sábado, 9 de febrero de 2008

Recuerdos de Iemanjá (V)

Este año fue igualmente fascinante, pero comparado con el año pasado un poco menos exuberante. A la tardecita empezó a soplar un fuerte viento frío y la temperatura bajó bastante, de modo que la noche estuvo lejos de ser una de verano. De todas maneras la muchedumbre siguió allí, las entidades atendían gente a pocos metros del agua y los exús y pombas giras habían comenzado a llegar pese al frío. No ví esta vez grupos de cumbia, pero sí pude escuchar de nuevo a las Afrogama.
Un dato interesante es que a la tardecita. frente a la imagen de bronce de Iemanjá ubicada una cuadra antes de la playa Ramírez el mismísimo intendente de Montevideo descubrió una placa en honor a la deidad del mar. La placa fue donada por la Junta Departamental de la ciudad gracias a las gestiones de la mae Susana de Oxum y el pai Julio de Omolú. Atrás de la imagen, a pocos metros de ese acto, casi simultáneamente (los tambores comenzaron a tocar apenas terminaron los discursos en uno) los hijos del pai Armando de Oxalá, gracias a cuyos esfuerzos la estatua fue colocada, hacían su propio homenaje. Supongo que la Gran Madre estaría muy halagada por todos los festejos, pero quizás un poco triste que sus hijos no se pusieran de acuerdo para homenajearla en un único acto, especialmente con una visita oficial tan importante (a veces parece que la gente de religión no se da cuenta de la importancia de la legitimidad social). Pasa hasta en las mejores familias.
Devotos esperando la inauguración de la placa en honor a Iemanjá



Mae Susana Andrade de Oxum, Intendente de Montevido (der.) y Jefe de la Junta Departamental de la ciudad (izq.)

Coro Afrogama
Placa homenaje



Festejo de los hijos del pai Armando Ayala de Oxalá

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