martes, 11 de marzo de 2008

Ilê Aiyê - Noite da Beleza Negra 2008 (I)

El 12 de enero tuve la suerte de ver, por la tercera vez, o quizás la cuarta, la elección de la Beleza Negra de Ilê Aiyê. Como siempre, fue una experiencia muy intensa, sin duda uno de los "grandes momentos en Afroamérica". Pero sobre todo fue una placer y un alivio comprobar que, en un momento en que varios de los blocos afro han cambiado –para mal-, Ilê mantiene el rumbo, quizás con alguna innovación pero siempre dentro de una tradición cultural especifica.
Ilê Aiyê mantiene sus banderas ideológicas y sobre todo, estéticas (que en este caso es lo mismo, o quizás siempre lo sea pero no lo percibimos). Las letras siguen siendo muy afrocéntricas, concientizadas y pedagógicas. La batida de la batería sigue cercana al toque de samba reggae, algo que me parece muy importante porque eso todavía permite que las bailarinas (y algunos bailarines) se luzcan en la danza típica de los blocos afro –una danza que cada vez se ve menos. En comparación con Ilé, da algo de pena y temor ver que otras agrupaciones famosas han diluido tanto la letra de sus canciones que dicen poco acerca de la situación actual del negro en Brasil, adaptándose al mensaje optimista y alegre del carnaval.
No tengo nada contra una buena estúpida letra de carnaval. Me recuerdo, hace muchos años, saltando como poseso al ritmo de “ Eu tinha uma galinha/ Que se chamava Marylou/ Um dia fiquei com fome /E papei a Marylou/ Marylou! /Marylou!/ Tinha cara de babaca Marylou! /Marylou!/ Botava ovo pela cloaca...” Y pensando que sí, que de eso se trataba la felicidad, cantar una letra tonta y popularizada y saltar como loco. En realidad era un Festival de Verao, y el grupo era Ultraje a Rigor, pero en ese carnaval esa canción estuvo muy de moda (antes de que el axé y luego el pagode lo invadiera todo). Me recuerdo también cantando, como todos los bahianos, a comienzos de los 80s “Nega do cabelo duro, que nao gosta de pentear, quando pasa na Baixa do Tubo o negao comeca a mirar…”, etc. Por más que la letra - que hizo famoso a Luiz Caldas y que preanunció el boom de la axé music- me pareciera algo racista , pero era la que estourou el carnaval y que todos cantábamos en fiestas de largo, en cuanto aparecía un trío o en los días de carnaval.
Pero de un bloco afro, uno espera otra cosa. Y especialmente de determinados blocos afro. Cuando Alaketu, por ejemplo, se “tri-electrizó” (mezcló su batida y sus tambores con la música de los tríos eléctricos), bueno, era interesante, por qué no un grupo que hiciera, digamos, cross-over?. Ahora cuando ya no hubo diferencia entre el bloco afro Alaketu y los tríos eléctricos, ahí ya más que cross-over sonaba a vendida.
Y cuando Olodum, comenzó a cantar: “Olodum tá rock(i), Olodum tá pop(i), Olodum tá bom demais…” y cosas así, que no decían nada de nada, y era porque el Peló se veía invadido los martes de gente que antes nunca hubiera pisado el Pelourinho porque le daba miedo el lugar y tanto negro junto, bueno, también empezó a sonar como vendida . Y cuando los tambores de Olodum se empezaron a caracterizar más por los malabarismos que hacían con ellos que por cómo sonaban, bueno, la preocupación crecía…. (Recuerdo un ensayo de Olodum, cuando tenían la quadra de ensayos en el viejo Pelourinho, en una de las calles que bajaban hacia la Baixa dos Zapateiros, la primera o la segunda después de Gandhy, era 1982 o 1983, y los únicos blancos en ese ensayo éramos una antropóloga francesa que hizo la primer tesis de doctorado sobre Olodum, su novio norteamericano (uno de los primeros yanquis que aprendió capoeira) y yo, que había ido llevado por un amigo que vivía en el Peló. Y mi amigo me dijo, cuando después de cierta hora vean que la gente empieza a hablar mas alto, a discutir, etc mejor irse. Y sí, después de las tres o algo así había que irse porque empezaban los tiros…).

Ilê Aiyê - Noite da Beleza Negra 2008 (II)

Pero volviendo a Ilê: Ilê no comprometió ni vendió la letra, ni la batida de los tambores, ni el baile afro. Es hora de ver que hay dominación que se expresa a través de la música y de los movimientos, no sólo a través de/en los discursos. Cuando una batida de un bloco afro se asemeja a la música de los tríos eléctricos –para hacerla más asequible al gusto popular, para ganar otro tipo de audiencia, etc.-; cuando el baile se parece más al de la danza axé para hacerlo mas fácil o más parecido al baile de moda y menos al de los blocos, algo no del todo bueno está sucediendo. Se está dejando de lado un patrimonio cultural propio y se lo está cambiando por otro.
Si, uno puede participar de otras expresiones culturales (yo no tengo un blog de tango) pero cuando varios de los blocos afro pasan a hacer (ser) otra cosa, ahí ya tenemos una dominación de un tipo de música, de baile sobre otro. Cuando los criterios estéticos de un grupo son reemplazados por los de otro, que tiene más plata, más poder o más prestigio social, sin duda hay dominación.
Cuando comencé a ir a Bahía a principios de los 80s, era el boom de los afoxés. Yo no sabía mucho sobre danza afro, pero fui a un concurso o una presentación de varios afoxés y era ver una danza más increíble que la otra. Estaban creando una forma de bailar, la sacaban de los terreiros, la alteraban un poco y la ponían en la calle (lo que, por cierto, también les valió algunos entredichos con la gente de candomblé, uno no mexe con la tradición impunemente). Era una invención de una tradición, pero dentro de parámetros propios, con una intención cultural/política muy clara. Era: “vamos a festejar el carnaval como nosotros queremos, con nuestros tambores, nuestros ritmos y nuestras danzas”. Eran los comienzos o quizás ya el apogeo de la africanización del carnaval
Veinte años después, no queda tanto de eso. Quizás en los desfiles de los blocos, las danzas sigan bien afro –danzando afoxé, danza de bloco (no pude quedarme a ver el carnaval). Pero en los ensayos este tipo de música y de danza se ve cada vez menos. Cortejo Afro tocaba aceleradísimo, Olodum ídem, en ambos la danza brillaba por su ausencia o al menos, la danza afro de blocos. Muzenza mantenía una batida bailable, y puso un par de bailarines notables –entre un grupo de pibitos que hacían pasitos de candomblé con poquísimas ganas.

Ilê Aiyê - Noite da Beleza Negra 2008 (III)

Pero gracias a Dios, si uno quiere ver un bloco afro, todavía está Ilê Aiyê. Y las “negonas do Ilê” siguen danzando prá valer. No creo que haya otro bloco que mantenga tanto la danza como Ilê. Para la “escolha da beleza negra” las candidatas (unas quince) tienen que saber bailar, mesmo, aún cuando no sean bailarinas profesionales. Es en el baile que se las juzga -primero todas juntas, luego cuando van saliendo de a una. Todas saben bailar increíblemente bien, no sé si porque se criaron en el barrio o tomaron clases para el concurso o porque ya fueron tantas veces que lo aprendieron solo por estar allí. Pero es una escuela de danza popular fantástica. No se sabe si todas son o sólo parecen bellísimas, con sus peinados y sus ropas afro, y bailando como si fueran de otro mundo y ésta fuera la última vez.
Con la danza de los blocos afro (aún más que la de candomblé de los terreiros) parece que la gente nadara en el aire, se desplazan de una manera que difícilmente se ve fuera de Bahía. La forma de desplazarse que tienen pegada al piso es muy complicada de imitar. En uno de los años anteriores, recuerdo que la reina le pasó la corona y el cetro a su sucesora bailando, una entraba de un lado y la otra de otro, y se intercambiaban los atributos sin parar de bailar. Eran puro movimiento, como dos peces en el agua cortejándose.
No es que la danza no haya cambiado, claro. Fue muy ilustrativo ver este año cómo bailaba una de las reinas antiguas (de fines de los 70, creo, o comienzos de los 80). Hacia movimientos más cortos, bruscos y chiquitos de brazos, bailaba más inclinada –más parecido a la danza que se ve en los terreiros. Las reinas y postulantes actuales bailaban de una manera más estilizada, especialmente los brazos más extendidos y el tronco más vertical (no siempre, podía bailar quebrando hacia el piso, pero en momentos hacían movimientos más parados y extendidos). Los pasos seguían siendo los de los orixás y era en los brazos donde más innovación e improvisación se veía –lo que parece distinguir a la danza de blocos afro de las de orixás.
Se ve, entonces, una innovación y una evolución, pero dentro de la estética y de la lógica del propio movimiento. No se sustituye una cosa por otra, se transita por nuevos senderos dentro de un camino propio. Se desarrolla y se profundiza una estética propia, no se adopta la de otro grupo social.

sábado, 8 de marzo de 2008

Mujeres, Madres, Diosas



Mo júbà ènyin Ìyá mi Òsòròngá
o tònón èjè enun o tòokón èjè èdò!
Mo júbà ènyin Ìyá mi Òsòròngá
o tònón èjè enun, o tòokón èjè èdò!
Èjè ó ní kálè o!
Ò yíyè, yíyè, yèyé kò kò!
Ò yíyè, yíyè, yèyé kò kò!

El mundo parece haberse enterado que resulta oportuno saludar a la mujer -al género- todos los ochos de marzo. Nosotros, afrobrasileños de nacionalidad argentina, oriental o cualesquiera de las que captaron este modo de ver el mundo, las tenemos presente en la cotidianeidad de la comunidad-terreiro. Somos un pueblo acostumbrado a que además de dioses haya diosas. Y que esos dioses y diosas se manifiesten en nosotros, haciendo de nuestros cuerpos masculinos y femeninos sus altares. Día a día convivimos con la idea primordial expresada en los mitos y simbolizada en el ìgbà cósmico de que no podría existir un arriba sin un abajo, un blanco sin un negro, una derecha sin una izquierda. Somos, por naturaleza, un pueblo que se manifiesta en dualidades de todo tipo que comienzan desde la simple y prístina semilla. Herederos de esas aves que se acicalan en los bosques sus emplumados vestidos, nos bañamos en las sangres del renacer perpetuo y ordenamos nuestro plumaje diverso, comenzando por esa frente mirando al futuro donde colocamos un ìkòdíde de color rojo augural...
Nuestras mujeres no necesitan reivindicaciones de ningún tipo: ellas son, por antonomasia, reinas. Desde la más humilde ìyáwo que se prosterna doblemente cuidando su vientre en relación a la Tierra, hasta la más encumbrada ìyálòrìsà que empuña la navaja para cortar los hilos del tiempo corriente, son soberanas en nuestras comunidades. Son quienes dan verdadero sentido a nuestros mitos reactualizados, las que celebran su género, sus misterios y sus saberes en el corro externo donde invocan su poder y elevan la ofrenda hasta los tejados para que los pájaros puedan apreciar su bienvenida. Nosotros, los varones, tan sólo observamos y desde lejos, imbuídos del terror del macho hacia lo sagrado-peligroso, sacudimos los hombros para impedir que se posen en ellos los emisarios de la muerte que anuncian vida.
En este día y en todos, los afrobrasileños de cualquier país o color festejamos el estar vivos gracias a esa otra parte esencial de nuestra realidad cósmica, la saludamos en presente y en futuro, porque de ella depende el tiempo como valor sagrado.
Hijas, hermanas, amigas, que vuestro día sea siempre en la conciencia de vosotras mismas y en la adoración de nuestras divinidades femeninas.
Àse,
Òséfúnmi
Pocos sacerdotes afro-umbandistas (pocos sacerdotes) consiguen expresar la belleza, la poesía y la complejidad de la cosmovisión de su religión como el babá Milton Acosta de Xangô, Òséfúnmi, de Montevideo. Ya lo leyeron, y espero lo sigan haciendo, en este blog...

Candombe de las mujeres

La Melaza candombe por mujeres

Coro Afrogama
No creo mucho en los "días de", pero supongo que serán necesarios para mantener memorias, identidades, emociones (en realidad, lo que no me gusta son los cada vez mayores esfuerzos de los medios, shoppings y las grandes tiendas por digitar qué, cuándo y cómo deberíamos festejar).
Hoy me encontré con este texto de la mae Susana de Oxum de Montevideo (al medio, en la foto), una incansable luchadora por los derechos de los afro-umbandistas, desde una fuerte perspectiva de género y raza..
Y una magnífica escritora.
HOY DESFILAMOS PARA VOS, MUJER
Susana Andrade de Oxum

Llevada por el impulso natural de los inquietos mentales y enfrentando un cotidiano contrario a concederme tiempo alguno, tal vez por reinar Xangó el santo letrado, decidí este año retomar mis estudios y heme aquí en quinto de Abogacía en la Facultad de Derecho de la Universidad de la República Oriental del Uruguay.
Deliciosa sensación pisar nuevamente tal cuna de genios y villanos; monumento a los sueños de un país que resiste ser relegado a tercer mundo al menos en sus fueros académicos.
Una catedrática de turno, Jueza integrante del Poder Judicial en materia laboral, preguntó en clase quiénes trabajaban y quiénes se sentían desocupados. Sin responder, quedé pensando en mis muchas responsabilidades familiares y sociales al comprobar que ninguna tenía contraprestación regida por relaciones de trabajo legal, dejando fuera remuneraciones de índole no económica existentes para las y los poliocupados sin sueldo.
Entre los acontecimientos que dan origen a la conmemoración 8 de marzo Día Internacional de la Mujer, el más recordado refiere a 1908 en Estados Unidos, cuando murieron calcinadas 146 mujeres trabajadoras de la textil Cotton de Nueva York mientras ocupaban la fábrica, en incendio provocado por las bombas lanzadas ante la negativa de abandonar el encierro en el que protestaban por los bajos salarios y las infames condiciones de trabajo que padecían por el hecho de pertenecer al sexo femenino.
Esta breve nota quiere ser un homenaje a nosotras, mujeres casi siempre plurifuncionales sea cual sea nuestra ocupación principal.
Un cálido abrazo entonces y beso en las mejillas a las legisladoras de todos los partidos, a las prostitutas de todas las esquinas y burdeles, a las amas de casa y especialmente a las jefas de familia, a las madres que tuvieron hijos en la panza o a las que decidieron dar amor y cuidados a un niño, a las doncellas, a las casadas, a las adúlteras y a las que fornican, a las doctoras en medicina, en leyes o en lo que sea, a las analfabetas, a las mujeres del mundo entero sin importar el idioma que hablen o el color de su piel, a las monjas y a las maes de santo y también a las ateas, a las que tienen discapacidades y a las poseedoras de almas privilegiados sin importar el físico, a las hermosísimas vedettes y modelos, a las desprolijas, gordas o que se sientan feas o diferentes, a las lesbianas y a las heterosexuales, a las maestras y profesoras, a las hurgadoras, a las ancianas y a las niñas, a las solteras, a las solteronas, a las viudas y a las divorciadas, a las artistas y a las cultoras del arte de vivir que somos todas.
Es al espíritu mujeril batallador y amante a quien saludo con el corazón y siete salves.
Para ellas desfilaremos este sábado 8 de marzo alrededor de las seis de la tarde desde la explanada municipal hasta la Plaza Libertad casi cien mujeres tocando tambores de candombe y bailando al son de la igualdad social.

viernes, 7 de marzo de 2008

Revista Afro-Asia

Se consigue online la revista Afro-Asia, editada por el Centro de Estudos Afro-Orientais de la Universidade Federal da Bahía.
Más sobre Africa que sobre Asia (la propia denominación "estudios afro-asiáticos" que también tenemos en Buenos Aires merece una discusión aparte) la revista trae varios interesantes artículos (bien académicos, eso sí) sobre historia y antropología afrobahiana, o de otros lugares.
Algunos recomendables, así nomás: un artículo de Joao Reis sobre un sacerdote africano del siglo XIX en Bahía; otro de Vagner Goncalves y Rita Amaral sobre las religiones afrobrasileras en la música brasilera; un homenaje a Carybé; otro sobre la fundación del terreiro de Olga de Alaketu. Y muchos más....
Una revista como la que algún día esperamos tener por acá....
A consultarla en

miércoles, 5 de marzo de 2008

Censo Caníbal

Esta no es completamente actual, pero es reciente y, creo, interesante. Encontré esta nota buscando material para un artículo que estoy escribiendo.
El Clarín del 9 de junio de 2006 trae una nota que abarca las dos páginas centrales -casi, menos un aviso- sobre el censo piloto que realizó el INDEC para ver si para el próximo censo nacional se incluía una pregunta sobre pertenencia racial. También menciona un estudio de antropología biológica que habría indicado que "10% de la gente de Buenos Aires y del conurbano tiene algún ancestro africano".
Uno podría estar contento que se le brinde esta relevancia a la noticia. O pensar, también que la sorpresa de los cronistas se debe a nuestra narrativa dominante de la nación argentina como blanca, europea, moderna y racional (católica, eventualmente).
Ahora bien, en una nota de este tipo, que incluye un muy bienvenido homenaje a Rita Montero, cantante afroargentina de jazz, tango y candombe (una delicia de persona), es necesario titular este apartado de esta manera? "la voz oscura"? Ya bastante teniamos con las notas sobre Lágrima Ríos, "la perla negra del tango" (título de su cd tanguero, también)...
Cantaría Michael Jackson: "I don't want to spend my life being a color..". No quiero pasar el resto de mi vida siendo un color... que esa fuera la única o principal cualidad que lo defina. Como sucede acá, que los afrodescendientes siempre serán Kunta Kinte, Pelé, Sugus, Mukenio, de acuerdo al momento que le pongan en sobrenombre.

Y para rematar, otra muestra de esquizofrenia mediática, y van.... En el mismo día, en el mismo diario en la página de historietas ... un chiste de caníbales!

I don't want to spend the rest of my life being a cannibal, cantaria Michael, si hubiera nacido acá..