domingo, 27 de febrero de 2011

Nuevo estilo de candombe (3) - (sobre el candombe-homenaje "Nunca Menos")


Comentario del músico Alejandro Polemann:
Estimado especialista: es bastante conocida la controversia en la identificación de "lo original", "lo puro", tanto para los investigadores como para algunos músicos que, además, disputan las credenciales para inscribir sus producciones dentro de esos valores.
En el caso del "Nunca menos", lo que quizás sea interesante observar es que algo tuvo que pasar en estos últimos años de arte rioplatense para que un espacio militante se permita, no, mejor, se invente una excusa de "candombe" como canal apropiado para llevar adelante un homenaje político. Y más aún, que la periferia que flota alrededor de la militancia se sienta convocada también por la utilización de ese nombre. Lo he visto desde adentro y todo eso es verdaderamente inédito.
Porque habla de la posibilidad de incluir (finalmente!) una sonoridad, no todavía un género, una sonoridad más en la paleta de músicas significativas para los habitantes contemporáneos de Buenos Aires y alrededores. No de París, de Barcelona, de Lima o Los Ángeles: de "buenosaires". Y si fuera necesario advertir cierta liviandad en el uso del nombre del género o especie (según la religión del investigador) justo sería señalar que, en realidad, es mucho más de lo que nombra.
Porque puede ser candombe en su clave, murga (murgas, las dos) en su canto, milonga en sus arpegios, rock en sus solos, tango en algunas de sus secuencias armónicas, marcha camión en su marcha camión y, sobre todo, canción. Es una canción. Todos los participantes "músicos" hemos sabido salvar estas diferencias e inclusiones, por encima de nuestros saberes adquiridos, para priorizar el sentido -central en toda producción artística- con el que se ha hecho el objeto. Basta con mirar a la Gloriosa de Boedo sin preocuparse por si sus pasos, saltos y contorsiones se ajustan o no a la clave de la llamada.
Lo Rioplatense es mucho más que cada música en particular y viene generando desde hace años entrecruzamientos artísticos y sociales superadores de cualquier intento de sectarismo. Como se sabe hay bibliografía y música sobre el tema. En 2003, por ejemplo, se editó un disco compacto (Música para no ahogarse. Suramusic 2003) compilando un mínimo de producciones que representaban la punta de un gran iceberg "rioplatense", caracterizado por una gran variedad de propuestas, géneros y estilos. Hay también numerosos artículos y compilaciones (de Alicia Martín, por ejemplo) que dan cuenta de las posibles reconfiguraciones del folclore urbano.
Ya para despedirme y anhelando la posibilidad de apertura de debates en su blog le explicito la profunda convicción que existe en los espacios de producción artística e intelectual en los que participo de que una mirada actual sobre la diversidad cultural e intercultural se ve siempre enriquecida por la posibilidad de mezclas, fusiones e hibridaciones, en donde los procesos de tradicionalización se manifiestan de manera necesariamente dinámica y libre de todo prejuicio.
Le envío un saludo cordial y me abocaré a estudiar atentamente sus textos publicados que seguramente representarán un valiosos aporte para mis clases de música.
Atentamente, Alejandro Polemann.


Comentario de Alejandro Frigerio:
Estimado tocayo: agradezco el tiempo que te tomaste en escribir el comentario. En general, en otras oportunidades estaría de acuerdo con lo que planteas. De hecho, en mi comentario original digo que lo primero que me llamó la atención es que el tema fuera un candombe –coincidiendo con lo que decís al principio.
Debo reconocer que yo pasé de una posición antropológica (antigua) de, quizás, excesivo celo purista a una más contemporánea apreciativa de las “mezclas, fusiones e hibridaciones”.
Sólo resaltaría dos cosas, atendiendo a mi planteo original. La primera, que siempre es necesario, de todas maneras, estar atentos a que generalmente hay desiguales distribuciones de poder que hacen que las hibridaciones suelan ir siempre en el mismo sentido o seguir una misma lógica: el acercamiento a formas eruditas como forma de validación de lo popular. En un primer momento, esto no es malo. En un segundo momento, sería mejor que las formas populares fueran validadas por sí mismas, por sus valores intrínsecos, y no por su capacidad de aproximación a formas legitimadas socialmente. Básicamente: que las fusiones no hagan desaparecer los elementos originales que tomaron de inspiración. Es cierto que toda forma cultural es dinámica y cambia; de todas maneras, hay que estar atento -repito- a qué asimetrías de poder llevan el cambio en una dirección u otra.
La segunda es que, por más que tampoco suelo defender posiciones excesivamente nacionalistas, hay determinados (quizás pocos) momentos neurálgicos en que sí creo que el contorno de la nación debería remarcarse. Este era uno de ellos. Sin embargo, no censuro la elección estética, sólo la comento. Como suelo decir, el blog está para ayudar a pensar sobre determinados temas que suelen pasar desapercibidos o considerados poco importantes, no para dictar cátedra.
Un abrazo AF

jueves, 24 de febrero de 2011

Changó, el cine y la danza (afro?) en 1949

Me enteré de este video luego de una visita al blog de mon ami, le Baron Samedi. Había escuchado hablar de Tongolele, una famosa bailarina de gran éxito en la década del 50 (y más) en México, pero nunca la había visto en acción.
Este fragmento de la película El Rey del Barrio (1949) me parece interesante porque la muestra bailando dos temas para Changó en una especie de cabaret. Mucho antes de la globalización de las religiones afro-americanas, los orichas ya estaban circulando por el mundo a través de la música afro-cubana, como bien han mostrado mis colegas y amigas Stefania Capoe (para EEUU) y Nahayeilli Juarez Huet (para el propio México).
Tongolele (Yolanda Montez) tenía formación en danzas afro-cubanas y tahitianas y se inspiraba en ambas técnicas -supongo que otras también- para sus performances.
El video es una buena muestra del clima cultural y los usos de lo afro en esa época... Resulta, a la vez, un interesante espejo con el cual comparar la producción actual de percusión y danza "afro" -estamos mejor que hace sesenta años?

Si no se ve entera la imagen, ir a:
http://www.youtube.com/watch?v=P3Gf4qUFP1I&feature=player_embedded#at=15

miércoles, 23 de febrero de 2011

lunes, 21 de febrero de 2011

Un antropólogo entre los paleros afrocubanos...


A quienes les interese la religión afrocubana de origen o inspiración Kongo conocida como Palo y puedan leer inglés, les recomiendo este libro que acaba de salir. Aunque se origina en una tesis doctoral de antropología, se lee como una (buena) novela, con vívidas e interesantísimas descripciones de rituales, personajes y situaciones cotidianas de la vida religiosa afrocubana, narradas desde una comprensión informada por la teoría antropológica y un profundo conocimiento de la cosmovisión nativa.
El libro presenta las prácticas y las creencias de los paleros –en este caso de un templo de Palo Briyumba, en Guanabacoa - desde una perspectiva absolutamente empática –el autor fue rayado en la religión- pero que no deja de lado el análisis antropológico y hasta filosófico del tema tratado. Literatura y etnografía de las buenas…

domingo, 20 de febrero de 2011

Todo comenzò con el blues...

La nota no es nueva, pero recièn la leo. Hay otras entradas en el blog que muestran la devociòn de ìconos del rock como Keith Richards y Mick Jagger por los bluseros afro-americanos -y su admitida deuda musical con ellos. En esta pieza de Radar, Ciro Fogliatta, uno de los pioneros del rock vernàculo (ex-Los Gatos y muchas otras bandas) rescata la importancia de mùsicos como Little Richard para toda la evoluciòn posterior de la mùsica contemporànea...


Radar, Pàgina 12> Fan. Mayo de 2010
Vintage
Un músico elige su canción favorita: Ciro Fogliatta y Long Tall Sally, de Little Richard
Por Ciro Fogliatta

Hoy escucho poca música por placer, ya que generalmente estoy trabajando sobre proyectos o trabajos propios de mi profesión y ello me lleva todo el tiempo. Pero cuando empezaba a relacionarme con este arte, en una época en que no había tantas posibilidades para escuchar música como ahora, sí dediqué mucho tiempo a escuchar música. Es ese momento en la vida en que uno recibe de todo, y en el que entonces aparece un disco que te marca. Y yo puedo decir que los discos que me marcaron han sido todos de rock and roll, de rhythm and blues, y de blues, que es el padre del rock’n’roll, y hasta me atrevo a afirmar, de toda la música pop actual: aunque el sonido haya cambiado, las melodías son las mismas que las que tocaban los músicos negros de los años ‘20.
En esos años en que empezaba a estudiar piano me llegaron algunos vinilos, simples, de 78 revoluciones, de los cuales uno fue especialmente importante para mí y fue ese single de Little Richard que tenía “Tutti Frutti”, y del otro lado “Long Tall Sally”, un tema que después grabaron Los Beatles y que acá llegó traducido como “Sally la lunga”. Ahí, en ese simple, en esas dos canciones, está condensado todo. El rhythm and blues, la música que vino de Nueva Orleans, que fue la ciudad en la que se cocinó casi todo.
Por ese entonces yo tocaba jazz en una banda de aficionados, la Eagle Dixieland Band. Eramos un grupo de muchachos del secundario y universitarios, todos mayores que yo, y me enseñaron mucho sobre el jazz. En los ‘50 hubo un revival de jazz muy importante en todo el mundo, que impulsó a muchos músicos, también acá, en Buenos Aires y en Rosario, que es donde yo vivía. El revival empezó en Estados Unidos, donde a fines de los ‘40 empezaron a reeditar todo lo que se estaba perdiendo. Estaba el periodista Alan Lomax, que era un diputado al que mandaron a recorrer todo Estados Unidos en busca de toda esa gente, esos músicos que estaban perdidos, para grabarles reportajes y algunas canciones. Se reeditaron grandes como Eddie Condon, King Oliver y Bix Biderbeke. Las ediciones en vinilo de todo eso rebotaron en el mundo entero, y acá nos llegaron incluso algunas cosas europeas de grupos nuevos armados bajo la sombra del fabuloso revival norteamericano, como Los Estudiantes Holandeses. Pero lo cierto es que los movimientos que llegan de otros países tardan en conocerse aquí y cuando te querés acordar afuera ya se terminaron. A mí me pasó cuando fui a Inglaterra en el ‘71 a buscar el swinging London; creí que me iba encontrar con las radios piratas y la glamorosa Carnaby Street y pasó que ya no había nada de eso; ya estaban Génesis y otros empezando la aventura de los ‘70. Con el revival del jazz pasó algo así: cuando empezamos a tocar con nuestra banda, a los clubes de barrio ya había llegado el rock. Nosotros tocábamos en los clubes del centro de Rosario. Aunque el primer grupo de rock en Rosario, Dany Alfaro y los Rockets, comenzó tocando en bailes del suburbio rosarino.
Pero volviendo a ese simple de Little Richard, todo estaba condensado ahí. Sólo hace falta poner esos discos ahora, subiendo bien el volumen, para ver que es impresionante: el swing, la dinámica que tienen. Ahora es mucho sonido y mucha pegada pero la grandeza que tiene esa música ya no la tiene nadie en el rock actual; es un grito que sale del corazón y una potencia que ya fueron transmitidos a los siguientes estilos, porque hasta los grupos de hard rock serían imposibles de no haber existido aquella música. En ese blues está todo lo que me importa. La letra en la música ahora es muy importante, pero para mí, lo que importó siempre fue la música. Lo digo porque tengo ahora la certeza, como la tuvo Schopenhauer hace 200 años, de que la música es un arte “excelso” que está por encima de todas las otras artes. La letra en el blues puede ser importante cuando respeta la música, y los músicos negros la han respetado muy bien. En el blues no se usan todas las palabras, sino sólo las que suenan bien. En inglés por eso se aceptan muchas arbitrariedades, y acá lo hizo Pappo con sus canciones y encajaba las palabras con sumo respeto por la melodía.
Un single como “Long Tall Sally” fue determinante para mí, para enrolarme en un género. Cuando empecé a dedicarme al rock todos decían que yo era “el blusero”, aunque lo cierto es que no me dediqué de lleno al blues hasta mucho tiempo después. El blues no es una música para progresar, para evolucionar: es siempre el mismo. Hay un tema de Albert King que dice “Blues no change”. Botafogo me contó que, cuando en Estados Unidos subía a tocar con un músico negro de blues, éste le decía “Vintage”, indicándole “no metas nada moderno”. El blues es una música bastante desconocida para muchos, pero para mí es exactamente un mensaje que viene del corazón. Yo no quiero que la música me haga explotar la cabeza. Con el blues no te va a explotar nada, con el blues vas a aprender a amar sin condiciones.

Tutti Frutti - Long Tall Sally (1956)
Little Richard (Richard Penniman, nacido en Georgia, 1935) ganó un concurso en 1951, y fue invitado por RCA Records para grabar ocho simples que no tuvieron demasiado éxito. Durante los siguientes años se mantuvo como pudo con diversos trabajos mientras seguía tocando. En 1955 envió un demo al sello Specialty, que seis meses después lo aceptó para una sesión de grabación en Nueva Orleáns, en la que no impresionó tanto por las canciones que grabó como por la melodía que improvisaba entre sesiones, al ritmo de “Tutti Frutti”. Ese fue el comienzo: debió modificar la letra (considerada obscena en su momento) del tema para grabarlo, pero fue su primer gran éxito, y el modelo de muchas canciones siguientes. Pronto le seguirían éxitos como “Slippin’ and Slidin’”, “Jenny, Jenny”, “Good Golly, Miss Molly” y “Long Tall Sally”. Esta canción, que Richard ensayó hasta la perfección, fue escrita por él junto a Robert Blackwell y Enotris Johnson y lanzada por Specialty en marzo de 1956. Al principio fue plagiada, con cierto éxito, por radios “para público blanco”, especialmente por Pat Boone.
El lado B del single fue “Slippin’ and Slidin’”, y ambas canciones aparecieron después en el LP Here’s Little Richard (marzo de 1957). El simple llegó al número uno en las listas de rhythm and blues, y ahí se quedó por 19 semanas. Unos años atrás, la versión grabada por Little Richard quedó en el puesto 56 de las 500 mejores canciones de todos los tiempos según la revista Rolling Stone. Muchos músicos hicieron sus propias versiones, pero una de las más famosas es la que grabaron Los Beatles (que la tocaban en vivo desde 1957) en 1964. “La primera vez que escuché de Little Richard –contó John Lennon– fue por un amigo que había traído de Holanda un 78 con ‘Long Tall Sally’ de un lado. Nos voló las cabezas, nunca habíamos escuchado a nadie cantar de esa manera en nuestras vidas, y esos saxos tocando como locos.”

Fuente:
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/17-6159-2010-05-11.html
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/subnotas/6159-1106-2010-05-11.html
Sobre Ciro Fogliatta.
http://www.cirofogliatta.com.ar/biografia.html

viernes, 18 de febrero de 2011

"Eleggua: Dios Abre Caminos"

Y como mayor sorpresa de las Llamadas, la presencia protagònica de Elegua...


Agrupaciòn de Negros y Lubolos Eleggua, primer dìa del desfile

miércoles, 16 de febrero de 2011

Imàgenes de Africa en las Llamadas

(doble click en las imágenes para agrandarlas)

Ya dije en otra oportunidad –probablemente en esta misma época el año pasado- que uno de los aspectos más interesantes –y por qué no, problemáticos- de las Llamadas son las imágenes de Africa que se transmiten en medio de ese tsunami visual y auditivo de varias horas de duración.



Como se puede apreciar por las fotos, apenas algunos de los muchos ejemplos que se podrían mostrar, continúa predominando la imagen “selvática” de Africa, con gran destaque para la presencia animal: cebras, leopardos, elefantes, jirafas, ya sea en reproducciones enteras, o en máscaras o cabezales de bailarines y tamboreros. Sobre todo, sugeridos en el ubicue animal print de l@s bailarin@s. y en los movimientos “felinos” de algunas bailarinas “afro”.
Carroza de las Reinas de las Llamadas





Además de los “animales salvajes”, es común también la presencia en las comparsas de algún tipo de “brujo” (¿?) o “guerrero” (¿?) “africano” (¿?).
En una iniciativa que me parece más interesante y menos estereotípica, algunas agrupaciones introdujeron algún tipo de reproducción de máscaras africanas, digamos, “verdaderas” –“auténticas” (¿?), “tradicionales” (¿?)… se está volviendo difícil hablar de la cultura….


lunes, 14 de febrero de 2011

sábado, 12 de febrero de 2011

Forum Social Mundial en Dakar

En Dakar habràn perdido el Rally pero ganaron un Forum Social Mundial. Ayer finalizò en la capital de Senegal la ediciòn 2011 del Foro, realizado por segunda vez en un paìs africano (antes fue en Nairobi en 2007)-. El antropòlogo Nicolàs Fernàndez Bravo reflexiona sobre esta/s nueva/s manera/s de pensar la globalizaciòn,las vinculaciones interculturales y el rol de las ONG y los distintos movimientos sociales en el sistema-mundo.


¿Parlez vous forumsocialmondialais?
Por Nicolàs Fernàndez Bravo

DAKAR, 9 de Febrero. Los rituales colectivos del progresismo internacional han desarrollado formas muy complejas, multiculturales y descentralizadas de participación poniendo el cuerpo. Hasta hace no muchos años, pensar una reunión verdaderamente global en un rincón marginal de la tierra habría sido una aventura diseñada por unos pocos, a la que asistirían unos pocos menos y cuyo impacto sería del todo poco significativo. Medir con algún grado de precisión el impacto de los últimos diez Foros Sociales Mundiales (y sus actividades conexas) es difícil de establecer. Para algunos, las actividades de los Foros – y especialmente los “foristas” – constituyen una graciosa colección de ferias de lunáticos trasnochados que generan una irrelevante carcajada en el seno del capitalismo mundial, emblemáticamente representado por las reuniones de Davos. Para otros, se trata de un espacio heteróclito donde pueden presentarse alternativas únicas de vinculación intercultural y pensamiento altermundialista: otro mundo ES posible. Intelectuales de la talla de Samir Amin o Boaventura de Souza Santos adscriben a este último grupo de personas, y estadistas como Evo Morales o Lula da Silva no hacen más que ratificar que la hipótesis de cambio sobre la que se asienta el slogan del FSM puede ser tomada en serio. De hecho, tanto el actual presidente boliviano como el ex mandatario brasileño construyeron su poderosa maquinaria de transformación social a partir de su involucramiento en movimientos sociales de base.
La décima edición del Foro que se inició el pasado 6 de febrero en Dakar, capital de Senegal, es una tribuna de ideas que actualiza los debates en curso sobre los cambios necesarios para que el planeta tierra no se dirija sin escalas a una debacle sin retorno. Debacle que tal vez no sea tan apocalíptica (ni mucho menos universal) como proclaman los cultores del “2012”, pero no por ello menos realista para los condenados de la tierra, entre quienes los africanos, los desplazados y los pueblos indígenas parecen ocupar desde hace ya demasiado tiempo un lugar privilegiado. Para quienes participan habitualmente de la cultura de los foros, la elasticidad de su agenda no es una novedad: aquí pueden coexistir alegremente planteos de modelos alternativos al extractivismo en el marco de nuevas formas de desarrollo económicoy social, junto a programas para la promoción del deporte entre los simpáticos negritos o sueltas de globos en favor de la paz. Pero sí constituye una novedad el modo en que África y los africanos dispersos por el mundo se han posicionado en el eje de ciertos debates, en una suerte de inversión coyuntural de la invisibilidad histórica a la que han estado sometidas las sociedades de esta parte del mundo. Dado que ahora “los africanos” están de moda, la misma proliferación de discursos hace que la competencia genere algunas ideas con capacidad de transformarse en prácticas transformadoras, como el actual momento por el que atraviesan Egipto, Túnez y otros países del Magreb.


Foto: site del Foro
Estos cambios traen aparejado varios desafíos en el marco del FSM. El primero – y acaso el principal – es cómo evitar que las prácticas neocoloniales del mercado del conocimiento y la organización social, paradójicamente representados por intelectuales progresistas y organizaciones no gubernamentales bienpensantes con cuentas bancarias radicadas en el primer mundo, terminen por asfixiar los principios de iniciativas generadas por los propios africanos. Si bien es cierto que las “marcas” (publicitarias, que ya empiezan a ser también históricas) de la ayuda internacional se encuentran bien representadas en la vidriera de la Universidad Cheik Anta Diop, no es menos cierto que el problema está claramente diagnosticado y los africanos mismos parecen estar cada vez más alertas a las trampas de construir “políticas” cuyos presupuestos de votan en Bruselas pero se aplican en Bamako. El desafío aquí esconde una pugna histórica en los foros, representada por el ala “movimentista-sindicalista” versus el ala de la “sociedad civil ONGista”. Aún a riesgo de construir tipos ideales demasiado simples, es evidente que una y otra ala marcan las tensiones entre los asistentes. Y que los africanos se debaten ante el dilema de hablar forosocialmondialaise o desarrollar formas creativas de altermundialismo. En este sentido, el discurso que diera Evo Morales en la apertura del Foro ante más de 70 mil activistas de (literalmente) todo el mundo, señaló la importancia de los movimientos sociales en la construcción alternativa de poder y pueden servir sino de “receta”, al menos para ampliar el rango de preguntas respecto del sentido de la participación en la vida pública.
El segundo desafío podría decirse que es de orden teórico, y fue irónicamente señalado en su intervención por el presidente de Senegal, Abdoulaye Wade: ¿para qué sirven realmente los Foros? Liberal convencido y escéptico respecto de la lógica de la protesta, su presencia junto a Lula en el panel principal bien podría leerse como un simple gesto diplomático entre adversarios. No obstante, también es posible leer de una forma mucho más inteligente su discurso sobre los procesos de cambio social, los cuales – evidentemente – requieren de “algo más” que cuestionamientos al orden establecido. El señalamiento de Wade marca la existencia del problema (existe una crisis, es necesario un cambio), pero lo hace señalando uno de los caminos posibles (colaboremos entre todos para que haya más libertad, esto es, no tanto Estado). Lo que no todos parecen comprender, pero fundamentalmente los cooperantes “del norte” y sus industrias de ONGs para proyectos en países tropicales, es que la construcción de institucionalidad desmontable en la periferia poco contribuye para llegar al fondo de los problemas del denominado “tercer mundo”. El ex presidente Lula fue preciso en la importancia del rol regulatorio del Estado, principio que parece provocar horror no solo en liberales como Wade, sino probablemente en varios miles de foristas que alegremente se desplazan entre proyectos ofertados coloridamente, cuya racionalidad se asienta en el prerrequisito de un Estado mínimo. Si la lógica de los Foros sirve para darle continuidad a la próxima actividad que convoque a la jerga del desarrollo, con sus “community building”, sus “sviluppo dei paesi emergenti” y sus “developpment durable”, entonces las ironías de Wade tendrán fundamento. Si por el contrario, los movimentistas logran señalar críticamente la necesidad de un mejor Estado, acaso el Foro pueda contribuir en la elaboración de herramientas teóricas para mejorar las prácticas democráticas en la periferia global, tan degradada por su electoralismo liberal y su retórica de derechos abstractos.
El tercer desafío aún parece incierto, y es cómo interpretar las ideas presentes en el discurso del ex presidente Lula y las futuras formas de cooperación internacional en un mundo multipolar. En su celebrada participación en el Palace du Souvenir, se pudo apreciar una importante diferencia con Evo Morales: habló ante un auditorio dócil, junto a un adversario ciertamente amigable, y revistió su retórica global con pensamiento estratégico brasileño. Tal como afirmó Edgardo Lander en una conferencia posterior, el discurso de Lula tuvo la formidable habilidad de incluir disculpas por la trata esclavista y la reivindicación de un Estado para los palestinos, junto a una elegante propuesta de neocolonización de la tierra africana para abastecer de alimentos al mundo – con tecnología imperial brasileña, por supuesto. El lugar que en este esquema parece destinarse al movimentismo no es claro. Pero sí está en claro que si el slogan del Foro fuera “otro capitalismo es posible”, como cada vez más parece decir Lula, la alianza con las ONGs se presenta mucho más racional. Es evidente que la institucionalidad del oenegeísmo pude contribuir para que las futuras ediciones sean más prolijas, con información clara y una organización más eficiente. Pero este camino presenta como horizonte posible la erosión de esa participación de los movimientos de base que le diera a los primeros foros una dinámica realmente democrática. No obstante, el resultado de esta contienda será enteramente responsabilidad de los movimientos y su capacidad de articular sus reivindicaciones, sus métodos y sus objetivos en la agenda de los próximos Foros.
 
Site del Foro Social Mundial 2011:

viernes, 11 de febrero de 2011

Pierre Verger en la Isla Maciel (2)

Hace un par de meses en una entrada de este blog llamé la atención hacia la realización de la película "Orillas" que establece conexiones entre la vida de un joven (afrodescendiente) en una villa porteña y otro en Benin. Los orixás y las creencias religiosas africanas y afro-americanas juegan un rol importante en la trama.
Un par de días atrás, su director, Pablo César, nos envió un comentario que aquí comparto.
La entrada original, en:


Comentario de Pablo César:
Gracias Vivi y Alejandro por sus comentarios. Soy Pablo el director de "Orillas". Es bastante probable que se estrene en abril o mayo de este año en cines en Buenos Aires y otras ciudades. Todavía no tenemos la fecha pero pronto esperamos contar con ella. Desde ya agradezco el interés con el que se expresaron.
Respecto de la inquietud de Alejandro te comento que sí, que efectivamente hicimos un estudio de lo que fue la ruta del esclavo, un estudio que nos llevó mucho de tiempo. Yo vengo desde hace unos 11 años tomando información leyendo libros (de hecho la bibliografía consultada se puede visualizar en los títulos finales de la película).
Elegí la República de Benín como territorio para rodar porque justamente allí se practica la cultura Yoruba fuertemente. Cultura que ha sido la raíz de religiones modernas de América como Umbanda, Santería y Candomblé que, a partir del sincretismo religioso producido por el injerto cultural perpetrado por el invasor europeo, trayendo hombres del África esclavizados y obligándolos a olvidar su pasado se crearon estas religiones. El film no es un documental y justamente esa fue la idea que, a través de una historia de ficción se puedan aportar algunos ítems importantes desde el plano visual, sonoro (la música!). Asi hicimos el film. Ustedes luego dirán si les gustó o no.
La isla Maciel tiene el encanto de tener casas coloridas como lo son en África, entonces el contrate de imágenes no es tan notable como si la hubiera filmado en otro lugar. Aqui se ve claramente la huella cultural. Benito Quinquela Martin tuvo una fuerte inspiración del trabajador afrodescendiente al construír su pictórico mundo en La Boca. No eran coloridos de Nápoles sino del continente más olvidado por el invasor.
Gracias nuevamente. Saludos.

Comentario de Alejandro Frigerio:
Pablo: Gracias a vos por escribir y contarnos esto. Esperamos el estreno y que la película tenga la repercusión y genere el debate que se merece...

Umbanda en Montevideo - Según El País

Luego de la fiesta de Iemanjá en Montevideo, el suplemento Qué Pasa del diario El País (el equivalente oriental de La Nación) dedicó la tapa y una larga nota a la presencia de la Umbanda en el Uruguay. Incluye el testimionio del periodista y de pais/mães de santo (4 páginas) y una larga entrevista al antropólogo Renzo Pi Hugarte (2 páginas).


La nota se puede leer online en:

La entrevista a Renzo Pi Hugarte:

jueves, 10 de febrero de 2011