jueves, 6 de marzo de 2014

El candombe contra la violencia de género

Adriana Montiel y su padre, Jorge Echeverría

Mujeres candomberas en su día y en memoria de Adriana Montiel.
Por Viviana Parody

 El próximo 8 de Marzo, la comparsa África Ruge conmemora el Día de la Mujer en su espacio callejero habitual –La Boca, Plaza de los Bomberos en la que desemboca la calle Caminito, más precisamente en la esquina de Lamadrid y las vías-. Grupos musicales y diversas actividades tendrán su inicio alrededor de las 16hs y su cierre con la salida de los tambores por el barrio, como todos los sábados.
En esta oportunidad, sin embargo, algo marca realmente una diferencia. Estas actividades en este día en 2014 cumplen con rendir homenaje a una mujer que supo nacer en el candombe y ser parte del mismo con total entrega y disfrute, pero también con creciente compromiso cultural y social (con su propia historia de vida  en primer lugar, y la de todos quienes la rodearon). Adriana Montiel, madre de un hijo de 15 años y esposa en un seno familiar interracial,  fue además en 2013 la primer mujer negra que participó de las reuniones de comparsas de Buenos Aires, y así mismo de las gestiones y asesorías en materia de candombe que se pudieron llevar adelante en oficinas del Estado (Secretaría de Cultura de la Nación), pudiendo tener en tales espacios opinión, voz y voto. Su palabra siempre era breve pero acertada, muy atinada, y de tono conciliador.
La muerte de Adriana el pasado 26 de Febrero, relacionada a cuestiones de género que aún se investigan, nos deja además de un profundo dolor una serie de enseñanzas y desafíos que como candomberxs (hombres y mujeres) y como comunidad (negra/afro) debemos atender. En primer lugar, la necesidad de fortalecer el candombe como espacio social y familiar de contención, a fin de que además de significar un espectáculo artístico, el candombe pueda significar una oportunidad de vida para las personas que lo constituyen. En este sentido, el Estado tiene un fundamental compromiso para con las familias afrodescendientes, imposible de llevar adelante si se tiene como único destino posible para el candombe la participación del mismo en festivales artísticos. Detrás de “una comparsa” hay mucho más: hay familias, hay sujetos de derecho. El candombe de todos modos, en su propio fuero interno, también tiene mucho para hacer en materia de lucha por los derechos culturales y sociales, es decir, en materia de ejercicio de la ciudadanía. Resta además, una cuenta pendiente por saldar en materia de género que corresponde a la sociedad toda.

Entiéndase entonces, este homenaje, como un llamado de atención a todas nuestras conciencias en nombre del  afecto y del respeto que Adriana, como muchas mujeres negras que ya no están con nosotros, nos inspiraba a todos quienes frecuentamos o hacemos parte del candombe. En su recuerdo van entonces estas actividades del próximo sábado en La Boca, más todos los nuevos emprendimientos venideros  que a lo largo de 2014 tengan a estas mujeres afro de este barrio como protagonistas, ya que ellas son una fuente invaluable de vida, de lucha, de transmisión, y de transformación “de fondo”. Fortalecer al candombe es fortalecerlas a ellas -y a sus hijos- en primer lugar.

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