jueves, 19 de diciembre de 2013

Huellas (fugaces) de Candombe en Buenos Aires: El proceso de legitimación de las Llamadas de San Telmo (3)


Por Viviana Parody (entrada 3 de 3)

Narrando (el evento de) la 8va Llamada de San Telmo, entre las tensiones de dos jurisdicciones
Las cuatro de la tarde –hora de inicio de las Llamadas- encontraron a la Secretaría de Cultura iniciando los cortes de calles, que se vieron dificultados por la no presencia de gradas para las avenidas (como estaba pensado o solicitado), y las escasas vallas y personal disponible –tanto de la Secretaría como de las comparsas-. Aún así, gracias a los actores que día a día desde hace años protagonizan el crecimiento del candombe en Buenos Aires con su trabajo, y a la presencia física del Coordinador del Programa Afrodescendientes (presencia que se solicitó como responsable representante del Estado por parte de la Sria. de Cultura de la Presidencia de la Nación), los cortes pudieron en un 80% realizarse y la Llamada dio su inicio, quedando igualmente librada a grandes riesgos en los horarios en los cuales las avenidas resultan altamente transitadas. En este sentido, el desfile (al igual que otros años, y mas allá de quienes en cada oportunidad lo organizan) no tuvo en cuenta lo problemático del corte de la Calle Independencia, verdadera arteria de la Capital Federal donde dio inicio la Llamada que luego transitó por la Calle Defensa, hasta Parque Lezama (Defensa y Brasil), tal estaba estipulado. Los horarios picos de tránsito, sin embargo, dejaron a la luz las intenciones de cada uno de los actores para con el evento: algunos externos colaboraron, otros disfrutaron las dificultades observando con ironía, otros señalaron al agente estatal su error de escasa previsión, finalmente todos desfilaron y disfrutaron de los logros si obtenidos, para dejar para reuniones posteriores de comparsas la evaluación de estas dificultades de logística. Fue notorio como muchos grupos redoblaron su trabajo artístico este año, para cumplir con las expectativas en cuanto a la cantidad de tambores, personajes, fantasías –lucimiento que redundó en aplausos y reconocimiento por parte del público, presente sobre todo en horarios diurnos-. También fue notorio quienes dieron continuidad a diversos tipos de espectacularizaciones (por la cantidad de tambores y tamaño de loe elementos de fantasía, como estrellas lumínicas de grandes dimensiones), y quienes se esforzaron por nombrarse y/o definirse (portando estandartes y pasacalles en los que se definían como “Escuela de Candombe” y “Comparsa XX”, a la vez). Dos comparsas –una cercana la inicio, otra cercana al cierre- llevaron banderas o pasacalles en homenaje a Mandela (líder sudafricano recientemente fallecido). Otras “trajeron gente de Uruguay”, en muchos casos simplemente sus familias (ya que distribuidas a ambos lados del Río de la Plata, estas familias transnacionales salen en ambas Llamadas de nuestras capitales), o en otro caso singular a una renombrada vedette del candombe de carnaval afrouruguayo que no dejó dudas sobre la presencia que un cuerpo escénico puede generar a la hora de corresponder la mirada con el público, y dejar –por qué no también- “boquiabierto” al tránsito…



“La nota”, de todos modos, la dio la policía (una vez más). Existiendo las gestiones realizadas para el corte de calle Defensa –por parte de la Sria de Cultura de la Nación, en las comisarías correspondientes de San Telmo y Montserrat- a las 17hs se presentó un oficial de la Comisaría 2da (Montserrat) a realizar una (una mas entre miles) contravención por el corte de la Calle Independencia, que requería de un “permiso especial”. Tal detalle no menor, según se observó en las documentaciones, había sido informado a la Sria de Cultura de la Nación el día anterior. Sin embargo, es realmente de extrañar que algunos meses antes, en los Encuentros de Candombe(S), circulaba el comentario que “preveía la no realización de la Llamada de San Telmo de 2013, por falta de permisos para corte de calle”. Tal versión desmentida en su momento, tras lo cual las comparsas de “mas afuera” se comunicaron con las comparsas de Buenos Aires de manera directa para anotarse y participar, se confirmaba así en pleno inicio del desfile, que de todos modos siguió su curso –a cargo del Coordinador del Programa Afrodescendientes, que es quien se encargó de tales gestiones y respondió por las mismas-. Fue llamativo, como el oficial de la Comisaría 2da ante la duda de varios de los candomberos organizadores, “se defendió” aclarando que “al otro desfile hecho hace unas semanas en Montserrat tampoco se le otorgó el corte de las laterales”, para concluir diciendo que “nosotros en las internas de ustedes (los candomberos de Buenos Aires) no nos metemos igual”.
Esta anécdota, además de dejar pensando a más de uno acerca de como le es brindada a agentes externos tanta información referida a la propia “cocina” de las comparsas, nos es útil para entender la dinámica jurisdiccional que a las tensiones que se producen entre las “dos llamadas”  se agregaron en esta realización. La Comisaría 14 de San Telmo, mas “a mano” con el gobierno nacional – y “acostumbrada a los cortes en los varios de eventos que la Sria de Cultura de la Nación ha realizado en Parque Lezama” bajo el Programa Afrodescendientes o no- se dispuso con muchísimo gusto al corte de calle (o a la no obstaculización del mismo) que correspondía con su radio de influencia. En cambio, la Comisaría 2da –en mayor consonancia con el gobierno de la Ciudad, siendo un permiso gestionado por la Nación- irrumpió los cortes de las calles que estaban bajo su radio de influencia cada aproximadamente 2 hs u hora y media. La salida de la comparsa mas numerosa –maquillada de profundo azul- desplegada una hora antes sobre la calle Independencia con todos sus tambores y elementos (de gran tamaño), era “arremetida” por un momento por dos hileras de autos que, de no ser por los candomberos y “la organización estatal”, hubieran hecho sucumbir el evento.
Es loable decir que, habiendo estado establecido el horario de desfiles entre las 16 y las 22hs (23hs de cierre), y habiendo iniciado el mismo casi dos horas mas tarde por estas dificultades no previstas por el Estado, las comparsas salieron de continuado una tras otra, contando las primeras con mucho mas público que las últimas, y concluyeron el desfile no muy pasadas las 24hs.



La inmensa oscuridad con la que es tratado por el gobierno metropolitano el sector de la ciudad “circunscripto a la Nación” (desde San Juan y Defensa hasta Brasil y Defensa, esquina que se encuentra iluminada a pedido de los bares), y el descuido y abandono que padece Parque Lezama (imposibilitado de ser enrejado gracias a las acciones legales de los vecinos y amigos del Parque), hacen pensar que San Telmo es un espacio pensado para “ciudadanos de segunda”, propicio para actividades factibles de llevarse adelante únicamente de día. Siendo que “la Ciudad” (El Ministerio de Cultura porteño) durante siete años demostró no disponerse a apoyar las Llamadas de San Telmo (para las que se siguen pidiendo solo micros, agua, baños químicos, difusión), y a “la Nación” (Programa Afrodescendientes, Sria de Cultura de Presidencia) parece “volvérsele dificultoso” tal apoyo (sea mas por dificultades reales o por inexperiencia en las gestiones) , no es irracional pensar en dos posibilidades: organizar las Llamadas con el apoyo de la Ciudad en Montserrat (y cortes de calle de la Comisaría 2da), u organizar las Llamadas con el apoyo de la Nación en San Telmo (y cortes de la Comisaría 14, e iluminación “autogestiva” o gestionada por los candomberos JUNTO a la Asamblea de vecinos de Parque Lezama, que ciertamente, prospera al igual que la Asamblea de San Telmo desde la crisis de 2001). La realidad de los acontecimientos, es decir la realización de las dos Llamadas en correspondencia con los principios de estas divisiones de jurisdicción (una en 2 de Noviembre y en Montserrat organizada por el colectivo de candomberos Lindo Quilombo, con apoyo de ATE y CTA de la Calle Independencia; y otra el 7 de Diciembre en San Telmo organizada por las reuniones de comparsas de Buenos Aires) parecen corresponderse con ello. Claro que restaría apelar a un tercer principio, por vía del derecho, que es el de la jurisprudencia. Recordando el caso de Herrera 313 (reubicado tras un juicio al gobierno de la Ciudad), y recordando las gestiones de Kalakán Güé (la primer comparsa que desfiló desde Pasaje San Lorenzo hasta Plaza de Mayo, aunque en día domingo), parecería que un instrumento legal sería el próximo paso a conseguir para con el “intimar” al Estado a responder a los derechos culturales de estos sectores reunidos en torno del candombe, patrimonio inmaterial de la humanidad.



Estimando algunas conclusiones
Hasta aquí hemos intentado dar cuenta de la complejidad implícita en el proceso de legitimación de la práctica espectacularizada de candombe afrouruguayo en el casco histórico de la ciudad de Buenos Aires (“Las Llamadas de San Telmo”). En la sola realización de este evento convergen tensiones políticas entre dos jurisdicciones (“la Nación y la Ciudad”), en tanto ninguna de ellas termina de responsabilizarse por el acompañamiento que los ciudadanos (en este caso “candomberos”) solicitan para llevar adelante su derecho legítimo al uso del espacio público. Se observa también cómo, muy a pesar de ello, el candombe de estilo afrouruguayo (caracterizado por el uso del espacio público) en su formato de comparsas se multiplica, dando también lugar a nuevos formatos de gestión cultural y participación colectiva, y/o modos de “encuentro” y socialización relacionados al uso de los espacios verdes, u otras prácticas que dan lugar a resignificaciones locales de la expresión oriental.  Al margen de ello, centrándonos en su práctica urbana en la ciudad de Buenos Aires, se observan reclamos de los distintos actores, e intentos –muy trabajosos y arduos, pero que con el tiempo van generando lentamente avances- de alcanzar objetivos comunes, que por ahora no parecieran ir más allá de la realización de la emblemática Llamada en el casco histórico de la ciudad. En tales dinámicas de colectivización, los distintos sectores se ven obligados a formalizar sus prácticas de manera conjunta para poder viabilizar reclamos y/o llevar adelante gestiones en nombre propio (“organizar la llamada nosotros”), hecho que requiere precisamente de la construcción de un “nosotros” que comprende en el caso de la 8va Llamada de 2013 a sectores afrouruguayos y uruguayos de al menos dos a tres generaciones, sumados a algunos grupos o sectores de jóvenes argentinos dispuestos a la construcción conjunta y el respeto por los tiempos de apropiación de herramientas que necesitan los sectores históricamente subalternizados. En el contexto de la declaración del Día de las y los afroargentinos y la Cultura afro, algunas de las identidades “candomberas” previamente despolitizadas, despertaron “a la afrodescendencia”, dando cuenta de incipientes niveles de conciencia negra, no necesariamente acompañados en tiempo y forma ni por estrategias específicas correspondientes con el trabajo cultural ni con los estándares de ciudadanía diferenciada que se espera pueda apuntalar un Estado de reciente (pero creciente) énfasis multicultural. Así es que, en tanto se asiste a las divisiones del caso entre dirigentes afro a cargo de funciones estatales en Sria. De Cultura y Sria. De Derechos Humanos, (ambos alineados con el gobierno nacional), y a la vez a las divisiones usuales entre sectores políticos y jurisdicciones en contraposición (“ciudad vs Nación”), todo ello sumado a una diversidad de intenciones de los distintos actores “candomberos”, se estima como difícil el logro de los objetivos sino es por medio de la jurisprudencia (lograrlo por Ley). La sorpresa de la incipiente Ley que declara al 3 de Diciembre como “Día del candombe y la equidad étnica” en Ciudad de Buenos Aires (configurada a partir de iniciativas individuales no socializadas ni consensuadas con el colectivo de actores o con grupos de asesores) pudiera resultar un buen instrumento, si acaso se lo sabe usar, o revisar para su posterior promulgación y uso. Penosamente, no solo se usufructúa la fecha y el texto de la declaración uruguaya de 2006, sino que se pierde en esta Ley (a la vez que se gana) la posibilidad de conmemorar una fecha local entre las tantas que ya constituyen hitos el candombe afrouruguayo en suelo porteño (como el 13 de Diciembre, haciendo en 2013 los 15 años de realización de Kalakán Güé y su “Homenaje a la memoria”, y siendo un hecho que resalta los derechos culturales, la lucha contra la discriminación, y la problematización de la memoria).
Poniendo el acento en los actores (en los procesos de agencia, en las iniciativas que llevan adelante los mismos mucho más allá de las diferencias), podemos afirmar que solo el paso de tácticas a estrategias en el proceder podrá garantizar el logro de los objetivos comunes a mediano plazo, en un marco consciente y  creciente de formalización de las prácticas comunes a todos los sectores. Esto es, el derecho que deben poder conquistar todos los candomberos de reunirse en determinados espacios barriales, pudiendo reproducir el ritual de templado de tambores y de desfile sin la interrupción u obstaculización por parte de agentes policiales o por parte de un sector de la sociedad civil que ignora el valor cultural de esta expresión (“vecinos que hacen denuncias por el ruido”). A su vez, el derecho a utilizar el espacio céntrico reconocido internacionalmente por la presencia histórica de expresiones de origen afro, aún  se ve inhibido. Las Llamadas de San Telmo, a pesar de su 8vo año de desfile consecutivo, dejan a los candomberos (después de haber trabajado todo un año) la sensación de un mero paso fugaz que con su fin deja la duda de haber sido o bien a un sueño, o bien a una realidad. La falta de capitalización de las experiencias previas y de los instrumentos legales alcanzados, dada por los (no) usos de la memoria y por la escasa experiencia en la formalización de las prácticas, hace que este proceso se vuelva por momentos “repetitivo” (“estamos siempre en el mismo lugar y discutiendo lo mismo”) para los actores. Convengamos, igualmente, que básicamente en ello consiste “la trampa” multicultural.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Candombe por Mandela -en la Catedral de Montevideo


Ceremonia interreligiosa por Nelson Mandela en la Catedral de Montevideo -o, por qué Uruguay no es Argentina...

Una mãe y un pai de santo, un coro de mujeres afrouruguayas (Afrogama), personajes, tambores y baile de candombe dentro de la Catedral.

Todo impensado (e impensable) en Buenos Aires.
Tan sencillito y bello en Montevideo.
No sólo la capital de la legalización de la marihuana....
(fotos del facebook de la mãe Susana Andrade)


Entrada de tambores a la catedral


Comparto las palabras que al respecto escribió la mãe Susana Andrade de Oxum, que participó del mismo:

" A raíz de la desaparición física del líder sudafricano y mundial ex presidente Nelson Mandela, la Embajada de Sudáfrica en Uruguay tuvo la iniciativa de convocar a un encuentro interconfesional de conmemoración, en la iglesia Matriz el día martes 17 de diciembre a las 19 y 30 hs. 
El evento ameritó una reunión organizativa en el arzobispado, en la que participamos representantes de diferentes confesiones religiosas, llamados por Monseñor Cotugno, Arzobispo de la capital y la señora Ellen M. Hajie Jefa de Misión de la Embajada de Sudáfrica en Montevideo. La novedad, además de sumar variedad de visiones espirituales con un mismo fin y el lugar elegido para este acto, es principalmente que al reunir la vertiente religiosa africana entre sus participantes, los tambores se tornaron invitados de rigor aceptados por aclamación y unanimidad.



La peculiaridad es que no se tratará de una misa tradicional, aunque se haga en la principal iglesia católica de la ciudad, sino de una actividad recordatoria en conjunto, con lectura de algunas de sus mejores frases, una oración con carácter ceremonial y otros ritos respetando la pluralidad de las distintas creencias, encendido de luminarias y final de candombe por la memoria y obra del Padre de laPacificación en su país, ejemplo para el mundo entero de resistencia, amor por sus semejantes, fe en la paz como herramienta para lograr la igualdad y la no discriminación racial.

El poder de la simbología de este gran hombre que hizo culto del respeto a la libertad y a los derechos humanos, aún después de desencarnar nos moviliza, nos interpela y mandata a trabajar por un mejor mundo posible para las generaciones venideras.



Un mensaje de pluralidad y de unión en la diversidad que se torna imperioso brindar cotidianamente dadas las situaciones de violencia que recrudecen, aparecen o se reinventan con mayor ferocidad, en un mundo que por ello reclama acciones concretas especialmente de las religiones, depositarias naturales de valores de convivencia en paz, de esa fraternidad que soñó e hizo realidad Mandela con su ejemplo de vida y tenemos el compromiso social de alimentar y mantener vigente.


Realmente fue un agradable honor compartir una instancia de trabajo y camaradería con los distintos representantes religiosos y religiosas, en la iglesia Matriz, sobre cimientos de piedra y edificaciones que albergan más de doscientos años de historia nacional. 

Que esta celebración ecuménica en la Catedral se haga tradición en Uruguay, como pacto de combate al racismo y contra todo estilo de intolerancia. Y digamos con Madiva y junto al poeta William Ernest Henley:



“Hemos perdido pues,
gran parte de nuestro pasado
y debemos aceptarlo.
Eso no es renunciar, no es rendirse.
Agradezco a los dioses que existen
por mi alma inquebrantable.
Soy el amo de mi destino.
Soy el capitán de mi alma.”  "


Agradezco a la mãe Susana Andrade de Oxum

Ceremonia interreligiosa de encendido de las velas: https://www.youtube.com/watch?v=KvGZe8B7QII

lunes, 16 de diciembre de 2013

Candomberío: Candombe/s en y del Litoral argentino



Candomberío es un corto realizado por las antropólogas María Cecilia Picech, Manuela Rodríguez y Julia Broguet (de la Universidad Nacional de Rosario) con la edición de Fernando Herrera. 

Sinopsis: Llevando el foco a la región del Litoral argentino, específicamente a las ciudades de Paraná, Santa Fe y Rosario, Candomberío investiga las diferentes apropiaciones que se han hecho del candombe uruguayo, así como las posteriores recreaciones de un “candombe del Litoral” o “afrolitoraleño”, a partir de rastrear las experiencias de distintos colectivos artísticos/políticos que hoy están ejecutando esta práctica cultural en la zona.
A través de una serie de interrogantes acerca de que sería “lo propio” y “lo ajeno” de las tradiciones culturales de la región, surgidos tanto de las propias realizadoras como de los mismos candomberos, este registro reflexiona sobre parte de la historia reciente de la Argentina post crisis 2001, mostrando cómo a partir del candombe se cuestionaron, ensayaron y/o produjeron modos alternativos de hacer arte y política. Estas transformaciones propiciaron la resignificación de ideas de resistencia y comunidad, abriendo interrogantes acerca de una “identidad nacional”, pretendidamente homogénea, blanca y europea.

Señalan las autoras:
"Esta investigación sobre los candombes del sur de la región del Litoral argentino surge del deseo de reunir nuestras experiencias académicas y artísticas con esta manifestación y a partir de allí producir nuevos relatos e imágenes en y desde el ámbito local. Asimismo, es parte de un ejercicio reflexivo sobre la propia práctica etnográfica que nos planteó el desafío de un proceso de “traducción” múltiple, al poner en relación justamente nuestras experiencias como performers del candombe, la escritura académica como antropólogas y el lenguaje imago-sonoro junto a las técnicas y recursos de montaje, poco explorados por nosotras hasta el momento. De este modo, comprendimos que la dificultad en la “traducción” de estas ideas a los distintos formatos, da cuenta de la resignificación constante que se produce al interior de las prácticas culturales, cuando son ejecutadas, y cuando son investigadas."

Este proyecto recibió el apoyo del Fondo Nacional de las Artes.

viernes, 13 de diciembre de 2013

El jazz y la conciencia negra


Sobre "Black Music: Free Jazz y Conciencia Negra  1959-1967" de Amiri Baraka (Leroi Jones) *
Por Berenice Corti

No se trata éste de un libro de jazz. O al menos, no sólo de jazz.
No, no es exactamente así.
Intentemos nuevamente: este es un libro sobre el jazz, y del período de transición que el autor, un intelectual y poeta negro de New York, describe como de surgimiento, formación y desarrollo de una nueva corriente musical. En la denominación que obtuvo esta música, New Thing o Free Music, subyace además la pretensión política y estética de hundir una cuña para escindirla del más de medio siglo de jazz regulado por el contexto norteamericano blanco.
El manifiesto que abre el libro, “El Jazz y la crítica blanca”, es un ensayo ya conocido por el público de habla hispana. A partir de su frase inicial “La mayoría de los críticos de jazz han sido americanos blancos, mientras que los músicos más importantes no” desnuda una verdad que requiere de una minuciosa deconstrucción: todo lo que hemos leído hasta ahora sobre el jazz, sus cronologías, sus historias y las críticas, han sido mayoritariamente escritos por hombres blancos –y poderosos-. Se trata de un hecho tan obvio y naturalizado, sobre todo, en el contexto argentino, que nos ha impedido acceder a gran parte del mundo del cual el jazz fue y es uno de sus exponentes.


Es así que los relatos de Baraka sobre el circuito de clubes de jazz, los discos, los conciertos, y la figura de los artistas, dan cuenta de otra manera de leer y escuchar esta música desde el núcleo mismo de la cultura afroamericana, en el marco de su sojuzgamiento histórico por parte de la sociedad estadounidense. Por cierto, algunos de los recursos que utiliza el autor para describir la música son ciertamente distintos a los de la visión euroccidental. Nos sirven, por un lado, de traducción “nativa” -como dirían los antropólogos- de esa usina cultural, pero también como vía de acceso a un sistema de pensamiento sobre/en la música que aún desconocemos demasiado, incluso también los que amamos esta música con pasión. Por ejemplo: “en el hermoso vaivén del sonido de la energía del espíritu negro, el sótano entero estaba poseído y animado. Las cosas volaban por los aires” (en referencia a un concierto de Pharoah Sanders, p. 137); o, refiriéndose al saxofonista Archie Shepp: “Es consciente de la responsabilidad social del artista negro que, por más secreta que se mantenga, ayuda a que se conserve la postura estética también” (p. 147).



También podríamos preguntarnos por las implicancias de leer a Amiri Baraka –tal es el nombre que adoptó LeRoi Jones al convertirse al Islam tras la muerte de Malcom X- en Buenos Aires y medio siglo después de haberse escrito, donde existe una activa escena de jazz y también de grandes cultores del free jazz. Las razones para su edición, aquí y ahora, resultan inescrutables, pero sí podemos pensar qué podemos hacer nosotros con este libro. En tal caso, Baraka mismo nos propone una manera de acercarnos a la música, ese “regalo maravilloso” que le da el título a la obra, y que nos “ha sido dada, con gentileza, a la luz de esa opresión”. Que haya “grandes” músicos de jazz blancos, afirma, se debe a su entendimiento y compromiso con “la música de los negros”. Este libro es un camino posible, de aprendizaje, para eso.

*Caja Negra editores, Buenos Aires, 2013

Berenice Corti es investigadora del Instituto de Investigación en Etnomusicología de la Ciudad de Buenos Aires

jueves, 12 de diciembre de 2013

Vandalizan la estatua de Iemanjá en Montevideo


Reproduzco las palabras de la mãe Susana Andrade, de Montevideo:

"¡¡Atentaron contra el monumento a Iemanjá ensuciando la imágen con pintura!! Fue anoche miércoles para jueves 12/12 a las doce de la noche. Es increíble la saña y el odio que albergan algunos corazones. Deplorable toda actitud de intolerancia religiosa. Desde IFA del Uruguay y Atabaque, luchamos pacíficamente por un Uruguay libre de desigualdades y violencia. Integrado y donde convivamos fraternalmente desde nuestras diferencias, haciendo por el crecimiento de la humanidad. Ya se hizo la denuncia en la seccional 5º y enteramos al Jefe de Policía inspector Guarteche. El caso es que habría que poner vigilancia especial como hicimos otros años y es costoso. Tal vez se logre incrementar el patrullaje policial, aunque todo es poco ante el raterismo mental, la rapiña rastrera de los fascinerosos. ¡Basta de agresiones! Las culturas africanas y sus descendientes y seguidores somos los parias de la sociedad. Estamos como en la época de las colonias; desnudos arriba del barco negrero esperando a que nos rematen. Los afroumbandistas somos acosados y perseguidos cada vez más."
Susana Andrade
ATABAQUE-22006821 Y 099215451


miércoles, 11 de diciembre de 2013

Buenos Aires Celebra la Comunidad Afro

El video oficial realizado por el Gobierno de la Ciudad acerca de la celebración acaecida el 30 de noviembre:



(click en las imágenes para agrandarlas)

jueves, 5 de diciembre de 2013

El orden "racial-espacial" cordobés -según Pablo Semán (a propósito de los saqueos)...


Aunque Pablo no utiliza exactamente el concepto "orden racial-espacial", esa es la idea detrás de su lúcido análisis sobre algunas de las condiciones que hicieron posibles los saqueos en Córdoba.

Reproduzco parte de sus argumentos, y remito a la nota completa en su blog. Dice Semán:


"Me asombra, cada vez que voy, la ausencia, la debilidad relativa de la presencia numérica de aquellos sujetos que el racismo impiadoso de Córdoba podía llamar “negrazones”. Viví en Córdoba y la convivencia de descendientes de europeos, de sujetos que se reconocen como “blancos” y población hija del crisol de conquistadores, pueblos originarios, era una realidad problemática. El grado en que lo era esta grabado en la piedra aparentemente leve, pero ominosa, de un humor que por muy gracioso que sea “pone las cosas y los hombres en su lugar”. El famoso humor cordobés ordena y ordenaba las diferencias de clase y expresaba, muchas veces, no siempre, en la perspectiva blanca, el ridículo del “negro” en el salón. Las ciudades dormitorio segregaron geográficamente una población marcada por su pobreza y por su “biotipo”. Justamente: su circulación en la ciudad, en horarios y lugares rigurosamente vigilados, es la función de una policía que desde su sola presencia física es también temible. En tiempos normales en Córdoba hay mucha policía en la calle, en todos lados, especialmente en el centro y en donde “los negros no deben estar”. Mucha en serio. Policías que ademas de ostentar uniformes llamativos, armas, y patrulleros que van y vienen, son curiosamente grandotes. La policía en Córdoba me daba la impresión de ser una gendarmería permanente, beligerante y numerosa. Son un factor vital del orden social imperante. Ese orden social que aisló a “los negros” en las ciudades dormitorio. Y es de esperar que si se ausenta ese orden no funcione en automático.
Y no hay que dejar de observar la contraparte. Nueva Córdoba, barrio emblemático de los beneficios del boom de la soja, tiene verdulerías decoradas al modo de New York, vinerias finas, panaderías francesas, fotocopiadoras de lujo. Tiene de ese tipo de negocios en cantidades increíbles: uno de cada uno en cada cuadra en la que ademas siempre hay una casa de ropas de marcas personalizadas y locales nocturnos para la diversión de miles de estudiantes que vienen a estudiar desde las prósperas localidades vinculadas a la expansión del agronegocio. Todo para una población de estudiantes que no gasta menos de 20000 pesos mensuales y viaja habitualmente a EEUU, Europa y el caribe. No todos los habitantes de Nueva Córdoba viven así, pero hay mucha gente que en nueva Córdoba vive así. En la Nueva Córdoba los “negros” casi no tienen lugar: ni como dependientes de almacén, ni repositores o asistentes de limpieza. Hasta para esos “puestos viles” se ve la presencia dominante de hijos de colonos gringos más pobres, pero “blancos”. La de los “negros” es una presencia rara, que no amenaza por que, se sabe, está la policía que mira, para, expulsa al “invasor”. La policía garantizaba ese orden y en gran medida  parasitaba de otro prospero negocio: el del tráfico de drogas.

foto diario Clarín

Amigos míos, progres, mentan los peligros de la bajada de San Vicente, un barrio pobre, como si se tratase de Harlem retratado por los progres blancos de NY. Es obvio que con ese progresismo combatiente y colonial que habilitó la vulgata sociológica no se evita, en las expresiones cotidianas, la posibilidad de redoblar algo que no es más racista porque, además de todo, es muy clasista. Viajé a la bajada San Vicente y comprobé que la distancia entre el relato y la realidad que intuía iba a comprobar:  era exactamente la misma que pude palpar cuarenta años antes cuando, violando la prohibición familiar, fuimos en bicicleta con los chicos del barrio a la “temible” bajada de San Vicente. Y descubrimos nada: sí, un barrio pobre más, unos peligros más, nada del otro mundo. Hasta los críticos han caido en las trampas del orden. Se lo entiende, entonces, a Andrés Rivera viviendo, obrando en Córdoba según la máxima “no ser un burgués es una teoría y una práctica” .
Volvamos al lenguaje “antiguo” que tal vez tenga algo para decirnos: es preciso trascender la posición de “fracción subordinada de la burguesía” y de “minoría blanca” para ver Córdoba con los ojos bien abiertos. Córdoba es entre otras cosas un cruce explosivo de lógicas de exclusión que dejaron en la desigualdad abisal, “gritante” y congelada, un “pueblo” entero. No reivindico el saqueo, no lo miro románticamente. Tampoco creo que sea sólo espontáneo, pero entiendo el carácter masivo del horror que emerge para todos lados cuando uno de los principales reaseguros de ese orden era la presencia constante, masiva, pedagógica, correctiva de una policía que desapareció de la ciudad. La córdoba dividida y desigualada a la fuerzan ha mostrado por un segundo la arquitectura y el dolor generalmente enmudecidos de su constitución social."


Completo, en: