martes, 13 de marzo de 2012

Los afroargentinos y/en la murga...

Mi llamada de atención hacia la nota que Caras y Caretas publicó hace poco sobre el carnaval (porteño y uruguayo) llevó a una serie de comentarios sobre el rol de los afroargentinos en esa festividad, y su influencia (o no) en el desarrollo de la murga local.  Un atento y anónimo lector del blog había prometido continuar el debate, y me acaba de enviar esta entrada, demasiado larga para aparecer en "comentarios". No concuerdo del todo con el contenido -realizaré algunas objeciones abajo- pero plantea temas que justifican su lectura. Como suelo decir, me interesa más el ejercicio de reflexionar que imponer una sola versión de los temas que nos ocupan -aún cuando defienda mi posición, claro....

Foto: nosbi.com

Comentario de KW:
En el intento de fijar los aportes que realizaron los afroargentinos a la formación de nuestra identidad y a su posterior evolución, no se debería dejar de tener en cuenta un concepto que se mencionó varias veces en este blog y que en otras palabras, Néstor Ortiz Oderigo vertió en sus obras y que podría resumirse así:
 “Esto no es Brasil, ni los Estados Unidos, ni tan siquiera Uruguay”.
Es decir, se corre el riesgo de malograr la tarea si tras años de  ocultamento y negación, por un afán reivindicativo se sobredimensionan esos aportes y se desestima la forma que fueron afectados por la interacción de los afroargentinos con los -a grandes rasgos- otros tres grupos que conformaron nuestra identidad actual: los inmigrantes europeos que llegaron desde el siglo diecinueve en adelante y sus descendientes, los criollos y los aborígenes. Es de esa interacción (que no es sinónimo de contacto armónico) que surge nuestro estado actual de cosas: un fenotipo negro que no se observa a simple vista y manifestaciones culturales en las que la contribución afroargentina es motivo de controversia.
Una particularidad que nos es propia es la polémica respecto del origen afro del tango y algunas especies folklóricas, como la chacarera, y ahora, si es que ya no ocurrió, junto con Fernando, tenemos el dudoso honor de hacer extensiva la controversia a la murga porteña.
Honor dudoso si quedamos envueltos en una confrontación de puras afirmaciones.
Para evitarlo, se me ocurrió poner a prueba mi propia presunción negativa inicial basada en la comparación de la murga porteña con músicas cuyo reconocimiento como afroamericanas sería fácil de acordar. Esto es, en base a mi experiencia de oír, ver, practicar y analizar esas músicas (¡como seguidor apasionado!) ¿Qué características afro pueden rastrearse en el desfile de la murga porteña? (Hago notar que hablo de desfile y no escenario, porque es en el primero donde las advierto).
Como método para responderla, basado en una bibliografía en la que hallé o reafirmé conceptos sobre la actitud musical negra, intenté por comparación con la escola de samba, el candombe uruguayo y la comparsa cubana (tres músicas sobre las que no hay discusión respecto de su carácter afroamericano y que muchos  han observado o aún practicado),  determinar que semejanzas permitirían identificar elementos afro en la murga porteña. 

Los elementos que observo son tres:
El primero es la utilización casi excluyente de instrumentos de percusión. Podrá parecer obvio, pero por  obvio podría no ser advertido. En la música occidental, los instrumentos de percusión ceden el protagonismo a los melódicos y subrayan el discurso de estos.
El segundo, el uso de frases cortas y la repetición cíclica de esas frases, dando como resultado la creación de un “ambiente” y no la narración de una historia (una melodía es una narración):
En este sentido, se lee en la pág.17 del libro “Afro-cuban rhythms for Drumset” de Frank Malabe y Bob Weiner:
“African and afro-cuban rhythms are based on repeating phrases and figures and not on time signatures”. (Time signatures = compases).
y dice Alejo Carpentier en “La Música en Cuba”, Cáp. XIII:
“En esta fase, la contradanza toma al negro lo más epidérmico: la obsesionante repetición de una frase, ritmando el paso de una comparsa: el tema breve y bien marcado, que vuelve y revuelve hasta la saciedad, creando una euforia física en los que avanzan a su compás.” 
Es la repetición de frases cortas no como estrategia para impactar a un observador pasivo, sino una modalidad de ejecución que produce una  “atmósfera” que se hace dueña del que se permite sumergirse en ella.
Como muestra de una concepción diferente a la que mencionamos, que parte de asemejar una pieza musical con una narración apartándose del sentido cíclico, es válido citar el libro “Limpieza de Oídos” del compositor R. Murray Schafer; en el capítulo “Ritmo” se lee:
“Puesto que el ritmo es como apuntar con una flecha en cierta dirección, el objetivo de todo ritmo es llegar a destino (el acorde final)”.
El concepto de “acorde final” (fin de una pieza musical) nos conduce al tercer elemento observable que fue volcado en una frase que siempre me resultó clarificadora y está citada en el libro “Buenos Aires, Negros y Tango” de Oscar Natale y según la cita pertenece al musicólogo argentino Pompeyo Camps:
 “el negro, en estado natural, hace música durante horas y no ejecuta o canta piezas” (fíjense que dice “natural”, no “salvaje”). En su desfile la murga porteña no se aparta de esta carácterística.
Imagen de la revista Caras y Caretas de febrero reproduciendo una tapa de 1908

Habría otros dos elementos, que quedan estrictamente supeditados a la descripción hecha por Fernando en su comentario, ya que desconozco esos ejemplos. El primero es la utilización de un modo dialoguístico, que se advertiría en la “matanza” y en la que los instrumentos se preguntan y  se contestan. Podría ser un remedo del “call and response” que menciona Ortiz Oderigo y no se aparta de los arreglos que actualmente crean las cuerdas de candombe, en Buenos Aires y Montevideo, basados en el esquema “pregunta-respuesta”.
El otro, es la utilización de la frase rítmica que aquí en la Argentina se denomina “milonga” (Para que todos puedan saber de que estamos hablando: primer tiempo: corchea con puntillo/semicorchea, segundo tiempo: dos corcheas). ¿Es de origen afro? Lo intuyo ¿Tengo argumentos? No. Esta frase debe estar recorriendo América desde hace cuatrocientos años ¿Habrá quien puede registrar sus idas y venidas? Adviértase que una vez más se hizo presente en estas tierras como novedad en la base rítmica del….. reggaeton.
Descritos los elementos, quiero señalar que en la última parte del siglo diecinueve, se registra la presencia en el carnaval de comparsas de afroargentinos, presencia de la que -a la manera de Ortiz Oderigo- podemos decir que “estrecha su cauce” hasta el llegar a este presente. ¿Qué determinó esta situación? En principio, desconozco si existe un registro de la evolución operada, insisto en que no vamos a tener una idea cabal en tanto se desestime dar cuenta de la manifestaciones de los ¿blancos? y como interactuaron con los afroamericanos en el carnaval.
Para mí, una posible respuesta a este presente, se halla en el concepto de “maneras de hacer” que Alejo Carpentier -en la obra citada- atribuye al musicólogo argentino Carlos Vega y que podría ampliarse con esta frase del musicólogo uruguayo Lauro Ayestarán tomada de su trabajo “El Folklore Musical Uruguayo”:
“Se confunde comúnmente la disposición del africano para volcarse hacia determinadas formas rítmicas, melódicas o coreográficas ya existentes en el nuevo mundo y el acento o “pigmento” que imprime en ellas, con aquello que trajo consigo desde su país natal.”
Soy de la idea de que hubo un encuentro, una influencia mutua (desestimo la idea de que el negro se mantiene inmutable en sus maneras de hacer) y por dilución del fenotipo negro la modalidad que le era propia se fue perdiendo hasta llegar a esta música de desfile de hoy.
Como ejemplo de entrecruzamiento de maneras de hacer, el trabajo de Alicia Martín plantea un juego de opuestos rotundamente ejemplificador, como si el espació urbano se hubiera prestado al juego de opuestos, en el barrio porteño de Saavedra, un grupo de afroargentinos que en su condición de líderes de agrupación imprimen a ésta maneras negras (el informante “Pantera”, advierte sobre determinadas características que la distinguen de otras formaciones, lo que sugiere la coexistencia de una manera de hacer no-negra). Del otro lado de la ciudad, en La Boca, un afro inmerso en una ámbito signado por modalidades blancas, actúa como un italiano más.
En conclusión, entiendo que las características ya mencionadas en mi comentario anterior, de tempos rápidos, vivacidad, la marcha de una clave implícita sobre un pulso regular, desplazamiento de acentos en relación al compás,  están ausentes en la murga porteña actual, por cuanto no es un producto debido en su totalidad a los afroporteños, afirmación que sería válida para el candombe porteño, sino es producto de la interacción de los porteños en su conjunto.
No obstante y siempre apasionado, entiendo que el movimiento de caderas que aporta "Pantera" como característica afro y que comparto, así como la "matanza" y "milonga", mencionadas por Fernando y el "calambre" y el "tembleque" mencionados por Ariel Prat en la entrada que se le dedicó, ameritan un rastreo que ojalá alguien tenga el interés de realizar y pueda llevar a un resultado feliz, para disfrute y conocimiento de todos.

Comentarios

Cachengue y Sudor, la Murga de Arpillera de La Paternal. Fotografía de prensa de la murga 

Comentario de Viviana Parody (llegó antes que el mío):
Pido disculpas por no poder extenderme ni fundamentar demasiado: 
-Los instrumentos de percusión de murga porteña son los utilizados previamente en europa,para la murga gaditana, y la influencia es mayormente europea, conviene ver mas material sobre historia de la murga porteña que material sobre performance afroamericanas para ver si la murga encaja como "performance negra".Sería como pensarla en perspectiva afroatlántica (no creo pertinente, pero es una opinión).
-Se le adjudica un origen "negro" a la murga -muchas veces- en los relatos de los murgueros (y eso SI sería interesante/también sería interesante indagar en sus narrativas), pero no queda en claro durante las mismas siempre si es en relación a la clase o la raza (hoy, es decir , negros o "negros", como sinónimos muchas veces de arte "popular"). Lo mismo adjudican al vestuario (levitas), usadas por "los negros imitando a los amos en épocas de la colonia", tal cual se infiere también -con mas material y documentación- respecto de los personajes del candombe uruguayo.
-El ritmo de la milonga se encuentra en una amplitud regional mucho mayor al Río de la Plata (Uruguay, Brasil, Paraguay, Litoral), como el Iyesá brasilero, y se corresponde con la influencia negra sin dudas, aunque podría ser vía Europa (España negra, como resulta con la habanera, idem la zamacueca que termina en zamba y en cueca aquí habiendo descendido del Perú ¿del Perú negro?), u agregados posteriores en la murga -mas contemporáneos-, porque las murgas de los años ´30 tenían otro ritmo muy diferente al actual (negra-negra-corchea con puntillo y semicorchea-dos corcheas), vista hasta hace poco aún en "Los nenes de Suarez y Gaboto" (si no equivoco el nombre, agrupación humorística de La Boca), salían hasta hace poco. Igualmente, entre la milonga y el ritmo de murga (y el de rumba dentro de la murga) hay distancia, aunque bien pod´ria ser el ritmo lo que mas demuestre esa influencia negra.
-Representaciones de las murgas históricas: Hacia los años ´98, plena época de investigaciones de A. Martín (y tesistas)sobre el tema, en el Grupo de Teatro Catalians Sur en La Boca se realizó una investigación para una de las escenas que repdroduce una murga de aquellos años (en una de las creaciones colectivas del grupo, de las tres de las que en suerte participé, como fue "El fulgor argentino", aún debe estar dicha escena, o al menos figura en cartel la obra).
-Habría que indagar en las décadas siguientes al circo criollo, para enlazar mas material, y el teatro popular de entonces.
-Represent. en FIlms: "El sueño de los héroes", de Sergio Renán, hacia época similar (tal vez antes, 1996) incluyó murgueros (no así murgueras) para representar una escena de carnaval de los años ´30también (filmada en San Telmo, noches y madrugadas extensísimas de filmación). El antiquísimo film argentino basado en el cuento de Borges "El hombre de la esquina rosada", tiene una escena de candombe argentino (??). Habría que ver que documentación se uso entonces. Sobre "Felicitas" ya ha comentado-dada su participación y su tema de trabajo- Pablo Cirio.
Creo que tiene, aunque no tanto, sentido encontrar "rastros /elementos afro" en la murga porteña, rinde mas hacerlo en el malambo.La presencia afroporteña en el carnaval fue bastante conflictiva (Geler, 2010). Extensamente demostrada la presencia afroargentina, que no necesariamente DEBE ser musical para ser negra. Actualmente entiendo que Pablo (Cirio) también ha estado trabajando/dictando seminarios (para grupo de investigación o de interés) sobre carnaval, desde una perspectiva cercana a las representaciones raciales y/o la relación entre música y raza (ignoro detalle y especificidades, ya que no he podido asistir).No mencionaste para nada a COCO (Romero), aunque su escritura no sea científica, tiene muchísimo material.....
Perdón el telegrama, y el siguiente atrevimiento:
¿que tiene de negro los Wachi Turros...? (Además de tener de "negro", es decir, identificación de clase).Porque en la danza hay claramente latiguillo (y otros pasos) de murga, break dance, y otros. Básicamente, los estilos que circulan o están a disposición en el conurbano, re-elaborados. Si no recuerdo mal, alta presencia (rítmica) del famoso 3-3-2 en varios de los temas de dicho grupo(negra con puntillo-negra con puntillo-negra), también presente en el samba/en Piazolla/ y en diversa música hispana...).
 Disculpas nuevamente... grato saludo a vos y a Fer.

Fuente de la foto: http://agencianan.blogspot.com/2009_02_01_archive.html



Comentario de Ariel Prat:
Un placer como siempre leer a Alejandro y a los amigos que aportan. Como he sido mencionado, me sumo a recoger sobre todo las preguntas establecidas tan atentamente acerca del rastreo de todo lo afro en la murga porteña, presencia indudable y marcada lamentablemente por la falta consecuente de datos precisos, aunque como actor protagónico tanto en lo estrictamente murguero como en los desvelos de rastreador con toda la intuición posible y necesariamente corporal, no dudo ni un instante en su arraigo y posterior sincretismo con las formas europeas. Pero siempre es un después del original ensamble que aportaron nuestros "bajados de los barcos" desde Mama África (y digo mama por muchas circunstancias lactantes incluso)... Trabajamos en ello y aporto las miradas y el asombro de los europeos a los que suelo acompañar filmando o tomando notas en ensayos o desfiles de murga; se pellizcan intentando entender a esta Buenos Aires que los inquieta y desvía de toda presunción eurocentrista y te preguntan ¿donde estaba todo esto? Abrazos y gracias! 

lunes, 12 de marzo de 2012

Historias Cruzadas


Hace poco vi la película Historias Cruzadas, que trata sobre la relación entre empleadas domésticas afro(norte)americanas y sus empleadoras blancas en un pueblo del estado de Mississipi en la década de 1960. Una joven aspirante a escritora quiere mostrar la realidad del lugar desde la visión de las trabajadoras negras, y para ello debe convencerlas de que le cuenten sus experiencias -lo que implica un contacto interracial y una actividad subversivas para la época. 
La recomiendo, pese a los reparos que le realizan especialistas en el tema. En un país como el nuestro, con poco acceso a material sobre la temática específica, ilustra y brinda un panorama interesante (y matizado) sobre la relación dominador-subalterno. Uno adquiere una visión “desde adentro” sobre las relaciones raciales de la época que de otra manera no tendría, y que sirve también para pensar cómo habrá sido aquí cuando trabajar como empleada doméstica era una salida laboral común para las afroargentinas. Para algunas lo sigue siendo, claro….


No puedo dejar de mencionar, sin embargo, que la Association of Black Women Historians de EEUU emitió un comunicado bastante crítico tanto de la película como del libro en que se basa (The Help, de Kathryn Stockett, que fue escrito recién en el 2009 ). 
Según las historiadoras, la película y el libro “distorsionan, ignoran, trivializan las experiencias de las trabajadoras domésticas negras”. Ayudarían a revivir el estereotipo de Mammy, la nodriza negra que cría a los niños blancos, siempre representada como “asexual, leal y feliz” y cuya popularidad lleva a ignorar el racismo estructural que confinaba a las mujeres negras a un trabajo duro y malpago. Por causa de la segregación racial y las asimetrías socio-económicas, el 90% de las mujeres negras de la época no podía trabajar de otra cosa. Además de esta apreciación general, hay dos críticas adicionales muy específicas. La primera es que la película no muestra los muy reales y frecuentes problemas de acoso sexual que enfrentaban las afro-norteamericanas en las casas de sus empleadores blancos. La segunda, que “no reconocen la comunidad negra” que muestra la película, ya que en ella “casi todos los hombres negros son presentados como borrachos, abusadores o ausentes”. La falta de una contextualización adecuada lleva, también, a insuficientes referencias al movimiento por los Derechos Civiles y a la ausencia en la película del Ku Klux Klan, una herramienta de terror que obviamente era más peligrosa que las empleadoras racistas que protagonizan la película.
A favor de Historias Cruzadas, debo decir que claramente trata sobre las relaciones entre mujeres, y que quizás por ello tanto la presencia de los hombres negros como de los blancos sea insuficiente. Como énfasis, aunque ciertamente limitativo, no deja de ser interesante y bienvenido. En términos de Bart Simpson, no es tan ñona como parece por las fotos, y da unas buenas horas (dos y media, que no se notan tanto) de entretenimiento y educación.

Fuente de las fotos (también hay una crítica más severa a la que no le falta razón, pero para mí la película igual funciona):
http://cinemarama.wordpress.com/2012/01/13/historias-cruzadas-the-help-2/
El comunicado de la Association of Black Women Historians (ABWH) (en inglés):
http://www.abwh.org/index.php?option=com_content&view=article&id=2:open-statement-the-help%E2%80%A6

(Indoamericanas) Los Qom ante la Corte Suprema...

Al igual que Wainfeld, no sé qué saldrá de ésto, pero me parece un hecho importante...

Foto: CIJ - Diario Perfil

De la nota de Mario Wainfeld en Página 12 de ayer:
"El gobierno de Formosa y representantes de la Comunidad La Primavera participaron, frente a frente, de una audiencia pública convocada por la Corte Suprema. La escena es auspiciosa y novedosa: Félix Díaz, el referente de la comunidad qom, defendiendo sus derechos cara a cara con funcionarios del gobierno provincial que los maltrata y avasalla sus derechos. El gobernador Gildo Insfrán estaba citado. En uso de prerrogativas procesales delegó en el Fiscal de Estado y un ministro. Sus voceros hicieron papelón. Aburrieron (y no convencieron) explayándose en elogios a la política formoseña con las comunidades originarias. Alegaron amnesia o desconocimiento cuando se les preguntó si la provincia disponía de tierras fiscales para recolocar un predio asignado a la Universidad, justo en las tierras que reivindican los integrantes de La Primavera. Los jueces Ricardo Lorenzetti y Eugenio Raúl Zaffaroni soportaron la perorata, pero no sucumbieron a su ansia chicanera: los pusieron en apuros con preguntas incisivas. La paridad ante la ley se expresó en un Tribunal atento a la diferencia real de poder entre las partes. La Sala de Audiencias de un Poder usualmente chúcaro para ceder espacio a gentes de a pie dio volumen a una experiencia sin precedentes, inaugurada por la actual composición de la Corte.
El avance de la causa tiene sus bemoles. La Corte no tiene facultades para dictar una sentencia coercitiva para las partes. Un recurso trillado, reenviar el expediente a la Justicia formoseña, así fuera con recomendaciones severas, dejaría desamparada a la Comunidad La Primavera. El Tribunal deberá imaginar con creatividad un mecanismo más potente. De cualquier manera, la audiencia en sí misma es un hecho político reparador, que también debe movilizar a otros poderes del Estado."

domingo, 11 de marzo de 2012

Las conflictivas formas de la memoria y la producción turística (2)

Foto: Viviana Parody

Comentario de Viviana Parody:

Cartagena y San Andrés tienen uno de los niveles de exotización mas altos que he visto, respecto de "lo negro".Y no es el mismo tipo de exotización que en Brasil -mas relacionada a lo contemporáneo-.
Es como mínimo llamativo -para cualquier turista entendido o no- la permanencia de los criterios coloniales en todas las dimensiones de la sociedad afrocaribe colombiana. En tanto los afrocaribeños obtienen de ello su sustento (venta ambulante, turismo sexual), es difícil modificar el espacio social...
Foto: Viviana Parody

En lo que hace a representaciones/performatividad, en general hay contradicciones, como estos dos afiches en dos zonas MUY distintas de Cartagena (una turistica, como Bocagrande; y otra a dos cuadras de la Universidad).

Comentario de Alejandro Frigerio:
Lo que pone en evidencia, también -y ésto es muy válido para Argentina- la multiplicidad de estrategias, opiniones y políticas del "Estado" para con las minorías. ¿Cuando hablamos de "políticas de Estado" -o de la posición del Estado- de qué estamos hablando? Siempre hay muchos funcionarios e instituciones gubernamentales que emiten discursos y llevan adelante políticas no necesariamente coherentes.
Multiplicidad de discursos que también hay en los "nativos". El cartagenero citado en la entrada anterior que trabaja de "estatua humana" representando "esclavos" bien puede reclamar, como lo hace, que está manteniendo una memoria histórica de/en la ciudad. Puede ser acusado por otros, a su vez, de estereotipar esa memoria, o de hacerlo por intereses económicos, etc.

sábado, 10 de marzo de 2012

Las conflictivas formas de la memoria y la promoción turística...

 Foto que circuló en redes sociales - diario El Heraldo (Colombia)

Un pequeño (o no, es difícil evaluar a la distancia) escándalo sacude a Colombia: La agencia gubernamental de turismo de Cartagena no tuvo mejor idea que utilizar a un afrodescendiente que representaba a un esclavo encadenado para promocionar a la ciudad en una feria turística en Bogotá. Curiosa manera de recordar y visibilizar la herencia negra en Cartagena.
Según el diario local El Heraldo, organizaciones afrodescendientes y la exsenadora afrocolombiana Piedad Córdoba exigieron las explicaciones y disculpas pertinentes.
Algunos testimonios extraídos de la cobertura realizada por este diario:
-El director de la Corporación de Turismo Cartagena de Indias, Luis Ernesto Araújo, aseguró que nunca autorizó dicha promoción y “que nunca fue consultado, por ningún funcionario o empleado de la empresa contratada para la activación del stand sobre la vinculación de ese personaje y que únicamente le manifestaron que habría unos músicos y dos actrices disfrazadas de vendedora de frutas e India Catalina”.
- El alcalde de Cartagena, dijo “Yo no tomo decisiones en la Corporación de Turismo, que es una entidad mixta. Créame que si yo hubiera participado en la construcción de esa estrategia de mercadeo, no hubiera puesto nunca a un esclavo, soy el primer Alcalde afro de esta ciudad. En mi gobierno no hay campo por la discriminación”.

Foto Wilfred Arias - El Heraldo (Colombia)

- El cartagenero José Gregorio Joly, quien se disfraza desde hace tres años como esclavo, para trabajar como estatua humana en el Centro Histórico de Cartagena, dice que no entiende por qué tanto escándalo si a diario, cientos de turistas se toman fotografías con él para llevarse un recuerdo de la ciudad que fue en la colonia puerto de esclavos en América.
- La directora de Mercadeo y Publicidad de la Corporación de Turismo, Paola Mordecai, fue quien finalmente pagó los platos rotos, ya que fue despedida públicamente en los medios de comunicación por su jefe, Luis Ernesto Araújo. “El objetivo de la activación del estand contemplaba la incorporación de varios íconos históricos de la ciudad, entre ellos la estatua humana de un esclavo, la India Catalina y una palenquera, que vistos en conjunto representaban la memoria histórica de la ciudad. En ningún momento se planteó que un esclavo iba a aparecer por separado, encadenado y mucho menos que iba a ser usado como el único atractivo”, dijo Mordecai al asegurar que el día que se incorporó al actor disfrazado de esclavo, ella se encontraba viajando a Nueva York.
¿Realismo histórico? ¿Perpetuación de estereotipos? ¿Visibilización desafortunada?

Fuentes: 

viernes, 9 de marzo de 2012

Bailes no aptos para niñas blancas (2)...


Una asociación libre que realicé (entre las muchas) :-)  sobre la prohibición de los "bailes de negros" en la Buenos Aires del siglo XVIII  por su influencia perniciosa sobre las "niñas blancas" y la popularidad de danzas de origen afro de todo tipo entre las "niñas blancas" porteñas actuales, llevó a una serie de comentarios que vale la pena incluir en el cuerpo del blog. Un tema lleva a otro, pero no es necesariamente un demérito...


Comentario de Fernando:
Las manos arriba de todas las chicas... que le bailan al santo? Un tema al caso que me parece interesante incursionar: El candombe en su costado espiritual, es un toque/danza para los ancestros, lo que equivale a los muertos en otras palabras, verdad? Y como en este caso se mezcla con danzas (y a veces toques) para los orishas o santos.. Me pregunto si esto tambien sucede en ambitos religiosos o que dicen las personas que manejan esas energias al respecto de estos ¿hibridos?


Comentario de Alejandro Frigerio:
Ja, si, me gustaron las fotos cuasi-ecstáticas.. No sé si entiendo bien la pregunta. Es ¿qué dicen los religiosos sobre que bailen orixás en la calle? y con tambores de candombe? Como dije un par de veces en este blog, hay pais/mães que no están muy contentos con que se muestre baile de orixás en contextos de calle -como mucho tipo show folkórico en un escenario, pero ya en carnaval y en la calle, no. Sobre que sea con percusión de candombe, creo que la mayor parte de los líderes en Argentina ni se entera de estas conjunciones, ya que están fuera del circuito del candombe. En Montevideo, sé de algunos que no les gusta que los orixás salgan en las Llamadas, y otros como la mãe Susana que sí lo hacen porque les parece que es una forma de reivindicar la religión negra (hace poco en una entrada hablé de esto, justamente por ella). Yo creo que no hay que dramatizar tanto las danzas, en contextos religiosos se hacen con tambores consagrados, en cuartos ídem, con la música y las canciones correctas cantadas por la gente que a través de las iniciaciones tiene axé para invocar. Creer que gente sin ninguno de estos requisitos y con música no adecuada puede mover alguna energía es despreciar toda la complejidad de lo religioso. Como validación cultural de una religión estigmatizada, me parece bárbaro. Y estéticamente, es muy bello también. El ritual es el ritual, y el baile en la calle es el baile en la calle. Uno es religión, el otro es arte...


Comentario de Mara Padilla:
Me gustaría aportar la reflexion que me generó este articulo, puntualmente sobre el comentario de Alejandro respecto de que la gente y agregó bailarines no pueden mover ninguna energia y que el ritual es ritual y el baile en la calle es el baile en la calle.

Mi experiencia como bailarina me ha demostrado que si se mueve energía y mucha. Tanta como para sentir que el sonido de un tambor puede, por bellos instantes de eternidad, hacernos perder el control de nuestros movimientos y ser danzados.
Creo que esta es la hermosa y distinta diferencia que aportan las danzas de raiz afro con respecto a otras. El contacto con lo energético, la conciencia de esa energia. Que claro no será la misma que cuando se convoca a un santo con todo su ritual y dentro de un contexto religioso.Pero que también se hace carne y se siente y hace que cambie nuestra mirada, nuestro tono, nuestra fuerza o suavidad por comentar algunas cuestiones.
Conectar el cuerpo, el espíritu y el pensamiento concientemente con una energia de la naturaleza y danzar claro que no podrá mover lo que se hace en el ritual religioso, pero si creo nos conecta al universo y eso es espiritual y profundo también.
Respecto de la diferencia entre ritual, religión y arte. Tambien me aparecen muchas preguntas que mueven a seguir profundizando.
Pienso en las fronteras y en esos limites difusos. Pienso en que el arte devino de lo religioso de aquellos rituales...
Capaz soy muy mistica, lo admito... Gracias por generar con tus articulos estas reflexiones!!
saludos!


Comentario de Alejandro Frigerio:
Mara: Gracias por aparecer y por tus comentarios. Algunas ideas al respecto:

1- estoy completamente seguro que en “situaciones de calle” (y otras) que involucren tambores y danzas pueden producirse estados alterados de conciencia. O situaciones de “flow” o “fluir”–como lo llama Csíkszentmihályi, la sensación de que uno “es bailado” más de que “baila”. Lo mismo para quienes tocan durante tiempos prolongados o en momentos de toques intensos y colectivos.
2- Ahora, si eso son “energías”, Dios(es) sabrán…. Por de pronto, es una sensación o, de nuevo, un estado alterado (o no cotidiano) de conciencia que se encuentra en muchas performances de distinto tipo. De hecho, si eso no sucede no hay una buena performance porque uno está “pensando” demasiado en vez de “haciéndolo”. Pese a no ser nuestra “conciencia cotidiana”, es mucho más común de lo que se piensa…
3- Si eso es conectarse con “tal energía de la naturaleza”… bueno… quien sabe…. 
Yo en varios lugares, por escrito o no, he sido crítico de las visiones demasiado facilistas que circulan en la danza afro sobre “danzar las energías de la naturaleza”. 
a) hay distintas danzas en todo el mundo que pretenden, de distinta manera, conectarse con, representar, estar influenciadas por, etc. las “energías de la naturaleza”.
b) No lo hacen de igual manera, porque la experiencia de la naturaleza (aún en la danza) está culturalmente condicionada. No es lo mismo “el agua” para un yoruba que para un chino. No la bailarían igual. De la misma manera que no se concibe igual a un “guerrero” (suponete, Ogun) en Africa, que en Afroamerica, en China o la India.
c) Las ideas de los orixás y su relación con la naturaleza que circulan por la danza afro local son algo sencillitas y estereotipadas. Reconocer esto es una de las maneras de hacerlo mejor. Fijate, por ejemplo, una entrada anterior de este blog (dire abajo).
Sin embargo, dicho todo esto, si el arte no está conectado de alguna manera con la espiritualidad y con una experiencia de lo sagrado, es un arte algo frío y muertito. Lo que dudo es que “una experiencia artística x” me conecte con “la energía espiritual x” –para esa conexión específica está la religión. Pero claro que un cuadro, una instalación, determinadas ropas, una danza de/sobre Iemanjá me puede brindar una idea/experiencia/sensación de cómo Iemanja es visualizada (dentro de un determinado contexto cultural).De hecho, por eso en la religión también usan todas esas vías. Establece una conexión, pero no es la misma del iniciado en trance con Iemanjá, que si establece una relación directa con esa energía (suponiendo, claro que exista, etc.). Si no es diferente del arte, para qué hacen todos los complicados (y mirá que son complicados) rituales religiosos?… Digo esto, sobre todo, para que la danza afro no quede como una versión express, Nueva Era y banal de lo religioso.. Bastantes cosas ya tiene para ofrecer como danza…
Ver también:
Anónimo 

Comentario de Viviana (Colo):
La ancestralidad claramente en candombe remite a la tierra (abajo, no necesariamente arriba), y va en otro eje: espiralado entre arriba y abajo, o "empujando" de atrás hacia adelante en el tamborilero cuando toca(ver ésto último en Ferreira, 2008). Pero, eso no es así necesariamente para todos los que hoy lo practican.Muchos grupos (jóvenes) incorporan otras danzas/imágenes/alegorías religiosas, como los orixás o como recientemente San Baltazar. Para los grupos tradicionales, la religiosidad suele manifestarse con la presencia de los "negros viejos" (fallecidos) -solo en los toques (de negros)- donde los mismos suelen "tocar a través de" los vivos...

En carnaval ("otro tema"), el candombe es en la calle fundamentalmente presencia/poder/territorio (lo es cada domingo, entre comparsas tradicionales que "se enfrentan"(se cruzan en el recorrido,en conflicto o armonía), en barrios "tradicionales" como San Telmo aquí o Sur y Palermo en Uruguay).Es territorio reconocido y ganado para el caso de Montevideo desde fines del siglo XIX y principios del XX, donde el candombe pasa a integrar el carnaval, y por lo tanto también pasa a integrar al menos una ínfima parte de "lo uruguayo"/la Nación; y es territorio negado y prohibido en Buenos Aires, según fue la suerte para el candombe Argentino en esta ciudad (prohibido en el espacio público). En este sentido, hoy el candombe (afro)uruguayo en las calles porteñas (y en toda Argentina) es una muy buena revancha, aunque continúe sin reconocimiento: aún la fuerza pública lo puede "mandar a guardar" cuando quiere (policía, falta de permisos municipales para su práctica etc). El recupero de San Telmo como barrio/territorio del tambor, también es una "reconquista" [mío]de esa parte (negra) de la ciudad y de la Nación en tanto la primera es metáfora de la última (Lacarrieu, 2005).
Mas allá de esto, llamé la atención en la nota de Pigna en Clarin -sobre lo cual agradezco a Cristian Lategana , en realidad, que la vió y me trajo el periódico- por lo que refiere al cuerpo como territorio de lo moral(de la blanquedad o de la negritud, como modelos opuestos de moral), particularmente al cuerpo femenino blanco. Nótese que al menos hoy, "blancas pueden bailar bailes de negros" sin necesariamente pasar por "pecaminosas", aunque sépase que los comentarios de los espectadores masculinos sorprenden siempre durante las llamadas con sabrosísimas reminiscencias del siglo XIX, cosa que bien puede resultar un increíble espectáculo en paralelo/aparte, a un buen (crítico)espectador. Generalmente se les proyecta, a esas mujeres blancas, el mismo imaginario que a las mujeres negras hacia fines del siglo XIX (y hacia la actualidad, obviamente).Es decir, básicamente se puede ser mujer blanca y hacer candombe, no sin costos impuestos, derechos que pagar, prejuicios sexistas con los que cargar (en pleno siglo XXI).


AnónimoComentario 2 de Viviana (Colo):
Y los híbridos, especialmente en Bs.As., son inevitables, en tanto los bienes/significantes culturales circulan, son apropiados a partir de la experiencia con mayor /menor información, y se resignifican (se les otorga nuevos significados). En este sentido, el candombe deja de ser "tradición" (tener sus sentidos tradicionales) y se convierte en un lenguaje artístico que puede ser manipulado, qu puede ser recreado/re-escrito permanentemente, incluso hasta salirse de su encuadre, muy a pesar de la sensación de "enchastre" o "hibridez" que esto les/nos pueda causar a otros).
Salvo dentro de la "comunidad"(o el colectivo) afrouruguayo en Bs.As. (los toques de Plaza Dorrego), no se le otorga al candombe en Bs.As. la ancestralidad a la que Fernando y yo hemos estado refiriendo (sepa que con mi total y debido respeto). Tampoco ha sido sencillo introducir el tema en los textos académicos, por eso traigo la referencia que mas aprecio me merece (Ferreira, 2008).