Alejandro Frigerio (FLACSO/CONICET)
Presentado en el Taller de pensamiento “Conversaciones con la diáspora africana”, Buenos Aires, 13 de septiembre de 2008. Organizado por Movimiento de la Diáspora Africana en Argentina.
Un proverbio beduino (a veces citado como árabe, o como africano, y con versiones diferentes pero parecidas) dice:
Yo contra mi hermano,
Mi hermano y yo contra mi primo,
Nuestra familia contra las otras de la tribu,
Nuestra tribu contra la aldea vecina
Todos nosotros contra el invasor….
Este proverbio explica perfectamente, para mí, el carácter relativo, contextual, estratégico y construído de la identidad,
Esto no quiere decir que las identidades sean falsas o no tengan basamento real, pero sí que no hay una esencia que determine una identidad.
Que es la identidad?
La identidad es "una definición socialmente construida de un individuo” (Weigert 1986: 34). Qué es lo que un individuo es (socialmente) ya sea para los otros o como intenta transmitirlo él (yo prefiero poner el énfasis en la identificación de la persona y además utilizar la palabra imagen para cuando la identificación viene solamente de afuera para dentro)
Una característica de los individuos en sociedades complejas es que varias y cambiantes definiciones del yo(soy) están disponibles como identidades. Una u otra identidad puede ser presentada por el actor o impuesta por otros interactuantes mientras cada uno negocia por el control de la situación o, al menos, por establecer un consenso de trabajo. Los individuos deben enfrentar la tarea de continuamente manejar identidades múltiples dentro - y a través- de situaciones sociales. (Weigert et al. 1986: 46).
Existe un ordenamiento de las identidades en términos del grado de compromiso que cada actor tiene con ellas . Los individuos ofrecen para su validación una identidad principal (o maestra) que representa una organización implícita de todas las otras identidades. ( Weigert et al. 1986: 51; 53).
Así, un individuo que en distintos contextos puede identificarse como padre, sociólogo, argentino, católico, peronista, blanco y tenista, puede -aunque no siempre- reivindicar una de estas identidades como la principal y las otras como subordinadas.
La principal será reivindicada en una mayor cantidad de contextos sociales que las subordinadas. Podrá, además, afectar el desempeño de los roles que expresan a sus otras identidades.
La reivindicación de una identidad maestra puede ser establecida por los deseos del individuo, por las exigencias del grupo social al que éste pertenece, o puede, en determinadas ocasiones, ser impuesta por el medio social. Tal es el caso de la raza en EEUU que se transforma habitualmente, lo quieran los individuos o no, en la identidad principal que afecta principalmente casi todas las interacciones sociales.
La mayor o menor injerencia en el establecimiento de una identidad principal por parte del individuo, de un grupo al que pertenece o del medio social en que se desenvuelve resulta vital para comprender la lógica de los actos de identificación que un individuo realiza y sus estrategias de reivindicación identitaria.
Sostendré aquí que el hecho de que un individuo posea varias identidades con las cuales puede llegar a identificarse es una característica común de las sociedades complejas y no es una condición reciente característica de las sociedades posmodernas.
Las identidades son siempre situadas, emergentes, recíprocas y negociadas. El carácter eminentemente situado y performativo de las identidades hace que, para una adecuada conceptualización de la identidad quizás sea mas correcto, en vez de utilizar este vocablo, hablar de identificaciones o de actos de identificación, puntuales, momentáneos, cuya coherencia en el tiempo depende de la relevancia de esa identidad dentro de la estructura de compromisos identitarios del individuo.
Expresado de manera más sencilla, las identidades serían respuestas situadas a la pregunta “quién soy yo?”, que en cada contexto podría ser respondida de manera divergente.
Presentado en el Taller de pensamiento “Conversaciones con la diáspora africana”, Buenos Aires, 13 de septiembre de 2008. Organizado por Movimiento de la Diáspora Africana en Argentina.
Un proverbio beduino (a veces citado como árabe, o como africano, y con versiones diferentes pero parecidas) dice:
Yo contra mi hermano,
Mi hermano y yo contra mi primo,
Nuestra familia contra las otras de la tribu,
Nuestra tribu contra la aldea vecina
Todos nosotros contra el invasor….
Este proverbio explica perfectamente, para mí, el carácter relativo, contextual, estratégico y construído de la identidad,
Esto no quiere decir que las identidades sean falsas o no tengan basamento real, pero sí que no hay una esencia que determine una identidad.
Que es la identidad?
La identidad es "una definición socialmente construida de un individuo” (Weigert 1986: 34). Qué es lo que un individuo es (socialmente) ya sea para los otros o como intenta transmitirlo él (yo prefiero poner el énfasis en la identificación de la persona y además utilizar la palabra imagen para cuando la identificación viene solamente de afuera para dentro)
Una característica de los individuos en sociedades complejas es que varias y cambiantes definiciones del yo(soy) están disponibles como identidades. Una u otra identidad puede ser presentada por el actor o impuesta por otros interactuantes mientras cada uno negocia por el control de la situación o, al menos, por establecer un consenso de trabajo. Los individuos deben enfrentar la tarea de continuamente manejar identidades múltiples dentro - y a través- de situaciones sociales. (Weigert et al. 1986: 46).
Existe un ordenamiento de las identidades en términos del grado de compromiso que cada actor tiene con ellas . Los individuos ofrecen para su validación una identidad principal (o maestra) que representa una organización implícita de todas las otras identidades. ( Weigert et al. 1986: 51; 53).
Así, un individuo que en distintos contextos puede identificarse como padre, sociólogo, argentino, católico, peronista, blanco y tenista, puede -aunque no siempre- reivindicar una de estas identidades como la principal y las otras como subordinadas.
La principal será reivindicada en una mayor cantidad de contextos sociales que las subordinadas. Podrá, además, afectar el desempeño de los roles que expresan a sus otras identidades.
La reivindicación de una identidad maestra puede ser establecida por los deseos del individuo, por las exigencias del grupo social al que éste pertenece, o puede, en determinadas ocasiones, ser impuesta por el medio social. Tal es el caso de la raza en EEUU que se transforma habitualmente, lo quieran los individuos o no, en la identidad principal que afecta principalmente casi todas las interacciones sociales.
La mayor o menor injerencia en el establecimiento de una identidad principal por parte del individuo, de un grupo al que pertenece o del medio social en que se desenvuelve resulta vital para comprender la lógica de los actos de identificación que un individuo realiza y sus estrategias de reivindicación identitaria.
Sostendré aquí que el hecho de que un individuo posea varias identidades con las cuales puede llegar a identificarse es una característica común de las sociedades complejas y no es una condición reciente característica de las sociedades posmodernas.
Las identidades son siempre situadas, emergentes, recíprocas y negociadas. El carácter eminentemente situado y performativo de las identidades hace que, para una adecuada conceptualización de la identidad quizás sea mas correcto, en vez de utilizar este vocablo, hablar de identificaciones o de actos de identificación, puntuales, momentáneos, cuya coherencia en el tiempo depende de la relevancia de esa identidad dentro de la estructura de compromisos identitarios del individuo.
Expresado de manera más sencilla, las identidades serían respuestas situadas a la pregunta “quién soy yo?”, que en cada contexto podría ser respondida de manera divergente.