La revista semanal del diario Clarín trajo este domingo una nota sobre el carnaval de Montevideo. No dice mucho que un entusiasta del tema no conozca, pero la manera en como está planteada ilustra algunas tendencias sobre cómo se habla acerca de esta festividad .
En primer lugar, confirma que, a diferencia de lo que sucedía diez o quince años atrás, la imagen que se usa para vender -o al menos para representar- el carnaval es la de las comparsas lubolas. Hace un tiempo, la manera en que se ilustraba el carnaval era con imágenes de murgas. Las murgas eran el carnaval de la ciudad -y las comparsas lubolas una suerte de aditamento menor.
Como digo en uno de mis trabajos sobre la imagen del negro en Montevideo, esto era bastante evidente en la cobertura de los medios sobre las Llamadas. Era interesante que las notas siempre eran mayores el día de las Llamadas ("hoy son las Llamadas") que el día después. Era más importante lo que significaban como evento casi mítico que como realidad. Después no se comentaba si tal grupo había tocado mejor o peor -la performance real y concreta de las comparsas no era tan importante como su representación de "una raza y una fiesta que se niegan a morir" -por qué se iban a morir? Pero en aquel tiempo eran vistas casi como un resabio del pasado, algo que desaparecería con el pasar del tiempo. La performance de las murgas, por el contrario, era el carnaval, y era objetod de comentarios y críticas en los medios. Sin duda había una mayor identificación de los periodistas con un género que con otro.
El hecho de que ahora las comparsas prevalezcan en las imágenes muestra que hubo alguna revalorización de su lugar en el carnaval -pero no hay que hacerse demasiadas ilusiones. Sigue habiendo un desbalance entre la imagen y la cobertura y los comentarios escritos.
Por otro lado, quienes hayan querido ver alguna comparsa en un tablado (escenario) barrial saben que son pocas las presentaciones de estos grupos en relación a las murgas. El año pasado, en los pocos días que estuve allí, se hizo verdaderamente difícil encontrar presentaciones de comparsas en tablados, había quizás tres o cuatro por noche como mucho.
La propia nota de Viva muestra esta desparejidad. Aunque hay mayoría de fotos de comparsas casi toda la nota versa sobre las murgas. La única parte en que se habla de las comparsas es para presentar la visión muy crítica del conocido luthier y percusionista negro Lobo Nuñez, que enfatiza la comercialización del género y de las Llamadas. Tiene razón, claro. Pero esto parece ser como el fútbol. Todo el mundo se queja de la comercialización pero después van a ver los partidos de la A, pocos los de otras divisiones y nadie va a ver el picadito de la plaza.
Por último, cabe preguntarse: ¿de qué hablan las comparsas hoy en día? ¿Qué imagen del negro y de su situación actual están transmitiendo? ¿Hablan de eso o de otra cosa? ¿Para ganar popularidad, se están convirtiendo en un género cada vez más híbrido?
¿La preponderancia visual que han adquirido, es a costa de su relevancia discursiva?
Como siempre, no pretendo tener las respuestas, tan sólo plantear algunas preguntas....
Fuente: revista Viva del diario Clarín del 11 de enero de 2009.