lunes, 14 de abril de 2008

Exú y el libro de Exú

Uno a veces cree, algo ingenuamente, que hay obras cuyo merito y contribución (al arte, a la religión, a la antropología) son obvias. Que está resaltando el valor y un lado no usualmente apreciado, en este caso, el estético, de manifestaciones religiosas válidas e importantes para miles de argentinos. Que cualquiera con un mínimo de sensibilidad (y todo ser humano la tiene) debería verse conmovido por las bellísimas fotos o los interesantes textos.
Entonces cuando sale una nota en la revista Ñ (aunque sea la edición digital) dando cuenta del emprendimiento, uno piensa que por fin se reconoce el esfuerzo, las buenas intenciones, y, sobre todo, la belleza de ciertas manifestaciones culturales que obviamente la poseen. Eso hasta que lee los comentarios de los "lectores" (¿qué leen, más allá de sus propios prejuicios y sus pre-nociones de lo correcto y lo incorrecto?) y percibe una bocanada de odio que llega desde decenas de manos supuestamente piadosas. Personas que se deben haber molestado cuando uno de sus predicadores favoritos fue, hace poco, maltratado por los medios, pero que se lanzan ellos mismos a maltratar con mayor saña aquello que no conocen y no comprenden.
Y entonces uno recuerda que vive donde vive y que pequeños logros no deben distraernos de la realidad en la que estamos inmersos y sus cerrados límites.
Para los que tengan estómago, pueden consultar la nota en la revista Ñ digital y los comentarios odiosos de "lectores" al final
VIE 11.04.08
ARTEEl arte contemporáneo y la antropología posan sus ojos en las creencias afrobrasileñas
http://www.revistaenie.clarin.com/
Como si supiera las reacciones que se avecinaban (quizás porque las sabía) un Exú Tirirí en una fiesta en su templo ayer a la noche bailó con el libro, pidiendo que fuera un éxito, y lo fue pasando por las manos de sus compadres y comadres para que también lo bendicieran.
Tenemos, por lo tanto, la bendición de "los diablos" y la maldición de "los justos" o de quienes creen serlo. Con apenas pocos días en la calle, ya estamos envueltos en guerras celestiales y terrenales. Bien moviditos, como corresponde a un libro sobre el Señor de la Dinámica.
Sin embargo, para mostrar que no hay aliados o enemigos inequívocos, también logramos ofender a una Pombagira que manifestó (con razón) que a ella nadie le había pedido permiso para sacar una foto de su altar y llevarlo por el mundo. Nuestras disculpas.

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