Ayer recibí este comentario de la mãe Susana Andrade de Oxum, incansable luchadora por los derechos de las minorías religiosas y étnicas en Uruguay, cuyos lúcidos escritos he incluído varias veces en este blog. Qué más puedo decir?
Muy apreciado Alejandro:
Quería decirle que visité su blog por segunda vez y sí que hay trascendentes vivencias que enseñan allí. Es un todo maravilloso y hermoso de la vida como su hacedor. Gracias por las expresiones sobre nuestro trabajo desde Atabaque que doblemente agradecemos, pues nos consta que provienen de un avezado estudioso, catedrático ilustre y transcriptor de realidades, solo que desde una óptica especial de intelecto finamente humano. Virtud que no poseen todos los doctores en antropología porque esa materia no se enseña. Se tiene o no, pues es cuestión de génesis espiritual.
Permítame decirle desde mi estado natural de atrevimiento: sus análisis son eruditos y emotivos en igual medida. Poseen hechos estrictos y a la vez juicios de valor relevadores de verdades milenarias injustamente escondidas por intereses de racismo estructural y colonialismo ideológico organizado que perdura hasta nuestros días, con armas mucho más sutiles y poderosas que las de acero o de fuego. Los olvidados de siempre nos vemos importantes en sus relatos y eso usted no imagina cuánto vale.
Una de las definiciones de su nombre "Alejandro" es "El que defiende al hombre, el protector."
Aunque es un hecho que mestizos ya todos somos, soy casi negra, mulata o "parda" como se dice en nuestro lenguaje uruguayo vulgar a los que provenimos visiblemente por el color de la piel de sangres afroindígenas. Aún así; logro sonrojarme por dentro cuando pienso en sus experiencias académicas, títulos y aportes magistrales de connotación internacional, sabiendo que contamos con un lugarcito dentro de su corazón.
Que por encima de las dificultades, siga teniendo una feliz e intensa existencia y que lo disfrutemos como hasta ahora.
Susana Andrade ATABAQUE - Uruguay
Permítame decirle desde mi estado natural de atrevimiento: sus análisis son eruditos y emotivos en igual medida. Poseen hechos estrictos y a la vez juicios de valor relevadores de verdades milenarias injustamente escondidas por intereses de racismo estructural y colonialismo ideológico organizado que perdura hasta nuestros días, con armas mucho más sutiles y poderosas que las de acero o de fuego. Los olvidados de siempre nos vemos importantes en sus relatos y eso usted no imagina cuánto vale.
Una de las definiciones de su nombre "Alejandro" es "El que defiende al hombre, el protector."
Aunque es un hecho que mestizos ya todos somos, soy casi negra, mulata o "parda" como se dice en nuestro lenguaje uruguayo vulgar a los que provenimos visiblemente por el color de la piel de sangres afroindígenas. Aún así; logro sonrojarme por dentro cuando pienso en sus experiencias académicas, títulos y aportes magistrales de connotación internacional, sabiendo que contamos con un lugarcito dentro de su corazón.
Que por encima de las dificultades, siga teniendo una feliz e intensa existencia y que lo disfrutemos como hasta ahora.
Susana Andrade ATABAQUE - Uruguay