La creciente presencia en el espacio público del candombe afro-uruguayo-argento motivó esta mini-crónica de la periodista Patricia Kolesnicov en la revista Ñ de Clarín (13/6/14):
Esa blanca pasión africana
por Patricia Kolesnicov
Domingo de tambores, de santos yoruba, de caras pintadas
en el corazón de Villa Crespo. En el escenario no hay ni un negro. Una
bailarina tal vez sea mulata, uno de los dioses quizás tenga sangre guaraní
allá lejos. Los demás, la blanquísima Europa, se diría. Pero eso es la piel.
Adentro algo resuena, se les nota. Será que un tambor es una nostalgia, la
nostalgia negra, haciéndose escuchar en Marte, es decir en Buenos Aires. Será
que estos hijos de polacos, de italianos, en este rejunte danzante y sonante,
saben en la propia sangre cómo es el mar enorme, ese vehículo de ida y vuelta y
tantas veces de ida sin vuelta. Algo quizá tengan en común –claro que no es
igual, pero hablo de la nostalgia– los barcos llenos de negros apilados con los
barcos llenos de españoles y turcos y rusos apilados; los lenguajes mezclados
de Africa y las familias armadas por esos “hermanos de barco”.
Algo del corazón tocan en los tambores esos chicos que cantan en los idiomas de
los más oprimidos, de los que hicieron de esos bailes y esos cantos su manera
de sobrevivir y seguir siendo humanos. Eso es el aguante.
Fuente: http://www.revistaenie.clarin.com/Flora-y-fauna_0_1156084890.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario