Por esas cosas de la “globalización desde abajo” se pueden encontrar, en algunos kioscos porteños, interesantes películas referidas a la experiencia afro-(norte)americana o aún africana que seguramente no van a llegar a los cines y tampoco sabemos si a las tiendas de videos. Así como el vhs y ahora el dvd permitieron la circulación de películas que no eran consideradas lo suficientemente comerciales como para estrenarlas en salas, el circuito trucho permite acceder a películas que quizas ni siquiera se consideren rentables para su edición y circulación legal. Claro que no ejerzo ni recomiendo el deleznable oficio de la piratería, pero gracias a mi amigo Mr. Hyde que me las prestó, pude acceder a algunas películas muy recientes que revelan distintos aspectos de la cultura o historia africano-americanas.
La que tiene más probabilidades de llegar a circuitos comerciales –si no es que ya está, y como siempre lo recomendable es alquilarla de su video-club amigo- es The Great Debaters, una película dirigida y protagonizada por Denzel Washington. Es el segundo largometraje dirigido por el conocido actor, fue estrenado en EEUU en el 2007 y narra la historia (inspirada en hechos reales) de un maestro y activista social de un college afro-americano en Texas que, en la década de 1930, preparó a un grupo de alumnos para debatir en torneos con otras universidades. Una impensada serie de éxitos los lleva a competir, al final, con la universidad de Harvard. La película muestra bastante bien la realidad de la vida afro-americana de la época –desde el punto de vista de sus minorías más privilegiadas que podían estudiar. Hay un par de escenas fuertes que cortan, afortunadamente, el clima algo edulcorado e "inspirador" de la película, que abreva quizás demasiado en el género si-te-esfuerzas-puedes-lograrlo. De todas maneras vale la pena verla y aprender un poco más de la historia afro-americana.
No se si Notorious (2008) es una buena película –a mí me gustó más a medida que transcurría- pero sí es una buena manera de conocer el mundo del rap norteamericano (adjetivo necesaria a estas alturas en que el género tiene hijos propios, legítimos y bastardos, por todo el mundo). Cuenta la historia de Biggie Smalls, uno de los raperos más conocidos, que le devolvío el brillo al rap neoyorquino cuando estaba algo opacado por el éxito de raperos de la costa este. El enfrentamiento –real o generado por las discográficas y los medios- entre intérpretes de la West Coast y de la East Coast llevó a un par de muertes célebres. La película muestra el crecimiento, como músico y como persona, de Notorious B.I:G, y su relación con otras estrellas del género: su manager Puff Daddy; Tupac Shakur, primero su amigo y luego rival de la East Coast; Lil’ Kim y Faith Evans, conocidas cantantes y también novias/amantes/mujeres del protagonista. Hay muchas escenas que permiten apreciar la música de Smalls. Debo confesar que, pese a que me gusta y escucho mucho rap –de todos lados- no conocía su obra más que de nombre. Mis preferencias siempre habían estado con Tupac. Si, con las limitaciones hollywoodianas 8 Miles (la película con Eminem) da una buena visión “desde abajo” del mundo del rap, ésta lo presenta “desde arriba”, mostrando que, como le dice Tupac al protagonista en sus primeros momentos de confraternización, lo realmente difícil empieza cuando uno llega al estrellato.
Mad Dog es una película francesa estrenada este año, que se puede describir en terminos yanquis como “Cidade de Deus meets Mad Max” –reloaded, ya que los protagonistas parecen estar siempre en alguna anfeta. La película es sobre los niños soldados de Africa, en una guerra en un país indefinido en que una facción que los recluta quiere derrocar al presidente. Es dura de ver, y uno se pregunta si ayuda a divulgar “el problema” de los genocidios y el empleo de niños como máquinas de matar o si, por el contrario, confirma los estereotipos sobre la “brutalidad” y “salvajismo” de “los africanos”. La contracara de los chicos enfervorizados que parecen jugar a que están en una guerra –pero con balas de verdad- es la pasiva población general, que huye y huye aterrada y desesperanzada. En el revuelo, una chica intenta salvar a su padre y a su hermano sin que nadie la ayude. Al final, tendrá su encuentro cara a cara con el protagonista, Johnny Mad Dog. La película es un poco como si alguien viniera a Buenos Aires e hiciera un relato sobre una bandita de chicos que están re-locos por el paco y los siguiera en sus atropellos (ficcionalizados y terribles) por el gran Buenos Aires. A lo mejor sería parte de la realidad, a lo mejor resultaría una exageración, pero sería siempre parcial y estereotipante Es una co-producción Francia-Bélgica-Liberia, el director es francés y se nota – con todas las virtudes y vicios que separan al cine francés del norteamericano. La película se basa en el libro homónimo de Emmanuel Dongala, escritor africano -lo que deberia darle algunos visos de verosimilitud.
No se si Notorious (2008) es una buena película –a mí me gustó más a medida que transcurría- pero sí es una buena manera de conocer el mundo del rap norteamericano (adjetivo necesaria a estas alturas en que el género tiene hijos propios, legítimos y bastardos, por todo el mundo). Cuenta la historia de Biggie Smalls, uno de los raperos más conocidos, que le devolvío el brillo al rap neoyorquino cuando estaba algo opacado por el éxito de raperos de la costa este. El enfrentamiento –real o generado por las discográficas y los medios- entre intérpretes de la West Coast y de la East Coast llevó a un par de muertes célebres. La película muestra el crecimiento, como músico y como persona, de Notorious B.I:G, y su relación con otras estrellas del género: su manager Puff Daddy; Tupac Shakur, primero su amigo y luego rival de la East Coast; Lil’ Kim y Faith Evans, conocidas cantantes y también novias/amantes/mujeres del protagonista. Hay muchas escenas que permiten apreciar la música de Smalls. Debo confesar que, pese a que me gusta y escucho mucho rap –de todos lados- no conocía su obra más que de nombre. Mis preferencias siempre habían estado con Tupac. Si, con las limitaciones hollywoodianas 8 Miles (la película con Eminem) da una buena visión “desde abajo” del mundo del rap, ésta lo presenta “desde arriba”, mostrando que, como le dice Tupac al protagonista en sus primeros momentos de confraternización, lo realmente difícil empieza cuando uno llega al estrellato.
Mad Dog es una película francesa estrenada este año, que se puede describir en terminos yanquis como “Cidade de Deus meets Mad Max” –reloaded, ya que los protagonistas parecen estar siempre en alguna anfeta. La película es sobre los niños soldados de Africa, en una guerra en un país indefinido en que una facción que los recluta quiere derrocar al presidente. Es dura de ver, y uno se pregunta si ayuda a divulgar “el problema” de los genocidios y el empleo de niños como máquinas de matar o si, por el contrario, confirma los estereotipos sobre la “brutalidad” y “salvajismo” de “los africanos”. La contracara de los chicos enfervorizados que parecen jugar a que están en una guerra –pero con balas de verdad- es la pasiva población general, que huye y huye aterrada y desesperanzada. En el revuelo, una chica intenta salvar a su padre y a su hermano sin que nadie la ayude. Al final, tendrá su encuentro cara a cara con el protagonista, Johnny Mad Dog. La película es un poco como si alguien viniera a Buenos Aires e hiciera un relato sobre una bandita de chicos que están re-locos por el paco y los siguiera en sus atropellos (ficcionalizados y terribles) por el gran Buenos Aires. A lo mejor sería parte de la realidad, a lo mejor resultaría una exageración, pero sería siempre parcial y estereotipante Es una co-producción Francia-Bélgica-Liberia, el director es francés y se nota – con todas las virtudes y vicios que separan al cine francés del norteamericano. La película se basa en el libro homónimo de Emmanuel Dongala, escritor africano -lo que deberia darle algunos visos de verosimilitud.