martes, 11 de marzo de 2008

Ilê Aiyê - Noite da Beleza Negra 2008 (II)

Pero volviendo a Ilê: Ilê no comprometió ni vendió la letra, ni la batida de los tambores, ni el baile afro. Es hora de ver que hay dominación que se expresa a través de la música y de los movimientos, no sólo a través de/en los discursos. Cuando una batida de un bloco afro se asemeja a la música de los tríos eléctricos –para hacerla más asequible al gusto popular, para ganar otro tipo de audiencia, etc.-; cuando el baile se parece más al de la danza axé para hacerlo mas fácil o más parecido al baile de moda y menos al de los blocos, algo no del todo bueno está sucediendo. Se está dejando de lado un patrimonio cultural propio y se lo está cambiando por otro.
Si, uno puede participar de otras expresiones culturales (yo no tengo un blog de tango) pero cuando varios de los blocos afro pasan a hacer (ser) otra cosa, ahí ya tenemos una dominación de un tipo de música, de baile sobre otro. Cuando los criterios estéticos de un grupo son reemplazados por los de otro, que tiene más plata, más poder o más prestigio social, sin duda hay dominación.
Cuando comencé a ir a Bahía a principios de los 80s, era el boom de los afoxés. Yo no sabía mucho sobre danza afro, pero fui a un concurso o una presentación de varios afoxés y era ver una danza más increíble que la otra. Estaban creando una forma de bailar, la sacaban de los terreiros, la alteraban un poco y la ponían en la calle (lo que, por cierto, también les valió algunos entredichos con la gente de candomblé, uno no mexe con la tradición impunemente). Era una invención de una tradición, pero dentro de parámetros propios, con una intención cultural/política muy clara. Era: “vamos a festejar el carnaval como nosotros queremos, con nuestros tambores, nuestros ritmos y nuestras danzas”. Eran los comienzos o quizás ya el apogeo de la africanización del carnaval
Veinte años después, no queda tanto de eso. Quizás en los desfiles de los blocos, las danzas sigan bien afro –danzando afoxé, danza de bloco (no pude quedarme a ver el carnaval). Pero en los ensayos este tipo de música y de danza se ve cada vez menos. Cortejo Afro tocaba aceleradísimo, Olodum ídem, en ambos la danza brillaba por su ausencia o al menos, la danza afro de blocos. Muzenza mantenía una batida bailable, y puso un par de bailarines notables –entre un grupo de pibitos que hacían pasitos de candomblé con poquísimas ganas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario