Me puso muy contento que haya salido la nueva revista Tse -Tse. Dirigida por Reynaldo Jiménez con Gabriela Giusti y Carlos Riccardo, creo que es siempre inspiradora y me ha hecho conocer a un montón de poetas y creadores en cada una de sus ediciones. En este número salió una nota que armamos hace ya mucho tiempo en la que hablo de Igbalé, la muestra que hice en la galería de Loreto en 2005, y en especial al sustrato ritual que la generó.
Egungún en Oyotunji Village, South Carolina, EEUU
Candomblé, y candomblé de eguns, son situaciones que precisan de un inmenso apego al orden jerárquico. Por eso fuimos presentados a quienes correspondía durante la tarde que precedió a la fiesta. Los comentarios fragmentarios sólo aumentaban el volumen de interrogaciones que pendían sobre la fiesta y el comportamiento que era esperado que observásemos. Como analogía con la mayoría de las fiestas de candomblé, pensé que sería bueno portar un presente de alcohol. Había una mujer que a esas alturas hablaba a mi oído como una real radio, junto a su hija muda que emitía sonidos ininteligibles. Más tarde Babá Egún se comunicaría con voces no menos extrañas. Le pregunté a ella acerca de cuál sería la elección más adecuada de bebida. Me aseguró que debía comprar cognac en un único almacén tras el morro. Al volver con la botella nuestros guías desaprobaron con sorna la idea: "Babá Egun vai ficar chato com esse presente". Era mejor llegar con las manos vacías que con bebidas alcohólicas que pudiesen sugerir un comportamiento excesivo por parte de los ancestros. Volví al almacén y cambié el cognac seguramente incendiario por unas cervezas que bebimos con la cena que nuestros amigos habían preparado en una casa. Éramos invitados honoríficos y no era posible salir de ese rol. Esto significaba porciones algo mayores de los magros peixes vermelhos y un rato de descanso en dos diminutas camas antes de bajar al terreiro. El camino ya lo habíamos andado a la tarde. Abundaba en árboles en los que los pobladores de Ponta de Areia aseguraban que habitaban encantados. Las crianças pequeñas ya desaparecían en los interiores de las casas pintadas de celeste o rosa. Se fueron escalonando las esperas. Preparativos interminables y recorridos desde unas casas hasta otras. Siempre las presentaciones, los pedidos de bençaos. Se había dictaminado que debíamos llegar al terreiro con la comitiva que dirigían el jefe de otro terreiro y una mae hija de Iansá. Afuera de las casas se abroquelaban mesas y sillas, y tras las ventanas acumulaciones de botellas de cerveza y de pinga.
Sobre la fiesta de eguns, nuestro amigo Robert Farris Thompson escribió lo siguiente: "Como un vislumbre de fantasmas en paños brillantes, los enmascarados Egungún inmortalizan a los muertos importantes. El vestido se vuelve ser abstracto. El traje de Egungún transforma al enmascarado en un espíritu ululante y sin rostro. Inviste de una vitalidad animal que transforma piel, voz, acento. Ninguna teoría explica su complejidad." (1)
Pierre Fatumbi Verger describió a su vez el acontecimiento: "Considérase que las almas de los muertos vuelven a la Tierra, en ciertas familias, bajo la forma de Egungún. Aparecen bajo bellos paños, decorados con retazos bordados y adornados con buzios y lentejuelas. Sociedades estrictamente reservadas a hombres cuidan de esos Egungún, invocándolos durante las ceremonias en las que los muertos de la familia deben ser honrados. Los Egungún, saliendo del igbalé, vienen a saludar a sus descendientes con voz ronca y profunda, garantizándoles su protección y prodigándoles bendiciones. Danzan de buen grado al son de los tambores batá y ogbon. Se piensa que el contacto de las telas de los Egungún es fatal para los seres vivos y por eso los mariwó y los ojé, miembros iniciados de la sociedad, los acompañan siempre, empuñando largas varas (isan) para alejar a los imprudentes. En contraposición se considera benéfico al viento provocado por los paños cuando Egungún danza girando". (2)
La ceremonia de Egungún tiene la banda de sonido más impresionante. Percusión demoledora y voces que disparan hacia otros pliegues de la realidad. Pero antes de la llegada de los ancestros hay baile para los Orixás. Al terminar llega el servicio para Babá Egún: un chivo, gallinas, flores, agua, frutas, acarajé, dulces. Tras la limpieza y los llamados insistentes, aparecen las primeras formas. Son espíritus no evolucionados. Están cubiertos por telas con dibujos desagradables. Se los aleja con violencia. A poco comienzan a llegar los deseados ancestros. Comienzan su danza y el lugar, en el que habría unas 150 personas y en el cual éramos los únicos invitados, queda cerrado. sólo se podrá salir acompañados por los iniciados con las varas capaces de mantener a raya a los no evolucionados. "Allí no hay persona humana bailando". "Sólo el viento". Eran ideas que hubieran bastado para abastecer de pesadillas toda mi infancia, de haberlo oído entonces. Llegan espíritus de gente que ellos conocen. La abuela Rosa, el tío Netinho. Hablan con voces de ultratumba en Yoruba arcaico. El calor máximo, la compresión, y el entendimiento termina por trasladarse a otros centros de captación del organismo. De ello, de la chorrera de nociones, sólo puede hablar, en caso de que lo haga, mi obra plástica. El momento adecuado para emerger fue claro. La cerveza, necesaria para entrar a la fiesta paralela de la gente afuera. Con el amanecer, tiempo para más minutos de aquellas camas minúsculas. Pero el calor imperativo y el cuarto mal ventilado espinaron el posible descanso. Salí e intenté secar el pecho sudado exponiéndolo al fresco azulado. Aún la tormenta de tambores llegaba desde el terreiro. Alguien me forzó a volver al interior. Decía que en la noche de Egungún el viento trae cosas peligrosas, que era estúpido exponerse a esas cosas de muertos. A poco las crianças volvían a jugar y el sol trepaba tras el vértigo de los enormes árboles. Se oían salvas que cerraban la ceremonia hasta la noche. Tres noches tendrían los ancestros para visitar la aldea.
(1) "Face of the Gods", Robert Farris Thompson. The Museum for African Art / Prestel, 1993.
(2) "Saída de iao", Pierre Verger. Axis Mundi Editora / Fundaçao Pierre Verger, 2002.
Fuentes de las fotos:
Egungun yoruba
www.imamuseum.org/.../artwork/490?highlight=196
Egungun yoruba 2
www.ncartmuseum.org/.../african/yoruba_lrg.shtml
Egungun en Oyotunji Village
www.cultural-expressions.com/poetry/iku.htm
Egungun brasilero
afefe-iku.blogspot.com/
Trajes de egungunes en exposición
http://egbetibaayin.blogspot.com