viernes, 31 de julio de 2009

Henry Louis Gates Jr. sobre la reunión

Un accidente de tiempo y lugar
Por Henry Louis Gates Jr. (mi traducción del inglés)

Quisiera felicitar al presidente Obama por reunirnos al sargento Crowley y a mí, junto con nuestras respectivas familias. Quisiera también agradecer al Presidente por recibir a mi padre, Henry Louis Gates, Sr., quien la mayor parte de su vida ha sido un Republicano! Mi padre cumplió 96 años este junio pasado, y gracias a que tuvo dos trabajos por día tanto mi hermano, el Dr. Paul Gates, como yo pudimos recibir una muy buena educación. Estoy honrado de que me haya acompañado a la Casa Blanca, junto con mi pareja, mis hijas y mi hermano.
Tanto el sargento Crowley como yo, a través de un accidente de tiempo y espacio, hemos sido protagonistas involuntarios –metáforas, en realidad- de mil narrativas sobre raza sobre las cuales ni él ni yo tuvimos control. Las narrativas sobre raza son tan antiguas como la fundación de esta gran República, pero estas nuevas se han desarrollado precisamente cuando los americanos, superando siglos de miedo y hábitos, hemos mostrado al mundo el gran progreso que para nuestra nación significó elegir un presidente afroamericano. Nos toca al sargento Crowley y a mí utilizar la gran oportunidad que nos brindó el destino para promover, por un lado, mayor simpatía entre los norteamericanos por los peligros diarios que enfrenta la policía y por otro, por los genuinos peligros que representa el perfil racial (racial profiling).
Dejenme decir que agradezco a Dios que vivo en un país en el que los oficiales de policía ponen su vida en peligro diariamente para protegernos y, más que nunca , he llegado a entender y apreciar sus constantes sacrificios por nuestro bienestar. Estoy agradecido, también, por vivir en un país en que la libertad de expresión es un valor sagrado y espero que ambos algún día nos podamos conocer mejor, como empezamos a hacerlo esta tarde en la Casa Blanca tomando unas cervezas con el presidente Obama. .
Agradezco a Dios que vivimos en un país en el que la libertad de expresión está protegida, un país que garantiza y defiende mi libertad de expresarme cuando creo que mis derechos han sido violados, un país que nos protege del arresto cuando expresamos nuestras opiniones, no importa que tan impopulares sean.
Y doy gracias a Dios por un Presidente que puede elevarse por sobre las peleas, unir antiguas diferencias y transformar incidentes como éste en eventos en la evolución de las actitudes de nuestra sociedad acerca de la raza y la diferencia. El presidente Obama es un hombre que entiende de la tolerancia y el perdón, y nuestro país está bendecido por tener un líder como él.
La conversación nacional de estas semanas sobre mi arresto ha sido fuerte, por no decir tumultuosa y violenta. Pero hemos aprendido que podemos tener diferencias sin demonizarnos el uno al otro. Hay razones para creer que muchas personas han emergido del incidente con una mayor simpatía por los diarios peligros de ser policía y por los genuinos miedos que provoca el perfil racial (racial profiling).
Durante mi carrera académica me esforcé por acercar las diferencias y promover el entendimiento entre los norteamericanos, y puedo asegurarles que es más confortable ser el comentador que el comentado. En este momento espero que podamos trascender el incidente y movernos hacia delante y que esta experiencia será una ocasión para la educación y no para la recriminación. Sé que el sargento Crowley comparte este objetivo. Ambos deseamos vivamente volver al trabajo mañana. Y creo que el Presidente también debe tener otras cosas que hacer.

Nota y foto: http://www.theroot.com/views/accident-time-and-place?auto=true

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