martes, 1 de marzo de 2011

Nuevo estilo de candombe (4)


Comentario de Alejandro Polemann:
Estimado Alejandro: agradezco la consideración y publicación de mi comentario y más aún la respuesta. Estoy en un todo de acuerdo en la necesidad de valoración de las formas populares por sus valores intrínsecos y no sólo por su acercamiento a las formas eruditas (aún Ayestarán, con su avanzada visión para la época, anhelaba la llegada del "gran compositor que (lo) universalice" al candombe).
La pregunta para un músico como yo y muchos otros sería ¿qué hacemos mientras tanto? ¿volvemos a nacer pero en un barrio pobre, intentamos no morir desnutridos y luego hacer la canción que el pueblo recoja para sí y entonces incida en el marco cultural verdaderamente popular?. Y, no. No podemos, por suerte. Entonces, hacemos música. Y ahí (quienes no pretendemos transformarnos forzadamente en el referente de algún grupo de culto) mezclamos todo lo que somos o tenemos cerca. En ese "cerca" elegimos (algunos) el Río de la Plata, que es lo más cercano. Y quienes trabajamos en instituciones y damos clases de música y también decidimos tomar lo cercano, armamos carreras, planes, propuestas que, a riesgo de "institucionalizar" formas que son originalmente populares e informales (como ha sucedido siempre en occidente con todas las músicas) abrimos una puerta con dos salidas posibles e interconectadas: la de la valoración y validación de esas formas populares; y la de la generación de nuevas músicas que, en un futuro cercano, hagan crecer (no evolucionar, sólo crecer) a esas formas tan significativas.
Para despedirme y agradeciendo nuevamente, vuelvo a señalar que lo que más me impactó del proceso de construcción del "Nunca menos" (adscripciones políticas y de amistad aparte) es que justamente se adoptó esa música (con sus mezclas e "imprecisiones) como una posibilidad popular-no-erudita para expresar un sentimiento.
Eso me asombró, me agradó y me alegró. Un abrazo, Alejandro.

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