miércoles, 9 de diciembre de 2009

Los nuevos señores de esclavos

Debo reconocer que dudé de la conveniencia de colocar esta entrada.
No quiero que se tome como una diatriba contra individuos específicos, sino contra una manera de hacer políticas culturales y contra la discriminación que, me temo, no conduce a mucho salvo la acumulación de eventos en informes anuales.
Algunas actitudes y desarollos recientes me inclinaron, finamente, por incluirla. Entre ellas, la indiferencia oficial ante la desesperante situación de las familias de Herrera 333 -ver entrada que sigue- así como la constatación de que casi todo lo que se hizo en los últimos dos o tres años -que siempre reconozco que es mucho- en nada cambió la situación concreta de los (muchos) afrodescendientes que habitan en el país.
Hay más culpas para repartir, es cierto y sin duda somos muchos los involucrados.
A quienes tienen el poder del Estado, sin embargo, cabe exigirles respuestas concretas y buenas intenciones.

Los tiempos de la esclavitud supuestamente acabaron: ya no hay más amos y esclavos.
Sin embargo, en el último año o dos, a medida que la cultura y el activismo afro se desarrollaron de manera hasta hace poco impensable y llegaron a lugares que tampoco creíamos posibles, un nuevo tipo de amo/señor de esclavos parece haber aparecido en escena.
Así como los esclavos eran un bien económico preciado, ahora también lo son el activismo y la cultura afro.
Con una serie de tratados internacionales firmados, los gobiernos nacionales tienen que (de)mostrar que “hacen algo” por la situación social de los afrodescendientes y la lucha contra su discriminación. Las actividades “en defensa de los afro” –grandes o pequeñas; reales, simbólicas, imaginadas- que se puedan poner en papel son un capital que funcionarios de segunda (digo, de segundo nivel), luego funcionarios de primera y eventualmente los gobiernos nacionales pueden mostrar ante autoridades mayores –sus propios “amos y señores”.
De manera similar, en tiempos de predominio de narrativas multiculturalistas, la cultura negra es un bien que también se puede mostrar y vender –ante turistas, ciudadanos nativos, otros gobiernos y organismos internacionales como la UNESCO.
No estoy en desacuerdo con la promoción cultural y social gubernamental, claro, mientras tenga algún efecto mínimo real en la vida de la gente. El problema es que el cumplimiento de estos mandatos internacionales, leído en clave política local, da lugar a la creación de relaciones clientelares –o peor, que traen reminiscencias de la esclavitud. En lugar de escuchar distintas opiniones y eventualmente buscar un consenso, los funcionarios promueven la creación de house niggers para justificar sus políticas –en la jerga de los rappers, “negros de la casa” : los domésticos que hacen lo que le piden los amos-. Los funcionarios de turno son incapaces de escuchar voces de otros activistas afro o practicantes de cultura negra –sean negros o no. Para ellos, el látigo.
No me refiero aquí a los motivos o a la legitimidad de quienes se acercan al Estado, ya que cada uno sabe cómo mejor obtener los beneficios que cree que merece.

Me preocupan los fun-cio-na-rios que con un sueldo pagado por todos nosotros son incapaces de escuchar voces críticas sin rotularlas como “enemigas” y ayudan a crear divisiones innecesarias en un campo ya políticamente minado. Me preocupa que, lo busquen o no, la mayor parte de sus actividades llevan a la sujeción de quienes deberían ser los beneficiarios de sus políticas y no a su empoderamiento.
Según su visión dualista –que seguro deriva del quehacer político local- parece que el único negro (activista o cultural) que puede tener derechos es el house nigger, el “si-señor funcionario”-ista. Los otros, con visiones diferentes sobre las cosas, son, simplemente, niggers (negros “problemáticos”, negros de mierda).
Me pregunto: si trabajaran con “alta cultura” –y no “cultura popular”- y con grupos que no fueran minoritarios y discriminados, tendrían también un estilo tan poco afecto a escuchar voces con opiniones propias? ¿ O tan proclive a repartir latigazos a los réprobos?
¿Es la falta de poder social y cultural de sus “sujetos” de trabajo lo que los torna sus nuevos amos y señores?

Chicos, son fun-cio-na-rios. No son punteros de algún partido político. Entre todos les pagamos su sueldo. Son nuestros funcionarios –hayamos votado o no al gobierno que los puso. Están para escucharnos, no para "castigarnos" por no coincidir con su opinión.
Tienen que promover la cultura y la no-discriminación. No discriminen dejando fuera de sus actividades a todos los activistas y artistas que no piensan necesariamente como ustedes. Tienen que promover la cultura.
No promuevan sólo la cultura de quienes acceden a sus condiciones.
Tengan un poco de grandeza, chicos. O, como mínimo, hagan bien su trabajo.
Imagen: Jean-Baptiste Debret (1768-1848) - Pelourinho.

Desalojo de Herrera 313 -denuncia penal contra Ministra de Desarrollo Social de la CABA


URGENTE: Familias afro denuncian ante la justicia penal a Ministra de Desarrollo Social de la CABA

Según informaron oficialmente desde el juzgado Nacional Civil Nro. 78, el desalojo de Herrera 313, que se viene prolongando desde hace 5 años, se concretará finalmente entre el viernes 11 y el lunes 14 de diciembre.
El 30 de Noviembre el INADI, Instituto Nacional contra la Discriminación, recomendó a Desarrollo Social de la CABA “expropiar el inmueble de Herrera 313 en favor de las familias afro que alli viven y realizar las mejoras necesarias; o bien garantizarles una vivienda definitiva de manera urgente, por otros medios que el Ministerio de Desarrollo Social pueda disponer, como cederles otro inmueble”
A pesar de estas recomendaciones, que se suman a las vertidas en 2008 por la Defensoría del Pueblo de la CABA, y de innumerables llamados telefónicos y reuniones, el Ministerio de Desarrollo Social de la CABA no ha dispuesto ninguna medida para garantizar que las 70 personas que actualmente viven en Herrera 313 no queden en la calle este lunes.
Se trata de familias afro-originarias, que tienen una identidad y vínculos culturales comprobados, cuyo grado de vulnerabilidad es máximo. El 60 % de las personas que quedan en la calle son mujeres y niñas/os menores de edad. Un tercio son personas ancianas. La tasa de personas que componen esta comunidad, viviendo con VIH o con incapacidad laboral total, supera 7 veces el promedio nacional.
“En Herrera 313 vive una parte de la gran comunidad afrodescendiente que al igual que otras etnias han aportado toda la esencia heredada de sus ancestros, para convertir al argentino de hoy en una nueva identidad ya alejada de aquella tajada de colonizadores que un día pisaron estas tierras...Nadie brindó una solución real para el desalojo, y mientras tanto nuestros hijos sufren al saber que a pesar de los grandes esfuerzos que sus padres hicieron para darles una vida digna, estudio y educación, se viene un futuro lapidario e inhumano que los deja incompetentes para superarse como personas. Reclamamos nuestros derechos: derecho a la vida, la salud, el trabajo y la vivienda! derecho de todos los seres humanos!”, declaró Karen Fleitas, una de las madres que junto a sus dos hijas serán dejadas en la calle.
Debido al racismo acumulado y a la falta de programas específicos que contemplen las necesidades de la población afro-originaria en la Ciudad, estas familias no cuentan con ningún recurso, ni siquiera otros subsidios del Estado, o casas de familiares, para acceder a una vivienda aún ante la emergencia. Las familias que quedarán sin techo, expuestas a la UCEP, son familias tradicionales del candombe, recientemente declarado patrimonio cultural de la Humanidad. Estas familias están en trámite para ser declaradas como Tesoros Humanos Vivientes en la Legislatura Porteña y el Ministerio de Cultura de la Nación.
La denuncia será presentada mañana por la mañana ante la Cámara del Crimen por abandono de persona e incumplimiento de Deberes de Funcionario Público contra la Ministra Vidal y otras/os funcionarias/os responsables de su cartera.

Más información, prensa.copadi@yahoo.com , 156 569 4166;
Karen Fleitas, karenliz131@hotmail.com