hace casi un siglo. No sería hora de cambiarlo por algo mejor? Sobre productos e imágenes similares se han dado debates en distintos países. De algunos daremos cuenta en este blog.....
Este chiste, aparecido en el diario El País de Montevideo, el domingo 1 de febrero de este año, tendría en Argentina, connotaciones inequivocamente racistas -sabemos que "macacos" es un insulto utilizado contra jugadores brasileros desde hace unos ochenta años -si recuerdo bien la fecha del titular del diario que comenzó la adjetivación. Ignoro si en Uruguay se usa la misma palabra. Quizás no.... De todas maneras.... pulgar para abajo....

jueves, 5 de febrero de 2009

Cultura Afro: Las raíces, el tronco, las ramas

Hace ya varios años escuché al babalorixá Daniel de Xango (Sangodaré Akambí), uno de los más lúcidos pais de santo locales, expresar la relación entre la práctica religiosa africana, la brasilera y la argentina de la siguiente manera: “Esto es como un árbol: Africa es la raíz, Brasil es el tronco, y nosotros somos las ramas”. Esta sencilla metáfora me pareció en su momento sumamente adecuada para explicar la interrelación entre las prácticas religiosas y los distintos contextos nacionales implicados en el creciente proceso de transnacionalización de estas religiones, ya que expresaba una relación necesaria pero no simétrica ni igual entre las partes y señalaba, a la vez, su interdependencia...........

La metáfora del árbol y sobre todo las posibilidades de su aplicación de múltiples maneras nos ayuda a pensar la relación cambiante pero necesaria que se mantiene con “la tradición” en todas las manifestaciones culturales afro (candombe, capoeira, danza afro) ......

La nota entera està en la revista Quilombo de este mes

http://www.revistaquilombo.com.ar/revistas/44/q44.htm

Fuente de las fotos:
La primera,
http://flickr.com/photos/osvaldo_zoom/2101447909/
La segunda es el cuadro "Arbol de la vida" de Gustav Klimt

miércoles, 4 de febrero de 2009

Los migrantes africanos y la policìa argentina

Diario Critica -Sociedad - Lunes 2 de febrero de 2009
La comunidad de refugiados senegaleses denuncia acoso policial y judicial
Los negros venden oro y cobran bollos
Venden bijouterie y ganan 1.000 pesos al mes. Dicen que tienen miedo de trabajar porque son golpeados. Ya presentaron un hábeas corpus que no fue atendido. El 98,5% de los procedimientos policiales no llegan a juicio porque son desestimados.

S.quien por seguridad no puede decir su nombre, es refugiado senegalés y para subsistir vende bijouterie. O intenta venderla: en el último tiempo, el acoso policial se endureció al punto de no sólo impedirle la venta, sino de detenerlo y secuestrarle la mercadería. Junto con otros compañeros, acaba de presentar un hábeas corpus en el que denunció que en la última ocasión, la policía, en vez de pedirle uno o dos relojes como suele hacer, lo quiso echar con un “acá no recibimos nada de los negros”. S. se resistió porque sabía que lo que estaba haciendo no era delito y la consecuencia fue inevitable: lo detuvieron, le secuestraron la mercadería y hasta le hicieron “desaparecer” el pasaporte.
Lo de S. es sólo un ejemplo de lo que regularmente padecen los aproximadamente 300 refugiados senegaleses que sobreviven en la ciudad de Buenos Aires y que no ganan más de $1.000 pesos al mes. Sin embargo, la justicia contravencional porteña desestimó el hábeas corpus e hizo una mínima referencia a la discriminación racial, algo que la Cámara, que también rechazó el recurso, ni siquiera tuvo en cuenta. “La discriminación está en toda la estructura judicial y administrativa porteña –señala Luciana Sánchez, presidenta del Colectivo para la Diversidad (Copadi), asociación civil que acompañó la presentación judicial–. La policía es la que ejerce la violencia, pero es el último eslabón en esta política de ‘blanqueamiento’ del Gobierno de la Ciudad.”
Según explica Sánchez, la policía invoca el artículo 83 del Código Contravencional para accionar contra los vendedores ambulantes, especialmente inmigrantes. Este artículo establece que están sancionadas las actividades lucrativas no autorizadas en el espacio público. Pero también aclara que “no constituye contravención la venta ambulatoria en la vía pública o en transportes públicos de baratijas o artículos similares, artesanías y, en general, la venta de mera subsistencia”.
Cuando la policía ve a una persona infringiendo este artículo, primero debe dar aviso al fiscal para que éste autorice el procedimiento. “Y ahí empieza el problema: cuando el policía le dice que va a ‘proceder’ con un migrante con documento precario (‘la precaria’ es el documento provisorio de los refugiados) que está vendiendo en la vía pública, a pesar de que es obvio que vende para su subsistencia, el fiscal dice ‘proceda’ y ahí empieza el calvario para estas personas, que en la mayoría de los casos no saben español, que pierden la mercadería que necesitan para comer y que entran en un laberinto judicial. Por eso los fiscales son los que tienen el poder de frenar esta persecución racial y hoy están haciendo todo lo contrario”, dice Sánchez.
El poder fiscal. Germán Garavano es el actual fiscal general de la Ciudad de Buenos Aires. Crítica de la Argentina intentó comunicarse con él pero estaba de licencia. Sin embargo, antes de asumir en su cargo, el CELS le presentó un pliego de preguntas y una de ellas inquiría: “¿Cuál es la política que va a seguir la Fiscalía General respecto de la venta ambulante? ¿Con qué criterio se va a distinguir la venta prohibida de aquella de mera subsistencia, no penada?”. “Ninguna, porque la venta ambulante es una actividad lícita dentro del marco regulatorio fijado por las normas de la ciudad”, fue la respuesta de Garavano.
Lamentablemente, las mismas estadísticas del Ministerio Público Fiscal contradicen sus palabras. “Son números que ponen en evidencia que la persecución de la venta ambulante es parte de una política de acoso racial”, denuncia Malena Derdoy, también miembro de Copadi. Del total de personas imputadas en la ciudad por contravención del artículo 83 durante 2007, el 40% son migrantes de América Latina y África (especialmente, de Senegal), contra un 37% de personas argentinas. Esto es: a una de cada 188 personas migrantes se le labró un acta contravencional, mientras que sólo a una de cada 1.670 personas nacidas en la Argentina le sucedió lo mismo.
Los números se vuelven más crudos cuando se descubre que sobre un total de 3.985 actas contravencionales labradas en 2007 por el artículo 83, sólo un 1,5% (60 casos, aproximadamente) llegaron a audiencia. Esto significa que el 98,5% de los procedimientos policiales autorizados por la fiscalía –con el trauma que eso conlleva para la persona acusada– son desestimados por la Justicia. “Es decir, nunca tendrían que haber existido”, refuerza Derdoy.
“A la persecución policial y fiscal y la discriminación social se les suma la indiferencia institucional, al punto que el órgano que debería asistir a estas personas, la Defensoría Contravencional, ni siquiera tiene un traductor. Imaginate que, además de ser refugiados, el 100% de los senegaleses es parado e interrogado por la policía. Si eso no es discriminación racial, ¿qué es?”, concluye Sánchez.

“Un negro no puede compartir oficina con un blanco”
Nengumbi Celestin Sukama vino en 1995 desde el Congo como refugiado político. Actualmente es ciudadano argentino pero nunca logró insertarse laboralmente. Es licenciado en administración de empresas, habla inglés, francés y español, hizo media docena de cursos de capacitación y está casado con una argentina. Pero Celestin, además, es negro. “La cultura que prevalece en la Argentina no permite que un negro comparta la oficina con un blanco y nacional. Por algo existe el dicho ‘el negro rinde mejor usando las manos y no la cabeza’”, dice Celestin, coordinador del Instituto Argentino para la Igualdad, Diversidad e Integración (Iarpidi) y miembro del foro afro del INADI.
“El refugiado llega traumatizado a un país extraño y se da cuenta de que a todo lo que vivió se le suman otras problemáticas: discriminación por parte de las autoridades, por parte de las mismas organizaciones que deberían asistirlo, como el ACNUR, y por parte de la sociedad en general. ¿Cómo puede ser que el ACNUR hasta ahora no haya podido ofrecerle un trabajo intelectual ni a un solo refugiado o exiliado político?”. Además de la segregación laboral (“primero te piden DNI, cuando tenés DNI te piden experiencia en el país”), Celestin enumera otros obstáculos: la Argentina no cuenta con una política de asistencia socioeconómica a los refugiados y en el campo de la educación carecen de valor sus títulos universitarios porque para revalidarlos les exigen recursar materias del secundario. “Y por sobre todo, el refugiado genera desconfianza y desde que llega recibe insultos de todo tipo: negro de mierda, negro trolo, negro puto, agresiones verbales y físicas. Nosotros no podemos hacer nada porque es algo ya muy arraigado en la cultura. Sólo una acción política de alto nivel podría cambiar esta situación”.

Agradezco a NFB

lunes, 2 de febrero de 2009