Renzo durante el homenaje realizado en noviembre de 2011
"Tantas veces me mataron, tantas veces me morí
sin embargo estoy aquí resucitando..."
Renzo casi nos había hecho creer que era inmortal. Hasta que finalmente Ikú, la muerte yoruba, la de aquellas
religiones que estudió, documentó y defendió hasta lo último, se lo llevó -en el día local de San La Muerte, nada menos....
Recuerdo al menos tres veces que lo dimos casi por muerto, y sin embargo
él volvía, increíblemente repuesto y con la mente y el ingenio lúcidos, como
siempre. Me acuerdo de un panel que organizamos para la Reunión de Antropología del Mercosur que se iba a realizar en
Montevideo; pocos meses antes un grave
episodio de salud nos hizo temer por su ausencia - casi irreparablemente final-
y sin embargo allí estuvo, físicamente algo frágil, pero para dar una charla
absolutamente coherente sin mirar una sola vez un papel -aquella vez, miré los
míos con algo de vergüenza. En noviembre pasado, lo mismo sucedió en nuestras Jornadas sobre Alternativas Religiosas en el
Mercosur realizadas en Punta del Este. Se vino desde Montevideo, algo
débil, pero para dar, de nuevo, una conferencia impecable -sin un papelito.
Como una mínima acción de justicia pudimos hacerle, antes, un homenaje con
todos los presentes reconociendo su aporte invaluable como uno de los miembros
fundadores, y siempre uno de los más entusiastas defensores, de nuestra Asociación de Cientistas Sociales de la
Religión en el Mercosur.
Renzo durante el homenaje realizado en las Jornadas sobre Alternativas Religiosas
Con Renzo se fue no sólo el decano de los
estudios de la antropología de la religión en Uruguay -que gracias a él
nacieron plurales y pluralistas, mirando tanto a las religiones afro como a los
evangélicos como a la iglesia católica- sino también un académico old-style, de saber enciclopédico, que
parecía saber de todo y de todos. Un "gran contador de causos" como
lo presentó alguna vez nuestro común amigo gaúcho, Ari Oro. Un gran contador de
historias, de anécdotas. Parecía haber vivido cien vidas en vez de una, y
conocido personas notables de todos los caminos de la vida: príncipes, mendigos
-y académicos. Nada de la cultura (con c mayúscula y minúscula) le era ajeno.
Claro que su labor pionera y fundamental
sobrepasa en mucho el campo de las religiones. Escribió también trabajos ya
clásicos sobre pueblos originarios uruguayos (en una época que aún se los
llamaba "indios"), sobre la inmigración y sobre varios otros temas. Fue
un referente al interior y al exterior de la disciplina, frecuentemente
consultado por los medios de comunicación. Su destacado rol en el desarrollo y
consolidación de la antropología uruguaya -y en el lugar que ésta pudo ocupar
en la sociedad- recién comienza a ser escrito....
Querido amigo, "Zé Pelintra uruguayo" (como lo llamó la mãe Susana de Andrade)
Te extrañaremos....
Una larga entrevista a Renzo -desmitificador y polémico- en:
Todo mi afecto, Renzo. Quizás fui demasiado parca para demostrar cuánto te aprecio. Lo lamento.
ResponderEliminarGraciela Taddey (o Taddei)
Que descanses en paz, Maestro. Qué solos nos vamos quedando...
ResponderEliminarQué frase terrible! Pero cierta...
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