lunes, 29 de diciembre de 2008

Presencia Afro-Argentina

En el estudio y la (re)apreciación del pasado afroargentino (así como de su actualidad) todo está por hacerse. Dos fotos recientes de Clarín muestran la presencia afroargentina en manifestaciones musicales de hace unas pocas décadas atrás.
Es sabido que percusionistas y bailarines negros/as se presentaban con la orquesta de Alberto Castillo. Afrouruguayos, según el testimino de algunos antiguos músicos de tango blancos, pero más seguramente afroargentinos -de acuerdo con el testimonio de miembros de la comunidad negra local, quienes todavía recuerdan los nombres y apellidos de los/as involucrados.
Una de las fotos que ilustra el calendario de tango 2009 que viene con el diario Clarín muestra, también, la presencia de músicos negros en la orquesta. Sin duda el contrabajista lo era, pero también puede haber un par más de afrodescendientes entre los otros músicos.

Hace unos meses, la revista Viva publicó una nota sobre los orígenes de la marcha peronista. Citando datos y fotos del libro La Marcha Peronista, una historia de plagios y vanidades , sostiene que sus acordes musicales provendrían de una canción estrenada en 1928 por la comparsa de carnaval El Rosedal . En la foto principal que ilustra la nota se puede ver que al menos uno de sus integrantes es afro-argentino.


Fuente de las fotos:
Calendario 2009 del diario Clarín.
Revista Viva del 11 de mayo del 2008, con fotos del libro La Marcha Peronista, una historia de plagios y vanidades , de Jorge Llistosella, publicado este año por Sudamericana.

Y el arpista de Chazarreta?


Para seguir con mi recorrida azarosa de fotos en el diario Clarín de este año...
La foto muestra al distinguido folklorista santiagueño Andrés Chazarreta con el arpista ciego Domingo Aguirre, a quien le dedicó su "Gato de Aguirre".
Don Aguirre parece afrodescendiente o es sólo el color sepia de la fotografía?
La foto es de 1928.
Si, ya parezco el chico de Sexto Sentido, sólo que " I see black people...."

Fuente: revista Ñ del 15 de noviembre del 2008.

Para terminar, El Club del Clan


También tenía un miembro o un simpatizante -ahora sí, inequívocamente- afrodescendiente.
La foto de la revista Ñ incluye una mención de los retratados: "los cluberos (Johnny Tedesco, Raúl Lavié, Palito Ortega, Chico Novarro, Nicky Jones) y cluberas (Violeta Rivas, Jolly Land) top y no tanto (Perico Gómez, Galo Cárdenas, Cachita Galán) junto a Fernando Siro y Alfredo Barbieri en la película El Club del Clan, Enrique Carreras, 1964".
Fuente: Revista Ñ, 8 de septiembre de 2007.

Pero no nos olvidemos de Alfredo Barbieri.....

Comentario de Pablo Cirio:

Hola Alejandro: Feliz año nuevo y feliz día de SRB.
En la foto del Club del Clan hay otro afrodescediente, pero no tan evidente... Alfredo Barbieri.
Atte. Pablo Cirio.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

¡Muy Feliz Navidad!

E ku odun, e hu iye' dun!

Feliz Navidad!, en Yoruba)

martes, 23 de diciembre de 2008

domingo, 21 de diciembre de 2008

Lejos de Casa -Africanos en la Argentina

La revista Viva del diario Clarín de hoy trae una nota de la periodista Marina Aizen sobre los africanos en Argentina. Creo que está muy bien. Sin profundizar mucho en el tema, se centra en la (conflictiva) experiencia de los migrantes en el nuevo contexto social.
(doble click en las imágenes para agrandarlas y leer la nota...)




sábado, 20 de diciembre de 2008

MTV Africa

Se vino el primer MTV African Music Awards!
Se puede ver de nuevo mañana domingo a las 14 -chequear por las dudas en mtvla.com
Muy interesante..... Mucho hip hop pero no exactamente, muchos acompañamientos de baile con cero entrenamiento de danza contemporánea o jazz, y aún el break (en realidad una especie de pop-lock) tampoco es igual al norteamericano. Hay algo del cuerpo o de la técnica dancística africana que sin duda procesa los bailes de acuerdo con sus propias reglas... La "modernidad" occidental refractada en su espejo africano. Ah, y allá entre las chicas parece que está de moda (de nuevo, o nunca se fue?) el pelo lacio.... Nada de complicadísimos peinados afro al estilo Ilê Aiyê. Esa es la africanidad bahiana... o ésta es la africanidad MTV?..

viernes, 19 de diciembre de 2008

Acabando (de manera explosiva) con los prejuicios....

Otra importante iniciativa del Gobierno de la Ciudad.
No conformes con la exitosa y sobre todo didáctica campaña "Juegue Limpio" (¿era así?), sus funcionarios han encarado un nuevo proyecto, destinado esta vez a acabar de manera explosiva (y por ende suponemos definitiva) con los prejuicios y la discriminación reinantes en nuestra ciudad.
Según nos cuenta el aviso (doble click para leerlo) en el "mes de la inclusión" decimos "Chau prejuicio" y emprendemos una acción decisiva al respecto: nos reunimos todos (y todas, sin duda) este sábado en el Rosedal para pinchar globos "representando nuestros prejuicios"y así, "por cada uno que explote(mos) habrá un prejuicio menos entre nosotros".
¡Letal! ¿Cómo no se le ocurrió antes a alguna otra urbe? We are (still) the champions....
¡Volvé INADI, te queremos!
Imagen: aviso en el diario Clarín de hoy.

jueves, 18 de diciembre de 2008

domingo, 14 de diciembre de 2008

Graffiti en Queens


En Queens, justo frente al P.S.1 Contemporary Art Center, un instituto/museo afiliado al Museum of Modern Art, está este edificio que es una obra de arte en sí misma. Ignoro sus funciones.

En P.S.1 estaba la muestra Neo Hoodoo: Art for a forgotten faith con obras basadas en símbolos religiosos afroamericanos e indígenas.
Algo de info sobre esta muestra en

jueves, 11 de diciembre de 2008

Botánica en Nueva York


Había una época en que para conseguir una botánica (el equivalente de nuestras santerías) en Nueva York había que ir a Spanish Harlem -el barrio hispánico. Con bastante frustración vi que Almacenes Shango, o El Congo Real, dos grandes botánicas del barrio -a las que fui hace muchos años- ya no están. En su lugar hay locales cerrados o terrenos baldíos. Toda esa parte (110 con Madison o la av. 3) está muy deteriorada, nada que ver con el barrio de clase media baja -o baja con algunas posibilidades- que parecía ser a fines de los 80s. Se ven varias tiendas mexicanas chiquitas y en mal estado -lo que podría indicar un nuevo tipo de migración- y algunas construcciones nuevas, seguro indicio de su pronta gentrificación.

Para compensar esta ausencia se puede encontrar la botánica Eleggua, atendida por una familia portorriqueña, en la avenida 10 y la calle 51 -a sólo unas cuadras de Central Park.
Es interesante también porque comparte el local con una farmacia; se entra por la puerta de la farmacia y dando la vuelta, en el mismo negocio, está la botánica. Una buena muestra de la complementaridad de la medicina occidental y la religión/terapia afroamericana.

No es muy grande pero tiene un muy buen surtido de velas, imágenes, collares. Reproduzco fotos de la vidriera con las soperas (equivalentes a los asentamientos de candomblé o batuque) de distintos orichas.

Saqué algunas fotos adentro, principalmente de un bello altar a Yemayá, pero como no pedí permiso para reproducirlas online no lo hago. Subo sólo las de la vidriera, que son para todo público...




Fotos: Alejandro Frigerio. Eleggua, Changó (2), Obatalá, Ochum y Yemayá.







miércoles, 10 de diciembre de 2008

Landmarks -alla por la 110......

Celia Cruz en El Barrio
Recuerdo para Tito Puente

Duke Ellington en la entrada de Harlem


Malcolm X en la entrada de Harlem


Fotos: Alejandro Frigerio.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Viaje

Orisa Prophesy and Hope at a Time of Uncertainty
Friday December 5,
Yale University
Kamari Clarke (Yale): Stefania Capone (CNRS); Andrew Apter (UCLA); Jacob Olupona (Harvard); Randy Matory (Harvard); Miguel "Willie" Ramos (FIU); Alejandro Frigerio (FLACSO, Argentina); Frances Henry (York University); Kenneth Routon (Wesleyan University); Oba Ernesto Pichardo (FlU); Stephan Palmié (University of Chicago)





martes, 2 de diciembre de 2008

Sobre el jazz afro-cubano

Paquito D'Rivera


La Nación – ADN Cultura - Música Sábado 29 de noviembre de 2008
La otra revolución cubana
Una serie de discos grabados en La Habana en los años 50 y 60 muestra el rico encuentro entre los ritmos de la isla y el jazz

En 1947, Chano Pozo llevó la revolución a la revolución: en plena furia del bebop, traficó los ritmos cubanos al jazz estadounidense desde la big band de Dizzy Gillespie y provocó una combustión que dio origen al jazz afrocubano y, como se lo conoció después, al latin jazz. Al año, el percusionista, nacido en La Habana en 1915, moría asesinado en el Rio Cafe del East Harlem en circunstancias que siguen despertando hipótesis encontradas. Algunos sostienen que lo mataron por envidia de su éxito y otros afirman que se trató de un asunto de drogas. Sin embargo, un rumor decía que detrás del crimen se escondía un factor religioso: Chano habría dado a conocer ritmos rituales del culto secreto abakuá, con raíces en Nigeria, al que había pertenecido en Cuba.
África. Aquella raíz era lo que unía en algo nuevo la complejidad armónica de Gillespie y las congas de Pozo, que llevaban dentro el son, la rumba, el mambo, el chachachá y otros ritmos afrocubanos. De algún modo, Chano Pozo le devolvió al jazz una suerte de eslabón perdido, y la chispa desató una reacción en cadena. Los ritmos cubanos fascinaron a tantos músicos del bebop, afirma el crítico Joachim Berendt, porque en Cuba se había mantenido más viva que en Estados Unidos la tradición africana. A fin de cuentas, el de Dizzy y Chano fue el encuentro de primos hermanos que habían sido arrojados lejos de los ancestros y que en el camino habían asimilado culturas diferentes.
Gillespie, gran catalizador de lo que se dio en llamar "cubop", tenía un antecedente: ya había entrado en contacto con la música de la isla cuando compartió la sección de metales de la orquesta de Cab Calloway con el cubano Mario Bauzá, que sería el arreglador de los Afrocubans de Machito (Frank Raúl Grillo), otro pionero. Por aquellos días, ambos, Bauzá y Machito, intentaban combinar los ritmos que habían aprendido de chicos con el jazz que sonaba en Nueva York.
Todos ellos demostraron una vez más la capacidad del jazz para enriquecerse de lo diverso y, sin proponérselo, iniciaron una tradición. ¿Qué aportó el elemento cubano al jazz moderno? Sin duda, sus complejas acentuaciones rítmicas, incorporadas y transformadas luego por músicos como Stan Kenton, Charlie Parker, Art Blakey y Cal Tjader, entre tantos otros. También, una serie de instrumentos de percusión (congas, bongos, maracas, güiros) que enriquecieron la paleta tímbrica del jazz. Y junto con cierto tratamiento de los "caños", derivado de los arreglos de las orquestas de La Habana, otro aporte fueron las composiciones originales, algunas de las cuales pasaron a ser standards del género, como "Afro Blue" (versionada por John Coltrane), de Mongo Santamaría, percusionista nacido en la capital de la isla que llegó a Nueva York a fines de los años 40 con la orquesta de Dámaso Pérez Prado, cubano de Matanzas que se coronaría "rey del mambo".
Todo esto puede encontrarse en la serie Jazzcuba (Warner Music), integrada por ocho CD que rescatan, de las arcas del legendario sello Egrem de La Habana, grabaciones de grandes músicos y combos cubanos: Bebo Valdés y su hijo Chucho, Israel "Cachao" López y su sobrino Cachaíto, Chico O’Farril, Pedro "Peruchín" Jústiz, el cantante Guapachá y las orquestas Los Amigos, Cubana de Música Moderna e Irakere. En su mayoría, son registros de fines de la década del 50 y principios de los años 60: una música donde se mezclan ecos del Tropicana con toques de las orquestas de swing, el "Son de la Loma" de Matamoros y la guajira "Guantanamera" con "Tenderly" y "All the Things You Are", todo interpretado por músicos versátiles y de extraordinaria capacidad técnica que además le aportan al jazz el espíritu juguetón y cálido propio del Caribe.
En la retaguardia de este seleccionado de músicos cubanos, cuidando las raíces pero abriéndose al jazz, están Bebo Valdés y Cachao López, dos leyendas. Aún activo con más de 90 años, Bebo sorprendió en 2003 con Lágrimas Negras, en dúo con el cantaor español "El Cigala". Cachao, que comenzó como contrabajista clásico en la Orquesta Filarmónica de La Habana y murió el año pasado tras una dilatada trayectoria, cultivó (junto con el pianista Peruchín Justiz) un estilo de improvisación en el que confluían el idioma del jazz con el fraseo típico de los ritmos de Cuba. Según el especialista cubano Leonardo Acosta, fue uno de los principales impulsores de la "descarga", término que en el argot musical de la isla designaba las largas sesiones de improvisación. Chucho Valdés, pianista como su padre, creó y dirigió el grupo Irakere, semillero de grandes instrumentistas. Esta grabación de 1976 confirma la justa fama que se ganó la sección de metales, con Paquito D’Rivera en saxo y clarinete, y Arturo Sandoval en trompeta.
Compositor y arreglador, Chico O’Farril pasó de tocar su trompeta en el mítico Tropicana de La Habana a hacer arreglos para Benny Goodman, Kenton y Gillespie en Nueva York. Allí grabó, en 1950, su Afro Cuban Jazz Suite, con Parker como solista. Más tarde trabajaría junto al argentino Leandro "Gato" Barbieri. Pero una de las más felices sorpresas de este lanzamiento es el inspirado piano de Frank Emilio Flynn en el CD del grupo Los Amigos, fundado por el baterista Guillermo Barreto, en el que revistó también el contrabajista Cachaíto López. Hijo de un estadounidense de origen irlandés y de una cubana, Frank Emilio perdió la vista en su adolescencia y se abrazó al piano. Estudió teoría y solfeo, pero pasaría de Bach y Mozart a los ritmos populares cubanos y al jazz para unirse a la bohemia habanera de los años 50. Fue uno de los creadores del filin (término que viene de la palabra inglesa feeling y alude a la mezcla del bolero cubano con el jazz). Como O’Farril, murió en 2001, y esta grabación es un acto de justicia que rescata a un pianista de exquisita sensibilidad.
De algún modo, la serie es también una suerte de documento que puede leerse –y escucharse– como una precuela de Buena Vista Social Club, de Wim Wenders, y Calle 54, de Fernando Trueba, dos películas que difundieron el legado de la música cubana y el jazz latino entre audiencias más amplias.
Fuente:
Foto: Reuters/LN

lunes, 1 de diciembre de 2008

¿Educatin' inna Babylonnn?

Ayer ví que mi cantante favorita argentina de reggae tenía una línea de ropa propia. Estaba en un local –caro- de un shopping de Palermo. La ropa estaba linda, pero debo reconocer que al verla inmediatamente me surgió la pregunta: ¿cuándo el arte se transforma en una mercancía? ¿Cuándo la conciencia se transforma en mercancía? ¿Puede la conciencia transformarse en mercancía? Remeras con siluetas de mujeres con turbantes rastafaris, con consignas como “Positive Girl”, por ejemplo (si la memoria no me falla), ¿no transforman esta imagen y consigna en un objeto más de consumo?
Quizás me hubiera chocado menos si hubiera visto la ropa en un negocio de la Bond Street o algún lugar similar. Probablemente porque hubiera pensado que la gente que circula por ahí y la compra tenga –quizás- un poco mas de idea acerca del artefacto que está comprando y lo compre con un poco más de apreciación cultural y conciencia sobre el lugar de esa ropa y esa simbología. Y de esa cultura. No sería la compra de un objeto con un significado absolutamente extraño al comprador. También porque hubiera pensado que era un proyecto menos masivo, autogestionado, etc. Digamos, el equivalente de sacar un disco de manera independiente.
Ahora bien, si las ropas están en una cadena o una serie de conocidos negocios de consumo juvenil masivo (por no adjetivar este consumo de alguna manera negativa, que bien se podría en este caso) obviamente de autogestión y pequeña empresa tiene poco. Mas bíen, seguramente, algo así como “te vendo los diseños y vos los fabricas y distribuís masivamente” –como Carlitos Tevez con Nike.
Pero no sólo están en negocios de consumo masivo, sino también en los shoppings de mayor poder adquisitivo. ¿Tiene algún sentido vender consignas “con conciencia” en estos lugares de absoluta desaprensión por la cultura negra, la religión rastafari, hasta del reggae? -más allá del consumo facilongo de Bob Marley o de algún imitador local-. No digo que el dinero o la pobreza estén necesariamente relacionados con la posesión o no de determinada conciencia. Sólo que ciertos públicos obviamente tienen determinadas preferencias culturales e ideológicas que en nada se relacionan con, sino que mas bien van contra, el producto vendido.
Yo, debo reconocer, me sentí un poco decepcionado. Entiendo que una oportunidad económica es una oportunidad económica, pero se hace menos creíble despotricar contra Babylon si uno pasa a formar parte del engranaje. No creo que sea lo mismo grabar un disco en una discográfica importante y que lo vendan en Musimundo, por ejemplo. Después de todo, el disco es el mensaje. ¿Es la remera el mensaje?
Me hubiera resultado más simpático si la cantante tuviera alguna buena justificación ideológica. Por lo que ví en un reportaje, sólo: “Es importante tener emprendimientos, no quedarse. Además, ¡los Marley tienen la suya!”. Como justificación, algo escaso, no?
Le estamos dando educación a las mujeres –una de las preocupaciones de la cantante- de esta manera?
No pretendo tener las respuestas, sólo, a veces, formular preguntas.

sábado, 29 de noviembre de 2008

Una buena del INADI

Crítica Digital / Sociedad / 29/11/2008
Textos escolares con contenidos integradores
Yo no discrimino, tú no discriminas

El Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) firmó un convenio con varias editoriales de manuales escolares para que incluyan en sus contenidos temas relacionados con los pueblos originarios, los afrodescendientes y cuestiones de género en las nuevas ediciones de sus libros. Se trata de las editoriales Tinta Fresca, Santillana, Ediciones SM, Estrada y Puerto de Palos, que llegaron a este acuerdo para incorporar temáticas relativas a la no discriminación y la valoración de las diversidad.
“La educación es la mejor herramienta para darle batalla a la discriminación, y la escuela es el espacio desde donde se pueden fortalecer las cabezas de los/as ciudadanos/as. Con este acuerdo, hemos logrado un objetivo importante para el INADI, que es escuchar a personas negadas no sólo por los libros, sino también por la sociedad”, dijo la titular del INADI, María José Lubertino. Los nuevos contenidos se verán reflejados en las ediciones de los textos de 2010 y se prevé para un futuro incorporar otras temáticas relativas a las causas más frecuentes de discriminación, según se informó.
El convenio surgió después de varias reuniones realizadas entre el INADI y las editoriales, en las cuales se les entregó material y se les brindó asesoramiento. Crítica de la Argentina había denunciado, en una nota publicada en mayo pasado, que existían textos escolares de la editorial Santillana que interrogaban a los chicos: “¿A qué especie pertenece un hombre de raza amarilla? ¿Y uno de raza negra? ¿Podrías decir a qué especie de hombres pertenecés vos?”.
Fuente: http://www.criticadigital.com.ar/impresa/index.php?secc=nota&nid=16272
Foto: Alejandro Frigerio, vidriera de una casa de artículos para el hogar. Buenos Aires, 11/08

Una buena del INADI (2)

Comentario de Nicolás Fernández Bravo:
El único inconveniente, hasta donde pude saber, es que los contenidos no han sido revisados de un modo sistemático y la participación de profesionales y expertos tampoco ha sido del todo transparente; con lo cual, si bien es una buena señal, es necesario mejorar los procedimientos internos que regulan este tipo de iniciativas, cuyos contenidos aún necestian estar acompañados de un trabajo a nivel local para pensar las formas veránculas que asume la invisibilidad y la discriminación. Como decía un antropóloo brasileño, no vaya a ser que cambiemos "seis" por "media docena".
Saludos,Nicolás

lunes, 24 de noviembre de 2008

Día de la Conciencia Negra (2)

Sobre los factores de exclusión de la población afrodescendiente
(a continuación, mi participación en la mesa de debate..)


La consigna del debate era hablar sobre “Políticas de exclusión históricas y actuales y cómo afectan a la comunidad afro descendiente y los pueblos originarios: Educación, salud, cultura, vivienda, empleo y desalojo”.
Como todavía tenemos pocos datos específicos sobre la población afrodescendiente en el país, tendré que hacer una reflexión más general sobre el tema, especificando los factores que me parece son claves en la exclusión social de estos grupos.
Más que de políticas de exclusión, lo que denotaría un intento conciente de excluir personas, prefiero hablar de factores de exclusión –que pueden resultar de la acumulación de una serie de acciones no necesariamente intencionadas.
En esta breve presentación quiero focalizarme en tres factores:
1) la invisibilización, 2) la discriminación y 3) la espectacularización
Ya que estamos en un evento que celebra y desea promover la conciencia negra, al final voy a llamar la atención a cómo los propios involucrados pueden estar colaborando también, aún sin quererlo, a la acción de estos factores.
1. Invisibilización
Es obvio que la invisibilización es el primer factor de exclusión a atacar. Mucho se ha hablado en los últimos años sobre cómo la población afroargentina o afrodescendiente en Argentina (no es lo mismo) fue invisibilizada.
Algunos avances se han hecho en ese sentido en los últimos 5 a 10 años.
Principalmente a nivel de los medios –aún cuando la existencia en el pais de una población afrodescendiente (para no hablar de comunidad que siempre es un concepto problemático) todavía no está instalada plenamente. Pero en los últimos años han aparecido una serie de notas impensable hace un tiempo atrás –pensemos que estuvimos casi 30 o 40 años sin notas relevantes sobre afroargentinos, negros argentinos, afrodescendientes (hubo algunas, pocas, sobre “negros en Argentina”)
A nivel gubernamental, hubo algunos pequeños avances, pero más que nada por iniciativas de funcionarios o legisladores específicos, todavía no hay una política de estado relacionada con afrodescendientes ni organismos que desarrollen medidas específicas al respecto..
Sobre el tema sí aparecieron, en los últimos años, documentales, libros y se hicieron numerosas jornadas y eventos. Todo esto, con sus mayores o menores virtudes y defectos, ayuda a quebrar la invisibilización. En ese sentido, todo lo que se haga con el tema creo que suma (reconozco que la mía es una visión optimista, ya que no todos piensan así).
Es casi obvio que una de las principales áreas a mejorar es la de la educación primaria y secundaria. Habria que incluir a los afroargentinos en los manuales y en las revistas escolares (Billiken, Genios). Todos sabemos que en el mundo escolar, la presencia afroargentina, además de muy estereotipada, llega hasta 1810. Para el 9 de julio de 1816 ya parece que no hay negros en Argentina.
En la historia académica –no especializada- los afroargentinos parecen llegar hasta la caída de Rosas. Para los académicos especializados en el tema, el límite hasta hace poco era aproximadamente la década de 1870 o 1880. Algunos trabajos recientes ya mejoraron el panorama. Uno de los más importantes –el de Oscar Chamosa sobre los conflictos en las naciones africanas de Buenos Aires, por los datos y la perspectiva que tiene- no fue publicado en castellano

2. Espectacularización
El segundo factor, espectacularización, es una consecuencia de la disminución de la invisibilización. Es una modalidad bajo la cual se da un quiebre parcial de la invisibilización.
Espectacularización sería la sola reivindicación de la cultura negra, principalmente en forma de espectáculo. Es un paso adelante, pero si las medidas se quedan sólo en fomentar la espectacularización, constituye una nueva forma de exclusión. Demasiado o solamente, no es buena. Puede llevar al síndrome: “Tocá tu tambor, negrito”. O, peor y más explícitamente, “qué lindo cómo tocas tu tambor, negrito –ahora no me jodas con otra cosa”.
Dentro de un mundo cada vez más dominado por políticas multiculturalistas (aunque no estoy contra el multiculturalismo) se corre el riesgo de otorgarle a los sujetos derechos meramente culturales (mientras se mercantilice su cultura para el consumo de otros) y relegar sus derechos sociales. Sería la “trampa de la cultura” como la llamó la antropóloga María Carman, y como también la viene analizando hace rato Mónica Lacarrieu.
Se incluye a los grupos étnicos en festejos, ferias de colectividades, aún eventos específicos (afros, llamadas), pero no en algún plan de inclusión o de beneficios sociales. Están incluídos dentro de las políticas culturales pero no dentro de las políticas sociales. La inclusión es solamente cultural, principalmente como productores de mercancías culturales que serán consumidas por sectores sociales algo más pudientes).
3. Discriminación
Es obviamente el problema más acuciante, pero también el más multifacético y problemático. También el peor estudiado y definido. Suele hablarse fácilmente de “racismo” pero hay una gama muy diversa de comportamientos que sirven para excluir, segregar, marginalizar, “poner” o “dejar en su lugar” al Otro.
Es importante identificar qué espectro de comportamientos (desde, por ejemplo, el racismo hasta la estereotipación) componen la discriminación.
Estos comportamientos están cruzados por variables de clase y de género, y también fenotípicas. El grado de afrodescendencia que se infiere del –o se le otorga al- fenotipo influye en qué tipo de comportamientos discriminatorios la persona puede sufrir.
También influye la nacionalidad. Hay afrodescendencias más “glamorosas” que otras –la brasilera y la cubana, por ejemplo.
Por lo tanto, hay necesidades diferentes de combate a los comportamientos discriminativos y a la inclusión social de acuerdo al género, la clase social, el fenotipo y la nacionalidad de los afrodescendientes.
Es necesario remarca la omnipresencia de la estereotipación como comportamiento discriminativo, seguramente la forma no más grave pero sí más común y por tanto con fuerte incidencia en la vida de las personas. Si uno sufre muchos encasillamientos a lo largo de la vida, su accionar se verá condicionado por ellos –y también la construcción de su subjetividad.
Entre los estereotipos integrales más comunes están los del “negrito” (sujeto de burla), el “negrazo” (produce miedo), y, con referencia a la mujer, la “negra caliente” o directamente la “puta”.
Hay que mencionar también el muy poco estudiado y comprendido mecanismo de la “buena presencia” como una de las formas encubiertas pero más extendidas de discriminación racial en nuestra sociedad.
Hay que resaltar los omnipresentes problemas de discriminación en los colegios, no sólo por parte de compañeritos sino también de maestras y aún directoras de establecimientos.
Desde el Estado no parece haber respuestas para el problemas de las diversas actitudes discriminatorias. Aunque los esfuerzos más regulares desde un organismo del estado en los dos últimos años han sido los del INADI, en los sucesivos eventos que esta institución organizó parece haber un excesivo énfasis en lo (meramente) testimonial y en la espectacularización de la cultura negra. No se han enunciado ni identificado aún políticas ni medidas concretas que puedan ayudar realmente a disminuir la discriminación ni a avanzar por sobre los otros dos factores señalados. Aunque las actividades del organismo ayudan a disminuir la invisibilización, su repercusión mediática tampoco ha tenido la importancia deseada.

Sobre cómo la falta de conciencia negra lleva a potenciar los factores de exclusión

Dentro del propio campo de la militancia cultural y política afro hay problemas propios que es necesario superar para poder luchar adecuadamente contra los factores de exclusión:

El rol de los propios afrodescendientes en el proceso de invisibilización:
Este problema atañe especialmente a los argentinos- que tienen que superar a su vez décadas de auto-invisibilización. Los que provenían de familias mixtas –la mayoría, en nuestros días, pero no tanto la generación anterior- podían “pasar”: o sea, no considerarse negros. De hecho muchos no tenían el fenotipo que en nuestra sociedad es reconocido como “perteneciente a la raza negra” o sea como “negro negro“ o “negro mota”.
Recordemos que la raza se construye socialmente de manera diferente en cada sociedad –en cada país o en cada región. Una misma persona puede ser considerada negra en Sao Paulo pero no en Bahía, por ejemplo. Puede ser “parda” en Uruguay, “blanco” o “cabeza” en Argentina –“cabeza” conlleva asociadas características sociales y culturales además de raciales.
Todos o al menos gran parte de los afroargentinos que podían “pasar” (obviar su pertenencia “racial”) lo hacían.
Resulta muy difícil quebrar invisibilidades si los propios afectados no hacen todo lo posible por colaborar. Tenemos numerosos ejemplos de actividades realizadas sobre y para afrodescendientes que tienen poca o nula audiencia afroargentina. Si los propios interesados no van, para qué se hacen? Para quién pedir políticas de inclusión o de reparación?
La creciente popularidad del término afrodescendiente puede ayudar a que muchos que no se sienten negros si asuman su afrodescendencia. La creciente valorización social y cultural de la afrodescendencia y de lo afroargentino también.
Pero quizás haya que tener en cuenta que si no hay alguna ganancia concreta con reivindicar esta identificación, cuál sería el propósito de hacerlo?


La auto-espectacularización, auto-exotización y auto-folklorización:
Si bien tenemos una cantidad cada vez mayor de grupos diversos que practican cultura de origen africano, muchos lo hacen sin una conciencia crítica.
No es cuestión de que siempre que a uno lo convocan para alguna actividad tenga que escupir el asado, pero sí es preciso tener una idea propia de por qué y para qué se practica cultura negra, y en qué medida esto significa un involucramiento que no puede dejar de ser político.
Hay demasiados individuos afrodescendientes que van por el mundo acatando y celebrando los estereotipos exotizantes y cumpliendo alegremente con el mandato espectacularizante de “negrito, tocá tu tambor”. Se conforman –y hasta lucran- con el pequeño lugar que las políticas o las sensibilidades multiculturales le asignaron
.
La falta de unidad para actuar ante las diversas formas de discriminación.
Habiendo seguido de cerca el desarrollo del activismo cultural y político negro en los últimos 20 años me llama la atención y me preocupa que el aumento de la atención hacia el tema, de eventos, de oportunidades culturales y políticas parece haber llevado no a una mayor capacidad de acción conjunta sino a una mayor fragmentación de la militancia cultural y política negra.
Hubo un aumento de la testimonialización –de la cantidad de individuos que participan de eventos afros y denuncian el racismo, pero no de la capacidad de lograr trabajar en conjunto (que no significa juntos, sino al menos en red, o en acciones conjuntas) para obtener resultados contra la discriminación.
Por el contrario, parece haber una cantidad cada vez mayor de grupos (pequeños) preocupados con ocupar algún espacio que les permita obtener un grado mínimo de interlocución política que justifique su subsistencia.
Pero esto no está llevando a un movimiento, un cantidad cada vez mayor de personas que puedan realizar acciones conjuntas para reclamar sus derechos efectivamente e implementar estrategias que permitan modificar -en lo que se puede- el estado de las cosas.
Fotos: Alejandro Frigerio -tomadas durante el Día de la Conciencia Negra. Cuadros realizados por integrantes del Movimiento AfroCultural (si alguien sabe los nombres de los artistas por favor pasenmelos!). Demostración de danza afro por Isa Soares y alumnas.