La familia del autor del triple crimen de Benavídez (mató a una hija, hermana y abuela de su ex-mujer) le regaló una perlita a los medios. En un reportaje realizado por America 24, la madre dijo que ella lo había metido en "una secta umbanda", que entonces él hizo un pacto con "la calavera" -dato que el periodista (re)interpretó como con San La Muerte y a partir de allí también la mujer- y que por todo eso, el hijo había cometido los crímenes sin ser él mismo.
A partir de allí, casi todos los medios levantaron lo de la ya usual "pista umbanda" ahora mezclada con "la pista San La Muerte" y aún con la probable, supuesta o segura "posesión" del joven al realizar el crimen.
Crónica, doble página, 29 de agosto de 2012
Tapa Crónica, 29 de agosto de 2012
Tapa Popular, 29 de agosto de 2012
Popular online, 28 de agosto de 2012
La inverosímil versión -en realidad muy verosímil para los medios y periodistas- también fue reproducida en diarios "más prestigiosos" como La Nación:
La Nación online, 28 de agosto de 2012
La Nación online, 28 de agosto de 2012
Los medios no sólo se hacen eco de la versión -obviamente interesada- de los familiares del asesino, sino que ayudan a co-construirla, mediante las preguntas que los periodistas les realizan, reflejando sus propios prejuicios y desconocimiento de estas religiones y devociones. Trasladan así la responsabilidad de los asesinatos a las creencias religiosas de los involucrados -especialmente las de la víctima- y no a la violencia de género cada vez más común en nuestra sociedad.
Telenoche hizo un informe especial la noche del viernes 31, que se suponía iba a ser "balanceado", intentando brindar una visión más realista del culto a San La Muerte, ahora principal culpado por el crimen. El título del informe (¿El Santo que puede matar?) y la usual musiquita tenebrosa ya le brindaban un encuadre poco objetivo. La caprichosa edición de los testimonios llevó casi a confirmar la posible relación entre la devoción y los crímenes.
A mí me entrevistaron durante 25 minutos (uno siempre sabe que de eso quedarán dos minutos como mucho, por la duración del informe) pero luego de decir cuatro o cinco veces que era un santo popular como cualquier otro, sólo pusieron la única referencia que hice a la popularidad del culto entre personas acostumbradas a enfrentar situaciones de violencia en su vida cotidiana -a raíz de una pregunta que me hicieron sobre si el santito tenía alguna "especialidad". Podrían haber puesto alguna de las varias veces que dije que el santo tiene devotos en distintas clases sociales, o que en los santuarios se ven familias y fieles que en nada se diferencian de los de San Cayetano o el Gauchito Gil. Pero eso no parecía importante para quienes editaron el informe ...
Uno no debería sorprenderse, a esta altura, pero aún lo hace....
(culpa a San La Muerte)
También, un "informe" de America 24 y una entrevista al periodista Alejandro Agostinelli, en la que intenta poner algo de sensatez a la discusión, con escaso éxito:
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