El sabado pasado participé de la reunión que tuvieron los integrantes del Movimiento AfroCultural con el Ministro Lombardi en el CC Defensa. Comprobé su sorpresa al ver que no asistía nadie de dicho Centro –cuando ellos pensaban que la reunión era para intentar complementar o evaluar las respectivas agendas artísiticas- y luego su estupor al ver que el director del Centro aparecía y rápidamente hacía mutis por el foro sin siquiera presentarse ni saludar. Con el único funcionario del CC Defensa que pudieron hablar fue, efectivamente, Rodrigo Vázquez, a quien le solicitaron que por favor intentara arreglar una reunión con sus colegas para el día de hoy. El propósito de la misma -que le fue reiterado- era, nuevamente, el de intentar complementar o compatibilizar su agenda artística con las actividades que se estaban realizando en el Centro Cultural que les fue otorgado. Comprobé la preocupación de todos los integrantes del Movimiento AFroCultural por la futura situación de los trabajadores y las actividades del CC Defensa -sus argumentos y dichos al respecto están grabados y filmados.
Llama mucho la atención, por lo tanto, la convocatoria (ver abajo) por parte de la gente del CC Defensa a una “movilización para resistir” a la misma hora en que los integrantes del Movimiento Afro Cultural pensaban que se intentaría llegar a algún tipo de acuerdo. Esto muestra obviamente la absoluta falta de voluntad de considerar a los integrantes del Movimiento AfroCultural como personas, con las cuales se puede discutir e intentar llegar a algun tipo de consenso –por más que la resolución les brinda, efectivamente, la dirección del Centro.
Aunque un análisis detallado de toda la controversia quedará para otra oportunidad, la argumentación que se presenta en internet, en mails y los diarios sobre el tema parte de ciertos presupuestos que es necesario revisar críticamente:
1- el no-lugar que se lo otorga a las manifestaciones afro dentro del campo de la cultura “legítima” en la ciudad
2- el no-lugar que se le otorga a los integrantes del Movimiento AfroCultural como trabajadores (legítimos) de la cultura, o como artistas o productores de cultura
3- la ya a esta altura mala fé de continuar hablando de “privatización”, cuando se conoce hace semanas a quién se le cede el Centro: un colectivo de afrodescendientes que hace ya 20 años que brega por la difusión de la cultura afrorrioplatense (hace diez años más de los que se enorgullecen los trabajadores del CC Defensa). Lucha que, por otro lado, ya costó la muerte de uno de los pioneros del grupo, y el exilio en España de su hermano por solicitar se hiciera justicia.
4- sobre "la cancelación de las actividades del año": como señalé arriba, nadie atendió las reiteradas ofertas del Movimiento de intentar compatibilizar agendas. En el peor de los casos -el de "no compatibilización"- igual habría una (nueva) oferta de actividades culturales (afro) de excelente nivel.
¿Acaso el candombe, la capoeira, la danza afro –y otras manifestaciones que puedan desarrollarse en el “nuevo” CC Defensa- no pueden ser también “cultura para todos”? ¿Por qué se les niega este status, en un momento en que, como se puede ver en cualquier plaza de la ciudad, ya son parte integrante e ineludible de la cultura juvenil porteña?
¿Por qué se está contra la (mínima) reparación histórica que se merecen los afrodescendientes que intentan devolverle al barrio de Montserrat su identidad histórica como “barrio del tambor” -evidente hasta en su escudo-?
¿Por qué la incomprensible negativa a tener el más mínimo diálogo con los afrodescendientes que –me consta- hace más de un mes se acercaron al CC Defensa para presentarse y para que se supiera quiénes eran y qué hacían?
¿Acaso los afrodescendientes no son personas y no se puede o debe hablar con ellos?
Me sorprende y molesta la cantidad de organizaciones y referentes de la cultura que adhieren a la convocatoria expresada en estos términos. Quizás no les explicaron bien de qué se trata, o quizás ellos también piensen que los afrodescendientes y su cultura no se merecen un lugar en nuestra ciudad. Y no crean que ese lugar pueda ser un lugar "para todos",
Algo que podría ser histórico, que a la cultura afro se le otorgue un lugar para que, con apoyo (aunque sea mínimo) del Estado pueda desarrollarse, es presentado como un acto de apropiación indebida. ¿Será porque se le niega a la cultura afro el status de legítima?
¿Por qué no verlo como una reparación y un derecho históricos? ¿Quizás porque no se está de acuerdo con esta reparación?
¿Por qúé no ver las posibilidades de integración y de revalorización del patrimonio cultural negro dentro de las actividades que la Ciudad ofrece "para todos"?
¿Por qué continuar con el proceso de invisibilización, estigmatización, persecución y exclusión de la cultura negra, cuando está al alcance de la mano poder hacer algo para mínimamente revertirlo?
Racismo no es sólo llamar a alguien "negro de mierda", también lo es negarle su rol de productor cultural legítimo y su derecho de interlocutor válido en el diálogo.