jueves, 31 de julio de 2008

Marisa Pineau en Página 12

Marisa Pineau, especializada en estudios de Africa en el Colegio de México.
CIENCIA › UN CONTINENTE ENTERO QUE RECLAMA SU PAPEL EN LA HISTORIA UNIVERSAL
Lejos, muy lejos de Africa
Esta vez el jinete emprendió un viaje. Un viaje cruzando el océano; sin moverse del Museo Etnográfico, donde Marisa Pineau, historiadora, le habló de sus estudios sobre Africa, de reinos olvidados y del fantasma temible de la esclavitud.

Por Leonardo Moledo

–Usted trabaja sobre Africa, ¿verdad?
–Sí, en la UBA y en la Universidad Nacional de Quilmes. Soy investigadora de ambas.
–Bueno, cuénteme.
–Los estudios sobre Africa en Argentina no han tenido un gran desarrollo, aunque históricamente hay varios antecedentes que se podrían nombrar en la década del 60. La dictadura significó un gran retroceso en este aspecto, y con el regreso de la democracia hubo una suerte de revitalización por parte de varias universidades y del Conicet de promover estos estudios.
–¿Por qué nos interesa Africa a nosotros?
–Yo le puedo decir por qué me interesa a mí. Por un lado, desde mi formación en historia creo que no se puede pensar en una historia de la humanidad si no se piensa en la historia africana. Durante mucho tiempo la impronta del pensamiento hegeliano marcó los estudios: Africa no tenía historia, la historia de Africa la habían hecho los europeos. Esa impronta queda en la historia positivista y colonial: un centro que irradia la historia (Europa occidental) y una serie de pueblos periféricos que reciben la historia. Ese es el Gran Relato, la narración de los europeos. Mi estudio se encara fundamentalmente a partir de las independencias y créame que fue muy difícil instalar la idea de una historia propiamente africana. ¿Por qué nos interesa Africa en Argentina? Recién en los ’80 es posible realmente pensar una historia más completa y más abarcadora, para encontrar procesos similares a los que se estaban produciendo en América latina.
–¿Por ejemplo?
–Procesos con respecto al campesinado, la inserción en el contexto internacional, los problemas de las consolidaciones de la democracia.
–Entonces, usted estudia la historia de Africa actual.
–Sí... la del siglo XX. Que abarca la historia de Africa colonial y poscolonial. En el contexto en que le vengo diciendo, se empiezan a incorporar en las universidades los estudios de historia de Africa (en un paquete con la historia de Asia). De eso se desgajan los estudios específicos: empiezan a aparecer intereses, posibilidades de investigación en temas poco explorados...
–Yo creo que nadie duda de que existe la historia de Africa poscolonial. Incluso ahora se está viviendo una situación bastante desagradable en Zimbabwe... pero también me pregunto si se estudia algo sobre la historia de Africa antes de la llegada de los europeos. Occidente está relacionado con Africa desde la época de la esclavitud, y eso viene de la época romana.
–Dentro de la Facultad de Filosofía y Letras, las materias que han incorporado estudios sobre Africa son dos. Una se llama “Historia de la colonización y la descolonización”, donde se estudia el asunto desde el siglo XV; y la otra es “Historia de Asia y Africa contemporáneas”. En la primera materia hacemos un hincapié muy fuerte en cómo fueron los procesos africanos de la formación de los Estados...
–¿Los no-coloniales?
–Exacto.
–¿Y qué Estados importantes había?
–Muchos. En el siglo XV, por ejemplo, en el Africa occidental estaba el Estado de Ghana, el Estado de Mali... Todos tuvieron un desarrollo endógeno, una creación endógena. En algunos de ellos los gobernantes y los comerciantes se islamizaron alrededor del siglo XII, pero la mayoría de la población siguió practicando su religión. Hay otros: el Estado de Etiopía. Hay, además, grandes áreas de vinculación entre estas poblaciones. En algunas, por ejemplo, funciona el Islam como agrupador (acuérdese que el Islam llegó muy temprano, en su primera expansión).
–¿Eran Estados territoriales o tribales?
–Territoriales, pero tributarios, en el sentido de que lo que interesaba a los soberanos no era el control del territorio, sino la captación de tributos. Inclusive hoy sabemos que esas identidades no tenían el mismo significado en ese momento que ahora. Eran Estados que no estaban interesados en llevar la religión que practicaban a sus súbditos ni querían expandir un idioma. La relación con la autoridad central era a partir del tributo.
–Hay una polémica sobre el origen de la esclavitud... así como la izquierda hace énfasis en los europeos, la derecha trata de mostrar que la esclavitud fue una institución africana sobre todo. ¿Es verdad eso?
–Mire, yo siempre empiezo mis clases sobre esclavitud diciendo que la palabra esclavo está ligada a la palabra “eslavo”, que no es africana. Esto me sirve para recuperar esta idea de que no necesariamente la esclavitud tiene un origen africano. Lo que no quiere decir que no existiera la esclavitud en Africa antes de la llegada de los europeos. Existía, pero tenía características distintas. En el comercio de larga distancia mediante el cual se relacionaban los Estados que le mencioné antes incluía el de esclavos. Eran esclavos en general que iban a las zonas del Medio Oriente, o a Europa, pero que no eran un factor de producción. Fundamentalmente actuaban para los harenes o como esclavos domésticos. De todas formas, existía otro tipo de esclavitud, que tenía que ver con esas formas que todas las sociedades han conocido: los cautivos por guerras, los cautivos por deudas, por algún delito. En esa polémica que usted señala hay algo de razón. Hoy los datos nos dicen que la esclavitud era anterior, pero con otras características. No encontramos en Africa, hasta el siglo XVIII, plantaciones como en América.
–Pero cuando llegan los europeos... ¿capturan o compran?
–No capturan. A los europeos les interesaba el oro que llegaba desde Guinea (y por eso la moneda inglesa se llamaba guinea) y especias. No encuentran esos productos en todos lados, entonces, donde no encuentran, se les ofrecen esclavos. Es una relación que se establece desde el primer momento. Un historiador inglés, Basil Davidson, dice que primero fue un río y después se hizo la sangría.
–Pero cuando se hace la sangría, ¿cómo se hace? Los soberanos estaban interesados en la fuente de ganancia que representaba la esclavitud.
–Hay un punto de discusión que es el siguiente: las costas atlánticas eran costas que no eran interesantes para el africano. Los Estados importantes estaban en el interior. Es por eso que también a los europeos se les hizo fácil esa zona atlántica, pero sí tuvieron más problemas en la zona del Indico, que estaba llena de ciudades-Estado. Ahí no tuvieron esa capacidad de penetración.
–¿Y entonces?
–Les es muy difícil entrar al interior, los soberanos no los dejan. ¿Qué ocurre entonces? Los soberanos se encargan de efectuar la captura y el traslado de los esclavos hasta la costa. Lo que sabemos también es que muchos de estos Estados van a empezar a encontrar que su razón de ser es la venta de esclavos. Así, se van a ir convirtiendo en Estados mucho más autoritarios, porque van a tener que crear todo un sistema que tiene su base en la captura. Parte de su población en edad fértil es utilizada como ejército para capturar esclavos. La gente que no conforma el ejército, entonces, tiene que producir muchos más alimentos para mantener a ese ejército importante en número y fundamental para el sostenimiento del Estado. Es una relación perversa entre las partes: entre blancos y soberanos. Los dos sacan ventaja, cuando la mayoría de la población africana es la que lo sufre: o bien porque es esclavizada o bien porque tiene que sostener el sistema. Eso lo vemos mucho en la zona del Africa occidental. Se crean relaciones comerciales muy buenas: es un sistema que en el siglo XVIII logra todo su esplendor.
–O sea que no sólo habría que demonizar a los europeos, sino analizar más minuciosamente las relaciones con los soberanos...
–Claro, y con eso se relaciona lo que yo le comentaba de la historia global. Porque entonces, por más que nuestros principios morales dicen que lo que se hacía estaba mal, lo que vemos es que los africanos tomaban decisión sobre su propia historia. Lamentablemente, es muy difícil de rastrear cuáles fueron las formas de resistencia...
–Y por ejemplo, en la época del Imperio Romano, ¿había imperios y reinos? En el siglo I, por ejemplo...
–Para esa época estamos considerando el Estado egipcio...
–Pero ese no cuenta... en el siglo I ya tenía 3000 años.
–Bueno, parte de la recuperación que se hace desde la historia africana es que Egipto es un Estado africano. Todas las historias de Africa de hoy empiezan ahí.
–Eso es interesante. Porque da la sensación de que la historia de Egipto permanece más al Mediterráneo.
–No, justamente lo que se hace es la recuperación de este Imperio...
–También hubo un Estado africano muy importante con capital en Tombuctú, ¿puede ser?
–Sí, pero es del siglo XII y tiene que ver con estas rutas de comercio que surgen en ese momento.
–Bueno, antes del siglo tampoco había demasiados Estados en Europa... ¿Y qué pasaba en Sudáfrica?
–Había pueblos cazadores-recolectores, pero no había Estados organizados.
–¿Y en el resto de Africa?
–Estoy pensando, pero diría que más bien lo que hay son sociedades de jefatura. Cuando hablamos de Estados hablamos de Egipto, de Etiopía...
–Me pregunto si la corriente histórica que usted expone no tiene que ver con lo que es políticamente correcto y lo que nos gustaría. Y dígame... ¿hay una recuperación del hecho de que la humanidad se originó allí?
–Eso es lo más nuevo que se está haciendo. Se está llevando adelante, por ejemplo, por Sudáfrica, que presenta a Africa como cuna de la humanidad.
–El hecho de que la humanidad se origine en Africa debe ser la broma más políticamente correcta que le hizo la historia del mundo a la derecha.

Fuente: Página 12 del 39 de julio de 2008.
http://www.pagina12.com.ar/diario/ciencia/index-2008-07-30.html

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