martes, 4 de agosto de 2009

Lombardi y La Nación sobre el tema

(foto Maxie Amena - La Nación)
La Nación, domingo 2 de agosto, sección espectáculos
Polémica en torno a un centro cultural
El gobierno porteño decidió que el Movimiento Afrocultural se instale en el establecimiento de Plaza Defensa
Por Alejandro Cruz
Hasta hace poco, el Movimiento Afrocultural, cuyos integrantes ocuparon durante años un galón en Barracas hasta que el dueño logró sacarlos, estaban enfrentados con el gobierno porteño. En marzo de este año, la legislatura porteña declaró al Movimiento Afrocultural de interés social y cultural. "Si bien el bloque opositor apoyó un proyecto de [los diputados] Diana Maffia y Facundo De Filippo para expropiar el inmueble en favor del Movimiento, el Pro no lo apoyó", dicen en su blog. Allí mismo, denunciaban que el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, "no responde las órdenes del juez que en abril le ordenó «asegurar un espacio para que el Movimiento pueda continuar desarrollando sus actividades con normalidad». En este plan de reclamos, a fines del mes pasado los representantes del colectivo se dirigieron a la puerta del despacho del ministro "para denunciar la falta de compromiso por parte de los funcionarios". Hasta ese momento, lo único "medianamente firme" era la promesa de mudarlos al Centro Cultural Plaza Defensa, ubicado en Defensa 535.
La promesa se cumplió este martes. O, por lo menos, Fernando Martín, coordinador de dicho Centro Cultural, cuenta que ese día Baltasar Jaramillo, de quien depende el lugar, le dijo: "Perdimos el centro cultural". Inmediatamente, llegó a las redacciones un e-mail cuyo título decía: "Quieren cerrar el Centro Cultural para entregárselo en gestión a una Asociación Civil Afrocultural". El mismo correo electrónico, agregaba: "Consideramos injusta e innecesaria la medida ya que la instalación de un programa nunca debería anular a otro, mucho menos considerando la relevancia, trayectoria y nivel desarrollado por el Centro Cultural. Algo más lógico y coherente sería buscar otro espacio físico o incluir este nuevo proyecto afrocultural en el mismo Centro Cultural, o en otro, sin privar al barrio, a los vecinos y el público habitual de todas las demás actividades que se vienen desarrollando". Es más, Fernando Martín, dijo el jueves a LA NACION: "esto implica una privatización de la gestión y un desprecio a los que trabajamos acá".
El viernes, a las 18, Lombardi recibió a este cronista y se sumó así la tercera voz de este emprendimiento que nació de manera un tanto confusa.
-¿Se cierra el Centro Cultural?
-Va a seguir abierto y se va a potenciar en su funcionamiento ya que se suma la experiencia de la comunidad africana en Buenos Aires que muchas veces ha sido discriminada y no revalorizada del todo. Lo haremos en Plaza Defensa porque es el lugar histórico en donde esa cultura echó raíces. Hoy tuve una reunión con todo el personal del centro cultural y ya les expliqué la iniciativa. El desafío de gestión será encontrar un modelo que entienda las diferentes culturas, las diferentes expresiones de la cultura afro y apostar a que la gente que trabaja allí se sume a un proyecto que valga para todos. La gente de la Comunidad Bonga, de ellos se trata, será co-coordinadora, junto al Estado.
-Leyendo el blog de dicha comunicad se deduce que realizan una cantidad de talleres que son pagos. En contraposición, las actividades de los centros culturales porteños son gratuitas. ¿Qué pasará?
-Ellos han solventando parte de sus actividades con la venta de artesanías. Tomaremos los 22 metros que el centro cultural tiene sobre la calle Defensa para que allí, los fines de semana, puedan vender sus artesanías.
-Hasta el jueves parecía ser que había ideas contrapuestas.
-Todo el mundo sabía de esto. Evidentemente, todos tenemos que ceder un poco. Si la gente del centro cultural considera que el Tangódromo es valioso, lo tendrán que consensuar entre el coordinador de la comunidad afro. Pero si en este nuevo modelo de gestión no considera pertinente hacer una de las actividades ya previstas, ofrezco trasladarlas a otra área del ministerio.
-Habla de un proyecto en el que se suman voces pero, hasta el momento, el Centro Cultural Plaza Defensa no tuvo presupuesto. De hecho, no tiene caja chica. ¿Qué va a pasar?
-Lo que no puede estar en discusión es la gratuidad de sus servicios. Ahora bien, para el año próximo pensamos en dotarlo con un presupuesto adecuado. También vamos a formar una comisión de notables que conozcan del tema afro para que nos acompañen, como la diputada Diana Maffia y Liliana Varela, directora de Patrimonio. Para que este sistema funciones se necesita consenso.
-¿Hasta qué punto esta apuesta no estuvo forzada por el dictamen de un juez que obligó al gobierno porteño a darle un lugar a esta comunidad?
-Todo nos ha ayudado a tomar conciencia. En este caso en particular, la obligación del juez a que les demos un lugar nos obliga a ser más abiertos.
Según especula Lombardi, en un mes se pondría en funcionamiento este nuevo modelo de gestión. De todos modos, no todo parece muy fluido. "Escuchamos la oferta y estamos considerando el tema. Es una lástima que no nos contaron todo esto hace cuatro meses antes de armar la programación. Es extraño cogestionar algo con una sociedad civil", apuntó anteayer por la noche Fernando Martín, coordinador del centro cultural.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sin palabras... lo que está claro es la política de enfrentar trabajadores culturales entre sí, creando conflictos donde no los había, disputando un espacio que deberían ser dos: el del Estado y el de la Asociación. Es la política cultural del menosprecio y el irrespeto.
Berenice Corti.