sábado, 2 de mayo de 2009

Dueños de la Encrucijada en Montevideo (3)


Estéticas de Exú y Pomba Gira en el Río de la Plata
Texto de Juan Batalla, curador de la muestra

Exú y Pomba Gira son Entidades espirituales celebradas en los cultos de raíz africana, un aspecto de la cultura regional largamente invisibilizado que entre la incomprensión y el descrédito sigue creciendo a espaldas de todos, a borbotones, en las ciudades y los suburbios en que estas se difuminan. Existe en este campo una identidad en común muy marcada entre Buenos Aires y Montevideo, abonada por constantes intercambios, viajes e influencias entre sí de religiosos de ambos países, que mayormente, aunque no todos, reconocen como fuente histórica de su práctica a Porto Alegre y otras ciudades de Brasil. Y establecido tal eje cultural y geográfico, un fenómeno en particular resulta acaso la foto más fiel del presente: es la expansión del culto a Exú y Pomba Gira, la kimbanda, llegada de Brasil y resignificada en Uruguay. Dos aspectos de la misma Entidad espiritual, Exú y Pomba Gira son Exú Macho y Exú Mujer.
Exú, uno de los orixás o deidades llegados a América con los esclavos africanos, fue alterando su identidad hasta que, merced a cierta hipertrofia o crecimiento desmedido del organismo ritual, terminó por generar un culto aparte. Y si los demás dioses encontraron su identificación en figuras católicas como santos, vírgenes y hasta Jesús, dentro de un fenómeno conocido como sincretismo, el papel que les tocó a Exú y a Pomba Gira no fue otro que el de diablos.

En esta exhibición, expresamente recortado del resto del vasto panteón de deidades de cuño afrolatinoamericano, observamos a Exú en su multiplicidad contradictoria, en su identificación como espíritu pero también como orixá o deidad, para terminar de abrir las compuertas a la riqueza compleja de las artes derivadas de una teología contemporánea.
Nuestra aproximación a estas cuestiones desde la perspectiva de las artes visuales se estructura mediante las fotografías de altares de Guillermo Srodek Hart, obras de artistas contemporáneos de ambos países que trabajan en relación al tema y la presentación de algunas piezas de arte litúrgico.Las fotos de Srodek Hart, cuyo registro aprovecha la hondura de la imagen que proporciona una cámara de 4 x 5 pulgadas, fueron realizadas pensando en exponer la diversidad de resoluciones estéticas que presentan los altares elegidos; estos son reflejo de tendencias y estilos propios de la personalidad de sus autores, religiosos que se evidencian así como artistas por derecho propio mediante sus contundentes instalaciones.

Los artistas contemporáneos que exhibimos coinciden desde sus diversos procesos. Ellos son Dany Barreto, Marcelo Bordese, Nora Correas, León Ferrari, Ángela López Ruiz, Diego Perrotta, Nico Sara, Melina Scumburdis, Gustavo Tabares, Anabel Vanoni, Margaret Whyte, Guillermo Zabaleta. Algunos están comprometidos con la temática de modo directo y realizan obras que son el correlato de sus vidas religiosas, otros la reconocen como un hecho cultural que los inspira y están los que exhibimos por hallarse instalados en caminos coincidentes. Hay una circularidad conceptual entre todos ellos, así como una necesaria deriva de sentidos. Sus trabajos reflejan distintos aspectos del fenómeno: Exú y Pomba Gira son sexo, generación, comunicadores, transgresores, llaves, el perro, malandros, demonios, bellos, irónicos. Muchas de tales características pueden leerse en estas obras.Y al mostrar piezas de origen ritual apuntamos tanto a exponer un arte de peculiar registro como a reflexionar acerca de las maneras de hacerlo. Tenemos piezas semianónimas y otras seriadas que señalan en dirección de las formas al servicio de un concepto.

Contextualizando, la escena del arte actual ha digerido ya la presencia explícita del tema afrorreligioso en la obra de muchos artistas internacionales, comenzando por Wifredo Lam, Rubem Valentim y llegando a José Bedia, Belkis Ayón, Ana Mendieta, Jean-Michel Basquiat, Mario Cravo Neto. En cuanto al Río de la Plata, sobre la transmisión realizada por la población africana que resulta base del tango y de otros aspectos de la cultura de ambas orillas, tal como registrara Pedro Figari, es que se asienta la umbanda llegada de Brasil a mediados del siglo XX. Entonces ya tenemos a Exú por aquí. No es extraño que haya crecido arte a su sombra. El arte de Exú y Pomba Gira exhala una poética que es fruto de la relación con un misterio y despliega claves para comprender aconteceres que ya forman parte de la cultura rioplatense. Parido por una cosmovisión y una práctica y transformado en la deriva para conformar un continuo estético diferencial.

Fotos: del blog de Juan Batalla http://juanbatalla.blogspot.com/
Texto: catálogo de la muestra, y en http://www.coleccionartebrujo.blogspot.com/

Dueños de la Encrucijada en Montevideo (2)

Como ya anunciara en otra entrada, el martes pasado se inauguró en Montevideo la muestra Dueños de la Encrucijada: Estéticas de Exú y Pomba Gira en el Río de la Plata, que acompaña al libro homónimo -ya comentado en este blog.
La exhibición se podrá ver en Buenos Aires a partir de agosto en el Centro Cultural Ricardo Rojas. Quienes estén en o vayan a Montevideo, no se la pierdan. Tampoco al Museo Blanes, que es bellísimo y que tiene unos Figari maravillosos.

Museo Blanes, Montevideo

Texto de Gabriel Peluffo Linari, director del Museo Blanes, para el catálogo de la muestra:

Uno de los propósitos que ha estado presente en los guiones de exposiciones realizadas en el Museo Blanes ha sido la exploración de las relaciones entre arte y antropología, no solamente como una manera de poner en acto, dentro del museo, una de las aproximaciones disciplinarias más notorias en el mundo académico, sino, sobre todo, como una manera de cuestionar las frágiles fronteras actuales del arte en relación con las estrategias de la crítica cultural, de las prácticas religiosas, de la imaginería popular, de las construcciones de identidad grupal, para las cuales la dimensión estética se torna una cuestión predominantemente instrumental.

En esta línea de política museal recibimos con particular interés la exposición “Dueños de la Encrucijada, estéticas de Exú y Pomba Gira en el Río de la Plata”, en la cual han trabajado estudiosos del tema, religiosos y artistas plásticos argentinos y uruguayos.El hecho de que la exposición sea resultado de una tarea colectiva, tiene la virtud de poner en cuestión el concepto de guión curatorial personalizado y de enfatizar la idea de una superposición de estéticas diversas, todas ellas formando parte de la inmaculada sustancia religiosa del material expuesto. Como señala Juan Batalla refiriéndose al propio ritual de ofrenda a Exú, “el éxito de la operación que se lleva a cabo depende tanto de la intención como de su propio desarrollo visual”, es decir, depende tanto del sentido de la ofrenda como de su propia presentación formal ante la divinidad. Este hecho supone una identificación entre la dimensión estrictamente estética y la estrictamente religiosa, al punto que sus respectivas especificidades quedan desdibujadas frente al común denominador instrumental: lograr el éxito de la ofrenda.

Desde el punto de vista museográfico, este problema genera un interesante desafío, ya que los materiales expuestos se ajustan a un doble cometido: por un lado exponerse ante Exú y Pomba Gira como parte de un ritual religioso y no museográfico, pero por otro lado, ser leídos como objetos estéticos en el marco de un museo de arte. Esta es la tensión conceptual más significativa que subyace en “Dueños de la Encrucijada”. Tensión que remite, por otra parte, a la situación del visitante al museo como un “observador participante”, según la celebrada frase de Levy Strauss para referirse al modus operandis del antropólogo. En efecto, el observador no comprometido religiosamente con los objetos de culto que observa, mantiene una distancia crítica con respecto a ellos muy diferente a la del visitante comprometido, o al menos “enterado”. Esto hace que la muestra convoque un juego de miradas complejo en el cual el aura del objeto es asumido como un atributo tanto estético-formal como religioso-moral. Esta “manifestación irrepetible de una lejanía, por cercana que ella pueda estar” (W. Benjamín) será ahora percibida desde situaciones culturales y sociales diferentes. La apuesta simultánea a la diversidad y a la colectividad de la mirada es asunto propio de una museología más preocupada por las construcciones identitarias que por las consagraciones de la historia del arte.

Texto extraído de: http://www.coleccionartebrujo.blogspot.com/