Una breve opinión sobre la atribución de crímenes a la devoción por San La Muerte (en rigurosos 1500 caracteres)..
El breve texto fue escrito entre la supuesta responsabilidad de la devoción en el triple crimen de Benavídez -ver entradas anteriores de este blog- y la sentencia a condena perpetua, en otro caso, de Marcelo Antelo, a quien varios medios llamaron "el apóstol de San La Muerte".
Tanto Perfil ayer (en la nota en que fue incluído mi texto) como Clarín hoy, brindan una breve reseña de la vida de Marcelo. Según Clarín:
"Marcelo Antelo –conocido como “Marcelito”, condenado el viernes a perpetua por el crimen de Rodrigo Ezcurra y otros tres casos más– tiene 24 años y una vida muy sufrida. Su padre era alcohólico y drogadicto. Su mamá lo echó de su casa por sus propios problemas de adicción a las drogas, en especial al paco. Abandonado por sus padres, se fue a vivir junto a un tío al que quería mucho. Pero al poco tiempo el hombre murió en un enfrentamiento y otra vez quedó desamparado.
Entre los 17 y los 19 años, el joven intentó varios tratamientos de rehabilitación que no resultaron efectivos. A los 20 dejó embarazada a su novia, Brenda. Con ella y su hija (que hoy tiene 3 años) convivió por un tiempo. Pero la chica se cansó de los malos tratos de “Marcelito” y también lo terminó echando.
Antelo se quedó sólo y aislado, preso de las drogas. Sin casa, empezó a deambular por el barrio Rivadavia I, en el Bajo Flores.
Se vinculó con la “Iglesia Dios Vigente”, donde participó de cultos y rezos para tratar de dejar el paco, pero nunca lo logró. Por sus peleas con dealers, cuando tenía 20 años perdió un riñón en un enfrentamiento a tiros.
El viernes, Antelo –que pasó a ser conocido como el “asesino de San La Muerte”– fue condenado por cuatro homicidios consumados y una tentativa, entre otros delitos. El 21 de febrero de 2010 le disparó a Jorge Díaz para robarle; el 11 de abril, asesinó al estudiante Rodrigo Ezcurra; el 24 de junio, se cruzó en el barrio con Darío Romero, un hombre que había convivido con él, y le voló una mano con un disparo de escopeta; el 8 de agosto, asesinó a Jorge Héctor Mansilla, quien tiempo antes lo había echado de la casa donde convivían por su adicción a las drogas; ese mismo día, atacó a tiros al mecánico Mario Jorge Quiero, por un trabajo supuestamente mal hecho. Y el 15 de agosto asesinó a Pablo Zaniuk (le pegó un tiro en la cara) y a Marcelo Cabrera (de nueve disparos). Todos los hechos ocurrieron en la misma zona del Bajo Flores."
Y después la culpa la tendría la devoción por San La Muerte....