En el mundo (¿paralelo o real?) de la revista Hola (en este caso, de su edición colombiana -el flagelo tiene ediciones en muchos países, quizás porque fuera de las fronteras nacionales pocos conocen a los ricos locales) nunca es el Año de los Afrodescendientes. O quizás sea el-año-de-los-afrodescendientes-que-conocen-su-lugar.
Una foto tomada en el hogar de una de las familias más ricas del Valle del Cauca muestra, como vemos, a dos empleadas domésticas afrodescendientes brindando -por si era necesario- el toque colonial a la imagen. "Como somos tan ricos, no sólo tenemos esta increíble vista sino también dos negras vestidas de punto en blanco que llevan nuestra vajilla de plata y hacen todo lo que les pedimos".
Afortunadamente, como señala la revista local Semana, "a pesar de que en Colombia no ha desaparecido el racismo, cada vez más voces se levantan contra él" y la foto levantó una serie de críticas tanto desde redes sociales y medios de comunicación como de ámbitos gubernamentales.
Según el análisis de un grupo de investigadores de la Universidad Autónoma de Occidente de Cali:
"Desde el mismo titular se legitima la acción de dominación, legitimada por frases, a maneras de titular: “Las mujeres más poderosas del Valle del Cauca, en Colombia, en la formidable mansión hollywoodiense de Sonia Zarzur, en el Beverly Hills de Cali”. Con este discurso, se generan lecturas diferenciadas de las mujeres; en primera instancia, habría que denotar que sólo a 4 de las 6 mujeres les cabría el apelativo de “poderosas”, y no precisamente por su aporte singular para transformar la realidad de miles de mujeres vallecaucanas, sino por personificar a un grupo minoritario, selecto de la sociedad, que con privilegios, reproducen prácticas culturales de abierta dominación y expoliación; en segunda instancia, porque el hecho de que aparezcan de pie y no sentadas, vestidas con ropa de servicio y no con trajes informales y hasta de reconocido diseñador (que son los que por lo general visten a las mujeres “poderosas”), sirviendo y no servidas, vestidas de blanco en contraste con su piel negra, es una forma más de ponerlas en un estatus de inferioridad frente al resto de mujeres “poderosas”; en tercera instancia, habría que cuestionar cómo los medios de comunicación nos imponen a los ciudadanos unas figuras que aparentemente representan “un modelo a seguir”, es decir, “mujeres de bien”, “de clase”, con lo que no sólo buscan asegurar un apetecido rating (lecturabilidad, para el caso), y más ventas para acrecentar su gran poderío económico, sino, asegurar que los modelos de dominación social y étnica se sigan reproduciendo." (fuente: segunda dirección web, abajo)
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Agradezco a Darío La Vega por hacérmelo saber
Comentario de Marilú:
En particular lo que más me llama la atención (y lo que más me inquieta en función de la reproducción de imaginarios cargados de estereotipos) es la composición de la imagen, el esmero en la puesta en escena, la búsqueda de belleza (simetría), una alabanza al arte por el arte!!?? Se puede vivir en tal burbuja que ni el filtro de lo políticamente correcto frena la publicación de semejante imagen?.... Y la pregunta quién es el fotógrafo? Andrea Savini, un italiano que trabaja en España y que produce una fotografías bellísimas. Sus respuestas cuando se lo consultó por las imágenes en: