viernes, 17 de abril de 2009

"Africanizados" (2)

Una nota reciente escrita por un diputado alertando acerca de la “africanización” de la Argentina motivó un comentario (que reproduzco abajo) por parte del antropólogo Nicolás Fernández Bravo.
En el artículo del dario Perfil, titulado “Africa, nuestro destino”, el diputado nacional por la Coalición Cívica Fernández Iglesias afirma: “Después de décadas de discusiones sobre si la Argentina pertenecía a Sudamérica o a Europa, una nueva perspectiva está abriéndose paso: la posibilidad cierta de que nuestro país termine siendo parte de Africa”. Luego de brindar un panorama sumamente crítico de la situación actual del país, señala: “En todo caso, lo que en cualquier país civil ocupa el diez por ciento del diario y en la Argentina solía ocupar una tercera parte, ha invadido ya casi toda la actualidad nacional. Como en Africa; quiero decir: como en la parte mejor de Africa, la que no ha caído en las guerras tribales ni en el genocidio serial.” Para el autor, existe por lo tanto una “evidente tendencia hacia la africanización de la Argentina”
No es la primera vez que tratamos el tema en el blog (ver links abajo).
Como suele suceder, las reflexiones de Nicolás exceden el caso puntual y llaman la atención hacia la ya cercana Conferencia de Examen de Durban, donde se revisará lo hecho por los distintos estados respecto del racismo y la discriminación. Aprovecha esta circunstancia para interrogarse acerca de las políticas anti-discriminatorias del estado argentino y las relaciones que éste establece con las agrupaciones de militantes afrodescendientes.
A mi vez, pregunto: ¿podemos, efectivamente, hablar en Argentina sobre “políticas de estado” respecto de los afrodescendientes y practicantes de distintas formas de religión y cultura de origen afro? Interesante tópico de discusión…

Imaginarios políticos y sociedad civil: aportes para su comprensión.
Por Nicolás Fernández Bravo
nhicuf@arnet.com.ar

A pocos días de iniciarse en Ginebra (Suiza), la Conferencia de Examen de Durban, en donde se evaluarán los resultados de las políticas acordadas luego de la Conferencia de 2001 sobre el Racismo, la Discriminación y la Xenofobia, no resulta del todo claro cuál es la relación que existe en la Argentina entre racismo y política. O - para ser más precisos – cómo operan los mecanismos de discriminación racial, y cómo el campo político interpela la realidad para la cual, por mandato, debería diseñar instrumentos que permitan modificar su lógica. Si por discriminación racial entendemos a las prácticas que segregan y valoran diferencialmente a los grupos de población en función de su color de piel, deberíamos empezar por asumir que se trata de una práctica extendida a lo largo de toda la sociedad (y no que apenas anida entre los lunáticos que abiertamente se definen como “racistas”). También resulta importante señalar que se reproduce por medio de formas de una sofisticación tal, que hacen que su transformación –e incluso su eliminación-, demande un conocimiento complejo y una estrategia inteligente. Por su parte, si por política entendemos no sólo a las actividades tendientes a dirigir las acciones del Estado en beneficio de la sociedad, sino a todas las acciones humanas con el poder (la capacidad) de generar cambios, podemos afirmar que toda sociedad es política y que la discriminación racial es un problema de la sociedad. Claro está que las responsabilidades que recaen sobre la sociedad al momento de reflexionar en torno al racismo y la política, son distintas si estamos ante personas que son funcionarios públicos, taxistas, intelectuales, artistas, oportunistas, activistas, electores, etc. Además, la responsabilidad es cualitativamente diferente si las personas que reflexionan, tienen la obligación de implementar esas políticas.
Una vez más, un reciente artículo periodístico – en este caso escrito por un individuo que fue elegido a los efectos de ejercer la política, y cuyo sueldo mi billetera contribuye a sostener – actualiza los imaginarios públicos sobre “África”.
Considero que los argumentos críticos sobre estos imaginarios ya fueron expuestos anteriormente, con lo cual invito a los lectores a navegar por este blog y buscar cuántas veces ya hemos señalado este problema. En un caso en particular, me referí precisamente a la idea de la “africanización de la Argentina” citada en la nota de referencia, cuyo aroma evolucionista no deja de invitar a la refriega. Independientemente del color partidario del autor, la referencia ha sido (y sigue siendo) compartida por muchas personas más allá de su identidad profesional, de clase, laboral, sexual, religiosa, etc., con lo cual nos enfrentamos a un problema social que nos vincula, en un paradójico ejercicio de communitas, a todas las personas de la Argentina. Es la matriz, la que presenta problemas.
¿Qué hace la actual administración del Estado para transformar esta matriz? En teoría, aplica políticas cuyo mandato vigente se elaboró y consensuó en Durban, en 2001. Algunas de las propuestas diseñadas allí han sido interesantes, otras podrían continuar discutiéndose. Lo novedoso es que esas propuestas se han puesto sobre papel, habida cuenta de la invisibilidad sobre la cual existían antes de Durban (tal vez sea menos novedoso el hecho de que el papel, en determinadas circunstancias, puede cumplir funciones muy variadas). Hay indicios que nos animan a suponer que algunas propuestas de Durban, caminan. Acaso a distintas velocidades y en algunas pocas oficinas, pero caminan. El desafío actual radica en examinar hacia dónde caminan, con quiénes, y para qué. Uno de los ámbitos en donde parecen concentrarse algunos pasos, es el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), que representará a la Argentina en Ginebra entre el 20 y 24 de Abril próximo. Es acertado afirmar que el problema de la “invisibilidad” de la población de origen africano –¡diagnosticado oficialmente en 2001! – se está transformando. Pero también es acertado preguntarse si esta transformación es el fruto de políticas de Estado, o si es consecuencia del trabajo que han venido desarrollando distintas organizaciones bastante antes de la aparición del tema en la “agenda pública”. Más aún – tal como lo afirmó recientemente un líder afro – ¿será que la visibilidad es el mayor desafío? ¿Qué estaba mirando la sociedad cuando en 1996, la policía asesinó a José Delfín Acosta Martínez?
Para complicar aún más las respuestas a este conjunto de interrogantes, es necesario considerar las formas de la representatividad al interior del campo afro, y el modo en que el Estado las apoya. No está en claro cómo funciona la relación entre la lucha contra el racismo y elaboración de políticas públicas. ¿Será que se asienta en ejercicios de reacción ante la prensa? ¿O responde a las agendas internacionales, que rara vez se cumplen en tiempo y sustancia? Eventualmente, esta relación puede apelar a las estrategias clásicas de clientelismo político, ¿o tal vez se hayan desarrollado novedosas formas de poseer clientes al interior de las estructuras burocráticas? O –nobleza obliga– acaso podamos esperar transformaciones sustantivas en los imaginarios y en las políticas públicas. Según mi modo de interpretar el momento actual, es necesario volver a considerar la manera en que pensamos la “sociedad civil”. Si por sociedad civil entendemos la capacidad de generar una institución (con su respectivo sello e inscripción en la Inspección General de Justicia) con representatividad parcial, entonces las transformaciones sustantivas deberán aguardar un poco más. Si el Estado “necesita” de ONGs para desarrollar sus políticas, entonces no está en claro qué significa la letra “N”: ¿serán tan “no gubernamentales”, las ONGs? Por último, si la institucionalización y las jerarquías desarticulan y fragmentan a los movimientos legítimos, ¿no será un precio demasiado alto, el uso instrumental de las personas?
La prensa escrita nos recuerda lo persistente que son los imaginarios, y las políticas de la visibilidad demuestran que es necesario abordar los problemas sustantivos – y no solamente aquellos fotografiables. Pero para ello es imprescindible que los grupos que se definen como “sociedad civil” encuentren los mecanismos para construir seriamente sus demandas, y se coloquen a la altura de un momento que presenta intersticios novedosos. No vaya a ser que los inviten al escenario y no puedan salirse del papel que la historia tristemente les ha adjudicado.
Link de la nota de Perfil: http://www.perfil.com/contenidos/2009/04/10/noticia_0032.html

Entradas anteriores en el blog:
Sobre el esencialismo de la “miseria Africana”: Una respuesta a las comparaciones miserables -por Nicolás Fernández Bravo.
http://alejandrofrigerio.blogspot.com/2008/09/africa-imgenes-miserabilistas.html

Africanizados -por AF
http://alejandrofrigerio.blogspot.com/2008/09/africanizados.html

jueves, 16 de abril de 2009

Africa en fotografías

Sobre el candombe porteño en La Nación (6)

En febrero se produjo un debate en el blog a raíz de una nota sobre el candombe porteño aparecida en la edición online de La Nación.

Agregamos una nueva opinión. Las anteriores se pueden leer en
Comentario de Natalia Storino (estudiante de Letras Modernas de la U. N. de Córdoba)
A pasos del bicentenario de lo que vino a constituirse en el punto de partida de nuestra nación, es interesante advertir la vitalidad del debate en torno a los sujetos y prácticas culturales que constituirían, o no, una identidad nacional (y/o regional).
Básicamente, lo que Cirio y Fernández Bravo discuten, a mi entender, es la identidad que debe darse al candombe que es practicado en Buenos Aires por una comunidad de sujetos afrodescendientes. ¿Candombe a secas? ¿Candombe rioplatense? ¿Candombe afroargentino, afroporteño?
Considero que no habría un nombre “dado” de antemano, un “a priori” ontológico que implicaría una única nominación. Sin embargo, en cada palabra acarreamos una visión de mundo, valores y criterios con que construir nuestros imaginarios regionales, nacionales, continentales, así como la idea de lo que somos, de lo que consideramos “el Otro”, de nuestras memorias y devenir.
La posición de Cirio, la de los sujetos con que trabaja, conlleva la búsqueda por el reconocimiento de los mismos (con sus manifestaciones culturales) como “afros” y como “argentinos”. Un par de reflexiones: sus prácticas ¿son resultado de condiciones y experiencias vitales desarrolladas históricamente en este suelo? ¿Se practicaba este candombe antes de haber una “nación Argentina”? ¿Se continuó practicando a lo largo de procesos, reproduciéndose, resistiendo, cambiando? Hoy ¿reconocemos la existencia de un candombe que encuentra su memoria en el pasado colonial, pero que es una realidad aún viva? Las naciones ¿no arraigan sus memorias también en hechos que le preceden a su existencia propiamente dicha?
La de Fernández Bravo, a mi entender, concibe a estos sujetos y su candombe en el marco de un imaginario más bien regional. Uno de los argumentos es que habrían surgido antes que los Estados Argentino / Uruguayo, y al margen de políticas que querían acallar sus tambores. Además, su posición busca evitar la fragmentación que llevaría a rivalidades. Cuestiona, de este modo, la pretensión de “nacionalizar” el candombe (y los sujetos “afros”). Algunos interrogantes: ¿Se nacionaliza la cueca al salir de Perú y se especifica que es “cueca chilena”? ¿Se aclara que se trata de “capoeira angola” o “capoeira regional”? ¿Cuáles serían las consecuencias al nombrar al candombe practicado por sujetos “afro(argentinos)” de un modo que le de entidad territorial (“de acá”)?. ¿Porqué no historizar señalando que tales sujetos y sus prácticas tendrían una identidad que se arraiga en la memoria del pasado esclavista-colonial en este suelo?
Brevemente mi visión. Me parece que es importante considerar con qué imaginario estamos discutiendo. En este caso me estoy refiriendo a las “ficciones fundacionales” de nuestra argentinidad blanca y europea (Solomianski, Identidades secretas…). Frente a eso creo positivo “nacionalizar” el candombe y los sujetos de tales prácticas en la medida en que se busque desmontar tal ficción (fraguada con “nuestros padres de mayo” y generaciones posteriores), comprometiéndonos con lo que habita este suelo y su historia, develando el dibujo de nuestra negritud argentina.
Mi aporte no quiere ser el de una respuesta definitiva a este “ptroblema” en torno a las identidades “afro” y “afroargentinas”, sino el de un grano a la reflexión. Me pregunto: ¿Qué incluimos y qué dejamos fuera a la hora de pensarnos como Nación? ¿Qué sucede con los sujetos culturales que, además de encontrarse en el espacio de este territorio (compartir códigos e historias comunes que los hace “argentinos”) comparten una serie de características que los haría “diversos” y miembros de otras diásporas? ¿En qué tradición nos inscribimos, y desde qué punto de vista, a la hora de “nombrar” al “Otro”? ¿Qué pasa si dejamos que se escuche su propia voz, su autoadscripción identitaria?

miércoles, 15 de abril de 2009

Curso "Los Afroporteños hoy"

Los afroporteños hoy: cinco siglos de aportes y siguen "en negro"
dictado por Norberto Pablo Cirio

16, 23,30 de abril y 7 de mayo de 2009

Cuatro encuentros orientados a la comprensión de la incomprendida presencia de los afroporteños contemporáneos a través de tres canales de conocimiento: 1) Desmantelamiento de los mecanismos de invisibilización y extranjerización de los negros y de la patrimonialización de la cultura porteña como exclusivamente blanca; 2) Racconto de la presencia negra en Buenos Aires desde 1534 al presente; y 3) Análisis de los discursos de los afroargentinos contemporáneos que luchan por el respeto a su comunidad y el reconocimiento de su diferencialidad cultural. Para interconectar estos canales analíticos se tomará como estudio de caso las disputas de sentido en torno al abolengo negro del tango.

Cátedra Libre de Estudios Brasileños
Facultad de Filosofía y Letras (UBA) - Puán 480 - Aula 151
19:00 a 21:00 h.
Actividad no arancelada, cupos limitados
Inscripción: info@brasilenfilo.com.ar

Afroamérica en 1910 (2). EEUU: La raza en el ring -y su reflejo en Argentina

Supe de la existencia de Jack Johnson, el primer afro(norte)americano campeón mundial de los pesos pesados de una manera algo indirecta: examinando los ejemplares de la revista Caras y Caretas de las primeras décadas del siglo XX, en la búsqueda de notas sobre los afroargentinos de la época.
Hasta que alguna nota puntual me reveló su nombre y su cara, varias veces me crucé con chistes o alusiones diversas a este precursor de Mike Tyson –lo que sugiere que efectivamente, como propone su biógrafo, “era en esa época el afro(norte)americano mas conocido del mundo”.
Prototipo de uno de los dos estereotipos más difundidos sobre los negros, Jack Johnson era el “negrazo”, el hombre negro temido por su poder físico (y/o sexual) casi sobrehumano; a diferencia del “negrito”, inofensivo y cómico, infantil (aunque poco confiable), el hazmerreír de los blancos. Como dice el artículo, fue contra él que surgió la primera “Gran Esperanza Blanca” – sucesivos emblemas de la reivindicación racial que intentaron mostrar que, después de todo, un “negrazo” podía ser convertido en un “negrito”.
No se sabe si lo más revelador del estado de las relaciones raciales de la época es la acusación y condena de Johnson en 1920 por supuesta “trata de blancas” –el color de sus tres últimas esposas- o su muerte accidental, exasperado porque se rehusaban a servirlo -por negro- más de dos décadas después, en 1946. Esperemos que Obama lo reivindique....

Página 12, domingo, 12 de Abril de 2009 , sección Deportes
PEDIDO DE INDULTO A OBAMA PARA JACK JOHNSON, EL PRIMER CAMPEON PESADO NEGRO
Un perdón para limpiar el honor
El senador John McCain, rival del presidente de Estados Unidos en las elecciones, busca reivindicar póstumamente al boxeador condenado en 1915 por relacionarse con mujeres blancas.

El senador estadounidense John McCain encabeza un grupo de legisladores que presentaron una moción al presidente Barack Obama, solicitando un perdón póstumo para el ex boxeador Jack Johnson, primer campeón mundial de peso pesado negro en el mundo.
McCain, que perdió las elecciones presidenciales del pasado año ante Obama, introdujo una resolución junto al representante Peter King para buscar el perdón presidencial póstumo para el controversial peleador, que escandalizó a la sociedad estadounidense de principios de 1900 con sus desplantes y buen boxeo. “Queremos revertir esta injusticia –dijo McCain–-. Necesitamos borrar este acto de racismo que envió a un ciudadano americano a prisión por cargos de falsificación.”
John Arthur Johnson era el campeón mundial pesado en 1913 cuando se convirtió en la primera persona convicta en violar la Ley Mann, que sancionaba el transporte de mujeres de un estado a otro para propósitos inmorales. La ley fue proclamada para combatir la esclavitud y la prostitución y se usó contra Johnson para castigarlo por sus relaciones amorosas con mujeres blancas. De hecho, de sus cuatro matrimonios, los tres últimos fueron con mujeres blancas.
Peticiones de perdón similares en el 2004 y 2008 fueron desestimadas por el ex presidente George W. Bush, pero McCain se siente confiado en que Johnson recibirá un trato justo de Obama, primer negro en acceder a la presidencia de Estados Unidos. “Tengo gran confianza que este presidente será más feliz de firmar esta resolución y perdón para Jack Johnson.”
Linda Haywood, una sobrina lejana de Johnson y portavoz de la familia del boxeador, dijo sentir que Obama podría ser más inclinado al perdón que Bush. “Esperaba que el presidente Bush lo hiciera. Lo tenía en su escritorio (el perdón), pero significaría más si Obama lo hace. Significaría mucho más”, apuntó Haywood.
El senador republicano por Arizona aceptó que no había hablado con Obama sobre Johnson, pero espera que la idea del perdón sea bien recibida. “El presidente Obama tiene el respeto y la admiración más grandes para Jack Johnson. No hay ninguna duda sobre eso –indicó McCain–. La última persona que tengo que convencer es al presidente Obama. No tengo duda en mi mente que él la firmará.”
Johnson se convirtió en campeón mundial de los pesos completos el 26 de diciembre de 1908, en Sydney, cuando en el decimocuarto asalto la policía local detuvo la pelea contra el campeón vigente, el canadiense Tommy Burns, que estaba recibiendo una verdadera paliza.
El controvertido monarca defendió la corona con éxito en nueve ocasiones, una de ellas en 1910 contra el ex campeón blanco James J. Jeffries, que salió del retiro festejado por la prensa como la “Gran Esperanza Blanca”, y a quien también le dio una tunda que duró 15 rounds.
Debido a la hostilidad de los blancos y dudosas acusaciones en su contra, Johnson tuvo que marcharse a Europa, donde defendió su corona en dos oportunidades.
El 5 de abril de 1915, Johnson perdió su título ante Jess Willard, un vaquero con pocas nociones de boxeo, en lo que muchos historiadores consideran fue un arreglo tras bambalinas para permitir el regreso del monarca negro a Estados Unidos. Esa pelea se realizó ante 25.000 espectadores en un cuadrilátero al aire libre en La Habana (Cuba), y oficialmente aparece como que Johnson fue noqueado en el round 26º, pero en las fotos de la época se lo ve tirado de espaldas en la lona tapándose del sol con un guante.
Johnson regresó a Estados Unidos en 1920 y tras ser acusado de violar la Ley Mann, cumplió una sentencia de un año. Murió en 1946, a los 68 años, en un accidente de auto, luego de salir furioso de un restaurante en Franklinton, Carolina del Norte, donde se negaron a servirle por el color de su piel.


Fuente de la nota y la foto: http://www.pagina12.com.ar/diario/deportes/8-123048-2009-04-12.html

Jack Johnson en Caras y Caretas (1915)

He aquí algunas de las imágenes de Caras y Caretas. La primera la agrandé de la serie de dibujos (abajo) que con el título "Paradojas" contrasta el distinto poder adquisitivo generado por profesiones con diferente valor moral. El boxeador es contrastado con un artista: éste "restaura cabezas y vive en un sótano" mientras que el deportista (dibujado casi como un gorila) "las destroza y se alberga en un palacio".

(doble click en las imágenes para agrandarlas)
En el aviso de abajo, el niño que consume harina lacteada Nestlé se convierte en "la Gran Esperanza Blanca" que puede vencer al negro campeón mundial de los pesos pesados.


Fuente: Las primeras dos, la revista Caras y Caretas del 30 de enero de 1915; la tercera, la misma revista pero del 2 de enero de ese año.

martes, 14 de abril de 2009

Iemanjá y el INADI (3)

Fiesta de Iemanjá en Mar del Plata organizada por el ilé Reino de Iemanjá Bomí

Vuelvo a un tema que ya toqué un par de veces en enero y febrero. Consulté, por otro motivo, la página de la Secretaría de Culto de la Nación y ví que tiene un calendario de "festividades religiosas" y otro de "fiestas populares" (direcciones abajo).
En ninguno está la fiesta de Iemanjá. ¿No sería hora de que se la incluya?
Ya que el INADI se preocupó lo suficiente por Iemanjá como para organizarle una fiesta -algo que, como dije, los devotos ya hacen- ¿no estaría bueno que se mueva para tratar de lograr su inclusión en el calendario de la Secretaría de Cultos? ¿No sería éste un logro en el que el organismo sí podría ayudar complementando y no suplantando los esfuerzos de los fieles?
Una idea, nomás....
(Y después tenemos el 23 de abril Ogum, el 8 de diciembre Oxum, sólo para nombrar las más masivas...)
(Y además, tenemos que ver si se la incluye en "religiosas" o "populares".... todo un tema... pero es interesante ver cuál es la lógica del organismo para clasificar las fiestas en una categoría u otra)


Fiesta de Iemanjá en Mar del Plata organizada por el ilé Reino de Iemanjá Bomí


Secretaría de Culto – Festividades Religiosas
http://www.culto.gov.ar/festividades.php?&date=2-2009

Secretaría de Culto – Fiestas Populares:
Fuente de las fotos: Fiesta de Iemanjá en Mar del Plata organizada por el babá Hugo (Watenberg) de Iemanjá y terreiros pertenecientes a su familia religiosa. Fotos sacadas por miembros del ilé, a quienes agradezco.También a Paula Picarel quien me las mostró por primera vez.