En la Argentina, la intervención de los antropólogos en calidad de “peritos” o expertos en el campo de la cultura es una práctica poco extendida. No obstante, en otras sociedades se trata de una práctica bastante habitual para la evaluación y el diagnóstico de situaciones culturalmente complejas, en donde el parecer de los involucrados puede ser susceptible de interpretaciones subjetivas o carentes de sustento teórico y técnico.
El motivo que nos convoca hoy en este recinto ha sido materia de debate y opinión entre activistas, funcionarios, periodistas, técnicos, artistas y un extenso conjunto de personas que se han mostrado solidarias a la causa del Movimiento Afro Cultural y su inminente desalojo. Consideramos que esta Mesa de Diálogo, si bien no constituye una instancia judicial, necesita del acompañamiento técnico de la antropología que, en tanto disciplina experta, permite argumentar sobre las alternativas posibles para las demandas del Movimiento Afro Cultural de cara a la resolución de las mismas de una forma seria, profesional y consistente.
La antropología tiene dos características principales: dar una perspectiva holística (totalista) de los ambientes en donde se producen determinados fenómenos, y afirmarse en la visión de los otros sobre los hechos que están bajo análisis. La antropología es una ciencia social que está capacitada para confrontar diferentes argumentos que puedan darse sobre sucesos determinados, así como para mediatizarlos a través de sus métodos. Da la oportunidad para que esos discursos se escuchen (confronten) entre sí, modificándose al mostrarse coincidencias y disparidades entre lo dicho por los distintos protagonistas sobre una cuestión particular.
La antropología usa metodologías de interferencia, involucrándose en esos diferentes puntos de vista al proponer en lo que se llama "trabajo de campo" una constitución múltiple de los acontecimientos a examinar. La multiplicidad de voces y narrativas no es un impedimento técnico a la hora de llegar a conclusiones, puesto que abre un abanico de significaciones, que pueden llegar a tener una importancia epistemológica equivalente.
1) Se trata de un grupo de personas que, en su conjunto, enfatizan específicamente en el uso de la cultura como una forma de inclusión social. Existen otros grupos de personas que toman elementos de la cultura africana para la difusión y el desarrollo de técnicas preformativas, aunque no necesariamente con una orientación social. En el caso de otras entidades privadas (centros culturales, escuelas, institutos) que venden cursos y dan clases de este tipo, el énfasis se encuentra en la producción de la cultura y sus manifestaciones objetivas, y no tanto en la reproducción del grupo como un conjunto de personas que permiten su existencia misma en un contexto de respeto por la diferencia cultural. Mediante este uso de la inclusión social, el grupo permite estimular la imaginación de nuevas y creativas formas de expresar la cultura sin que esta devenga en bien de cambio. Hacen posible que jóvenes afrodescendientes –pero también otros de diferentes condiciones sociales y étnicas- aprendan un oficio cultural-musical , se enorgullezcan de este legado y encuentren contención social que no hallan en otros ambientes.
2) El Movimiento Afro Cultural es uno de los pocos (y probablemente el único en su tipo), liderado y compuesto, en buena parte, por afro-descendientes, quienes son reconocidos públicamente como los representantes de un espacio legítimamente constituido. Si bien existen un conjunto de asociaciones y ONGs que retoman explícitamente el carácter “afro-descendiente” de sus miembros, la extensión, consistencia y coherencia de los mismos ha variado con el curso del tiempo. Muestra de ello son algunas de las actividades que regularmente convoca el movimiento, en las cuales participan voluntariamente afro-descendientes que habitualmente se muestran escépticos ante el eventual “uso” de su participación. El pasado 20 de noviembre de 2007, día de la Conciencia Negra, una verdadera multitud de afro-descendientes y residentes africanos negros se congregaron espontáneamente en la sede del Movimiento. Durante el desarrollo de La diáspora africana en Movimiento, en el Centro Cultural del Sur del Gobierno aquí presente, en Junio de 2008, uno de los espectáculos que mayor atención concentró fueron – precisamente – las presentaciones del Movimiento Afro Cultural. Estos hechos cuestionan contundentemente cualquier posible argumentación sobre la “invisibilidad” o “disgregación” de los afro-descendientes en la Argentina.
3) Se trata de un grupo que fomenta un la conciencia panafricana, estimulando el orgullo, la identidad y la preservación de la memoria negra. Este fomento se da en el marco de una comunidad abierta, la cual reside en un mismo espacio físico, permitiendo así la integración de sus miembros en un colectivo que evoca contemporáneamente a las antiguas sociedades de esclavos libertos, comúnmente denominados Quilombos. Si bien otras entidades apelan a estas ideas, el Movimiento Afro Cultural lo hace en tanto legado universal para todo aquel que se acerque con respeto hacia la cosmovisión o “forma de ver y estar en el mundo”. Prueba de estos principios son la enorme cantidad de personas que, independientemente de su color de piel, origen, clase social, se han formado y participan de las actividades del Movimiento.
4) Sus líderes tienen una larga historia de activismo y compromiso cultural, siendo los únicos sobrevivientes del Grupo Cultural Afro que a fines de la década de 1980 fue pionero y clave en la difusión del candombe en Argentina. Uno de sus miembros fundadores, José Delfín Acosta, fue asesinado por la Policía por salir en defensa de migrantes afrobrasileros que estaban siendo detenidos sin motivo. No obstante, su participación pública ante situaciones de violencia racial, discriminación y violación de derechos humanos siempre se ha desarrollado en el marco del diálogo y la búsqueda del entendimiento basado en el respeto.
5) El grupo en su conjunto, y los estudiantes en proceso de formación, bregan por la excelencia docente y por prácticas performativas que permitan el entendimiento de los fundamentos teóricos de las expresiones artísticas. Si bien existen muchos practicantes de las expresiones culturales de origen africano (en lenguaje coloquial, están “de moda”), son muy pocos los que enseñan y practican coherentemente con los fundamentos que le dan origen. En muchos casos, buenos artistas no demuestran un compromiso real con el grupo social que da origen a las prácticas, mientras que personas comprometidas con los objetivos que dan causa a las reivindicaciones del conjunto afro, no son necesariamente buenos artistas.
La historia del legado y la presencia africana en la Argentina ha estado estrechamente asociada a la disgregación, fragmentación y mestizaje de sus miembros – en las circunstancias más benignas – y a la violencia física y psíquica que condujeron a la muerte y desaparición de muchos de sus miembros – en las circunstancias en las que sus derechos fueron violados. Las dificultades de asociación voluntaria existentes en la actualidad, las cuales son el fruto de la marginalidad persistente, hacen que revertir esta tendencia se haya topado con obstáculos de manera recurrente. Para el sentido común de muchas personas, los negros no están organizados, se pelean entre ellos, se manifiestan violentamente, y – en definitiva – no quieren trabajar. Los resultados generados por el Movimiento Afro Cultural son una prueba de que estas maneras de ver a los otros aún hoy se encuentran ancladas en el prejuicio y son manifiestamente falsas.
Por estas razones, que encuentran su fundamento en la comprensión del significado de las actividades del Movimiento Afro Cultural, consideramos que la única forma de reproducción social del grupo de afro-descendientes congregados en torno al Movimiento, es mediante la garantía de un espacio físico que posibilite la continuidad material de la vida simbólica asociada a su cultura.
Buenos Aires, a los 29 días del mes de Julio de 2008
Alejandro Frigerio y Nicolás Fernández Bravo
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