La fiesta/ofrenda para Iemanjá que todos los años organiza en pleno centro de Mar del Plata el Babá Hugo (Watenberg) de Iemanjá, junto con el Babá José Luis de Iemanjá y otros pais y mães ligados -por afecto o parentesco- con sus templos merece mucha mayor cobertura que la que ya ha tenido en los medios nacionales -que no es poca, pero el evento amerita todavía más....
El Babá José Luis tuvo la deferencia de enviarme las fotos que aquí reproduzco, junto con una reseña de la fiesta enviada por el Babá Esteban tí Òsànlà.
Aboru, Aboye, Abosise……
Odò fé yaba!
“Bi o ni lè jó oní Yemoja”.
“Nadie consigue danzar como el pueblo de ella”.
Fueron instantes, de esos que hacen que el alma se remonte hacia momentos ya vividos, representaciones, danzas, aromas, alágbès tirando las adúràs en torno a una puesta en escena única de nuestra fe, en fin un conjunto de elementos que me hicieron re- vivir aquella hermosa experiencia de haber estado hace unos años en Río Vermelho, un 2 de febrero en Salvador Bahía, en el día de la gran Iyá Yemoja Olókun, nuestra Madre y señora del Mar.
En esta ocasión la cita se dio en la hermosa ciudad de Mar del Plata, siendo la 20 hs. se dio marcha a la procesión, la imagen de la Gran Àyaba Olómú rodeada de flores resaltaba del resto de la carga de objetos-símbolos que tenia la procesión, al frente el adimú (comida) de Èsú Bará Agelú, dinámica para el Èsú Bará de las playas como es apropiado en el Batuke Porto Alegrense. Seguido de floreros cargados de blancas flores, dando paso en el final a la mayor representación de Bàbá nlá, Òsàlà el Gran Òrìsà dueño del paño blanco como otro de sus nombres lo indica y mejor se adapta a este momento, Òrìsà Funfun dueño del Òpá Sóró y el gran Àlà Funfun que dio cierre a los Orins àti ijó, los cantos y danzas festivas para los Òrìsàs que tuvo lugar en la playa en una noche apropiada.
Emocionante fue ver la gran cantidad de personas esperando en la playa la llegada de la homenajeada Àyaba de la noche, el momento culmine de la ceremonia llegado en los Orins (cantos) y Adúràs de Yemoja, se dio paso a un camino hacia el mar y a la espera, las motos de agua de personal de prefectura para dar entrega a las “barcas” colmadas de ofrendas y pedidos.
Los Alagbe, a ritmo cadenciado acompañaron la velada para su Iyá:
Los Alagbe, a ritmo cadenciado acompañaron la velada para su Iyá:
“Yemojá dele olódo bàbá orómi o !!
Yemoja d elé i táyéwo, yé bàbá orómió”.
“Yemoja, llega a casa dueña de las aguas, ama, espíritu del mar, Yemonja llega a casa y prueba la vida, ama, espíritu del mar.”
El mito una vez mas cobro vida aquella noche, en el “aquí y ahora”, en esos minutos de “espacio-tiempo” misturado entre el Orún y el Aiye, simbiosis perfecta de masculino y femenino, de causa y efecto en momentos de homenajes, la manifestación de lo sagrado, la confirmación de la fe estaban presentes.
Los Òrìsàs estaban en tierra, desde la orilla de la playa se veía lo sagrado, los omó Orìsàs expandiendo su esencia en el mar(ocupados) y la gente acompañando, nuevamente como en cada Siré tí Òrìsà la inconfundible verdad para los practicantes de esta fe estaba ahí latente, nuevamente la creencia del mito de “Opa Òrun” tomo vida, lo espiritual fusionado a lo material afirmado por su Òpa,(bastón de firmeza) en este caso, la fe manifestada entorno a esa energía pura, en su propio origen, Ella - el Mar.
Los Òrìsàs estaban en tierra, desde la orilla de la playa se veía lo sagrado, los omó Orìsàs expandiendo su esencia en el mar(ocupados) y la gente acompañando, nuevamente como en cada Siré tí Òrìsà la inconfundible verdad para los practicantes de esta fe estaba ahí latente, nuevamente la creencia del mito de “Opa Òrun” tomo vida, lo espiritual fusionado a lo material afirmado por su Òpa,(bastón de firmeza) en este caso, la fe manifestada entorno a esa energía pura, en su propio origen, Ella - el Mar.
Sentí al igual que en Bahía una vez más que todos éramos parte de una gran Ìdílé Òrísá, una gran familia de santo como se acostumbra oír en el nordeste brasilero, de boca de hermanos de otra variante afro.
Lavado de cabezas, Òrìsàs dando pases, muchos “Ebo Opé” ofrendas de agradecimientos en la orilla del mar, padres ofrendando con sus hijos, para esa noche de “Awon Orin Oró Ìpàdé”, noche de reunión de las cantos y las danza rezas para Yemonja.
Lavado de cabezas, Òrìsàs dando pases, muchos “Ebo Opé” ofrendas de agradecimientos en la orilla del mar, padres ofrendando con sus hijos, para esa noche de “Awon Orin Oró Ìpàdé”, noche de reunión de las cantos y las danza rezas para Yemonja.
Cada Òrìsà cumple un importante rol a nivel social-cultural extendiéndose hasta su forma individual, tendencias que los Orìsàs dan a sus hijos, una vez mas sentí al ver la fe de los presentes en general , la fe de inválidos en silla de ruedas en el agua, sentí que Yemonja cumple la función de Gran Madre, que acoge a aquellas madres que sufren en soledad, de aquellas madres pidiendo por sus maridos e hijos, aquella madre que viene a buscar a sus hijos perdidos en algún camino errado, aquella madre incondicional que todo lo entiende….esa noche sentí a Yemoja al igual que en Bahía.
Àwa yó ìba ngbà, ìba ngbà.
Àwa yó ìba ngbà a fé rè ni olúwase.
Mo dúpé Èérú Ìyá!
por Babá Esteban tí Òsànlà
Àwa yó ìba ngbà, ìba ngbà.
Àwa yó ìba ngbà a fé rè ni olúwase.
Mo dúpé Èérú Ìyá!
por Babá Esteban tí Òsànlà