La conocí como Eli(sabeth) de Oxum. Pertenece a la generación de argentinos que ya nació dentro de la religión -su madre era iyalorixá de un templo de batuque-. Hace unos años, toda la familia se inició en el tradicionalismo yoruba -ella y su mamá como iyaonifas, su marido como babalawo. Dos viajes a Nigeria este año terminaron de sellar -por si era necesario- su compromiso con la práctica africana tradicional. Fue iniciada en el culto de Osún en Osogbó. En su blog, y ocasionalmente, en éste, nos cuenta algunas de sus experiencias en Nigeria.
En este relato de su visita a la tierra natal de Oya, Irá, nos brinda una visión muy realista del estado de las religiones
africanas en Nigeria. Su resistencia y resiliencia ante los embates del Islam y el cristianismo; su capacidad de reconstituirse y volver de la mano de mayores y menores, y ante un contexto internacional -como muestra el caso de Eli- de apreciación y necesidad de las tradiciones ancestrales.
Oya vuelve a Irá -casi como en el Nocturno troileano: "dicen que yo me fui de mi barrio, ¿cuando? ¿pero cuándo? ¡si siempre estoy llegando! ..."
Irá: La Tierra de Oya
Texto y fotos de Oloye Osuntolani Ifaseyin
En mi segundo viaje a Nigeria, en agosto-septiembre de este
año, Olodumare me bendijo con la posibilidad de visitar Irá, la tierra natal de
Oyá.
Irá esta a unas dos horas de Osogbo. En nuestro recorrido hicimos un alto en la
ciudad de Offa, para recoger al
sacerdote de Sango en Offaland, quien nos llevaría ante la presencia del Rey de
Irá.
Durante el viaje, pregunté quién era el actual sacerdote de Oya en Irá,
esperando que como en casi toda Yorubaland, hubiera un clan familiar a cargo -de
generación en generación- de su culto. Para mi sorpresa, la respuesta del
sacerdote de Sango -un hombre de unos cincuenta años- fue "No sé quien
estará a cargo de la vieja casa de Oyá, ya que los viejos sacerdotes con los
que mi padre se vinculaba han fallecido y hasta donde sé nadie ha continuado
...".
Esto nos generó una tristeza e incertidumbre increíbles y creó una expectativa
aún mayor por lo que podría esperarnos. Durante la media hora o más que quedaba
de viaje, nadie pronunció otra palabra.
Finalmente llegamos al palacio del rey de Irá, Oba
AbdulWahab Oyewale Oyetoro -una construcción bellísima, absolutamente influenciado por la cultura
árabe islámica.
Allí el Onira nos contó que por más de 15 años el culto a
Oyá había sido abandonado -que nadie se
había ocupado de Ella cuando los viejos sacerdotes murieron. Que las
festividades musulmanas y cristianas había captado la atención de los
pobladores de Ilú Irá, y que ya nadie iba a las fiestas de orisa en esta ciudad. La tristeza me invadió, pero seguí con
la entrevista y su filmación... Al poco tiempo, llegaron al palacio unos
hombres de una edad incalculable... de bastones... todos máximos sacerdotes.
El rey prosiguió con su relato: "Hace unos años envíe a
buscar a varias regiones a los máximos sacerdotes de Oya: a Oyo, Osogobo y
otras localidades. Con ellos mi hijo mayor
se consagró como el nuevo sacerdote de Oya y ha construido el nuevo templo sagrado
en el que se encuentra el Ojubo Oya (asentamiento original). Desde hace tres años
que estamos celebrando otra vez, en noviembre, los festivales de Oya. Este 17 de noviembre (2012) es el tercer año consecutivo y vienen de todas
partes de Nigeria a beber del agua sagrada de Oya, a hacer sus pedidos. Al año
siguiente regresan a agradecer...."
Estas fueron las palabras del Rey al contarnos la historia
de Oya. Su hijo levanto un pequeño Templo en el lugar del Bosque Sagrado de Oya
donde ella desapareció por medio de un tornado y apareció en Oyó. De
hecho el Templo sagrado de Sango en Oyo, tiene una inscripción en su puerta que
dice "Sango oko Oya" (Sango el esposo de Oya), por la importancia que
adquirió Oya como esposa de ese orisá.
El Palacio del Rey se construyó al lado del viejo templo de Oya, que se usa
para las iniciaciones.
Este es el Bosque Sagrado de Oya, en el cual, en algun día
del mes de noviembre, ocurrió un tornado
en el cual Oya desapareció de Irá y apareció en Oyo.
En este lugar, construído por el hijo del Onira como nuevo sacerdote de Oyá, se
encuentra el asentamiento original de Oya. Todos los años, para su fiesta va de
este lugar al viejo palacio, y al año siguiente vuelve aquí.
El Rey nos contó también sobre la magia del agua de Oya.
Oya posee un cantaro de agua, al cual la gente va a beber y pedir, y jamás se
agota. Mágicamente el cántaro siempre está lleno.
muchas gracias por el contenido tan interesante que siempre pones.
ResponderEliminarGabriel: gracias a vos por la lecturay el apoyo... :)
ResponderEliminar