jueves, 1 de diciembre de 2011

Arte contemporáneo y religiosidad popular

En Fundación OSDE - Suipacha 658 - Primer piso
¡La muestra está muy buena!


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La charla que daremos con Juan Batalla también forma parte de las actividades incluídas dentro de la exposicíón de obras del excelente (y no tan conocido) pintor Gramajo Gutiérrez,  que comparte la mitad del amplísimo salón de la Fundación OSDE con Barro del Paraíso.


miércoles, 30 de noviembre de 2011

Unconventional chic

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Fuente: Campaña de Lacoste, revista Noticias
Clarín, miércoles 30 de noviembre de 2011

lunes, 28 de noviembre de 2011

Racismo argentino -según Belén Rodríguez


En varias entradas del blog reproduje testimonios de personas conocidas argentinas que antes de serlo fueron discriminadas por su fenotipo.
La entrevistada en la nota de tapa de la revista Viva de esta semana brinda un interesante testimonio al respecto. 
La chica triunfa en Italia como conductora de tevé. Acá intentó una carrera de modelo pero dice que fue rechazada por su fenotipo. 
En sus palabras:
(Sobre cómo la rechazó una importante agencia de modelos local): "La belleza latina no garpa. Tenias que ser Nicole Neumann o Carola del Bianco... Habia que ser rubiecita. La tez oscura o los ojos marrones no iban.
(Sobre cómo fue elegida en un casting local de una agencia italiana): "El que me eligió era un italiano y ellos se mueren por las bellezas latinas.En Argentina sos alta y flaca como Mariana Arias o tenes que bailar en el caño.No te puede ir bien en Argentina si no sos rubia. La ultima vez que fui para allá (Argentina) prendi la televisión y todas eran rubias. O estaban platinadas."


Hay excepciones de morochas triunfantes, claro. "Pampita" Ardohain -que tuvo un publicitado problema con varias colegas que le decían "la muqui" (por "mucamita"). O Carolina Peleritti -a quien en el colegio le decían "Kunta Kinte".
Hasta que tengamos estudios serios (si alguna vez) sobre discriminación, estos testimonios nos brindan una pista acerca de las diversas maneras en que funciona el racismo local.


Fuente: revista Viva del diario Clarín del 27 de noviembre de 2011.

domingo, 27 de noviembre de 2011

"Capilla de los Negros" en Chascomus - programa Vivo en Argentina

El programa de TV Vivo en Argentina visita la "capilla de los negros" de Chascomus y entrevista a su actual cuidador y a su hija, afrodescendientes. En estudios, Miriam Gomes habla de la historia y situación social de los afroargentinos...
Hay muy bellas imágenes de la capilla y muchos recuerdos de (Guillermina) Eloísa Gonzalez Soler, la casi legendaria afrodescendiente que la cuidó durante mucho tiempo...




Fuente: 

sábado, 26 de noviembre de 2011

La trompeta y el tambor

La cultura afro está por todos lados estos días. Aún en la contratapa de Página 12 de ayer, en un bello texto del escritor Juan Forn que rememora el encuentro entre un gigante del jazz y otro de la música afrocubana...

Chano Pozo

Página 12, 25 de noviembre de 2011. Contratapa
Hablemos en africano
Por Juan Forn

Cuando le dijeron al venerable Count Basie que un tema suyo (“Rock-a-Bye Basie”) venía de un riff de Dizzy Gillespie titulado “Dizzy Crawl”, Basie contestó: “Pues así será, porque Dizzy no va por ahí atribuyéndose lo que no es de él. En mi opinión, el 70 por ciento del jazz actual es obra suya, así que es más que probable que ‘Rock-a-Bye Basie’ también sea de él”.

Dizzy Gillespie

Pero hay un malentendido en la mitología del jazz que hace de Dizzy Gillespie un satélite de Charlie Parker: el partenaire del genio, el trompetista loco que necesitaba Parker para aventurarse más lejos, el dínamo payasesco e incansable que podía seguirle el tren como nadie y forzarlo a ir a fondo. Dicen los músicos que tocaron con los dos que Parker podía tocar pero no explicar lo que hacía (la famosa frase que le adjudicó Cortázar: “Esto lo estoy tocando mañana”); Dizzy, en cambio, no sólo te lo tocaba diez veces con su trompeta, sino que después se sentaba con tu instrumento y te mostraba cómo hacerlo: con Parker sólo se podía ser espectador, a lo sumo acompañante; Dizzy te hacía socio inmediato de sus hallazgos. Gillespie estaba obsesionado por la comunicación entre los músicos negros. Se pasó la vida repitiendo que en las plantaciones del Sur, cuando descubrían que dos esclavos hablaban en la misma lengua, vendían a uno de ellos. También les tenían prohibidos los tambores, porque eran un medio para comunicarse a la distancia. Cuando les arrebataron su lengua y sus tambores y los mandaron a la iglesia, a los negros sólo les quedó la voz y las palmas para expresar el ritmo que llevaban en la sangre. Por eso la música negra norteamericana había evolucionado monorrítmicamente. Y, cuando Dizzy y Parker inventaron el bebop, necesitaban expandir la base rítmica para llegar adonde se proponían.

Chano Pozo

Así entra Chano Pozo en esta historia. Es el año 1947 y Dizzy está armando una big band, convencido de que no alcanza un quinteto para tocar bebop a fondo. La banda está enteramente compuesta de músicos negros y Dizzy le suma un cubano recién llegado a Nueva York que toca la conga como un demonio pero no lee música y no habla una palabra de inglés. El resto de los músicos piensa que es una joda de Dizzy cuando éste les dice que se comuniquen “en africano” con Chano, como hace él. Chano era un negro malandra que venía de un barrio bravo de La Habana llamado El Africa. Con sus tambores incendiarios y sus sones en lengua abakuá se había convertido en el rey de las comparsas habaneras (su “Conga de los Dandys” era el himno del Carnaval), pero no lo dejaban grabar su música, por negro y por malandra, así que después de un oscuro episodio en que reclamó autoría por una conga y recibió un balazo que aún tenía alojado en la espalda, se fue a Nueva York y aterrizó como un meteorito en la big band de Dizzy.

Chano Pozo

Max Roach, uno de los legendarios bateristas de aquella banda, cuenta que la sección rítmica estaba enloqueciendo tratando de acoplar al nuevo integrante hasta que Chano llegó un día al ensayo y repartió tambores y cencerros a toda la banda y dio a cada músico un ritmo distinto y les mostró cómo podían entrelazarse, y los puso a hacer lo mismo con las voces, como si fueran instrumentos, y cuando llegó Dizzy le dijo que había compuesto un tema o dos. Eran “Manteca” y “Cubana Be, Cubana Bop”, que le volaron la cabeza al público cuando los estrenaron en el Carnegie Hall y serían los mayores éxitos de la carrera de Gillespie.

Dizzy Gillespie (foto de John Birks, 1955)

La big band de Dizzy partió a Europa. El trayecto, en barco, fue accidentado (hubo tormenta todo el viaje, los únicos que subían a desayunar era Chano y Dizzy, que se devoraban los diecisiete desayunos servidos) y el comienzo de gira también (el empresario sueco era tan poco confiable que Chano se echaba a dormir en la puerta de su habitación cada noche para que no se escapara con la recaudación), pero tuvieron aún más éxito que en Nueva York. Los suecos no querían dejarlos ir, los dinamarqueses y los belgas tampoco, los ingleses les rogaron que hicieran una parada en Londres y los franceses quedaron tan enloquecidos con Chano (el mismísimo Django Reinhardt estuvo en el concierto de la Salle Pleyel y dijo que nunca había oído algo igual) que le ofrecieron una cátedra de percusión para convencerlo de que se quedara a vivir en París (Chano no quiso saber nada; el baterista Kenny Clarke aceptó el convite en su lugar). La repercusión fue tan grande que, al volver, les ofrecieron una gira por todo el sur norteamericano, coronada con una serie de conciertos en California. Pero Chano no llegó nunca a California. 

Changó - Santa Bárbara

En mitad de la gira le robaron las congas, volvió a Nueva York a agenciarse otras (y un poco de heroína) y, en la noche del 3 de diciembre de 1948, víspera de Santa Bárbara, fecha que en Cuba se tapizaban los altares de rojo y los tambores convocaban al guerrero Changó, Chano entró al Rio Lounge de Spanish Harlem, depositó una moneda en la victrola y se puso a danzar al explosivo ritmo de “Manteca” (su manera de honrar a Santa Bárbara y Changó), cuando un hombre apodado El Cabito Muñoz, a quien su participación en la guerra había dejado medio psicótico, le vació el cargador de su pistola en el pecho. Minutos antes, en la calle, Chano le había reclamado al Cabito, a su manera matona, quince dólares de heroína que le debía hacía meses. En la morgue, cuando le sacaron los zapatos al cadáver, encontraron en ellos heroína por valor de cien dólares y mil quinientos dólares más en billetes de cien, cobrados esa misma tarde por las regalías de “Manteca”.
Veinticinco años más tarde, Gillespie estaba en un programa de radio en su honor y pusieron el tema “Swing Low, Sweet Cadillac”. Dizzy se puso a elogiar las congas que sonaban y a explicar que ése era el sonido irrepetible del gran Chano Pozo, cuando el locutor comentó tímidamente que en la ficha del disco decía que era Dizzy quien tocaba las congas. Gillespie se quebró y entre sollozos dijo al aire: “Perdóname, perdóname, Chano, tú que estás ahí arriba entre las altas instancias”. Pero no lo dijo en inglés: lo dijo en africano, de manera que los únicos que supieron qué estaba diciendo Dizzy fueron los viejos miembros de la big band del ’47 que participaban del homenaje.


Fuente de la nota: http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-181979-2011-11-25.html
Fuente de las fotos:
(Chano) http://planetlyrics.co/artist/Chano+Pozo/photos#.TtEL67KlvUB
(Gillespie) http://eipleih-pyanne-scores.blogspot.com/2009/06/dizzy-gillespie-hothouse-1-partitura.html
(Changó)http://josancaballero.wordpress.com/2009/12/04/rezos-y-ofrendas-por-santa-barbara-bendita-%C2%A1%C2%A1%C2%A1%C2%A1que-viva-shango/

viernes, 25 de noviembre de 2011

Candombe en La Nación (ADN)


El suplemento cultural ADN del diario La Nación de hoy trajo una nota de dos páginas sobre el candombe uruguayo -con obra de Rubén Galloza y fotos del Lobo Nuñez y Lágrima Ríos en el Mediomundo incluídas.


Salvo la ya perimida referencia al candombe argentino (lo usual: sólo hubo en la época de Rosas, etc.) el resto de la nota brinda un apretado pero interesante panorama sobre la realidad cultural y social afrouruguaya. 
Bien por Nicolás Colombino, que muestra que la cultura popular también tiene un lugar en un suplemento que suele darle más atención a la cultura "erudita".


Se puede leer online en:

jueves, 24 de noviembre de 2011

Tambores y graffitis


No puedo evitarlo. Cada vez que alguna Llamada de candombe sale del pedacito de callejón que forma Balcarce entre Garay y Parque Lezama no puedo dejar de enfocar mi cámara hacia el contraste -la complementación?- entre los tambores y los graffitis que adornan esa pared de una cuadra.


Todo bien con la gente que sabe sacar bellísimas fotos de tambores, bailarinas, mamas viejas, etc. Claro que dan algo de (no tan) sana envidia.  Pero, en mi opinión, esas fotos se podrían sacar en casi cualquier lado. O sea, un grupo de gente tocando y bailando candombe (del uruguayo hablamos) puede ser Montevideo, Buenos Aires, Madrid....


Pero con esos graffitis detrás, es Buenos Aires. Claro que hay graffitis también en Montevideo -y muy bellos- y he visto algunos de donde salen tambores, también. Pero en esta cantidad y calidad, es esa cuadra, en nuestra ciudad.


Además, el lugar es especialmente significativo porque de allí salen las llamadas que no se hacen sólo o principalmente porque algún funcionario lo decidió. Son las que intentan darle un rumbo propio y un motivo original, local, a la movida candombera.


La conjunción de graffitis y tambores es quizás el símbolo más visible y más potente de la localización del candombe uruguayo en esta orilla del Plata.
Y si no lo es, al menos es uno que me llama poderosamente la atención....





Mas tambores con graffitis: