Me quede pensando en el spot del INADI. Dije que me planteaba interrogantes que no iba a levantar porque descontaba de la buena voluntad de quienes estaban involucrados.
Después pensé que la buena voluntad de otros no debería inhibir una mirada crítica, realizada con similar buena fe, sobre un tema importante y sobre el que varios/muchos deberíamos/podriamos opinar.
Dentro de mi optica particular, creo que el problema del spot radica en que toma una experiencia singular y la generaliza, en su intento por luchar contra el racismo – o por hacer que la gente tome conciencia del racismo, o lo que sea que el spot esté intentando hacer, además de propaganda institucional.
Para quienes esten poco o nada informados, el corto puede dejar la idea de que los afrodescendientes (“coloniales” o los que sea o como se definan) practican religiones de origen africano (en este caso afrobrasilero) como parte ineludible de “su cultura”. O, que quienes practican estas religiones son afrodescendientes –o deberían serlo-.
Si esto es así, el spot está absolutamente equivocado en su presupuesto y en el mensaje que transmite.
Si, la protagonista central del spot es una mae de santo afrodescendiente que desde hace unos años milita en el INADI por los derechos de los afrodescendientes y de los religiosos. Y está muy bien que lo haga y tiene todo el derecho de hacerlo. No es su experiencia singular ni su buena fe lo que está en discusión.
Lo que sí genera dudas es la eficacia y la conveniencia de partir de esa experiencia muy particular para esbozar un mensaje general -que invoca a (todos) “los afrodescendientes”.
Sin duda que hay muchos individuos afrodescendientes practicando Umbanda, Kimbanda o Batuque en Argentina (como hay muchos haciendo otras cosas o practicando otras religiones). Pero probablemente, como suele ser el caso, la mayoría de ellos no sepa que son afrodescendientes, o no se reconozcan como tales.
La relacion naturalizada que se muestra o que se intenta establecer entre religión y afrodescendencia no tiene asidero estadistico en Argentina.
No sólo eso, en la medida en que esta parece ser la forma “autorizada” por el INADI –cuando digo autorizada digo propuesta como base para la reivindicación de derechos- puede dejar fuera del reclamo de estos derechos a los (muchos) miles de argentinos blancos que practican religiones de origen afro. O a los también miles de afrodescendientes argentinos (de todo tipo y “generación”) que no practican religiones de origen afro.
Al no entrar en el modelo aparentemente propuesto por o desde el INADI sobre quienes son los “religiosos afro” y los “afrodescendientes”, los puede hacer menos merecedores de sus derechos civiles y de la protección contra la discriminación que sufren diariamente. El efecto contrario de lo que, supongo, se busca con el corto.
Para quienes esten poco o nada informados, el corto puede dejar la idea de que los afrodescendientes (“coloniales” o los que sea o como se definan) practican religiones de origen africano (en este caso afrobrasilero) como parte ineludible de “su cultura”. O, que quienes practican estas religiones son afrodescendientes –o deberían serlo-.
Si esto es así, el spot está absolutamente equivocado en su presupuesto y en el mensaje que transmite.
Si, la protagonista central del spot es una mae de santo afrodescendiente que desde hace unos años milita en el INADI por los derechos de los afrodescendientes y de los religiosos. Y está muy bien que lo haga y tiene todo el derecho de hacerlo. No es su experiencia singular ni su buena fe lo que está en discusión.
Lo que sí genera dudas es la eficacia y la conveniencia de partir de esa experiencia muy particular para esbozar un mensaje general -que invoca a (todos) “los afrodescendientes”.
Sin duda que hay muchos individuos afrodescendientes practicando Umbanda, Kimbanda o Batuque en Argentina (como hay muchos haciendo otras cosas o practicando otras religiones). Pero probablemente, como suele ser el caso, la mayoría de ellos no sepa que son afrodescendientes, o no se reconozcan como tales.
La relacion naturalizada que se muestra o que se intenta establecer entre religión y afrodescendencia no tiene asidero estadistico en Argentina.
No sólo eso, en la medida en que esta parece ser la forma “autorizada” por el INADI –cuando digo autorizada digo propuesta como base para la reivindicación de derechos- puede dejar fuera del reclamo de estos derechos a los (muchos) miles de argentinos blancos que practican religiones de origen afro. O a los también miles de afrodescendientes argentinos (de todo tipo y “generación”) que no practican religiones de origen afro.
Al no entrar en el modelo aparentemente propuesto por o desde el INADI sobre quienes son los “religiosos afro” y los “afrodescendientes”, los puede hacer menos merecedores de sus derechos civiles y de la protección contra la discriminación que sufren diariamente. El efecto contrario de lo que, supongo, se busca con el corto.