Como muchos sabrán, hace unos días hubo una llamada en Tolosa, cerca de La Plata, para inaugurar un bello mural con motivos candomberos en el barrio. Enraizándose cada vez más en nuestras ciudades, el candombe de origen uruguayo adquiere nuevos sentidos, y toma diversas formas en su reterritorialización. Expande, interpela y reinterpreta la memoria negra en el país.
Sigue un texto de Eva Lamborghini, con fotos suyas y de Sebastián Lavandera:
Foto: Sebastián Lavandera
El sábado 27 de octubre se
realizó el Segundo Desfile de Llamadas de Candombe de Tolosa, organizado por la
comparsa Eribó. Estas Llamadas tuvieron un condimento muy especial porque fueron,
al mismo tiempo, el momento para la inauguración, junto a vecinos/as de Tolosa y
candomberos/as de distintos lados, del mural que hacía tiempo la comparsa
convocante venía preparando, y frente al cual las comparsas que asistieron finalizaron
su recorrido. Que el mural esté emplazado en este lugar no es casual, teniendo
en cuenta la intensa actividad candombera que hace varios años se desarrolla en
La Plata y localidades adyacentes (desde hace ocho años se realizan en Tolosa
las Llamadas “Candombe del 25” (de mayo) convocadas por comparsas de La Plata y
Ensenada de manera conjunta).
Unas breves palabras e
impresiones sobre el mural.
Situado en las calles 115bis y 530, en el centro histórico de Tolosa, tiene como
soporte una extensa pared cedida a la comparsa por una panadería del barrio, también
histórica. Si bien tiene un artista-compositor (integrante de la comparsa), el
trabajo alrededor del
mismo, desde las ideas vectores, a su preparación y realización, fue llevado a
cabo colectivamente.
Foto: Eva Lamborghini
Es de
este trabajo conjunto que surgió la idea central: representar la historia del
candombe (vale aclarar, del candombe de origen (afro)uruguayo) hasta la actualidad. El mural, imponente
por sus dimensiones y calidad estética, brinda al espectador – vecino/a-
transeúnte una clara secuencia de las que fueron seleccionadas (construidas)
como cinco etapas para representar esta historia.
Foto: Eva Lamborghini
Cronológicamente,
las imágenes están planteadas de la siguiente manera: 1) los barcos
negreros y el traslado forzoso de personas esclavizadxs desde África a estas
latitudes; 2) el trabajo esclavo en la época colonial. Aunque desconocemos si
fue esta la intención, estas dos primeras etapas parecen más “genéricas” en tanto
no específicamente rioplatenses (si uno atiende, por ejemplo, a la
representación de la economía esclavista de plantación).
Luego, la enorme figura de una
madre negra con su bebé se presenta como intersección a los siguientes momentos,
que nos acercan cada vez más a nuestra región. Así, en la escena 3) se
visualiza, puertas adentro, una sala de nación africana con su reina, rey y
cultos mientras que, en la calle, tamborileros afrodescendientes tocan los que
conocemos hoy como tambores de candombe, que aparecen, también, templándose en
el fuego.
La escena 4) nos remite a familias
afrouruguayas en los históricos conventillos de Montevideo, centrales para la
historia del candombe montevideano, “cunas” del candombe ya en el siglo XX.
Foto: Eva Lamborghini
Y, finalmente, 5) cruzamos el
charco y llegamos al presente de la comparsa muralista.
Si gran parte del mural denota un tributo a la negritud
“de la localidad platense de Tolosa, Argentina. Así, el mural
deja ver ciertas lecturas del pasado y de la “tradición” del candombe, a
la vez que deja marcas, en el espacio público, de una historia candombera
propia.
Foto: Eva Lamborghini