lunes, 23 de junio de 2008
Muestra Ecos del Alma: Miradas de Refugiados
domingo, 22 de junio de 2008
Sobre la Diaspora Africana en Argentina
La convocatoria para este panel era sumamente interesante pero como los diez minutos que tenemos para hablar no alcanzan para una reflexión mínimamente informada sugiero que hagamos otro evento sólo para debatir estos puntos.
Según la propuesta original:
Se esperará de los participantes no que expongan un trabajo escrito, sino que puedan reflexionar desde la oralidad y con consistencia argumental, con el objetivo de conversar con un público heterogéneo sobre los siguientes aspectos:
· El momento actual del campo “afro” en Buenos Aires.
· Los debates contemporáneos sobre las formas de inclusión / exclusión.
· Las estrategias adoptadas por los distintos actores para establecer sus campos de acción (intelectuales, activistas, artistas, políticos, ciudadanos) en función de su eficacia colectiva.
· La pertinencia de los conceptos de “África”, “afro”, “investigador”, “negro”, “blanco”, “diáspora africana”, “refugiado”, “afro-descendiente”, “afro-argentino”, “inmigrante”, “activista”, “artista” – entre otras formas de identificación – de cara a la conformación de un campo con intereses divergentes y convergentes.
· Aportes constructivos de cara al fortalecimiento de la presencia africana en Buenos Aires, capaz de revertir el escepticismo con el cual algunas acciones son habitualmente entendidas.
Si bien el primer encuentro tendrá un carácter fundamentalmente conceptual y el segundo un carácter más programático, se esperará que las ideas puedan articularse de modo tal de llegar a acuerdos básicos sobre las posibilidades reales de articulación de los diversos intereses en juego en un campo con actores relativamente acotados y conocidos. Ambas sesiones tendrán un explícito acento puesto en el diálogo entre los participantes, la persona que modere el encuentro y el público asistente. La metodología estará fundada en la conversación como un ejercicio elemental de entendimiento humano, a contrapelo del no diálogo, entendido este como una forma de discriminación.
Quisiera tomar dos de los puntos que en ella se proponen, principalmente a) la situación argentina o “el momento actual del campo afro” y b) la pertinencia del concepto de “diaspora africana” en nuestro país (no voy a hablar sobre la diáspora africana en general).
Puestos en el Centro Cultural del Sur
1) Sobre la situación argentina
Es difícil determinar cuál sería el “campo afro” del que debemos dar cuenta, siendo que una de las cosas que sucede es la continua redefinición, no sin conflictos, acerca de qué o quiénes constituyen el “campo afro”. No se puede hablar del tema sin dar cuenta de los conflictos que lo constituyen como tal.
La realidad argentina es, creo, bastante interesante y única.
Según mi visión del “campo afro”, tenemos por un lado:
1. Un grupo no definido pero probablemente mayor de lo que se piensa de afroargentinos (o afrodescendientes argentinos?)
2. Varios miles de miembros de la Comunidad caboverdiana
3. Un número no tan grande pero cualitativamente importante (en términos de producción y transmisión de cultura) de migrantes afroamericanos –que, es necesario resaltar siempre, cambiaron la cultura juvenil porteña.
4. Numero creciente de migrantes (y/o refugiados) africanos
Hay entonces muchos grupos pero relativamente pequeños. Aunque algunos no sean tan pequeños, la cantidad de gente dentro de ellos que parece dispuesta a identificarse con lo afro- (con la ascendencia afro) o con la diaspora es todavía una minoría.
Pero yo además tomaría en cuenta la existencia de:
5. Una gran cantidad de jóvenes que no sólo practican alguna forma de cultura afroamericana o africana sino que para ellos esa práctica es lo que los define actualmente.
6. Miles y miles de argentinos que practican religiones de origen afro.
7. Una cantidad importante de jóvenes que pertenecen a y desarrollan la cultura hip hop (break, rap, graffiti) y otros que hacen reggae y otros géneros afroamericanos globalizados.
Pensando la Diaspora I: Marise Guebel, Federico Pita, Dina Picotti, Alejandro Frigerio (engripado)
Tenemos por lo tanto una importante diáspora biológica (gente que tiene ascendencia africana más lejana o cercana).
Una todavía más importante diáspora cultural afroamericana o africana (gente que practica cultura afroamericana)
Hay sin duda interrelaciones entre ellas –en la medida en que, en muchos casos, una dio origen a la otra- pero en general estos grupos y estas realidades están mayormente desconectadas.
Es hora de que empezaran a ver que tienen muchas cosas en común…….
Dije , cuando fui invitado a hablar a Buenos Aires Afro Hoy y a la celebración del Día de la Conciencia Negra , el año pasado, que había que desarrollar una conciencia afro.
(mis reflexiones sobre la conciencia afro están entre las entradas 2007 del blog)
Resumiendo (por el tiempo), diría hoy que el desarrollo de una conciencia afro es, entre otras cosas, el tomar conciencia de la interrelación necesaria entre ambas diásporas, la biológica y la cultural. Esta es una conciencia que deben desarrollar tanto los practicantes blancos de cultura afroamericana como los militantes políticos afrodescendientes, como los activistas culturales afroamericanos,
Pensando la Diaspora I : Victor Bille y público
2) Sobre la identificación diaspórica
En un trabajo reciente que escribimos con Eva Lamborghini, en el que analizamos el desarrollo del activismo afrodescendiente en las últimas dos décadas, vimos que a lo largo de distintos períodos –cada cinco o seis años, mas o menos- se producían modificaciones en las identificaciones utilizadas por los activistas o militantes negros y que éstas iban en la dirección de:
a) permitir una mayor inclusión y aglutinación de los distintos grupos afro-(algo) que existen en la ciudad
b) poder utilizar al máximo los recursos nacionales e internacionales que hubiera para la movilización social.
1) Así, durante la segunda mitad de la década de 1990 prevalecía la identificación como AfroArgentinos – que unió a, o permitió la superación del binomio “negros criollos” x “caboverdianos”.
2) Después de la III Conferencia Mundial Contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia de Durban, Sudáfrica, en 2001, comenzó a popularizarse el término Afrodescendientes (que permitió unir a los afroargentinos con los migrantes afroamericanos). El movimiento en torno de la reivindicación de la casa de la calle Defensa donde funcionaba la escuela de Freda Montaño fue un buen ejemplo de esta unión.
En ambos casos, además de una mayor aglutinación, también se intentaba
-sacar provecho de lo que sucedía en movilizaciones transnacionales afroamericanas, y
-entrar dentro de las clasificaciones identitarias relevantes para los organismos multilaterales que pretendían ayudar a poblaciones afro-algo (BID, Banco Mundial).
3) A partir del 2006 o 2007 se propone una nueva identificación, la de diáspora africana, que
a) nuevamente permite una mayor inclusión de los grupos existentes en Buenos Aires, sumando a los migrantes africanos (que quedaban más o menos fuera de las otras dos identificaciones), pero que
b) (me) plantea una duda respecto de la capacidad de esa identificación de captar o aprovechar recursos disponibles en esferas transnacionales.
Pensando la Diaspora I : Nicolás Fernandez Bravo y Miriam Gomes
En efecto, qué organismos o movimientos internacionales (o locales, pero me temo que el apoyo internacional en este caso siempre es fundamental, dada la poca disposición del gobierno local al tema) pueden ofrecer su apoyo a la “diáspora africana”? Para quíen o de qué manera la diáspora africana es sujeto de derechos?
También frente al Estado argentino, uno podría preguntarse si es la identificación que podría maximizar los recursos que eventualmente se podrían obtener.
Es claro que las identificaciones son siempre contextuales y relacionales.
No hay “una categoría correcta” porque éstas generalmente implican distintos niveles de inclusión.
- Un afroargentino no deja de serlo por elegir pertenecer a “la diáspora africana” (implica sólo una determinada manera de ver su afroargentinidad)
Por lo tanto la categoría de “diaspora africana” como identificación “paraguas” no tiene por qué ir contra o eliminar otras identificaciones más específicas, que en determinados contextos o ante algunos actores siguen siendo absolutamente necesarias.
Sí creo que, al ser capaz de generar una mayor unión bajo un paraguas identitario, es quizás la categoría que permite la máxima capacidad de generar recursos propios, endógenos.
Resumiendo, esta identificación
- permite el máximo de inclusión posible
- –aún más si añadimos a lo que antes llamé la “diáspora cultural” (religiosos, percusionistas, bailarines, candomberos, etc.)- Y LLAMARIA LA ATENCION DE NUEVO SOBRE ESTE PUNTO
- pero surgen algunas dudas sobre su capacidad para constituir sujetos de derecho y por ende, para captar apoyos externos e internos.
sábado, 21 de junio de 2008
¡Eramos pocos y apareció el candombe brasilero!
Os tambores estão frios: herança cultural e sincretismo religioso de Candombe.
Cabe destaque para a organização metodológica do texto, uma vez que o autor recupera o quadro teórico-metodológico, deixando o leitor a par de tudo o que é trabalhado no decorrer da obra. Além disso, metodologicamente, o autor rompe com alguns mitos, desfazendo a idéia de uma hipótese fixa, já que no início do trabalho entende como hipótese a idéia do ritual como afirmativo da identidade étnica de camadas desprivilegiadas da população e evidencia focos de tensão cultural na sociedade brasileira, para, ao final, rearticular tal hipótese, tendo como tese que o Candombe revela a fragmentação cultural de certos grupos étnicos, evidencia focos de tensão sócio-econômica na sociedade brasileira e exprime formas próprias de sincretismo religioso.
O autor divide o corpo do trabalho em três capítulos, baseado na idéia de que a interação do imaginário religioso com a sociedade nos leva à construção de uma linha interpretativa para o Candombe baseada num recorte temporal diacrônico e sincrônico. Por um lado, busca apreender os meios de existência da cultura afro-brasileira no passado, para que se possa avaliar o alcance do Candombe entre as vivências religiosas de uma população pressionada pelo regime escravista (diacronia); por outro, faz a investigação das formas de vivência e de manifestação contemporânea do Candombe para observar se as tensões étnicas, religiosas e culturais em nossa sociedade permaneceram, desaparecem ou se rearticularam (sincronia).
O texto possui uma abordagem interdisciplinar através do enfoque histórico, lingüístico e antropológico, vendo o Candombe como um ritual sagrado, inserido na cultura popular e revelador de uma vertente étnico-cultural afro-brasileira. Neste sentido, conhecer a organização social em que ele surgiu (enfoque histórico), o discurso que fundamenta o ritual (enfoque lingüístico) e o valor simbólico e material que adquiriu para os indivíduos e grupos que o vivenciam (enfoque antropológico), torna-se importante para perceber o Candombe em sua totalidade.
No capítulo “Celebração de negros”, o autor aborda o ritual, tratando dos aspectos que o caracterizam. Aborda também os participantes do Candombe, a natureza e a função dos pontos, bem como os elementos rituais constituintes, além de fazer uma descrição minuciosa do ritual em diversos lugares: Contagem (Arturos), Justinópolis, Mato do Tição, Mocambeiro, Quinta do Sumidouro, Araçuaí, Macaúbas, Indequicé (André Kissé), Lagoa de Santo Antônio, Jequitibá.
No que diz respeito aos aspectos que caracterizam o ritual, aborda a origem étnica dominante: banto; os temas: sérios e entretenimento (bizarria); estrutura ritual: três tambores, uma puíta, um guaiá, canto solo e resposta em coro, dança livre (improvisos); o conteúdo: tradição religiosa passada oralmente de geração a geração, evidenciando situações de confronto (desafios) entre os candombeiros; os veículos de transmissão da sabedoria ancestral: dança (linguagem gestual), cantos e narrativas (linguagem verbal); a orientação espiritual: celebração da memória dos ancestrais (sem incorporação) e louvação aos santos católicos; as formas: fixo (capelas e terreiros) ou cortejo (percurso em vias públicas). Já nos pontos, descreve cada um deles, indo dos pontos de abertura aos pontos para os ancestrais, passando pelos pontos de Zambi, Calunga, Jesus Cristo, santos e Nossa Senhora, até os pontos de alerta e pontos para pedir cachaça. Sobre os elementos rituais constituintes, nos informa sobre os instrumentos – tambores, puíta, guaiás; as narrativas, destacando as modalidades, o conteúdo e a forma.
Já no capítulo “Olhos para o Candombe”, o autor aborda o Candombe a partir de três enfoques. No enfoque histórico, destaca os aspectos referentes ao panorama das culturas ioruba e banto na sociedade brasileira (reelaboração cultual, a partir da religiosidade banto); ordem social violenta no interior da qual o Candombe se desenvolveu (opressão e alternativas); no enfoque lingüístico enfatiza a linguagem do Candombe, identificada como “língua de preto”, como uma construção de significados que se adequaram a determinadas experiências vividas pelos negros bantos no Brasil, exprimindo a leitura que fizeram do encontro com o Catolicismo e com a violência do modelo social escravista e pós-escravista.
Por fim, no enfoque antropológico, revela que o valor do Candombe está relacionado à eficácia de sua ação comunicativa. Os praticantes o entendem como um modelo cultural herdado dos ancestrais, como uma fonte de visão de mundo. Suas mensagens são projetadas para outros setores da vida tanto quanto as mensagens exteriores são incorporadas à sua organização ritual.
Divide os aspectos antropológicos em: linguagem simbólica (conhecimento de mundo trazido ao Brasil pelos africanos escravizados e reelaborado à luz de novas condições históricas e sociais); afinidade afetiva (presença de elementos bantos, que significa que a ponte entre Brasil e África, além de um fato histórico, configurando-se como um referencial existencial); transmissão oral do conhecimento (opção de um grupo pela oralidade ou pela escrita está relacionada à sua concepção de mundo e aos valores, que caracteriza a inserção desse grupo no cenário das outras sociedades); demandas na casa de Zambi (inserção num campo de relações externas e internas); e parentescos rituais (comentários sobre o Jongo, Candombe e os Candombes do Uruguai e da Argentina, para compreender os diálogos entre diferentes modelos culturais em situações históricas marcadas pelo escravismo).
Por fim, no capítulo “Se os tambores chamam”, o autor trabalha a questão do sincretismo, iniciando com sua definição do termo. Como há contradições entre o conceito e a realidade, o autor opta por olhar o sincretismo a partir do campo empírico. Analisa o Congado para, em seguida, analisar o sincretismo no Candombe. Para ele, o sincretismo no Candombe articulada três tradições religiosas – heranças de procedência banto, influência do Catolicismo, referências à Umbanda. Há variações de lugar para lugar, mas o Catolicismo aparece em todos os Candombes e a Umbanda se manifesta proporcionalmente, sendo mais aceita em alguns grupos do que em outros. O Candombe é um ritual sincrético, havendo a participação relativa de diferentes tradições religiosas e culturais em sua constituição.
O texto apresenta alguns desafios, tais como a descrição extensa de alguns rituais. Apesar de tal descrição refletir a preocupação do autor em documentá-los, com o intuito de preservação de memória, talvez alguns deles pudessem ser apresentados em apêndices; como todo trabalho é devedor do seu tempo, há alguns dados históricos que poderiam ser revisados, uma vez que há novos estudos sobre a escravidão, além de arquivos estarem sendo abertos trazendo novos dados empíricos que esclarecem e iluminam fatos e acontecimentos; algumas análises sobre o sincretismo são feitas de maneira mecânica, perdendo o movimento dialético buscado e conseguido pelo autor todo o tempo durante o trabalho; e, por fim, os objetivos nos parecerem amplos, fazendo com que o autor tomasse um pequeno desvio do seu foco, mas que trouxe contribuições interessantíssimas, como, por exemplo, a origem do tango.
Tais aspectos não tiram o mérito de Edimilson de Almeida Pereira, em Os tambores estão frios, uma vez que o trabalho trata de maneira sistemática do ritual do Candombe, além de possuir uma riqueza etnográfica e iconográfica. Este trabalho nos mostra que os tambores não estão definitivamente frios. As possibilidades do Candombe continuar a existir ou desaparecer constituem hipóteses. As potencialidades sincréticas do ritual e as negociações que os devotos realizam no campo religioso ora revigoram os seus fundamentos, ora minimizam os seus significados, significando um estímulo para que outros olhos se voltem para o Candombe. Tudo leva a crer que o autor conseguiu o “esquentamento” dos tambores.
* Brígida Carla Malandrino é doutoranda em Ciências da Religião pela PUC-SP.
** Ênio José da Costa Brito é professor do mesmo Programa.
viernes, 20 de junio de 2008
Jóvenes africanos refugiados en Argentina

Día mundial del refugiado
Los 28 afro argentinos
Llegaron este año en barco escapando de sus países. Se sumaron a los 116 chicos que ya viven en el país. Cinco historias de horror y amor.
María Helena Ripetta
20.06.2008
Fuente: http://www.criticadigital.com.ar/impresa/index.php?secc=nota&nid=6517
jueves, 19 de junio de 2008
Evento La Diaspora Africana en Movimiento

Sábado 21 de Junio
Domingo 22 de Junio
martes, 17 de junio de 2008
El árbol de los orishas
Su base (doble click para agrandar)
"El Arbol de los Orishas es la instalación que el artista cubano Alexei Serrano ha realizado en la vereda de un típico pasaje de Palermo. El soporte es un poste de luz y el artista reunió todos los materiales que los caracterizan para intervenir este objeto cotidiano y urbano.
Changó (arriba) y Yemayá (abajo)
Señala Alexei:
" (…)hace ya algún tiempo trabajé una serie de los Orishas específicamente y dejé inconclusa, y no se bien cuando sucedió que comenzó a fusionarse lo afro en mi trabajo, haciéndose evidente hoy, que tengo una influencia bastante marcada, es mas, si te fijas en trabajos míos de hace un par de años, te puedes dar cuenta que hubo un cambio notable en los trazos, los colores hoy los trabajo mas puros y estridentes, además, que cada obra está llena de símbolos propios de la cultura afro. Elegguá
Por eso cuando Jorgelina me dijo de intervenir el poste, enseguida tuve la imagen del árbol. Incluyendo, evidentemente, los materiales con los que he estado trabajando en este último año y que yo lo llamo el año del reciclado en mi obra. Te cuento que es algo que descubrí con Berni y que considero uno de mis maestros, es mas, con él descubrí que se puede trabajar sobre cualquier soporte y para pintar, solo basta con tener un poco de pintura, un pincel y muchas ganas de hacer (…) " (testimonio de Alexei Serrano, en la gacetilla de la galería)
lunes, 16 de junio de 2008
El samba llora....

Fuente: http://www.criticadigital.com.ar/impresa/index.php?secc=nota&nid=6266